La Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarixa en el Siglo XVI: Un acercamiento a la primera época de la Historia Colonial de Tarija (1539-1574) (Segunda parte)
Tarija como frontera incaica Los centros de poder indígena crearon fronteras geopolíticas, en esta lógica la centralidad inca estableció sus límites por medio del traslado de pueblos conquistados. A estos grupos se les llamó “indios mitimas” o “mitimaes”, o también llamadas...



Tarija como frontera incaica
Los centros de poder indígena crearon fronteras geopolíticas, en esta lógica la centralidad inca estableció sus límites por medio del traslado de pueblos conquistados. A estos grupos se les llamó “indios mitimas” o “mitimaes”, o también llamadas “mitmakunas”, o como indica Pedro Sarmiento de Gamboa, “indios mudados o traspuestos”:
“... el inca mandó [se refiere a Pachacuti] que poblasen a valles semejantes a los de su natural y que llevasen semillas de sus tierras para que se conservasen y no pereciesen, dándoles abundantes tierras para sembrar, quitándoselas a los naturales de tal sitio...”20
Según el cronista Pedro Cieza de León, el inca Topa Inga Yupanqui (1471-1493) lideró la campaña de dominación desde el Cuzco hasta el Río Maule en Chile, para aprovechar los recursos naturales, dominar y establecer presencia en la frontera del imperio por medio de indios mitmakunas, como parte de la política incaica de expansión.
Esta fue su forma de construcción de fronteras, ellos eran “indios traslados” a las regiones fronterizas del imperio incaico para sentar presencia. Se puede constatar este hecho en la documentación colonial del juicio entre Cristóbal Barba y Juan Ortiz de Zárate21.
Pedro Cieza de León, cronólogo del siglo XVI, describió tres tipos de mitimaes que existieron bajo el gobierno de los incas:
• El primero correspondía a aquellos indígenas trasladados a otras regiones que se dedicaban a tareas productivas como la extracción de minerales, orfebrería, trabajo en canteras y agricultura.
• El segundo a los que hacían protección armada de la frontera del imperio inca contra los indios moxos y chiriguanos, que fueron calificados como “gente bárbara y belicosa”. En este segundo grupo se encontraban algunos indígenas que fueron trasladados al valle de Tarija:
“… los mitimaes se pusieron porque los indios de las fronteras de los Andes, como son chuchos y moxos chiriguanaes, que los más dellos tienen sus tierras a la parte de levante a la cayda de las sierras y son gentes bárbaras y muy belicosos y que muchos dellos comen carne umana y muchas vezes salieron a dar guerra a los naturales de acá y les destruyan sus campos y pueblos llevando presos los que dellos podrían para cormérselos; para remedió desto avía en muchas partes capitanías y guarniciones hordinarias, en las quales estaban algunos orejones. Y Porque la fuerza de la guerra no estuviese en una nación, no presto se pudiesen costear para alguna rebelión o conjuración sacavan para soldados destas capitanías mitimaes de las partes y provincias que convenían, los quales eran llevados a donde digo y tenían sus fuertes, que son “pucaraes”, para defenderse si estuviesen necesidad. Y proveyan de matenimiento a esta jente de guerra, del mayz y otras cosas de comida que los comarcanos proveyan de sus tributos y derramas que les harán hechadas;y la paga que se les hazía era, en algunos tiempos, mandalles dar algunas ropa de lana y plumas o brazaletes de oro y de plata a los que se mostraban más balientes;y también les daban mujeres de las muchas que en cada provincia, estavan guardadas en nombre del Ynga; y como todas las más heran hermosas, teníanlas y estimávanlas en muchos., Sin esto, les daban otras cosas de poco valor, de lo qual tenían cargo de vorve[e]r los gobernadores de las provincias, porque tenían mando y poder sobre los capitales a quien estos mitimaes obedecían. Y sin las partes dichas, tenían algunas destas guarniciones en las fronteras de los Chachapoyas y Bracomoros y en el Quito y en Carangue, ques adelante del Quito, al Norte, junto con la provincia que llama de Popayán, y en otras partes serían menester, así Chile como en los llanos y sierras.22
- Un tercer grupo se movilizaba desde tierras conquistadas de similares características ecológicas con el fin de consolidar zonas productivas y de esta manera poblar las regiones.
“... por algunos años no les pedían tributo ni ellos daban, antes eran proveídos de mujeres y coca mantenimiento para que con mejor voluntad entendiesen en sus poblaciones.23
Los mitmakunas estaban bajo el mando de “incas orejones”, que organizaban la actividad de los reubicados. Estos gobernantes, aunque no tenían linaje real del imperio, poseían privilegios por las alianzas internas con otras naciones. Está debidamente probado que los Incas entablaban relaciones de alianza con las autoridades de los espacios dominados, distinguiéndoles con títulos especiales, dotándoles de privilegios y obsequiándoles bienes de prestigio con el objetivo de lograr su participación activa en el sistema de gobierno indirecto establecido24. En Tarija es probable que el grupo de los “incas orejones” estuviera formado (por lo menos en parte) por miembros de la elite chicha.
2.1 Indígenas en la frontera inca de Tarija
Los valles de Tarija, situados entre los ríos Pilcomayo, Bermejo, Pilaya, camblaya y Guadalquivir, comprendían una región que fue ocupada por parcialidades de diverso origen étnico, ya que fue una zona de frontera donde los incas trasladaron indígenas para defender sus límites ante los avances de los chiriguanos.
Los documentos coloniales hablan de la presencia de indígenas quillakas, asanaques, visisas, chichas y juríes en el radio que comprendiera el corregimiento del Pilaya y Paspaya; y en el territorio de Tarija: chichas, churumatas, tomatas, juríes y moyos moyos. En esta zona existían fuertes militares en Esquile, culpina, Aquilcha y en chaguaya.
A mediados del siglo XVI, la región presentaba una gran movilidad indígena, provocada por la presión fronteriza de los chiriguanos. Bajo esta situación los valles de Tarija se convirtieron en un corredor migratorio de indígenas que pertenecieron a un conjunto mitmakuna incaico trasplantado desde los núcleos originarios hasta esta línea de frontera, a las fortalezas allí emplazadas25.
De las referencias consultadas encontramos los siguientes datos de pueblos indígenas que estuvieron en el valle de Tarija antes y durante la llegada de los españoles:
Carangas
Los “indios carangas” son mencionados, junto a su ubicación, en las cédulas de encomiendas que dio Francisco Pizarro a Francisco Retamoso, en 1540. Se conoce que en Totora (actual Cochabamba) se dedicaban a proveer productos como el maíz, ajíes, algodón, frutas y coca26. En Tarija se ubicaban en el centro sur de los valles y estaban distribuidos en 14 pueblos y la fortaleza de Auilcha (‘Aquilcha”). Estos pueblos estaban bajo el mando del cacique Ysquilla, se anota que en dicha fortaleza existían cien casas.
En el Memorial de Charcas de 1582, están presentados dentro de los grandes señoríos, pues antes y después de los incas contaban con más de diez mil personas.
