Tarija y Chichas en la Batalla de Suipacha (Primera parte)
Breves Antecedentes Comunes Tarija y Chichas desde tiempos pasados tuvieron un pasado geográfico, político y cultural común con identidad, territorio, raíces e historia propios. Al inicio de la Guerra por la Independencia estaban integradas políticamente bajo el nombre de “Provincia...



Breves Antecedentes Comunes
Tarija y Chichas desde tiempos pasados tuvieron un pasado geográfico, político y cultural común con identidad, territorio, raíces e historia propios. Al inicio de la Guerra por la Independencia estaban integradas políticamente bajo el nombre de “Provincia Chichas y Tarija”, dividida a su vez en “Partido de Tarija” y “Partido de Chichas” dependiente de la Intendencia de Potosí. Sobre este tema, Pedro Vicente Cañete Domínguez, al describir al Partido de Tarija en 1787, revela lo siguiente:
“El Partido de Tarija aunque siempre unido con el de Chichas, separó ambas jurisdicciones Don Juan del Pino Manrique, primer intendente de esta Provincia el año pasado de 1785, nombrando distinto Subdelegado que mandase en la Villa San Bernardo, sobre las cuatro causas de Justicia, Policía, Hacienda y Guerra, teniendo consideración que el de Justicia Mayor de Chichas, que tiene su residencia en Tupiza, pueblo cabecera de este Partido, no podía atender con oportunidad a las muchas y frecuentes ocasiones de inquietud que experimentan aquellos vecinos con las irrupciones y hostilidades de los bárbaros Chiriguanos”. 2
De este escrito se puede deducir que desde entonces, Tarija por su importancia comienza a adquirir supremacía regional y asume de hecho el liderato que le acredita a tener jurisdicción sobre Chichas. Esta hegemonía fue avalada después por Cédulas Reales de 1807 y 1811 que en forma declarativa la Corona Española dice que la región de los Chichas está incluida dentro de Tarija. Además estas Cédulas, disponían que la “Provincia de Tarija y Chichas”, pasa a la jurisdicción eclesiástica y política de la “Intendencia de Salta”. Son normas trascendentales que dentro de la organización de la Audiencia de Charcas significaban la separación jurídica de Tarija y Chichas de la Intendencia de Potosí. En torno a esta cuestión el investigador argentino Normando Julio Saiquita, aclara y dice:
“Luego, una cédula de fecha 17 de febrero de 1807 adjudicaba a la Intendencia de Salta de Tucumán los territorios de Chichas y Tarija, extrayéndolos de la Intendencia de Potosí. Esto último es muy conocido por los historiadores y diplomáticos, base de posteriores reclamos territoriales efectuados por nuestro país a Bolivia. No así la cuestión del territorio de Chichas, cuya principal población Tupiza, era un antiguo pueblo de fundación anterior a Jujuy. Anteriormente vimos que en un informe del gobernador intendente de Potosí de 1787, se consideraba a la villa de Tarija como perteneciente al partido de Chichas, y éste a la Intendencia de Potosí. No obstante, la cédula de 1807 refiere al “partido de Tarija comprensivo de Chichas”. Una cédula posterior, de fecha 2 de Marzo de 1811, ratifica y confirma en todas sus partes la de 1807 y reitera que Chichas está incluida en el partido de Tarija”. 3
También el destacado historiador nacional Luís Pizarro, en torno a las células citadas hace la siguiente referencia:
“Por Real Cédula de 17 de febrero de 1.807, el Rey determina “se segregue todo el Partido de Tarija – junto con las provincia de los Chichas que lo integra de la Intendencia de Potosí y del Arzobispado de Charcas y se lo ponga bajo la jurisdicción de la Intendencia y nuevo Obispado de Salta, para hacer más útiles sus desvelos en el Chaco y sus reducciones…”.4
Además lo trascendental de este último tema es demostrar que Tarija y Chichas mantuvieron en esos tiempos una sola estructura política, también se indica que ambos espacios quedaron bajo la jurisdicción de la Intendencia de Salta que a través de su organización y autoridades, ejerce poder y decisión sobre su territorio y población, primordialmente durante el proceso de la Guerra por la Independencia hasta principios de la Fundación de la República.
