Lluvia en el corazón




Los rayos del sol
irrumpen al amanecer
y disipan penas,
insuflan energía nueva
al desgarrado corazón.
¡Ay vida, cómo cuesta
pagar derecho de piso
aun estando próximo
a la puerta de salida,
sin saber cuándo ni dónde!
No sucumbir por el llanto
interior de nuestra alma
sumida en honda pena;
ratificar innúmeros recuerdos
en la agradecida memoria,
que forma nuestra plataforma
existencial en el mundo
del nunca sufras tanto,
en pos de misericordia
y paz para tu alma acongojada.
Nada afectará a tu vida
como la dolorosa partida
de tu amigo al más allá,
igual que la tormentosa
nube en el cielo enfurecido
que esparce sus pesares
por doquiera, aquí y otros
sensibles predios vecinos.
Hasta pronto, mi amigo,
que adelantaste tu partida
para satisfacer la curiosidad
de saber qué hay tras el umbral
del túnel que todo humano
tendrá que cruzar, incierto día,
en abandono de ese quieto solar
donde transcurrió tu niñez,
añorada en las entrañas vitales
que nunca pudiste disgregarte.