“25.- [Señoríos y curacazgos] Lo otro. En nuestra prouincia de Los Charcas, antes de los ingas y después de ellos solía hauer señores naturales mayores de a diez mil vasallos y otros de a ocho mil indios y otros de a seis
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mil indios y vasallos otros dichos señores y caualleros eran superiores de los demás caciques y señores que hauía en cada nación. Y ansí el uno fue de Los Charcas y el otro de Los Caracaras y el otro de Los Soras y el otro de Los Quillacas y el otro de Los Chuis y el otro de Los Chichas, cada uno diferentes en la nación, hábitos y traje. Y ansí cada uno de estos señores solían tener ocho segundas personas y diez también de a mil indios y cuatro principales de cada aylIu de a quinientos y de cien indios y cuatro mandones en cada aylIu cada/ uno en su nación de hanansaya y Hurinsaya. Y en esta orden gouernaron los ingas. Y cada uno fuimos señores de nuestros súbditos y naturales y fueron bien gouernados los nuestros naturales. Y en esta costumbre los hallaron los españoles y Vuestra Majestad”27
Importante es que, en el expediente, son citados junto a otros como los charcas, caracaras, chichas, chuis, quillacas y los soras, indicando su participación en acciones militares bajo el mando del inca Paullo en contra los españoles:
“48.- [Conquista española de Charcas y otras naciones Lo otro. Cuando envió el marqués don Francisco Pizarro a su hermano el comandante Hernando Pizarro y a Gonzalo Pizarro y a los demás capitanes y soldados hacia esta prouincia de Los Charcas, todos los naturales de esta prouincia de los Charcas, ansí la nación de Los Charcasy Caracaras, Chichas, Chuis, Quillacas, Carangas y Los Soras, éstas dichas siete naciones por mandato de Inga Mango Capa y de su hermano Inga Paullo fue mandado por ellos que se resistiesen y les hiciésemos guerra y batalla a los capitanes de Vuestra Majestad que con ellos venía el Inga Paullo. Y ansí todas estas dichas siete naciones les dieron guerra y batalla en el Valle de Cochabamba a los dichos capitanes y soldados de Vuestra Majestad y después fueron desbaratados y vencidos y muertos por los dichos capitanes de Vuestra Majestad las dichas siete naciones. Cada una fueron a diuersas partes. Solo un cacique y señor principal de todos Los Charcas, llamado Coysara viendo su ceguera claramente fue uno de los primeros que vino a la obediencia de Vuestra Majestad a Hernando Pizarro y a los demás capitanes con toda su gente y vasallos en el pueblo de Auquemarca, pueblo de Los Charcas. Y por respecto del dicho señor principal de todos los charcas toda la prouincia vino a la obediencia de Vuestra Majestad, especialmente un cacique principal de todos Los Caracaras llamado Moroco, y toda su gente. De manera que quedó toda la tierra muy sosogada y pacífica hasta el día de hoy, especialmente toda esta prouincia de Los Charcas, en seruicio de Vuestra Majestad, como es público y notorio”28
“49.-[Alianza hispano-charca. Nombre de esta región] ... Y ansí mismo les honró a los demás caciques de toda esta prouincia de Los Charcas por ser los primeros que hauían venido a la obediencia de Vuestra Majestad los naturales de Los Charcas. Y ansí llamaron entonces la prouincia de Los Charcas, que si los Quillacas y Carangas y Soras vinieran primero a la obediencia que Los Charcas y Caracaras, llamárase esta prouincia prouincia de Los Carangas, de Los Quillacas e prouincia de Los Soras, como es público y notorio.”29
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Chichas
Los chichas es otro grupo que estaba presente en el sur, se ubicaron entre el río Camblaya y el río San Juan del Oro, distribuyéndose en la región entre Talina y Culpina antes de la ocupación inca. Según los estudios arqueológicos, estuvieron en la cordillera de Sama, en los espacios aptos para la agricultura, en el periodo entre 500 y 1470 d.C. Los sitios arqueológicos más productivos y más representativos son Curqui, Palqui, Ñoquera y lo que se llama Pueblo Viejo que formaban las rutas “llameras”.
Como parte de la frontera armada inca, que buscaba hacer frente a los chiriguanos, estuvieron en el fuerte Condorhausi (en el actual noroeste de la Provincia Méndez del Dpto. de Tarija), Escapana y Taraya (Sur Cinti del Dpto. de Chuquisaca). En el siglo XVI habitaban en Calcha, Cotagaita, Tupiza, Talina, Suipacha, Moreta y otros30.
Los chichas también fueron parte de las cuatro naciones de soldados y gozaban de alta estima de los Incas:
“por honrar y en lugar de dar recompensas por sus seruicios como a hidalgos y caualleros les llamaron sus hijos primogénitos y mayorazgo de su Reino, como es público y notorio”31
“45.- [Las cuatro naciones que fueron soldados de los ingas] Primeramente las cuatro naciones somos Los Charcas y Caracaras y Chuis y Los Chichas, deferenciados en los trajes y háuitos, hemos sido soldados desde el tiempo de los ingas llamados Inga Yupangue y Topa Inga Yupangue y Guaynacana y Guascar Inga y cuando les españoles entraron en esta tierra los hallaron en esta posesión. Y es ansí que estas dichas cuatro naciones como es público y notorio [...] hemos sido soldados desde el tiempo de los ingas referidos arriua, reseruados de pechos y alcaualas y de todas las demás tasas y seruicios personales que se entiende de guarda de ganados y de ser ovejeros y de hacer la mita en la corte de la gran ciudad del Cuzco y de ser canteros, tejedores de la ropa de cumbe y de abasca y de ser chacareros, albañiles y canteros gente que tenía por costumbre trasponer un ceno a otra parte a puras manos y labranzas como se hacía en el tiempo de los ingas [por] otras generaciones como es público y notorio y otras cosa[s] má[s]”32
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Churumatas
A los churumatas se les conoce por la documentación colonial. Sobre su origen existen diveras opiniones; algunos opinan que son originarios de la puna de Jujuy (apatamas), que ocupaban los valles tarijeños cuando los incas los conquistaron; otros piensan que probablemente eran parte del colectivo chicha33 y que hubieran ocupado los valles orientales de Tarija en el periodo previo a la instalación inca en el área. Y así las opiniones son y serán tan diversas, hasta que no se hagan más estudios específicos arqueológicos y etnohistóricos que puedan precisar su origen.
Luis Perdomo, encomendero, quien recibió de Vaca de Castro en Tarija quinientos “indios churumatas”, indica que eran indios pobres, sin ganado ni maíz y retirados hacia la villa de la Plata por temor a los chiriguanos. Estos indios estaban en el fuerte de Esquile, en un sector conocido como “valle de los churumatas”34, en el Ancón en la entrada del valle de la Concepción. Por Gabriel de Rojas, quien hizo una relación de los repartimientos, se conoce que los churumatas estaban asentados cerca de la villa de La Plata, donde hacían sus sementeras. Esta aclaración permite suponer que Perdomo sacó a sus encomendados de Tarija y los llevó a las cercanías de La Plata para asegurar el pago del tributo. En una visita a Totora realizada en 1560, se indica que los churumatas encomendados a Luis Perdomo eran originarios de Tarija35.
El último grupo convivió con moyos moyos, chichas, apatamas e incas orejones, articulando relaciones que perdurarían a lo largo del primer siglo de dominación española (siglo XVI).
Los churumatas, en la crónica del P. Corrado, son identificados como una parcialidad de los chichas y se describe su ubicación en Chocloca, Guayavillas, y el actual valle de la Concepción, además se registra su presencia en:
“EI territorio Tarijeño era el último límite, a donde Ios sucesores de Maco-Capac habían estendido su imperio por este lado. Habitábanlo unas tribus de indios Chichas, vaIientes y beIicosos, que, según GarciIazo, reinado el Inca del sol. Los que vivían en Ios contornos de Chocloca y Guairivana, junto a la angostura ya mencionada, en el los llanos en que después por Ios españoIes recibineron eI nombre deI Valle de N. Señora de la Concepción, pertenecían a Ia parciaIidad de Ios Churumatas”36
Este dato fue escrito por el P. Corrado en la segundad mitad del siglo XIX y con los estudios etnohistóricos del siglo XX halla mayor profundidad en su compresión.