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Situación de Tarija y Chichas
Una de las características más significativas que tuvieron tanto para realistas como patriotas fue su situación geográfica, ubicación estratégica al Sud del Alto Perú, que fue aprovechada como eje o centro para dominar los caminos y contactos que iban hacia Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, Buenos Aires. O sea su territorio era el contacto más corto y directo entre el Virreinato del Perú y el Virreinato de La Plata.
Económicamente la región era rica, la actividad minera especialmente en los Chichas representaba el interés y sostén regional, así como la producción agrícola de los valles de Tarija, Chichas y Cinti que cumplen con el abastecimiento suficiente a los centros de consumo. Por el intenso movimiento económico que provocó el cerro de Potosí y otros centros mineros regionales, se constituyeron en centros comerciales y sus rutas por ser más cortas fueron mejor aprovechadas para unir el comercio entre Lima, Charcas, Potosí, Salta, Tucumán y Buenos Aires. A objeto de ejercer dominio político y militar, de intercambio de bienes y traslado de gente entre un lugar a otro, su territorio fue vital en ambos bandos en pugna durante la Guerra por la Independencia.
Al igual que otras tierras del Alto Perú, sus clases sociales estaban diferenciadas con roles definidos conforme el régimen institucional colonial, distinguiéndose en las Villas de Tarija y Tupiza una organización militar en defensa y beneficio de los españoles. Sin embargo, al impulso de las revoluciones de Chuquisaca, La Paz, Buenos Aires, las clases oprimidas criollos, mestizos e indígenas concentradas especialmente en las villas principales, optaron con criterio propio por una posición revolucionaria.
En cuanto al pensamiento sobre las nuevas ideas y espíritu de emancipación, en la región existía un ambiente de libertad y patria en función de los grandes sucesos conocidos en Europa, América y el Alto Perú. Producida la revolución en Chuquisaca el 25 de Mayo de 1809, al poco tiempo se hace presente en la Villa de Tupiza el notable comisionado Don Bernardo Monteagudo, propalando ideas revolucionarias y compromete a Chichas con lo que había hecho Chuquisaca. El pensamiento que Monteagudo iba compartiendo en su recorrido por el Sur del Alto Perú, Norte Argentino y Buenos Aires, transcribe el historiador jujeño Luís Grenni, que dice:
“La libertad nacional debía conquistarse por medio de la emancipación; la libertad regional, por el gobierno autónomo; la libertad municipal por la prerrogativa de los Cabildos; la libertad democrática por la división y equilibrio de los poderes; la libertad individual, por el respeto a la persona; la conciencia y a la palabra de los ciudadanos…”.5
Siguiendo estos designios y al conocimiento del pronunciamiento libertario de Buenos Aires el 25 de Mayo de 1810, la Villa de Tarija en el mes Junio a convocatoria de su Alcalde Dr. Mariano Antonio de Echazú, se pronuncia abiertamente por la revolución y su adhesión a la Junta Gubernativa conformando una Junta Subalterna o Provincial que nombra como diputado representante ante la Junta de Buenos Aires al Dr. José Julián Pérez de Echalar e inicia preparativos para la guerra que iba a sobrevenir y en cuyo inicio se produce la Batalla de Suipacha.
La Gloriosa Batalla de Suipacha
Suipacha representa para Tarija y Chichas uno de los acontecimientos más trascendentales en su identidad e historia por significar que en su territorio ese 7 de Noviembre de 1810, se logró el “Primer Triunfo Armado Patriota” por la Independencia del Alto Perú, hoy Bolivia haber tenido repercusiones, honores en la Argentina y toda América. El proceso que siguió Suipacha es largo, del cual se trata de seleccionar aquellos hechos que en su curso están asociados a Tarija y Chichas.
