Libros de la Biblia 1 Libro de Corintios
Autor: Pablo Fecha: 55 – 56 d.C. Tema: La conducta cristiana Lugar: Éfeso Corinto era un puerto marítimo, una ruta comercial de gran importancia. La ciudad había sido destruida por los romanos y reconstruida por Julio César el año 44 d.C., el cual la hizo una colonia romana. Pablo...



Autor: Pablo
Fecha: 55 – 56 d.C.
Tema: La conducta cristiana
Lugar: Éfeso
Corinto era un puerto marítimo, una ruta comercial de gran importancia. La ciudad había sido destruida por los romanos y reconstruida por Julio César el año 44 d.C., el cual la hizo una colonia romana.
Pablo estando en Éfeso durante su tercer viaje misionero recibe visitas de la iglesia de Corinto, que le llevaron malas noticias: le dijeron que la iglesia tenía problemas de herejía y corrupción:
Se enorgullecían de sus denominaciones (1:10-13)
Adoraban la filosofía griega, la sabiduría humana (1:22)
Eran carnales, no operaban en el Espíritu (2:12-13)
Se olvidaron del tribunal de Cristo (Romanos 8:1)
Se volvieron orgullosos espiritualmente (4:6)
Cometían pecados sexuales (5-1)
Se daba división interna (6:7-8)
No respetaban el matrimonio (7:2)
Abusaban de los dones espirituales (14:12)
Negaban la resurrección de los muertos (15:12)
Capítulos 1-3. Pablo aclara lo que significa ser cristiano para enseñar de cada problema y confusión de la iglesia, recordándoles el sacrificio de Cristo en la cruz por nuestros pecados: que Cristo es la base de la unidad de la iglesia fortalecidos por el Espíritu Santo, que los cristianos recuerden a quién pertenecen y que son personas espirituales. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (3:16).
Capítulos 4-11. Pablo enseña que los dirigentes de la iglesia deben ser tenidos en alta estima como ministros de Cristo y administradores de las verdades reveladas por Dios, siendo juzgados únicamente por Él (4:1-4).
Pablo los condena por emprender acciones legales unos contra otros, por descuidar las enseñanzas de Dios sobre el matrimonio pasando por alto la moralidad sexual, y por tomar la cena del Señor tan a la ligera.
“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?” (6:1).
“Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer” (7:10-11).
“De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.” (11:27).
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (5:11). “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (6:19).
En el Capítulo 14, Pablo les recuerda que todos son miembros del cuerpo de Cristo en conexión unos con otros, y que todos tienen dones que ofrecerse mutuamente para ser usados correctamente. “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden.” (14:39-40).
Pablo resalta la importancia de la resurrección de Cristo, que es la base futura de la resurrección de los creyentes: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” (15:3-4).
La carta de Pablo a los creyentes está llena de exhortaciones para que actúen como verdaderos cristianos, pero ese tipo de corrupción de los corintios es igual a la que tenemos en la actualidad. Nosotros también debemos corregir nuestro comportamiento y vivir sujetos a la voluntad de Dios. Esto lo podemos hacer leyendo la Palabra de Dios, estudiando y siendo obedientes a Él.
Fecha: 55 – 56 d.C.
Tema: La conducta cristiana
Lugar: Éfeso
Corinto era un puerto marítimo, una ruta comercial de gran importancia. La ciudad había sido destruida por los romanos y reconstruida por Julio César el año 44 d.C., el cual la hizo una colonia romana.
Pablo estando en Éfeso durante su tercer viaje misionero recibe visitas de la iglesia de Corinto, que le llevaron malas noticias: le dijeron que la iglesia tenía problemas de herejía y corrupción:
Se enorgullecían de sus denominaciones (1:10-13)
Adoraban la filosofía griega, la sabiduría humana (1:22)
Eran carnales, no operaban en el Espíritu (2:12-13)
Se olvidaron del tribunal de Cristo (Romanos 8:1)
Se volvieron orgullosos espiritualmente (4:6)
Cometían pecados sexuales (5-1)
Se daba división interna (6:7-8)
No respetaban el matrimonio (7:2)
Abusaban de los dones espirituales (14:12)
Negaban la resurrección de los muertos (15:12)
Capítulos 1-3. Pablo aclara lo que significa ser cristiano para enseñar de cada problema y confusión de la iglesia, recordándoles el sacrificio de Cristo en la cruz por nuestros pecados: que Cristo es la base de la unidad de la iglesia fortalecidos por el Espíritu Santo, que los cristianos recuerden a quién pertenecen y que son personas espirituales. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (3:16).
Capítulos 4-11. Pablo enseña que los dirigentes de la iglesia deben ser tenidos en alta estima como ministros de Cristo y administradores de las verdades reveladas por Dios, siendo juzgados únicamente por Él (4:1-4).
Pablo los condena por emprender acciones legales unos contra otros, por descuidar las enseñanzas de Dios sobre el matrimonio pasando por alto la moralidad sexual, y por tomar la cena del Señor tan a la ligera.
“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?” (6:1).
“Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer” (7:10-11).
“De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.” (11:27).
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (5:11). “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (6:19).
En el Capítulo 14, Pablo les recuerda que todos son miembros del cuerpo de Cristo en conexión unos con otros, y que todos tienen dones que ofrecerse mutuamente para ser usados correctamente. “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden.” (14:39-40).
Pablo resalta la importancia de la resurrección de Cristo, que es la base futura de la resurrección de los creyentes: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” (15:3-4).
La carta de Pablo a los creyentes está llena de exhortaciones para que actúen como verdaderos cristianos, pero ese tipo de corrupción de los corintios es igual a la que tenemos en la actualidad. Nosotros también debemos corregir nuestro comportamiento y vivir sujetos a la voluntad de Dios. Esto lo podemos hacer leyendo la Palabra de Dios, estudiando y siendo obedientes a Él.