Por lo pronto se puede asumir las hipótesis de Ferreiro, quien estudió a los churumatas, en relación con los Payas, Yalas y Ocloyas en el norte jujeño, plantea tres posibilidades:
“a)… Los churumatas formaban parte de una unidad lingüística y cultural originaria del Chaco o del piedemonte, desmembrada por la irrupción del imperio incaico, que lleva a uno de estos grupos mitmakunas a Chichas...
... la posibilidad de que no haya existido, en realidad, ninguna etnia o unidad Churumata y que este etnónimo fuere una designación basada en algún criterio cultural (lengua, costumbre, producción, etc.) que funcionase como colectivo para pueblos pedemontanos - del pie de monte - o andinizados o para grupos chaqueños en estrecho contacto con ellos.
la tercera posibilidad que encontramos etnográficamente válida, es la existencia de un núcleo común que se disgregó en circunstancias desconocidas realizando cada uno de los grandes grupos separados (en principio dos) adaptaciones a nuevos territorios. Desde luego se estaría hablando, para el proceso, de una profundidad temporal mayor que la que pudo abarcar la conquista incaica del área”37
En la segunda mitad del siglo XVI se configuraba un núcleo multiétnico situado en la línea sur de frontera inca. Allí habitaba un conjunto de grupos indígenas entre ellos los churumatas. En la Cédula de la Encomienda dada por Pizarro a Alonso de Camargo se lee:
“Y otro pueblo que se llama orocota [Oroncota] de mitimaes churumatas e yamparaes e moyos moyos’38.
como se dijo las fuentes, métodos y estudios son todavía limitados para una comprensión más profunda y cabal de estos pueblos indígenas en este periodo.
Moyos moyos
Para una etnohistoria de los indios moyos moyos (o también se anotaba moyosmoyos, moyo moyos) en el valle de Tarija, existe la siguiente documentación referencial:
En la cédula de la Encomienda de Francisco Pizarro a Alonso de camargo de 14 de octubre de 1540 se lee:
“... deposito en los moyosmoyos: un pueblo que se llama Camocamo y una estancia del dicho pueblo que se llama Achaoma con veite e cinco indios con los caciques principales que son o fueren de dicho pueblo o estancia. Y otro pueblo que se llama Orocota de mitimaes churumatas e yanparaes e moyosmoyos”39.
El lugar camacomo se ubicaba en cercanías de La Plata, Orocota cerca del río Pilcomayo, en el actual Dpto. de Potosí, en las cercanías de los actuales límites con chuquisaca40.
Otro documento referente a esta etnia es el expediente del juicio entre el encomendero Juan Ortiz de Zárate y cristóbal de Barba acerca del derecho de posesión sobre los moyos moyos, que se realizó, en la primera parte en La Plata, desde 1540, y en una segunda parte en Madrid, desde 1551 hasta 1572, en torno a las declaraciones de los caciques Tusibe y Pocotas y sus pobladores. La documentación se concentra en la defensa de los derechos de los encomenderos sobre la mano de obra. El expediente está en el Archivo de Indias (AGI, Justica 1125), existe una primera transcripción hecha por Mario Barragán41.
En los estudios de Río y Presta, se anota su origen en Paiquito, en los Yungas, actual departamento de Cochabamba42. En el periodo inca, estuvieron asentados como mitmakunas en Aiquile, Poco, Río Grande y Colpavilque; en los valles de Tarija estuvieron para fortalecer su línea de presencia ante los ataques de los chiriguanos en las fortalezas identificadas como Esquile, Lecoya y Achilca43. Además, estaban en Tomina y Sopachuy44. En los estudios de Saignes se los caracteriza como “salvajes”, porque estaban en los grupos de flecheros, que reforzaban el control de otros grupos como los aimaras y hacían frente a los chiriguanos.
Es claro que los moyos moyos cumplieron roles sociales configurados por el sometimiento a una cultura dominante como pueblo belicoso y guerrero, formando barricadas humanas, que, desde el Tawantisuyo, se habrían planificado contra los ataques guaraníes45.
Tomatas
La información sobre los tomatas, en tiempo de los incas, es prácticamente inexistente, su origen étnico no está definido con certeza. De todos modos, los investigadores tienen coincidencias con diferentes matices en sus apreciaciones.
En el siglo XVIII, fray Mingo de la Concepción los consideró provenientes de los chichas46 y los ubicó en las faldas de la cordillera de Sama.
Fray Manuel Mingo:
“... eI uno era (y es) hacia Ia parte de arriba deI sitio o terreno IIamado hoy eI de S. Lorenzo, y eI otro junto aI sitio IIamado La Victoria. De estos indios Tomatas hay todavía varios descendientes que viven en dichos parajes distintos con eI nombres o denominación de Tomatas de Arriba y Tomatas de Abajo”47
Así mismo el P. Corrado decía:
“Canasmoro, Sella, Cuimata y el escondido Vallecito, que los españoles llamaron de N. Señora de Ia Victoria, tenían e (según hallamos escrito en la colección manuscrito citada) el apellido de Tomatas, dado probabIemente por los españoles, conforma al uso entonces frecuente de bautizar en el nombre del cacique a todas Ias famiIias de él dependientes”48
Si el origen de los tomatas se asocia con los chichas, entonces cabe preguntar ¿a qué parcialidad de chicas pertenecían? Es difícil dar respuesta a la interrogante, pues el P. Mingo anota que “se dice que eran originarios de Copiapó (jurisdicción de Chile) conducidos y traídos por un religioso de la orden de N. Padre S. Domingo”.
En el litigio por tierras en Canasmoro, entre 1596 y 1600, hay unas referencias a estos indígenas como “tomatas copiapoes”49. En un pleito sobre tierras entre los tomatas de Tarija y Pablo de Chinchilla, se encuentra una vinculación con los chichas. Por eso se conoce que la autoridad del grupo era el cacique Felipe Tomaave de la encomienda del adelantado Juan Hortiz de Zárate50.
Los tomatas fueron siempre considerados aliados de los españoles e identificados como “gente buena”, gozaron de la posesión reconocida legalmente de sus poblados y tierras productivas que les pertenecían, en algunos casos, desde el tiempo de los incas.
Tarija fue una frontera multiétnica marcada por el límite de las entradas de los indios chiriguanos. Este concepto de frontera perdurará como transversal en el periodo de las encomiendas y en el proceso de fundación por Luis de Fuentes.
Documentación sobre Tarija
No se menciona a Tarija en la literatura temprana colonial en las obras clásicas de la primera generación de autores como: Pedro de cieza de León, Agustín de Zárate, Polo de Ondegardo, Pedro Sarmiento de Gamboa, entre otras.
Las referencias más antiguas se las puede encontrar en los textos del escribano Juan de Grajeda, quien formó parte de la primera expedición al valle de Tarija, en 1539. Estos documentos son actas notariales de la expedición de Pedro de candia y pertenecen a un fondo compuesto por más de 800 actas de ese tipo, elaboradas entre 1535 e inicios del siglo XVII. Además, son parte de una colección de 6.500 documentos sobre el Perú.
