A Roberto
La vida tiene preparados sobresaltos que muchas veces nos estremecen. Es tan corta nuestra permanencia en la tierra, y más aún si la comparamos con la eternidad, que no puedo dejar de pensar que no llegamos a aprender a vivir: derrochamos demasiado tiempo en peleas, intrigas, roces y...



La vida tiene preparados sobresaltos que muchas veces nos estremecen.
Es tan corta nuestra permanencia en la tierra, y más aún si la comparamos con la eternidad, que no puedo dejar de pensar que no llegamos a aprender a vivir: derrochamos demasiado tiempo en peleas, intrigas, roces y desaveniencias, cuando cada día que pasa es un generoso regalo de Dios que pocas veces nos detenemos a agradecer. Nos olvidamos que el creador del universo, por amor a nosotros, no vaciló en enviar a su Hijo a morir para abrirnos el camino para poder llegar a la eternidad con Él.
Y la vida es una ocasión única para interactuar con nuestros compañeros de viaje: con algunos estableceremos vínculos imperecederos, con otros quizás evitaremos el acercamiento, pero nunca debiéramos tomar actitudes dañinas de odio o menosprecio. Porque no sabemos cuándo es nuestra partida al viaje sin retorno y qué cosecharemos con los actos realizados en esta vida pasajera.
Estos pensamientos vienen a mi mente porque el mismo día de haber estado presente por la mañana en el entierro de don Antonio Molina Rico, –con quien tuve la oportunidad de trabajar y hacer amistad durante casi 7 años, haciéndome cargo de la venta de repuestos y del llenado de los libros de contabilidad de Casa Antonio Molina-, el mismo día por la tarde me llega la noticia del fallecimiento de Roberto Ávila Castellanos. Ambos, don Antonio y Roberto, queridos amigos de quienes guardo un gran agradecimiento por su amistad.
Roberto fue amante de la historia y de los símbolos cívicos de Tarija: cuando estuvo ejerciendo como alcalde interino, me encomendó hacer un estudio sobre el Himno Tarijeño, y como fruto de esa tarea, el presente año se aprobó por la Asamblea Legislativa la unificación de la partitura de nuestro Himno, que ha venido siendo cantado con alteraciones durante más de 50 años. También él se ocupó personalmente del estudio del escudo de Tarija.
Si bien fue ingeniero civil de profesión, su amor a la literatura se hace patente en sus escritos diversos: poesía, artículos editoriales y documentos técnicos publicados en periódicos y libros. A modo de ejemplo, transcribimos un poema del libro “¡ADENTRO!”
DULCE AUSENCIA
Roberto Ávila Castellanos
Donde encuentres alegría
sonríeme
Y acompaña tu pensar
Con momentos que felices
Florecieron en el tiempo.
Anudando algún instante
y liberarlo realizado,
desatando injusticias,
sembrando ilusiones,
y soñando en un mañana,
que quizás sucederá.
Sin palabras,
ni momentos
que puedan tu tristeza
despertar;
recuérdame FELIZ
así te recordaré
cuando lejos esté.
“POR CUALES CAMINOS” es otro de sus libros de prosa de contenido vinculado a la realidad y al desarrollo de nuestro departamento. Sin embargo al inicio escribe cuatro versos que muestran la línea de su profundo pensamiento:
Los pueblos tienen caminos
y esperanzas circulan por ellos,
la vida es un camino
que se debe mejorar.
Precisamente en el camino de la vida se requiere poner lo mejor de nosotros a disposición de quienes vienen detrás. ¡Que Dios sea el destino de tu paso por esta vida, querido Roberto!
Es tan corta nuestra permanencia en la tierra, y más aún si la comparamos con la eternidad, que no puedo dejar de pensar que no llegamos a aprender a vivir: derrochamos demasiado tiempo en peleas, intrigas, roces y desaveniencias, cuando cada día que pasa es un generoso regalo de Dios que pocas veces nos detenemos a agradecer. Nos olvidamos que el creador del universo, por amor a nosotros, no vaciló en enviar a su Hijo a morir para abrirnos el camino para poder llegar a la eternidad con Él.
Y la vida es una ocasión única para interactuar con nuestros compañeros de viaje: con algunos estableceremos vínculos imperecederos, con otros quizás evitaremos el acercamiento, pero nunca debiéramos tomar actitudes dañinas de odio o menosprecio. Porque no sabemos cuándo es nuestra partida al viaje sin retorno y qué cosecharemos con los actos realizados en esta vida pasajera.
Estos pensamientos vienen a mi mente porque el mismo día de haber estado presente por la mañana en el entierro de don Antonio Molina Rico, –con quien tuve la oportunidad de trabajar y hacer amistad durante casi 7 años, haciéndome cargo de la venta de repuestos y del llenado de los libros de contabilidad de Casa Antonio Molina-, el mismo día por la tarde me llega la noticia del fallecimiento de Roberto Ávila Castellanos. Ambos, don Antonio y Roberto, queridos amigos de quienes guardo un gran agradecimiento por su amistad.
Roberto fue amante de la historia y de los símbolos cívicos de Tarija: cuando estuvo ejerciendo como alcalde interino, me encomendó hacer un estudio sobre el Himno Tarijeño, y como fruto de esa tarea, el presente año se aprobó por la Asamblea Legislativa la unificación de la partitura de nuestro Himno, que ha venido siendo cantado con alteraciones durante más de 50 años. También él se ocupó personalmente del estudio del escudo de Tarija.
Si bien fue ingeniero civil de profesión, su amor a la literatura se hace patente en sus escritos diversos: poesía, artículos editoriales y documentos técnicos publicados en periódicos y libros. A modo de ejemplo, transcribimos un poema del libro “¡ADENTRO!”
DULCE AUSENCIA
Roberto Ávila Castellanos
Donde encuentres alegría
sonríeme
Y acompaña tu pensar
Con momentos que felices
Florecieron en el tiempo.
Anudando algún instante
y liberarlo realizado,
desatando injusticias,
sembrando ilusiones,
y soñando en un mañana,
que quizás sucederá.
Sin palabras,
ni momentos
que puedan tu tristeza
despertar;
recuérdame FELIZ
así te recordaré
cuando lejos esté.
“POR CUALES CAMINOS” es otro de sus libros de prosa de contenido vinculado a la realidad y al desarrollo de nuestro departamento. Sin embargo al inicio escribe cuatro versos que muestran la línea de su profundo pensamiento:
Los pueblos tienen caminos
y esperanzas circulan por ellos,
la vida es un camino
que se debe mejorar.
Precisamente en el camino de la vida se requiere poner lo mejor de nosotros a disposición de quienes vienen detrás. ¡Que Dios sea el destino de tu paso por esta vida, querido Roberto!