Contexto Previo a la Batalla
La noticia de la caída del gobierno español en Buenos Aires reemplazado por una Junta de Gobierno Presidida por Cornelio Saavedra - oriundo de Potosí-, así como la organización de ejércitos protectores que marchaban a distintos lugares a objeto de motivar y apoyar movimientos armados independentistas, causó honda satisfacción en las Provincias del Virreinato de La Plata.
Tarija bajo la autoridad del distinguido Don Mariano Antonio de Echazú y el militar Pedro Antonio Flores, se prepara para la revolución y pone en estado de guerra a Milicias Provinciales de Caballería comandadas por José Antonio de Larrea. Es así que Tarija se constituye en un “Cuartel General Patriota” y asume la representación y liderato, unificando bajo su nombre a toda la “Provincia Chichas y Tarija”. El historiador tarijeño Edgar Ávila Echazú, destacando la figura de Mariano Antonio Echazú, describe este momento previo de la siguiente forma:
“Pero lo que interesa aquí es resaltar la actuación de Mariano Antonio de Echazú en el primer proceso autonomista. Después de expresar la voluntad mayoritaria de sus conciudadanos: defender las acciones políticas y militares del autonomismo rioplatense, desde junio de 1810, preparó con Pedro Antonio Flores como asesor militar , el destacamento de milicianos y chapacos - a los cuales con su propio dinero armó y dotó de caballería - , que irían a auxiliar a las tropas de Buenos Aires”. 6
Por su parte, la Intendencia de Salta que tenía jurisdicción sobre la Provincia, comienza a actuar sobre la región destacando partidas de milicias accionadas por el célebre montonero Martín Güemes que tiene la misión de resistir al enemigo realista, recoger información, así como coordinar y preparar el ambiente para el avance y arribo del ejército que venía desde Buenos Aires. Güemes en cumplimiento de su misión, en el mes de septiembre se hace presente en Tarija y Tupiza y hace conocer una Proclama de los comandantes de la expedición y los preparativos bélicos de la Junta y Salta. En este su cometido, Güemes consigue que el “Marques de Yavi y Tojo”, José Fernández Campero, de trayectoria meritoria como autoridad realista en Tarija y poseedor de fuerzas armadas propias en Yavi, colabore y decida por la causa libertaria.
Sobre la ocupación de Tupiza por Güemes en Septiembre de 1810, misión encomendada por el Jefe del Ejército Auxiliar, Antonio Gonzales Balcarce, se encuentra en la obra de Atilio Cornejo, el siguiente apunte:
“Llegado el Ejército expedicionario a las órdenes del Gral. Balcarce, se incorporó Güemes con su Partida de observación. Conocedor de sus méritos, confió a Güemes la misión de ocupar Tupiza, lo que verificó sin resistencia alguna, porque aquel pueblo patriota abrigaba los mismos sentimientos de independencia que sus demás hermanos”.7
La marcha hacia el Alto Perú del Ejército Auxiliar de Buenos Aires, tenía como estrategia militar por orden escrita de 17 de Agosto del Secretario de Guerra de la Junta, abogado Mariano Moreno, apoderarse de Tupiza, que en oportunidades era Cuartel General Realista y desde donde las fuerzas antipatriotas en esos momentos previos a Suipacha amenazaban a Jujuy, Salta y Tarija. Para repeler este avance, a su vez los jefes realistas proyectan también ocupar Tupiza a través de un movimiento poderoso ordenado en una carta de 11 de Agosto del Gobernador Intendente de Potosí, Francisco Paula Sanz, al Gobernador de Córdoba Juan Gutiérrez de la Concha. Este plan previsto de tomar Tupiza, es cumplido primero por la tropa realista del Coronel José de Córdova.
El Ejército Auxiliar venía dirigido por el abogado Juan José Castelli en calidad de Representante Político de la Junta, acompañado del militar Antonio Gonzales Balcarce como Jefe de Vanguardia, el doctor Bernardo Monteagudo como Auditor de Guerra y quien conocía y había preparado el ambiente regional en visita anterior. Es Yavi, hoy Jujuy y por entonces Chichas, en la hacienda del colaborador Marques José Fernández Campero, donde se prepara y planifica el ingreso a territorio Chicheño dominado en esos momentos por los realistas. En el avance hacia el Norte y por conveniencia militar, Castelli y Monteagudo, se quedan en Yavi, mientras que Balcarce en busca del enemigo continúa el recorrido a la cabeza del Ejército Auxiliar.