Se puede encontrar publicaciones referenciales sobre esta documentación en: Rafael Sánchez concha Barrios, “Las expediciones descubridoras: la entrada desde Larecaja hasta Tarija (1539-1540)”; Mario Barragán en “La Historia temprana de Tarija 2001” publicó 55 protocolos de Juan de Grajeda de la colección Mendel de Lilly Library, Universidad de Indiana, Bloomington. Un estudio analítico de los textos de Grajeda fue realizado por Guillermina Oliveto en su tesis doctoral “Ocupación territorial y relaciones interétnicas en los Andes Meridionales. Tarija entre los desafíos prehispánicos y temprano coloniales” (Trabajo doctoral inédita. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 2011).
Una segunda referencia está en la documentación sobre las encomiendas que dio Francisco Pizarro a Francisco Retamoso, fechada el 22 de febrero de 1540 en el cuzco. La encomienda incluía “los pueblos e indios de Tarixa” sujetos al cacique Ysquilla51. Además, se menciona a Tarija en un expediente judicial entre Cristóbal Barba y Juan Ortiz de Zárate, por la posesión de un grupo indígena, la disputa transcurre entre 1540 y 1572.
1 Sarmiento de Gamboa, Pedro Historia de los Incas, 2 ed., Buenos Aires: Emecé Editores, S.A., 1943, Colección Hórreo; N° 10, p. 198.
2 AGI. Justicia 1125. Primera y segunda pieza, en: Barragán, M. Pueblo Originarios de Tarija T. II. Juicio por la Posesión de los indios moyo moyo, pp. 135-303.
3 Cieza de León, Pedro: Crónica del Perú. Segunda parte. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Academia Nacional de la Historia, 1985, [1551], p. 65.
4 Ibid., p. 66
5 Cfr., Oliveto, Lía Guillermina, Ocupación territorial y relaciones interétnicas en los Andes Meridionales. Tarija, entre los desafíos prehispánicos y temprano coloniales. Tesis Doctoral) Universidad de Buenos Aires en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, 2010, p. 37.
6 Cfr., Presta Ana María y Río Mercedes del, Reflexiones sobre los churumatas del sur de Bolivia, siglos XVI-XVII” Histórica XV:2, Lima, Dic. 1993, p. 230.
7 “35 [Suyos y Urcos de las cuatro naciones]. Lo otro. El inga Topa Inga Yupangui y su hijo Guayna Caba nos repartieron tierras en el Valle de Cochabamba a todas las naciones de la/ prouincia de Los Charcas llamadas Charcas, Caracaras, Soras, Quillacas [y] Carangas para que en ellas sembrásemos y cultivásemos e señalando y amojonando a cada nación por si suso referido en este capítulo de 35. Y es ansí que los Soras, Quillacas y Carangas las Justicias de Vuestra Majestad los han metido en posesión real a dichas sus tierras y suyos y urcos a cada uno lo que le pertenecía desde el tiempo de los ingas, acepto a nosotros los charcas y caracaras de lo cual hemos reciuido notorio agrauio y daño. Y suplicamos a Vuestra Majestad sea seruido mandar que se nos dé posesión de las dichas nuestras tierras del Valle de Cochabamba que son cuatro suyos y urcos cada uno con sus zanjas de la nación de Los Charcas y otros cuatro suyos y urcos de la nación de Los Caracaras como es público y notorio. Y en ello reciuiremos bien y merced mandándonos enviar Vuestra Majestad para ello sus reales prouisiones para que las justicias de Vuestra Majestad hagan información acerca de ello y constándoles ser ansí nos mande meter en la posesión de las dichas nuestras tierras como a las demás naciones que las poseen el día y hoy”, en: Espinoza Soriano, Waldemar, El Memorial de Charcas: Crónica Inédita de 1582, p. 137.
8 Ibid., p.134.
9 Ibid., pp. 141-142.
10 Ibid.
11 Cfr., Oliveto, Lía Guillermina, Ocupación territorial y relaciones interétnicas en los Andes Meridionales. Tarija, entre los desafíos prehispánicos y temprano coloniales, (Tesis de Doctorado) Universidad de Buenos Aires en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, 2010. pp. 41-42. Cfr. Michel, M., Gutierrez D., Ayala P., Calla S., Beierlein De Gutierrez M. y Palacios G., Los Chichas Preinkaicos del sur de Bolivia y noroeste de la Argentina, en: Pacarina, año 2005, No. 4, p. 84.
12 Espinoza, El Memorial, p. 140.
13 Ibid.
14 cfr., Salas, Alberto Mario, El Antigal de ciénaga grande, quebrada de Purmamarca, Prov. de Jujuy. (Tesis.). 1945.
15 Presta y Mercedes del Río, Reflexiones sobre los churumatas, p. 46.
16 Cfr., Oliveto, Ocupación, pp. 144-145.
17 Corrado, El Colegio, T. I, p. 6.
18 Ferreiro, J. P. el chaco en los andes: churumatas, paypayas, yalas y ocloyas en la etnografía del oriente jujeño. Población y Sociedad, Tucumán, n. 2, 1994.p. 22-23
19 1540.10.14. Los Reyes. Cédula de encomienda del marqués Francisco Pizarro a Alonso de Camargo. AGI, Justicia 1125, ff. 166 -167. Documento N° 722, en: Julien, Catherine (ed), Angelis, Kristina y Bass Werner de Riz, Zulema, Historia de Tarija. T. VI. Tarija: Imprenta Guadalquivir, 1997, p. 17.
20 1540.10.14. Los Reyes. cédula de encomienda del marqués Francisco Pizarro a Alonso de camargo. AGI, Justicia 1125, ff. 166 - 167. Documento N° 722. En Julien (Ed), corpus, p. 17.
21 Ver: Oliviero, Guillermina, De mitmaqkuna incaicos en Tarija a reducidos en La Plata. Tras las huellas de los moyos moyos y su derrotero colonial, en: Anuario de Estudios Bolivianos, Archivísticos y Bibliográficos, Sucre; Año: 2011 vol. 17, pp. 463 - 490.
22 Barragán, Mario, Juicio por la posesión de los indios moyos moyos. Tarija, Bolivia: Impr. Integral, 2011.
23 Del Río, Mercedes y Ana María Presta. “Un estudio etnohistórico en los corregimientos de Tomina y Amparaez: casos de multietnicidad”, Runa, Instituto de Ciencias antropológicas, UBA, Buenos Aires, 1985, N° XIV, pp. 221-246.
24 Cfr. , Del Rio, Mercedes y Ana María Presta, Un estudio etnohistórico, pp. 221-246. Cfr., Oliveto Guillermina, Ocupación, p. 95.
25 cf., Barragán, Pueblos originarios, T. I, pp. 122-124.
26 Oliveto, Guillermina, De mitmaqkuna incaicos en Tarija a reducidos en La Plata. Tras las huellas de los moyos moyos y su derrotero colonial, en: Anuario de Estudios Bolivianos, Archivísticos y Bibliográficos, Sucre, 2011, vol. 17, p. 10. Ver: OLIVETO, Lía Guillermina; Zagalsky, Paula Cecilia, Denominaciones y estereotipos: los chiriguanos y los moyos moyos, dos casos de la frontera oriental de Charcas en el siglo XVI, en Bibliographica Americana; Lugar: Buenos Aires; Año: 2010 vol. 6, p. 1-11.
27 Mingo de la Concepción. Historia de las misiones franciscanas, T. I, p. 60.
28 Ibid., p. 61.
29 Corrado, Alejandro M., Comajuncosa, Antonio, El colegio franciscano de Tarija y sus misiones, T. I-, Ed. Offset Franciscana, Tarija, 1990, p. 6-7
30 Mingo de la Concepción. Historia, T. I., p. 60.
31 Olivieto, Ocupaciones territoriales, p. 275.
32 1540.01.22. Cuzco. Cédula de encomienda del marqués Francisco Pizarro a Francisco de Retamoso. AGI, Justicia 1125, ff. 31v - 33v. Documento N° 717, en: Julien, Historia, pp. 1-4.
