Bartomeu dimitirá si Messi no deja el Barça



El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en un claro giro estratégico, pasa la presión al argentino y se compromete a dejar su cargo si el delantero confirma que continuará como azulgrana, así pudo corroborarlo EL MUNDO.
Explican en el club que no haría falta que Messi lo expresara públicamente. Ni que tuviera que comparecer en una rueda de prensa para explicarlo. Ni siquiera sería necesaria una nota pública o uno de sus clásicos textos en Instagram. Simplemente bastaría con que el futbolista que se lo dijera al presidente y que, a cambio, el rosarino rechazara por completo la idea de abandonar el Barcelona. Y cumpliera el año de contrato que le queda. «Pero que Messi no viniera luego reclamando una salida, una cláusula o la carta de libertad si Bartomeu dimitiera», advierten en el club.
En días pasados los abogados de Messi remitieron al club azulgrana un burofax en el que exigieron la rescisión de su contrato mediante una cláusula de salida expirada desde el pasado 10 de junio. Bartomeu, hasta este mismo jueves, había pregonado entre sus colaboradores que sería él quien finalizaría su mandato. Además, en el club mantienen que el presidente en ningún momento ha cambiado su ánimo y buen humor pese a la extrema presión social a la que se está viendo sometido, con aficionados agolpados a diario frente a las verjas delCamp Nou reclamando su dimisión. «No hay nadie que resista mejor que él», insisten fuentes del club azulgrana.
Lo que en realidad pretende Bartomeu es que Messi se posicione de una vez. La batalla del relato se presume clave en este último año de mandato de Bartomeu, todavía convencido de que la historia quizá aún pueda absolverle si es capaz de retener a Messi.
Por lo pronto, y según ha podido saber este diario, en el Barcelona mantienen la firme esperanza de que Messi continúe en el club. Se considera que el tiempo juega en contra del argentino, que el próximo domingo debería someterse a las pruebas PCR junto al resto de sus compañeros del primer equipo y el staff técnico para ya iniciar los entrenamientos el lunes. Los asesores de Messi le han recomendado que acuda a ambas convocatorias, en perspectiva de que ello pudiera acarrear consecuencias en perspectiva de una batalla legal que las dos partes quieren evitar.
Messi, sin embargo, insiste. Quiere marcharse. Así se lo comunicó a Ronald Koeman en la reunión de la pasada semana. Las conversaciones de su entorno con el Manchester City son reales. También la llamada del propio futbolista a Pep Guardiola reclamando un lugar en su equipo. Y por mucho que Bartomeu haya sido uno de los grandes culpables en su deriva, la decisión de Messi tiene un componente mucho más global. Considera que su etapa en el Barcelona debe acabar después de años de hastío y decepciones, tanto deportivas como personales. Y considera que un proyecto de reconstrucción como el que pretende llevar ahora el Barcelona no es el apropiado a sus 33 años. Y con el crepúsculo de su carrera cada vez más cercano.