Ante la cercanía del ejército y el ambiente contrario local, los realistas deciden abandonar su cuartel de Tupiza el 9 de Octubre por sentirse inseguros y dirigirse a Cotagaita en espera de refuerzos. Este abandono no fue sólo por la proximidad de Balcarce, sino que en Tupiza había gente comprometida con la revolución como es el caso nombrado del Juez Pedro José Agrelo y Don Manuel Alberti que se declararon revolucionarios y apoyan las acciones patriotas. Esta situación causó inquietud y preocupación entre las tropas españolas, al extremo que muchos de sus efectivos ante la intranquilidad local y la proximidad de un enfrentamiento, anunciaron su deseo de no pasar de Tupiza y algunos desertaron y se pasaron a las tropas auxiliares.
En este marco, un acontecimiento importante en el avance del Ejército Auxiliar se produce entre La Quiaca hoy Villazón y Tupiza denominado el “Encuentro de Mojo” el 10 de Octubre de 1810. En la localidad de Mojo, se unifica la lucha patriota al concentrarse e integrarse el contingente llegado de Buenos Aires encabezado por Antonio Gonzales Balcarce; las tropas leales adicionadas de Salta, Jujuy, Humahuaca, bajo la jefatura de Martín Güemes; y el numeroso destacamento de más de 600 hombres voluntarios lugareños organizado en Tarija dirigidos por el comandante José Antonio Larrea y el Alcalde José Mariano Echazú. De los 600 combatientes regionales, sólo son escogidos por Balcarce la mitad por estar mejor dotados. Esta unión de fuerzas patriotas y su avance conjunto, sería determinante para lo que ocurriría después en los combates de Cotagaita y Suipacha.
El investigador Arturo Luís Torino, da cuenta de un documento dirigido por José Antonio Larrea a la Junta de Buenos Aires en Enero de 1811, informando sobre el aporte de Tarija en Suipacha y del momento solemne de Mojo que dice:
“Condujimos las tropas en consorcio de dicho alcalde hasta Moxo, en número de seiscientos cincuenta, y tantos hombres, dispuestos a sacrificar sus vidas por la patria”…”En este estado llegó el señor general don Antonio Balcarce a quien tuvimos el honor de presentarle unos soldados nada despreciables, y capaces de las mayores empresas, encontrándose en estas distancias, los primeros frutos de patriotismo. El señor general viéndose con tanta tropa, adicta y a sus órdenes mandó que retirándose los demás se formasen tres compañías de a cien hombres, los que se armaron con doscientos diez fusiles corrientes, propios de la sala de armas de Tarija, y de algunos vecinos; para poder pasar dicho señor a Tupiza, pidió que los tarijeños destinados a volverse a su tierra, diesen sus cabalgaduras al trozo que venía a su mando, lo que ejecutaron con el mayor contento, teniendo que cargar ellos mismos sus monturas”. 8
Importante Contribución Patriota Indígena
En el progreso de lo que significó Suipacha, es de destacar la participación prestada por los grupos llamados “Bizarros Patriotas Campesinos”, quienes por igual que los mestizos y criollos contribuyeron a la resistencia y victoria contra el ejército español. Se fueron enrolando a la causa especialmente desde Salta, Jujuy, Humahuaca, Yavi, Tarija, Cinti y Chichas, hasta constituirse en principal fuerza de apoyo en la movilización y avance del Ejército Auxiliar.