Los centros de poder indígena crearon fronteras geopolíticas, en esta lógica la centralidad inca estableció sus límites por medio del traslado de pueblos conquistados. A estos grupos se les llamó “indios mitimas” o “mitimaes”, o también llamadas “mitmakunas”, o como indica Pedro Sarmiento de Gamboa, “indios mudados o traspuestos”:
“... el inca mandó [se refiere a Pachacuti] que poblasen a valles semejantes a los de su natural y que llevasen semillas de sus tierras para que se conservasen y no pereciesen, dándoles abundantes tierras para sembrar, quitándoselas a los naturales de tal sitio...”20
Según el cronista Pedro Cieza de León, el inca Topa Inga Yupanqui (1471-1493) lideró la campaña de dominación desde el Cuzco hasta el Río Maule en Chile, para aprovechar los recursos naturales, dominar y establecer presencia en la frontera del imperio por medio de indios mitmakunas, como parte de la política incaica de expansión.
Esta fue su forma de construcción de fronteras, ellos eran “indios traslados” a las regiones fronterizas del imperio incaico para sentar presencia. Se puede constatar este hecho en la documentación colonial del juicio entre Cristóbal Barba y Juan Ortiz de Zárate21.
Pedro Cieza de León, cronólogo del siglo XVI, describió tres tipos de mitimaes que existieron bajo el gobierno de los incas:
• El primero correspondía a aquellos indígenas trasladados a otras regiones que se dedicaban a tareas productivas como la extracción de minerales, orfebrería, trabajo en canteras y agricultura.
• El segundo a los que hacían protección armada de la frontera del imperio inca contra los indios moxos y chiriguanos, que fueron calificados como “gente bárbara y belicosa”. En este segundo grupo se encontraban algunos indígenas que fueron trasladados al valle de Tarija:
“… los mitimaes se pusieron porque los indios de las fronteras de los Andes, como son chuchos y moxos chiriguanaes, que los más dellos tienen sus tierras a la parte de levante a la cayda de las sierras y son gentes bárbaras y muy belicosos y que muchos dellos comen carne umana y muchas vezes salieron a dar guerra a los naturales de acá y les destruyan sus campos y pueblos llevando presos los que dellos podrían para cormérselos; para remedió desto avía en muchas partes capitanías y guarniciones hordinarias, en las quales estaban algunos orejones. Y Porque la fuerza de la guerra no estuviese en una nación, no presto se pudiesen costear para alguna rebelión o conjuración sacavan para soldados destas capitanías mitimaes de las partes y provincias que convenían, los quales eran llevados a donde digo y tenían sus fuertes, que son “pucaraes”, para defenderse si estuviesen necesidad. Y proveyan de matenimiento a esta jente de guerra, del mayz y otras cosas de comida que los comarcanos proveyan de sus tributos y derramas que les harán hechadas;y la paga que se les hazía era, en algunos tiempos, mandalles dar algunas ropa de lana y plumas o brazaletes de oro y de plata a los que se mostraban más balientes;y también les daban mujeres de las muchas que en cada provincia, estavan guardadas en nombre del Ynga; y como todas las más heran hermosas, teníanlas y estimávanlas en muchos., Sin esto, les daban otras cosas de poco valor, de lo qual tenían cargo de vorve[e]r los gobernadores de las provincias, porque tenían mando y poder sobre los capitales a quien estos mitimaes obedecían. Y sin las partes dichas, tenían algunas destas guarniciones en las fronteras de los Chachapoyas y Bracomoros y en el Quito y en Carangue, ques adelante del Quito, al Norte, junto con la provincia que llama de Popayán, y en otras partes serían menester, así Chile como en los llanos y sierras.22
- Un tercer grupo se movilizaba desde tierras conquistadas de similares características ecológicas con el fin de consolidar zonas productivas y de esta manera poblar las regiones.
“... por algunos años no les pedían tributo ni ellos daban, antes eran proveídos de mujeres y coca mantenimiento para que con mejor voluntad entendiesen en sus poblaciones.23
Los mitmakunas estaban bajo el mando de “incas orejones”, que organizaban la actividad de los reubicados. Estos gobernantes, aunque no tenían linaje real del imperio, poseían privilegios por las alianzas internas con otras naciones. Está debidamente probado que los Incas entablaban relaciones de alianza con las autoridades de los espacios dominados, distinguiéndoles con títulos especiales, dotándoles de privilegios y obsequiándoles bienes de prestigio con el objetivo de lograr su participación activa en el sistema de gobierno indirecto establecido24. En Tarija es probable que el grupo de los “incas orejones” estuviera formado (por lo menos en parte) por miembros de la elite chicha.
2.1 Indígenas en la frontera inca de Tarija
Los valles de Tarija, situados entre los ríos Pilcomayo, Bermejo, Pilaya, camblaya y Guadalquivir, comprendían una región que fue ocupada por parcialidades de diverso origen étnico, ya que fue una zona de frontera donde los incas trasladaron indígenas para defender sus límites ante los avances de los chiriguanos.
Los documentos coloniales hablan de la presencia de indígenas quillakas, asanaques, visisas, chichas y juríes en el radio que comprendiera el corregimiento del Pilaya y Paspaya; y en el territorio de Tarija: chichas, churumatas, tomatas, juríes y moyos moyos. En esta zona existían fuertes militares en Esquile, culpina, Aquilcha y en chaguaya.
A mediados del siglo XVI, la región presentaba una gran movilidad indígena, provocada por la presión fronteriza de los chiriguanos. Bajo esta situación los valles de Tarija se convirtieron en un corredor migratorio de indígenas que pertenecieron a un conjunto mitmakuna incaico trasplantado desde los núcleos originarios hasta esta línea de frontera, a las fortalezas allí emplazadas25.
De las referencias consultadas encontramos los siguientes datos de pueblos indígenas que estuvieron en el valle de Tarija antes y durante la llegada de los españoles:
Carangas
Los “indios carangas” son mencionados, junto a su ubicación, en las cédulas de encomiendas que dio Francisco Pizarro a Francisco Retamoso, en 1540. Se conoce que en Totora (actual Cochabamba) se dedicaban a proveer productos como el maíz, ajíes, algodón, frutas y coca26. En Tarija se ubicaban en el centro sur de los valles y estaban distribuidos en 14 pueblos y la fortaleza de Auilcha (‘Aquilcha”). Estos pueblos estaban bajo el mando del cacique Ysquilla, se anota que en dicha fortaleza existían cien casas.
En el Memorial de Charcas de 1582, están presentados dentro de los grandes señoríos, pues antes y después de los incas contaban con más de diez mil personas.
