Grecia: derrota de Syriza o un intento de ganar tiempo
El primer ministro griego Alexis Tsipras ha preferido aceptar la austeridad de siempre a cambio de mantener a Grecia en el euro por unos meses más, y los “socios” europeos han decidido hacerle el favor de aprobar el nuevo plan de rescate que, todos saben, no rescatará nada.



Lo que sí ha logrado este acuerdo, calificado de “humillante” para Grecia, es que el gobierno de Tsipras pierda legitimidad, además de su debilitamiento por la división interna y la dimisión de importantes figuras de su partido que están en contra del rumbo elegido por el primer ministro.Pero como siempre, será la gente la que más sufrirá con este retroceso, que afectará aún más a las pensiones (con una nueva reducción de sus montos y un retraso en la edad de jubilación), los salarios continuarán reducidos, las relaciones laborales estarán aún más precarizadas. El coordinador científico del Comité para la Verdad sobre la Deuda Pública Griega, Eric Toussaint, agrega que el pueblo griego también seguirá padeciendo “el aumento de los impuestos indirectos, incluidos los que afectan a los ingresos pequeños, la continuación y aceleración de las privatizaciones, la acumulación de nuevas deudas ilegítimas con el fin de reembolsar las precedentes, la transferencia de activos griegos a un fondo independiente, la limitación del poder legislativo en beneficio del de los acreedores”, y un largo etc.Tsipras y quienes lo apoyaron en la votación del congreso esta semana piensan que a cambio de estas concesiones, Grecia obtendrá hasta tres años de respiro, o al menos unos meses, y podrá con ello relanzar de manera importante la actividad económica del país.Sin embargo, el exministro de finanzas YanisVaroufakis, junto a quienes votaron contra este nuevo paquete de austeridad, han advertido que eso no va a ocurrir, y que la realidad demostrará que mantener esta compresión de la demanda de las familias y del gasto público simplemente hará imposible conseguir los superávits primarios que forman parte del compromiso, tal como ha ocurrido con los rescates anteriores.Pero son las propias revelaciones del FMI las que marcan el futuro: la deuda griega es insostenible y sin su reestructuración ningún tipo de austeridad funcionará.“Las consecuencias nefastas son ineludibles”, advierte Toussaint: “en algunos meses o a comienzos del año próximo como muy tarde, los acreedores atacarán de nuevo a las autoridades griegas por el no cumplimiento de sus compromisos en términos de excedente presupuestario primario y avanzarán nuevas exigencias. No habrá ningún respiro para el pueblo y para el gobierno griegos”.Entonces, tal como lo hicieron ahora, “los acreedores amenazarán con no desembolsar las sumas previstas si no se adoptan nuevas medidas de austeridad. Las autoridades griegas se verán cogidas en el engranaje de las concesiones” nuevamente, resalta el experto belga.El “temido” plan BVaroufakis ha revelado que desde un principio, el ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble (el “director de orquesta” del Eurogrupo), se había mostrado en favor de que Grecia salga del euro, por lo que propuso al gobierno de Tsipras debatir seriamente un plan en caso de que la Troika se muestre intransigente hasta el final, como efectivamente ha sucedido. La idea tampoco era tan radical como retornar al Drachma (la moneda nacional griega antes del euro), sino la de emitir pagarés (IOUs, “te debo” en inglés) anexados al euro y como medida temporal, pero manteniendo el euro. El caso de Ecuador puede resultar útil para entender esta posibilidad. Tras la elección de Rafael Correa como presidente, Ecuador promovió una especulación sobre su inminente default y luego compró en secreto su propia deuda al 20% del valor que tenía antes, con lo que efectivamente logró reducirla en un 80%. Obviamente el FMI consideró esta operación como default y redujo su calificación de riesgo a CCC o CCC-, pero Ecuador logró superar este problema y recuperarse pese a seguir usando el dólar, moneda sobre la que no tienen ningún control. Pero si bien hay similitudes importantes entre Ecuador y Grecia (población y peso económico), Grecia tiene la desventaja de no tener aliados en Europa como los tiene Ecuador en Sudamérica, además de carecer de un commodittie de exportación que garantice ingresos suficientes al país, como lo es el petróleo en Ecuador.De todas formas, el caso de Ecuador muestra que lo primero de lo que hay que liberarse es del gran peso de la deuda, con lo que habían elementos para un debate serio que Tsipras prefirió evadir, con las consecuencias que hoy todos conocemos.
El Comité sugiere
El Comité para la Verdad sobre la Deuda Pública Griega sugiere una serie medidas, que, coincidentemente, otros expertos en economía han mencionado con anterioridad. Entre las principales podemos destacar las siguientes:1.- Las administraciones públicas griegas representan más del 80 % del mercado bancario griego y deberían, por lo tanto, ejercer plenamente el control sobre los bancos con el fin de proteger el ahorro de los ciudadanos y relanzar el crédito interno para sostener el consumo.2. El gobierno debe intervenir el Banco Central. Su presidente,YannisStournaras (nombrado por el gobierno de Antonis Samaras), y es“un verdadero caballo de Troya al servicio de los grandes bancos privados y de las autoridades europeas neoliberales”. El Banco Central de Grecia debe ponerse al servicio de los intereses de la población del país.3. Se debería crear una moneda electrónica (emitida en euros) para el uso interno en el país, para aumentar las pensiones así como los salarios de la función pública, pagar las ayudas humanitarias a las personas, etc. Incluso los comercios privados aceptarían voluntariamente este modo de pago electrónico, ya que, al mismo tiempo, les permitiría vender sus mercaderías y pagar sus cuentas con la administración pública. La creación de esta moneda electrónica complementaria permitiría disminuir la necesidad de euros que tiene el país.4. El control de movimientos de capitales debe mantenerse, así como debe establecerse un control de precios al consumo.5. Deben suspenderse todas las privatizaciones crear una estructura pública de gestión de los bienes nacionales para proteger el patrimonio público y al mismo tiempo generar ingresos.