Entre las funciones que cumplieron inspirados en los nobles ideales de libertad, es que se convirtieron en verdaderos “guerreros” en provecho de las fuerzas patriotas organizadas en cada territorio; espontáneamente fueron “productivos” al ceder artículos de sus propios campos y chacras para el sostén y alimento de las tropas; por conocer el terreno se constituyeron en “fuerza táctica” de empleo estratégico para guiar recorridos, trasladar armamento y particularmente fueron escogidos como “bomberos o espías” a objeto de informar confidencialmente la posición, movimiento, armamento y número de hombres del enemigo, así como proporcionar información falsa sobre el estado de las fuerzas patriotas a los realistas.
Sobre el tema, en la Biblioteca de Mayo hay un informe amplio de 10 de Noviembre de 1810, donde Castelli relata el desarrollo de Suipacha después de lo ocurrido en la retirada de Cotagaita. Hace apreciaciones sobre lo que significó la contribución campesina de las comarcas vecinas a las operaciones del ejército y en párrafos seleccionados dice:
“En el momento despachó el mayor general Balcarce a un jovencito natural que le había servido de espía, que viniese a Tupiza, en donde estaban los enemigos, y divulgase, que nuestras tropas estaban disgustadas; que era extremo la falta de municiones…Estas noticias llegaron al conocimiento del general Córdova”.
“Los naturales porción nobilísima de este Estado respiran y ven el fin de su abatimiento en el principio de su libertad: están perfectamente impuestos de la causa, y bendicen al nuevo gobierno. Concurren sin escasez, con cuanto tienen, y sirven personalmente sin interés, y a porfía”…”Sin que nadie les mandase, los indios de todos los pueblos con sus caciques y alcaldes han salido a encontrarme y acompañarme”. 9
En consecuencia, se reconoce que la clase indígena sería la fracción social que con su fuerza humana enrolada en el ejército, conocimiento del terreno donde trabajaba y circulaba, transportando bienes de servicio bélico, proveyendo alimentos de sus tierras, y muchas veces aprovechada como bomberos o espías arriesgando su seguridad y vida, fueron también los indígenas llamados “nativos agregados” quienes sostuvieron la lucha en las batallas de Cotagaita y la extraordinaria de Suipacha.
Bibliografía
Avila Echazú, Edgar, Historia de Tarija I, Edic. H. Cámara de Diputados, La Paz, 1992, p. 222.
Biblioteca de Mayo, Expedición Auxiliadora al Alto Perú, T. XIV, Buenos Aires, 1963, p. 100 a 103.
Cañete Dominguez, Pedro Vicente, Guía de la Provincia de Potosí 1787, Vol. 1, Potosí, Edit. Potosí Casa de la Moneda, 1952, p. 47.
Cornejo, Atilio, Historia de Güemes, 3ª Edic. Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, Salta 1983, p. 73.
Grenni, Luis, Jujuy en la Gesta por la Independencia, Edic. Centro de Estudios e investigaciones Güemes, Luis,
Güemes Documentado, Tomo 1, Edic. Plus Ultra, Buenos Aires, 1979, p. 229.
Huacalera, Jujuy, 2008, p.44.
Murillo Huarachi, Edgar, Glorias de la Histórica Región de los Chichas en la Independencia, 2ª Edic. Propia, Tupiza 2014, p. 41, 42.
Pizarro, Luis, Incorporación de Tarija a Bolivia, Folleto Policopiado de Investigación, Sucre, 1941, p. 2.
Pojasi, Alejandro Ubaldo, Los Decididos de la Patria en el Combate de Río Piedras, Edic. Hanne, Salta, 2012, p. 65.
Torino, Arturo Luis, A la Búsqueda de los Verdaderos Vencedores de Suipacha, Edic. Trabajo Policopiado de Investigación, Salta, 2004, p. 22.
Saiquita, Normando Julio, Yavi, Apuntes Históricos, Yavi, Jujuy, Argentina, Edic. AEANA, 2008, p. 75.
Sola, Guillermo, El Gran Bastión de la Patria, Edic. Maktub, Salta, 2005, p. 80.
1 Edgar Murillo Huarachi, es Ex Presidente y Miembro de la Sociedad Geográfica e Histórica de los Chichas.
2 Cañete Dominguez, Pedro Vicente, Guía de la Provincia de Potosí 1787, Vol. 1, Potosí, Edit. Potosí Casa de la Moneda, 1952, p. 47.