“25.- [Señoríos y curacazgos] Lo otro. En nuestra prouincia de Los Charcas, antes de los ingas y después de ellos solía hauer señores naturales mayores de a diez mil vasallos y otros de a ocho mil indios y otros de a seis
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mil indios y vasallos otros dichos señores y caualleros eran superiores de los demás caciques y señores que hauía en cada nación. Y ansí el uno fue de Los Charcas y el otro de Los Caracaras y el otro de Los Soras y el otro de Los Quillacas y el otro de Los Chuis y el otro de Los Chichas, cada uno diferentes en la nación, hábitos y traje. Y ansí cada uno de estos señores solían tener ocho segundas personas y diez también de a mil indios y cuatro principales de cada aylIu de a quinientos y de cien indios y cuatro mandones en cada aylIu cada/ uno en su nación de hanansaya y Hurinsaya. Y en esta orden gouernaron los ingas. Y cada uno fuimos señores de nuestros súbditos y naturales y fueron bien gouernados los nuestros naturales. Y en esta costumbre los hallaron los españoles y Vuestra Majestad”27
Importante es que, en el expediente, son citados junto a otros como los charcas, caracaras, chichas, chuis, quillacas y los soras, indicando su participación en acciones militares bajo el mando del inca Paullo en contra los españoles:
“48.- [Conquista española de Charcas y otras naciones Lo otro. Cuando envió el marqués don Francisco Pizarro a su hermano el comandante Hernando Pizarro y a Gonzalo Pizarro y a los demás capitanes y soldados hacia esta prouincia de Los Charcas, todos los naturales de esta prouincia de los Charcas, ansí la nación de Los Charcasy Caracaras, Chichas, Chuis, Quillacas, Carangas y Los Soras, éstas dichas siete naciones por mandato de Inga Mango Capa y de su hermano Inga Paullo fue mandado por ellos que se resistiesen y les hiciésemos guerra y batalla a los capitanes de Vuestra Majestad que con ellos venía el Inga Paullo. Y ansí todas estas dichas siete naciones les dieron guerra y batalla en el Valle de Cochabamba a los dichos capitanes y soldados de Vuestra Majestad y después fueron desbaratados y vencidos y muertos por los dichos capitanes de Vuestra Majestad las dichas siete naciones. Cada una fueron a diuersas partes. Solo un cacique y señor principal de todos Los Charcas, llamado Coysara viendo su ceguera claramente fue uno de los primeros que vino a la obediencia de Vuestra Majestad a Hernando Pizarro y a los demás capitanes con toda su gente y vasallos en el pueblo de Auquemarca, pueblo de Los Charcas. Y por respecto del dicho señor principal de todos los charcas toda la prouincia vino a la obediencia de Vuestra Majestad, especialmente un cacique principal de todos Los Caracaras llamado Moroco, y toda su gente. De manera que quedó toda la tierra muy sosogada y pacífica hasta el día de hoy, especialmente toda esta prouincia de Los Charcas, en seruicio de Vuestra Majestad, como es público y notorio”28
“49.-[Alianza hispano-charca. Nombre de esta región] ... Y ansí mismo les honró a los demás caciques de toda esta prouincia de Los Charcas por ser los primeros que hauían venido a la obediencia de Vuestra Majestad los naturales de Los Charcas. Y ansí llamaron entonces la prouincia de Los Charcas, que si los Quillacas y Carangas y Soras vinieran primero a la obediencia que Los Charcas y Caracaras, llamárase esta prouincia prouincia de Los Carangas, de Los Quillacas e prouincia de Los Soras, como es público y notorio.”29
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Chichas
Los chichas es otro grupo que estaba presente en el sur, se ubicaron entre el río Camblaya y el río San Juan del Oro, distribuyéndose en la región entre Talina y Culpina antes de la ocupación inca. Según los estudios arqueológicos, estuvieron en la cordillera de Sama, en los espacios aptos para la agricultura, en el periodo entre 500 y 1470 d.C. Los sitios arqueológicos más productivos y más representativos son Curqui, Palqui, Ñoquera y lo que se llama Pueblo Viejo que formaban las rutas “llameras”.
Como parte de la frontera armada inca, que buscaba hacer frente a los chiriguanos, estuvieron en el fuerte Condorhausi (en el actual noroeste de la Provincia Méndez del Dpto. de Tarija), Escapana y Taraya (Sur Cinti del Dpto. de Chuquisaca). En el siglo XVI habitaban en Calcha, Cotagaita, Tupiza, Talina, Suipacha, Moreta y otros30.
Los chichas también fueron parte de las cuatro naciones de soldados y gozaban de alta estima de los Incas:
“por honrar y en lugar de dar recompensas por sus seruicios como a hidalgos y caualleros les llamaron sus hijos primogénitos y mayorazgo de su Reino, como es público y notorio”31
“45.- [Las cuatro naciones que fueron soldados de los ingas] Primeramente las cuatro naciones somos Los Charcas y Caracaras y Chuis y Los Chichas, deferenciados en los trajes y háuitos, hemos sido soldados desde el tiempo de los ingas llamados Inga Yupangue y Topa Inga Yupangue y Guaynacana y Guascar Inga y cuando les españoles entraron en esta tierra los hallaron en esta posesión. Y es ansí que estas dichas cuatro naciones como es público y notorio [...] hemos sido soldados desde el tiempo de los ingas referidos arriua, reseruados de pechos y alcaualas y de todas las demás tasas y seruicios personales que se entiende de guarda de ganados y de ser ovejeros y de hacer la mita en la corte de la gran ciudad del Cuzco y de ser canteros, tejedores de la ropa de cumbe y de abasca y de ser chacareros, albañiles y canteros gente que tenía por costumbre trasponer un ceno a otra parte a puras manos y labranzas como se hacía en el tiempo de los ingas [por] otras generaciones como es público y notorio y otras cosa[s] má[s]”32
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Churumatas
A los churumatas se les conoce por la documentación colonial. Sobre su origen existen diveras opiniones; algunos opinan que son originarios de la puna de Jujuy (apatamas), que ocupaban los valles tarijeños cuando los incas los conquistaron; otros piensan que probablemente eran parte del colectivo chicha33 y que hubieran ocupado los valles orientales de Tarija en el periodo previo a la instalación inca en el área. Y así las opiniones son y serán tan diversas, hasta que no se hagan más estudios específicos arqueológicos y etnohistóricos que puedan precisar su origen.
Luis Perdomo, encomendero, quien recibió de Vaca de Castro en Tarija quinientos “indios churumatas”, indica que eran indios pobres, sin ganado ni maíz y retirados hacia la villa de la Plata por temor a los chiriguanos. Estos indios estaban en el fuerte de Esquile, en un sector conocido como “valle de los churumatas”34, en el Ancón en la entrada del valle de la Concepción. Por Gabriel de Rojas, quien hizo una relación de los repartimientos, se conoce que los churumatas estaban asentados cerca de la villa de La Plata, donde hacían sus sementeras. Esta aclaración permite suponer que Perdomo sacó a sus encomendados de Tarija y los llevó a las cercanías de La Plata para asegurar el pago del tributo. En una visita a Totora realizada en 1560, se indica que los churumatas encomendados a Luis Perdomo eran originarios de Tarija35.
El último grupo convivió con moyos moyos, chichas, apatamas e incas orejones, articulando relaciones que perdurarían a lo largo del primer siglo de dominación española (siglo XVI).
Los churumatas, en la crónica del P. Corrado, son identificados como una parcialidad de los chichas y se describe su ubicación en Chocloca, Guayavillas, y el actual valle de la Concepción, además se registra su presencia en:
“EI territorio Tarijeño era el último límite, a donde Ios sucesores de Maco-Capac habían estendido su imperio por este lado. Habitábanlo unas tribus de indios Chichas, vaIientes y beIicosos, que, según GarciIazo, reinado el Inca del sol. Los que vivían en Ios contornos de Chocloca y Guairivana, junto a la angostura ya mencionada, en el los llanos en que después por Ios españoIes recibineron eI nombre deI Valle de N. Señora de la Concepción, pertenecían a Ia parciaIidad de Ios Churumatas”36
Este dato fue escrito por el P. Corrado en la segundad mitad del siglo XIX y con los estudios etnohistóricos del siglo XX halla mayor profundidad en su compresión.
