Estrofas de lucha
I Yo tengo hoy el acero de mi pluma Para luchar con ansia en el combate: La tristeza del mundo, no me abruma, Y el dolor de la vida, no me abate. Yo tengo hoy el clarín de mis canciones Para entonar el himno de la brega, Con las rojas y ardientes vibraciones De un corazón que...



I
Yo tengo hoy el acero de mi pluma
Para luchar con ansia en el combate:
La tristeza del mundo, no me abruma,
Y el dolor de la vida, no me abate.
Yo tengo hoy el clarín de mis canciones
Para entonar el himno de la brega,
Con las rojas y ardientes vibraciones
De un corazón que nunca se doblega.
Y las voces heroicas de los bardos,
Como flechas sangrientas, como dardos,
En la constante rebelión sonora.
En la constante rebelión sin calma,
Anunciando una lidia redentora,
Se clavan con furor dentro del alma.
II
Lucharé si es preciso en los humanos
Embates de la vida y de la suerte;
Hoy quiero redimir a los profanos,
Y hoy puedo combatir: me siento fuerte!
Lucharé ya sin mengua y sin tardanza
Despreciando las iras y las mofas;
Hoy quiero castigar con mi venganza,
Y hoy puedo yo humillar con mis estrofas
Pero busco una meta, busco un cielo,
En mi ruta de pena y de tristeza,
En mi ruta de amargo desconsuelo;
Porque lejos, muy lejos de la escoria,
Se encuentran mis delirios de grandeza,
Se encuentran mis ensueños de victoria.
III
Así rebelde y sólo por la senda.
Que tiene ya marcada mi carrera,
Llevando voy altivo una bandera:
Mi bandera de lucha y de contienda,
Y lucho, porque encuentro como ofrenda
En el mundo, la adversidad entera;
Henchido el corazón de ansia guerrera,
Henchido y palpitante ¡ay del que ofenda!
Y la busco en mis versos solamente;
Que son rayos de sol en la penumbra,
Que son copos de espuma en el torrente
Yo tengo hoy el acero de mi pluma
Para luchar con ansia en el combate:
La tristeza del mundo, no me abruma,
Y el dolor de la vida, no me abate.
Yo tengo hoy el clarín de mis canciones
Para entonar el himno de la brega,
Con las rojas y ardientes vibraciones
De un corazón que nunca se doblega.
Y las voces heroicas de los bardos,
Como flechas sangrientas, como dardos,
En la constante rebelión sonora.
En la constante rebelión sin calma,
Anunciando una lidia redentora,
Se clavan con furor dentro del alma.
II
Lucharé si es preciso en los humanos
Embates de la vida y de la suerte;
Hoy quiero redimir a los profanos,
Y hoy puedo combatir: me siento fuerte!
Lucharé ya sin mengua y sin tardanza
Despreciando las iras y las mofas;
Hoy quiero castigar con mi venganza,
Y hoy puedo yo humillar con mis estrofas
Pero busco una meta, busco un cielo,
En mi ruta de pena y de tristeza,
En mi ruta de amargo desconsuelo;
Porque lejos, muy lejos de la escoria,
Se encuentran mis delirios de grandeza,
Se encuentran mis ensueños de victoria.
III
Así rebelde y sólo por la senda.
Que tiene ya marcada mi carrera,
Llevando voy altivo una bandera:
Mi bandera de lucha y de contienda,
Y lucho, porque encuentro como ofrenda
En el mundo, la adversidad entera;
Henchido el corazón de ansia guerrera,
Henchido y palpitante ¡ay del que ofenda!
Y la busco en mis versos solamente;
Que son rayos de sol en la penumbra,
Que son copos de espuma en el torrente