JUANA DE ARCO
Un reconocido profesor, llegado desde Chile, don Adolfo Piñeiro, como experto educador, fue el encargado de iniciar las celebraciones del mes de mayo. Luego de una prudente espera a los participantes, iniciaron las disertaciones. He recibido el encargo -dijo- de preparar, para este día, un...
Un reconocido profesor, llegado desde Chile, don Adolfo Piñeiro, como experto educador, fue el encargado de iniciar las celebraciones del mes de mayo. Luego de una prudente espera a los participantes, iniciaron las disertaciones.
He recibido el encargo -dijo- de preparar, para este día, un conversatorio sobre la vida de Juana de Arco, cuya historia es importante para la humanidad, en esta historia se mezcla la religión con reinados y la lucha armada en la época de la inquisición y por ello, ya suponemos un final trágico en esta historia.
Juana nació el 6 de enero de 1412, en el pueblo de Domrémy en Francia, hija de una familia campesina formada por Jaques D’Arc y su madre Isabelle; fue educada muy devota y desde niña participaba de las actividades religiosas; dicen que a los 13 años empezó a escuchar unas voces interiores de las mártires Calalina de Alejandría y de Santa Margarita y confesó haber visto al Arcángel San Miguel.
En los primeros meses del año 1429, en el transcurso de la guerra de los cien años, esas voces le exhortaban a ser parte de la salvación de su nación. Intentó explicar lo que escuchaba y no le daban importancia, hasta cuando profetizo una derrota militar; entonces fue enviada a hablar con una escolta real. Ante ellos se dirigió directamente al futuro rey que se encontraba mimetizado entre sus soldados.
Por ese suceso logró la confianza del futuro monarca y le puso al mando de un ejército de unos diez mil hombres. Manda hacer una bandera con los nombres de Jesús y de María y se dirige hacia Orleans donde triunfa por la motivación que permanentemente les daba a sus soldados. Tras la liberación de Orleans se trasladó a otras ciudades ocupadas por los ingleses y también las liberó.
El Delfín francés que ayudó Juana de Arco, fue el posteriormente monarca Carlos VII, que no podía coronarse por los intereses familiares ante el trono y los territoriales de los ingleses por extender su reinado. Los duques de Borgoña y el de Orleans reclamaban el trono del monarca en Francia.
Hablar de una mujer en medio de batallas guerreras era algo fuera de lo común y por ello es importante esta Juana. Aunque se hable de voces divinas que le hablaban, lo hizo y ha demostrado que no sólo los hombres estamos preparados para ser soldados. Ese mensaje que ha dejado, con seguridad podrá madurar y en las siguientes épocas será otro el rol que ocupen las mujeres.
Lo que hablamos hasta ahora solamente es parte de la vida de Juana de Arco, y lo demás también es muy interesante. - dijo el docente nacido y formado en Chile.
Luego de las batallas ganadas contra los ingleses, luchó contra los opositores del futuro rey y logró que el 17 de julio de 1429 fuera solemnemente coronado en Reims el rey Carlos VII.
Durante la ceremonia Juana estaba con un estandarte junto al rey. A partir de entonces ya no escucho más voces divinas; sin embargo creía que aún no concluyó su misión y se embarcó en un ataque a París para imponer al rey. Fue una derrota para Juana esta acción y además, recibió una herida en el muslo.
Una vez recuperada de salud, emprendió otra batalla en Compiegne, donde aún resistían los borgoñeses, el puente levadizo se levantó y Juana, con algunos soldados, quedaron a merced de sus enemigos y la tomaron prisionera llevándola al campamento de Juan de Luxemburgo. Los franceses no hicieron nada por liberarla y más bien, fue comprada por los ingleses, que le instauraron un proceso presidido por el obispo Pedro Cauchón. Le juzgaron por hechicería, por tomar el nombre de Dios en sus voces interiores y por vestir y luchar como hombre. En principio querían salvarle la vida a cambio de una retractación pública, sobre las voces divinas que escuchaba, y cuando fue llevada ante una multitud hizo una vaga retractación que no convenció a sus juzgadores. Luego recupero sus convicciones y aseguró que sí eran voces divinas las que escuchaba y lo que hacía era por orden de Dios.
Fue declarada como hereje renegada y el 30 de mayo de 1431, fue conducida a la plaza del mercado de Rouen para ser quemada viva. Cuando prendieron la hoguera Juana pidió a un fraile que mantenga la cruz a la altura de su mirada, invocaba al arcangel San Miguel y luego de nombrar tres veces el nombre de Jesús, entregó su espíritu al señor.
La inquisición había cobrado otra vida, esta vez la de Juana de Arco, sus cenizas fueron echadas al río Sena.
Posteriormente, a petición de su madre y hermanos, en julio de 1456, rehabilitaron su nombre de la sentencia dictada.
En fecha 20 de mayo de 1920 Juana de Arco fue canonizada por el Papa Benedicto XV.
Esa fue la historia de una campesina que no sabía ni leer ni escribir, de una guerrera, de una heroína y de una Santa que dio su vida por su patria.
Esa fue la historia de Juana de Arco, donde se mezclan la religión con la guerra, y la opulencia con la pobreza y la ignorancia. Sucedió en el siglo XV y espero que la historia les haya gustado.
Un aplauso espontaneo y prolongado de todos los asistentes premió la brillante exposición del profesor Adolfo Piñeiro.
-Tenía destreza con el arco y la flecha y por eso la llamaban Juana de Arco?- pregunto uno de los asistentes.
-No, dijo el disertante, nunca practico con ninguna arma, solamente con las herramientas de labranza que utilizaban para la agricultura, hemos indicado que su padre se llamaba Jacques d’Arc y en castellano el apellido sería De Arco. Era realmente su apellido.
-Como este era el inicio para realizar un viaje a la libertad, entiendo que la única libertad era elegir su propio rey, aunque si lo tienes la libertad no combina con monarquía.-comentaron.
-Lo rescatable es que una mujer se convierta en soldado y jefe, esa parece ser la libertad conseguida, -dijeron con convicción.
Ante la respuesta nadie se atrevió a consultar sobre lo disertado y más bien reiteraron el aplauso para el disertante.
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