Por lo pronto se puede asumir las hipótesis de Ferreiro, quien estudió a los churumatas, en relación con los Payas, Yalas y Ocloyas en el norte jujeño, plantea tres posibilidades:
“a)… Los churumatas formaban parte de una unidad lingüística y cultural originaria del Chaco o del piedemonte, desmembrada por la irrupción del imperio incaico, que lleva a uno de estos grupos mitmakunas a Chichas...
... la posibilidad de que no haya existido, en realidad, ninguna etnia o unidad Churumata y que este etnónimo fuere una designación basada en algún criterio cultural (lengua, costumbre, producción, etc.) que funcionase como colectivo para pueblos pedemontanos - del pie de monte - o andinizados o para grupos chaqueños en estrecho contacto con ellos.
la tercera posibilidad que encontramos etnográficamente válida, es la existencia de un núcleo común que se disgregó en circunstancias desconocidas realizando cada uno de los grandes grupos separados (en principio dos) adaptaciones a nuevos territorios. Desde luego se estaría hablando, para el proceso, de una profundidad temporal mayor que la que pudo abarcar la conquista incaica del área”37
En la segunda mitad del siglo XVI se configuraba un núcleo multiétnico situado en la línea sur de frontera inca. Allí habitaba un conjunto de grupos indígenas entre ellos los churumatas. En la Cédula de la Encomienda dada por Pizarro a Alonso de Camargo se lee:
“Y otro pueblo que se llama orocota [Oroncota] de mitimaes churumatas e yamparaes e moyos moyos’38.
como se dijo las fuentes, métodos y estudios son todavía limitados para una comprensión más profunda y cabal de estos pueblos indígenas en este periodo.
Moyos moyos
Para una etnohistoria de los indios moyos moyos (o también se anotaba moyosmoyos, moyo moyos) en el valle de Tarija, existe la siguiente documentación referencial:
En la cédula de la Encomienda de Francisco Pizarro a Alonso de camargo de 14 de octubre de 1540 se lee:
“... deposito en los moyosmoyos: un pueblo que se llama Camocamo y una estancia del dicho pueblo que se llama Achaoma con veite e cinco indios con los caciques principales que son o fueren de dicho pueblo o estancia. Y otro pueblo que se llama Orocota de mitimaes churumatas e yanparaes e moyosmoyos”39.
El lugar camacomo se ubicaba en cercanías de La Plata, Orocota cerca del río Pilcomayo, en el actual Dpto. de Potosí, en las cercanías de los actuales límites con chuquisaca40.
Otro documento referente a esta etnia es el expediente del juicio entre el encomendero Juan Ortiz de Zárate y cristóbal de Barba acerca del derecho de posesión sobre los moyos moyos, que se realizó, en la primera parte en La Plata, desde 1540, y en una segunda parte en Madrid, desde 1551 hasta 1572, en torno a las declaraciones de los caciques Tusibe y Pocotas y sus pobladores. La documentación se concentra en la defensa de los derechos de los encomenderos sobre la mano de obra. El expediente está en el Archivo de Indias (AGI, Justica 1125), existe una primera transcripción hecha por Mario Barragán41.
En los estudios de Río y Presta, se anota su origen en Paiquito, en los Yungas, actual departamento de Cochabamba42. En el periodo inca, estuvieron asentados como mitmakunas en Aiquile, Poco, Río Grande y Colpavilque; en los valles de Tarija estuvieron para fortalecer su línea de presencia ante los ataques de los chiriguanos en las fortalezas identificadas como Esquile, Lecoya y Achilca43. Además, estaban en Tomina y Sopachuy44. En los estudios de Saignes se los caracteriza como “salvajes”, porque estaban en los grupos de flecheros, que reforzaban el control de otros grupos como los aimaras y hacían frente a los chiriguanos.
Es claro que los moyos moyos cumplieron roles sociales configurados por el sometimiento a una cultura dominante como pueblo belicoso y guerrero, formando barricadas humanas, que, desde el Tawantisuyo, se habrían planificado contra los ataques guaraníes45.
Tomatas
La información sobre los tomatas, en tiempo de los incas, es prácticamente inexistente, su origen étnico no está definido con certeza. De todos modos, los investigadores tienen coincidencias con diferentes matices en sus apreciaciones.
En el siglo XVIII, fray Mingo de la Concepción los consideró provenientes de los chichas46 y los ubicó en las faldas de la cordillera de Sama.
Fray Manuel Mingo:
“... eI uno era (y es) hacia Ia parte de arriba deI sitio o terreno IIamado hoy eI de S. Lorenzo, y eI otro junto aI sitio IIamado La Victoria. De estos indios Tomatas hay todavía varios descendientes que viven en dichos parajes distintos con eI nombres o denominación de Tomatas de Arriba y Tomatas de Abajo”47
Así mismo el P. Corrado decía:
“Canasmoro, Sella, Cuimata y el escondido Vallecito, que los españoles llamaron de N. Señora de Ia Victoria, tenían e (según hallamos escrito en la colección manuscrito citada) el apellido de Tomatas, dado probabIemente por los españoles, conforma al uso entonces frecuente de bautizar en el nombre del cacique a todas Ias famiIias de él dependientes”48
Si el origen de los tomatas se asocia con los chichas, entonces cabe preguntar ¿a qué parcialidad de chicas pertenecían? Es difícil dar respuesta a la interrogante, pues el P. Mingo anota que “se dice que eran originarios de Copiapó (jurisdicción de Chile) conducidos y traídos por un religioso de la orden de N. Padre S. Domingo”.
En el litigio por tierras en Canasmoro, entre 1596 y 1600, hay unas referencias a estos indígenas como “tomatas copiapoes”49. En un pleito sobre tierras entre los tomatas de Tarija y Pablo de Chinchilla, se encuentra una vinculación con los chichas. Por eso se conoce que la autoridad del grupo era el cacique Felipe Tomaave de la encomienda del adelantado Juan Hortiz de Zárate50.
Los tomatas fueron siempre considerados aliados de los españoles e identificados como “gente buena”, gozaron de la posesión reconocida legalmente de sus poblados y tierras productivas que les pertenecían, en algunos casos, desde el tiempo de los incas.
Tarija fue una frontera multiétnica marcada por el límite de las entradas de los indios chiriguanos. Este concepto de frontera perdurará como transversal en el periodo de las encomiendas y en el proceso de fundación por Luis de Fuentes.
Documentación sobre Tarija
No se menciona a Tarija en la literatura temprana colonial en las obras clásicas de la primera generación de autores como: Pedro de cieza de León, Agustín de Zárate, Polo de Ondegardo, Pedro Sarmiento de Gamboa, entre otras.
Las referencias más antiguas se las puede encontrar en los textos del escribano Juan de Grajeda, quien formó parte de la primera expedición al valle de Tarija, en 1539. Estos documentos son actas notariales de la expedición de Pedro de candia y pertenecen a un fondo compuesto por más de 800 actas de ese tipo, elaboradas entre 1535 e inicios del siglo XVII. Además, son parte de una colección de 6.500 documentos sobre el Perú.
Se puede encontrar publicaciones referenciales sobre esta documentación en: Rafael Sánchez concha Barrios, “Las expediciones descubridoras: la entrada desde Larecaja hasta Tarija (1539-1540)”; Mario Barragán en “La Historia temprana de Tarija 2001” publicó 55 protocolos de Juan de Grajeda de la colección Mendel de Lilly Library, Universidad de Indiana, Bloomington. Un estudio analítico de los textos de Grajeda fue realizado por Guillermina Oliveto en su tesis doctoral “Ocupación territorial y relaciones interétnicas en los Andes Meridionales. Tarija entre los desafíos prehispánicos y temprano coloniales” (Trabajo doctoral inédita. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 2011).
