Discurso de Eduardo Trigo ante la Asociación de Periodistas de Tarija
Profundo es mi agradecimiento para el directorio de la Asociación de Periodistas de Tarija



Profundo es mi agradecimiento para el directorio de la Asociación de Periodistas de Tarija por el reconocimiento que me ha concedido, el cual lo considero una valoración de lo que muchos pudimos hacer a lo largo del tiempo en la labor de informar y orientar a la opinión pública.
En esta oportunidad, en la que asumen los nuevos directivos de la institución, considero necesario hacer algunas evocaciones.
La primera de ellas destacar los orígenes de la prensa en nuestra ciudad, que desde mediados del siglo XIX se convirtió en luminoso faro del periodismo nacional. “La Estrella de Tarija”, “El Trabajo”, “El Pensamiento” y “El Antoniano”, creados y dirigidos por Tomás O’Connor d’Arlach, Luis y Domingo Paz, Bernardo Raña Trigo y fray Buenaventura Lolli, entre los principales, se constituyeron en mensajeros del pensamiento. Se caracterizaron por su vocación de servicio y amor al terruño que buscaba afanosamente el progreso; abrieron surcos para el futuro transitar de otros órganos de prensa.
La labor de los periodistas requiere de sacrificios e impone normas que inexcusablemente deben ser observadas dentro del marco de la honestidad absoluta.
La verdad en la difusión de la noticia es la base del periodismo; lo que obliga al hombre de prensa a estar munido de una corrección que esté por encima de cualquier interés personal o de grupo. La imparcialidad debe ser inherente a la moral profesional.
Somos testigos del notable desarrollo de la tecnología de la información, los hechos que se producen en cualquier parte del mundo son conocidos casi en el mismo momento en que suceden, lo que da una nueva proyección al periodismo que lo hace fácilmente accesible. Sin embargo, es un arma de doble filo porque hace a la noticia vulnerable a deformaciones. Un periodismo responsable no debe dejarse seducir por esa inmediatez.
Por otra parte, la libertad de expresión y de pensamiento son derechos garantizados por el régimen legal del país, todos debemos velar por su cumplimiento cuando se pretenda vulnerarlos y tener claro que sin ellos no hay democracia.
Los periodistas tenemos el imperioso deber de ser promotores de una cultura de tolerancia, particularmente en el momento actual en el que se dan dolorosos atentados contra la integridad de los profesionales que investigan y denuncian actos que afectan al interés colectivo.
Debemos recordar que la coyuntura política y social que atravesamos es eso, una coyuntura y cómo tal va a pasar. Es importante que los periodistas trabajemos como agentes de integración en una sociedad que empieza a fragmentarse. Ese debe ser el espíritu que nos mueva cada día, aportar, desde donde nos toca, a construir una sociedad más justa e integrada.
Expreso una cálida felicitación a la directiva que, encabezada por Jorge Quirós Barrenechea, asume hoy funciones. Auguro que ella tenga el mayor de los éxitos y que su trabajo esté al servicio de la verdad y del bien común.
Para concluir hago referencia a Voltaire en su “Tratado sobre la tolerancia” (1763) en el que dice: desapruebo aquello que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.
Muchas gracias