Champions League
El Barcelona da el primer golpe en París al derrotar al PSG



Triunfo importantísimo del Barça en la ida de los cuartos de final de la Champions League contra el PSG. Los azulgrana se adelantaron gracias a Raphinha, pero los franceses reaccionaron al descanso y dieron la vuelta al marcador con goles de Dembélé y Vitinha. Sin embargo, cuando peor lo pasaba el Barça, los azulgrana remontaron con otro tanto de Raphinha y Christensen y consiguen un resultado muy valioso para la vuelta.
Liquidado una hora antes del partido en el túnel el duelo dialéctico abierto en la víspera por Luis Enrique abrazándose con Xavi, la batalla táctica ya dio que hablar de inicio. Sin el sancionado Achraf, Lucho apostó por los galones de Marquinhos como lateral derecho, dejó en el banco al chaval Zaïre-Emery y confió en Asensio, especialista en Champions y de falso ‘9’ entre Dembélé y el temido Mbappé.
Xavi le puso delante a Koundé pero con Araujo cerca sin renunciar ni mucho menos al cuerpo a cuerpo en la media para percutir en ataque. Sergi Roberto, la aún viva pesadilla parisina del 6-1, se ganó seguir de titular y de mediocentro en lugar de Christensen, justo a diferencia de Frenkie de Jong. De vuelta cinco semanas después de su esguince, ejerció de doble pivote con Gündogan liberado de enganche. Enfrente, Vitinha, Fabián y el surcoreano Lee Kang-in.
Empezó el PSG queriendo ser fiel a los ideales que Lucho puso encima de la mesa del debate futbolero: posesión y presión alta. Le faltaron ocasiones claras en un primer cuarto de hora con el Barça más cauto que por ejemplo en la Supercopa contra el Madrid. Pronto quedó claro que el billete a ‘semis’ pasaba por la solidaridad de todos porque los tres de arriba dieron una lección de cómo juntar espacios.
Apenas dos veces contó Dembélé con profundidad para desbordar a Cancelo. Vitinha dio sentido al juego local pero Mbappé sólo tuvo metros por delante tras una falta clarísima de Beraldo a Raphinha que el inglés Anthony Taylor pasó por alto. Y ahí le esperó Araujo en la carrera antes de que Koundé bloqueara su rosca con la derecha.
Poco más del PSG y mucho para aplaudir de un Barça escarmentado de las enésimas debacles europeas y también de los desbarajustes habituales hasta febrero. Tiró primero de juego directo Ter Stegen para dejar solo a Raphinha ante Donnarumma. Le faltó finura en el control al brasileño, que avisó de lo que estaba por venir.
Por su parte y la de sus compañeros ganando peso en campo contrario con una interpretación perfecta de los espacios ante un rival corriendo más sin balón de lo que esperaba. Nuno Mendes sacó bajo palos un cabezazo de Lewandowski, fantástico en la lectura del juego de espaldas a portería. Golpearon sus lumbares pero no sus neuronas, eficaces para apoyarse en Gündogan, Raphinha o Lamine Yamal según tocara.
El brasileño volvió a amenazar a Donnarumma con un chut lejano en el ecuador del primer acto. A Dembélé no le llegaba nada y Mbappé restaba incluso velocidad al PSG al volver tarde estando en ‘offside’.
Mayor hambre y madurez exhibió el Barça, compitiendo en Europa como tanto tiempo atrás y alimentando el sueño de Wembley. Sabiendo elegir cuándo y cómo avanzar, llegó un golazo coral. ‘Lewy’ recibió a 30 metros del meta, abrió para Lamine, que buscó al polaco pero Donnarumma falló en el despeje y Raphinha desató la locura en el 37’ entre los 2.000 culés presentes. Tocado el PSG, pudo caer el 0-2 pero a Lamine le faltó temple para ver a Lewandowski y Gündogan de cara a gol.
Perdonó el Barça y en la Champions eso se paga caro. Lo sabe bien. Lucho reactivó al PSG en el descanso, sacó a Barcola por Asensio y Mbappé pasó al medio en una salida en tromba que atropelló a su rival. Tras un mal despeje de Araujo, Dembélé hizo magia. Recortó con la diestra y batió con un zurdazo a Ter Stegen. París ardió con el 1-1 en el 48’. Sólo tres minutos después, por la derecha, Fabián vio llegar entre líneas a Vitinha y gol.
El golpe fue durísimo ante los méritos pero el combate que anticipó Lucho con gestos de puñetazos de boxeo al ver a Xavi en el túnel aguardaba más ‘rounds’. Joao Félix suplió a Lamine y Pedri a Sergi Roberto. Y al minuto de salir, el canario sacó de su chistera un pase genial a Raphinha, letal al espacio y al vuelo con la zurda. Su compatriota Ronaldinho, ex de ambos clubs, debió alucinar en la grada.
El Barça se levantó de la lona rápido. Sonó la campana de un asalto final de media hora. Trepidante, como el Madrid-City o el Arsenal-Bayern. Nadie pensó que el martes hay una vuelta en Montjuïc. Parecía una final con el balón transitando a mil por hora. Raphinha, Lewandowski y Gündogan aceleraban. Como el PSG en busca de Barcola pero entre el imperturbable Cubarsí y Araujo apagaron un fuego que reavivó Dembélé con un remate al poste. Y en esa ida y vuelta sin tregua, Ferran y Christensen aportaron piernas en lugar de Raphinha y De Jong. El danés, a los dos minutos de aparecer, se agigantó tras botar un córner Gündogan para meter el 2-3 y hacer justicia a la globalidad del partido.
Era momento de aprender la lección de media hora antes para rematar la faena. Y ‘Gündo’, vigente campeón de Europa, tomó el mando con Joao Félix de socio y la energía de Fermín entre los olés finales de la ‘gent blaugrana’, orgullosa como nunca de cómo compitió y ganó su equipo. Sí. Ici c’est Barça.