Una segunda referencia está en la documentación sobre las encomiendas que dio Francisco Pizarro a Francisco Retamoso, fechada el 22 de febrero de 1540 en el cuzco. La encomienda incluía “los pueblos e indios de Tarixa” sujetos al cacique Ysquilla51. Además, se menciona a Tarija en un expediente judicial entre Cristóbal Barba y Juan Ortiz de Zárate, por la posesión de un grupo indígena, la disputa transcurre entre 1540 y 1572.
1 Sarmiento de Gamboa, Pedro Historia de los Incas, 2 ed., Buenos Aires: Emecé Editores, S.A., 1943, Colección Hórreo; N° 10, p. 198.
2 AGI. Justicia 1125. Primera y segunda pieza, en: Barragán, M. Pueblo Originarios de Tarija T. II. Juicio por la Posesión de los indios moyo moyo, pp. 135-303.
3 Cieza de León, Pedro: Crónica del Perú. Segunda parte. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Academia Nacional de la Historia, 1985, [1551], p. 65.
4 Ibid., p. 66
5 Cfr., Oliveto, Lía Guillermina, Ocupación territorial y relaciones interétnicas en los Andes Meridionales. Tarija, entre los desafíos prehispánicos y temprano coloniales. Tesis Doctoral) Universidad de Buenos Aires en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, 2010, p. 37.
6 Cfr., Presta Ana María y Río Mercedes del, Reflexiones sobre los churumatas del sur de Bolivia, siglos XVI-XVII” Histórica XV:2, Lima, Dic. 1993, p. 230.
7 “35 [Suyos y Urcos de las cuatro naciones]. Lo otro. El inga Topa Inga Yupangui y su hijo Guayna Caba nos repartieron tierras en el Valle de Cochabamba a todas las naciones de la/ prouincia de Los Charcas llamadas Charcas, Caracaras, Soras, Quillacas [y] Carangas para que en ellas sembrásemos y cultivásemos e señalando y amojonando a cada nación por si suso referido en este capítulo de 35. Y es ansí que los Soras, Quillacas y Carangas las Justicias de Vuestra Majestad los han metido en posesión real a dichas sus tierras y suyos y urcos a cada uno lo que le pertenecía desde el tiempo de los ingas, acepto a nosotros los charcas y caracaras de lo cual hemos reciuido notorio agrauio y daño. Y suplicamos a Vuestra Majestad sea seruido mandar que se nos dé posesión de las dichas nuestras tierras del Valle de Cochabamba que son cuatro suyos y urcos cada uno con sus zanjas de la nación de Los Charcas y otros cuatro suyos y urcos de la nación de Los Caracaras como es público y notorio. Y en ello reciuiremos bien y merced mandándonos enviar Vuestra Majestad para ello sus reales prouisiones para que las justicias de Vuestra Majestad hagan información acerca de ello y constándoles ser ansí nos mande meter en la posesión de las dichas nuestras tierras como a las demás naciones que las poseen el día y hoy”, en: Espinoza Soriano, Waldemar, El Memorial de Charcas: Crónica Inédita de 1582, p. 137.
8 Ibid., p.134.
9 Ibid., pp. 141-142.
10 Ibid.
11 Cfr., Oliveto, Lía Guillermina, Ocupación territorial y relaciones interétnicas en los Andes Meridionales. Tarija, entre los desafíos prehispánicos y temprano coloniales, (Tesis de Doctorado) Universidad de Buenos Aires en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, 2010. pp. 41-42. Cfr. Michel, M., Gutierrez D., Ayala P., Calla S., Beierlein De Gutierrez M. y Palacios G., Los Chichas Preinkaicos del sur de Bolivia y noroeste de la Argentina, en: Pacarina, año 2005, No. 4, p. 84.
12 Espinoza, El Memorial, p. 140.
13 Ibid.
14 cfr., Salas, Alberto Mario, El Antigal de ciénaga grande, quebrada de Purmamarca, Prov. de Jujuy. (Tesis.). 1945.
15 Presta y Mercedes del Río, Reflexiones sobre los churumatas, p. 46.
16 Cfr., Oliveto, Ocupación, pp. 144-145.
17 Corrado, El Colegio, T. I, p. 6.
18 Ferreiro, J. P. el chaco en los andes: churumatas, paypayas, yalas y ocloyas en la etnografía del oriente jujeño. Población y Sociedad, Tucumán, n. 2, 1994.p. 22-23
19 1540.10.14. Los Reyes. Cédula de encomienda del marqués Francisco Pizarro a Alonso de Camargo. AGI, Justicia 1125, ff. 166 -167. Documento N° 722, en: Julien, Catherine (ed), Angelis, Kristina y Bass Werner de Riz, Zulema, Historia de Tarija. T. VI. Tarija: Imprenta Guadalquivir, 1997, p. 17.
20 1540.10.14. Los Reyes. cédula de encomienda del marqués Francisco Pizarro a Alonso de camargo. AGI, Justicia 1125, ff. 166 - 167. Documento N° 722. En Julien (Ed), corpus, p. 17.
21 Ver: Oliviero, Guillermina, De mitmaqkuna incaicos en Tarija a reducidos en La Plata. Tras las huellas de los moyos moyos y su derrotero colonial, en: Anuario de Estudios Bolivianos, Archivísticos y Bibliográficos, Sucre; Año: 2011 vol. 17, pp. 463 - 490.
22 Barragán, Mario, Juicio por la posesión de los indios moyos moyos. Tarija, Bolivia: Impr. Integral, 2011.
23 Del Río, Mercedes y Ana María Presta. “Un estudio etnohistórico en los corregimientos de Tomina y Amparaez: casos de multietnicidad”, Runa, Instituto de Ciencias antropológicas, UBA, Buenos Aires, 1985, N° XIV, pp. 221-246.
24 Cfr. , Del Rio, Mercedes y Ana María Presta, Un estudio etnohistórico, pp. 221-246. Cfr., Oliveto Guillermina, Ocupación, p. 95.
25 cf., Barragán, Pueblos originarios, T. I, pp. 122-124.
26 Oliveto, Guillermina, De mitmaqkuna incaicos en Tarija a reducidos en La Plata. Tras las huellas de los moyos moyos y su derrotero colonial, en: Anuario de Estudios Bolivianos, Archivísticos y Bibliográficos, Sucre, 2011, vol. 17, p. 10. Ver: OLIVETO, Lía Guillermina; Zagalsky, Paula Cecilia, Denominaciones y estereotipos: los chiriguanos y los moyos moyos, dos casos de la frontera oriental de Charcas en el siglo XVI, en Bibliographica Americana; Lugar: Buenos Aires; Año: 2010 vol. 6, p. 1-11.
27 Mingo de la Concepción. Historia de las misiones franciscanas, T. I, p. 60.
28 Ibid., p. 61.
29 Corrado, Alejandro M., Comajuncosa, Antonio, El colegio franciscano de Tarija y sus misiones, T. I-, Ed. Offset Franciscana, Tarija, 1990, p. 6-7
30 Mingo de la Concepción. Historia, T. I., p. 60.
31 Olivieto, Ocupaciones territoriales, p. 275.
32 1540.01.22. Cuzco. Cédula de encomienda del marqués Francisco Pizarro a Francisco de Retamoso. AGI, Justicia 1125, ff. 31v - 33v. Documento N° 717, en: Julien, Historia, pp. 1-4.