3 Saiquita, Normando Julio, Yavi, Apuntes Históricos, Yavi, Jujuy, Argentina, Edic. AEANA, 2008, p. 75.
4 Pizarro, Luis, Incorporación de Tarija a Bolivia, Folleto Policopiado de Investigación, Sucre, 1941, p. 2.
5 Grenni, Luis, Jujuy en la Gesta por la Independencia, Edic. Centro de Estudios e Investigaciones Huacalera, Jujuy, 2008, p.44.
6 Avila Echazú, Edgar, Historia de Tarija I, Edic. H. Cámara de Diputados, La Paz, 1992, p. 222.
7 Cornejo, Atilio, Historia de Güemes, 3ª Edic. Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, Salta 1983, p. 73.
8 Torino, Arturo Luis, A la Búsqueda de los Verdaderos Vencedores de Suipacha, Edic. Trabajo Policopiado de Investigación, Salta, 2004, p. 22.
9 Biblioteca de Mayo, “Expedición Auxiliadora al Alto Perú”, T. XIV, Buenos Aires, 1963, p. 100 a 103.
Tarija y Chichas desde tiempos pasados tuvieron un pasado geográfico, político y cultural común con identidad, territorio, raíces e historia propios. Al inicio de la Guerra por la Independencia estaban integradas políticamente bajo el nombre de “Provincia Chichas y Tarija”, dividida a su vez en “Partido de Tarija” y “Partido de Chichas” dependiente de la Intendencia de Potosí. Sobre este tema, Pedro Vicente Cañete Domínguez, al describir al Partido de Tarija en 1787, revela lo siguiente:
“El Partido de Tarija aunque siempre unido con el de Chichas, separó ambas jurisdicciones Don Juan del Pino Manrique, primer intendente de esta Provincia el año pasado de 1785, nombrando distinto Subdelegado que mandase en la Villa San Bernardo, sobre las cuatro causas de Justicia, Policía, Hacienda y Guerra, teniendo consideración que el de Justicia Mayor de Chichas, que tiene su residencia en Tupiza, pueblo cabecera de este Partido, no podía atender con oportunidad a las muchas y frecuentes ocasiones de inquietud que experimentan aquellos vecinos con las irrupciones y hostilidades de los bárbaros Chiriguanos”. 2
De este escrito se puede deducir que desde entonces, Tarija por su importancia comienza a adquirir supremacía regional y asume de hecho el liderato que le acredita a tener jurisdicción sobre Chichas. Esta hegemonía fue avalada después por Cédulas Reales de 1807 y 1811 que en forma declarativa la Corona Española dice que la región de los Chichas está incluida dentro de Tarija. Además estas Cédulas, disponían que la “Provincia de Tarija y Chichas”, pasa a la jurisdicción eclesiástica y política de la “Intendencia de Salta”. Son normas trascendentales que dentro de la organización de la Audiencia de Charcas significaban la separación jurídica de Tarija y Chichas de la Intendencia de Potosí. En torno a esta cuestión el investigador argentino Normando Julio Saiquita, aclara y dice:
“Luego, una cédula de fecha 17 de febrero de 1807 adjudicaba a la Intendencia de Salta de Tucumán los territorios de Chichas y Tarija, extrayéndolos de la Intendencia de Potosí. Esto último es muy conocido por los historiadores y diplomáticos, base de posteriores reclamos territoriales efectuados por nuestro país a Bolivia. No así la cuestión del territorio de Chichas, cuya principal población Tupiza, era un antiguo pueblo de fundación anterior a Jujuy. Anteriormente vimos que en un informe del gobernador intendente de Potosí de 1787, se consideraba a la villa de Tarija como perteneciente al partido de Chichas, y éste a la Intendencia de Potosí. No obstante, la cédula de 1807 refiere al “partido de Tarija comprensivo de Chichas”. Una cédula posterior, de fecha 2 de Marzo de 1811, ratifica y confirma en todas sus partes la de 1807 y reitera que Chichas está incluida en el partido de Tarija”. 3
También el destacado historiador nacional Luís Pizarro, en torno a las células citadas hace la siguiente referencia:
“Por Real Cédula de 17 de febrero de 1.807, el Rey determina “se segregue todo el Partido de Tarija – junto con las provincia de los Chichas que lo integra de la Intendencia de Potosí y del Arzobispado de Charcas y se lo ponga bajo la jurisdicción de la Intendencia y nuevo Obispado de Salta, para hacer más útiles sus desvelos en el Chaco y sus reducciones…”.4
Además lo trascendental de este último tema es demostrar que Tarija y Chichas mantuvieron en esos tiempos una sola estructura política, también se indica que ambos espacios quedaron bajo la jurisdicción de la Intendencia de Salta que a través de su organización y autoridades, ejerce poder y decisión sobre su territorio y población, primordialmente durante el proceso de la Guerra por la Independencia hasta principios de la Fundación de la República.
