Boca Juniors sufrió, pero pasó a semis de la Copa de la Superliga
Boca le ganó por penales a Vélez tras igualar sin goles el global en el tiempo de juego y enfrentará a Argentinos Juniors el fin de semana por el partido de ida de las semifinales. El bombazo de Buffarini se mete en el arco de Hoyos y se termina una historia electrizante, cargada de...
Boca le ganó por penales a Vélez tras igualar sin goles el global en el tiempo de juego y enfrentará a Argentinos Juniors el fin de semana por el partido de ida de las semifinales. El bombazo de Buffarini se mete en el arco de Hoyos y se termina una historia electrizante, cargada de adrenalina, de gritos, de desahogo. Y mucho vuelve a girar alrededor de Mauro Zárate, el que todavía en el campo de juego asegura que "pasó el equipo grande" minutos después de gritar su penal como se gritan los goles decisivos.
No la pasó bien Boca. Tembló durante varios momentos de estos más de 180 minutos. Latió apenas empezó la revancha y le llegó con claridad a Vélez, pero Vélez -el bravo Vélez de Heinze- primero se la bancó, luego emparejó y después transformó a Andrada -un gigante Andrada- en figura con esas tapadas del segundo tiempo a Leandro Fernández, al pibito Almada y a Giménez, en ese tiro libre tras la expulsión de Izquierdoz.
Con cinco defensores que en realidad fueron tres porque Buffarini y Mas se transformaron en volantes a la altura de Nández y Marcone, Alfaro sorprendió con el 11 inicial. Sin un 9 de referencia, el DT apostó a esa distribución y la cara del equipo que distinta a la mostrada en Liniers. Pero Villa despilfarró todo lo que generó, Licha López no le acertó al arco y todo el merodeo no redundó en gol.
Nunca bajó su intención inicial Boca, pero chocó con una idea valiente, que atacó cada vez que recuperó la pelota. La alarmante falta de eficacia llevó a Vélez a los penales.
Y ahí, acertaron todos los de Boca (Benedetto, Pavón, Zárate, Fabra -una delicadeza- y Buffarini), lo tiró arriba del travesaño Cufré y la Bombonera finalmente pudo gozar. Después del título en la Supercopa y ya metido en octavos de la Libertadores, Boca busca cerrar el semestre de la reivindicación con otra estrella: la Copa Superliga. Es el único grande que puede conseguirla...
No la pasó bien Boca. Tembló durante varios momentos de estos más de 180 minutos. Latió apenas empezó la revancha y le llegó con claridad a Vélez, pero Vélez -el bravo Vélez de Heinze- primero se la bancó, luego emparejó y después transformó a Andrada -un gigante Andrada- en figura con esas tapadas del segundo tiempo a Leandro Fernández, al pibito Almada y a Giménez, en ese tiro libre tras la expulsión de Izquierdoz.
Con cinco defensores que en realidad fueron tres porque Buffarini y Mas se transformaron en volantes a la altura de Nández y Marcone, Alfaro sorprendió con el 11 inicial. Sin un 9 de referencia, el DT apostó a esa distribución y la cara del equipo que distinta a la mostrada en Liniers. Pero Villa despilfarró todo lo que generó, Licha López no le acertó al arco y todo el merodeo no redundó en gol.
Nunca bajó su intención inicial Boca, pero chocó con una idea valiente, que atacó cada vez que recuperó la pelota. La alarmante falta de eficacia llevó a Vélez a los penales.
Y ahí, acertaron todos los de Boca (Benedetto, Pavón, Zárate, Fabra -una delicadeza- y Buffarini), lo tiró arriba del travesaño Cufré y la Bombonera finalmente pudo gozar. Después del título en la Supercopa y ya metido en octavos de la Libertadores, Boca busca cerrar el semestre de la reivindicación con otra estrella: la Copa Superliga. Es el único grande que puede conseguirla...