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Situación de Tarija y Chichas
Una de las características más significativas que tuvieron tanto para realistas como patriotas fue su situación geográfica, ubicación estratégica al Sud del Alto Perú, que fue aprovechada como eje o centro para dominar los caminos y contactos que iban hacia Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, Buenos Aires. O sea su territorio era el contacto más corto y directo entre el Virreinato del Perú y el Virreinato de La Plata.
Económicamente la región era rica, la actividad minera especialmente en los Chichas representaba el interés y sostén regional, así como la producción agrícola de los valles de Tarija, Chichas y Cinti que cumplen con el abastecimiento suficiente a los centros de consumo. Por el intenso movimiento económico que provocó el cerro de Potosí y otros centros mineros regionales, se constituyeron en centros comerciales y sus rutas por ser más cortas fueron mejor aprovechadas para unir el comercio entre Lima, Charcas, Potosí, Salta, Tucumán y Buenos Aires. A objeto de ejercer dominio político y militar, de intercambio de bienes y traslado de gente entre un lugar a otro, su territorio fue vital en ambos bandos en pugna durante la Guerra por la Independencia.
Al igual que otras tierras del Alto Perú, sus clases sociales estaban diferenciadas con roles definidos conforme el régimen institucional colonial, distinguiéndose en las Villas de Tarija y Tupiza una organización militar en defensa y beneficio de los españoles. Sin embargo, al impulso de las revoluciones de Chuquisaca, La Paz, Buenos Aires, las clases oprimidas criollos, mestizos e indígenas concentradas especialmente en las villas principales, optaron con criterio propio por una posición revolucionaria.
En cuanto al pensamiento sobre las nuevas ideas y espíritu de emancipación, en la región existía un ambiente de libertad y patria en función de los grandes sucesos conocidos en Europa, América y el Alto Perú. Producida la revolución en Chuquisaca el 25 de Mayo de 1809, al poco tiempo se hace presente en la Villa de Tupiza el notable comisionado Don Bernardo Monteagudo, propalando ideas revolucionarias y compromete a Chichas con lo que había hecho Chuquisaca. El pensamiento que Monteagudo iba compartiendo en su recorrido por el Sur del Alto Perú, Norte Argentino y Buenos Aires, transcribe el historiador jujeño Luís Grenni, que dice:
“La libertad nacional debía conquistarse por medio de la emancipación; la libertad regional, por el gobierno autónomo; la libertad municipal por la prerrogativa de los Cabildos; la libertad democrática por la división y equilibrio de los poderes; la libertad individual, por el respeto a la persona; la conciencia y a la palabra de los ciudadanos…”.5
Siguiendo estos designios y al conocimiento del pronunciamiento libertario de Buenos Aires el 25 de Mayo de 1810, la Villa de Tarija en el mes Junio a convocatoria de su Alcalde Dr. Mariano Antonio de Echazú, se pronuncia abiertamente por la revolución y su adhesión a la Junta Gubernativa conformando una Junta Subalterna o Provincial que nombra como diputado representante ante la Junta de Buenos Aires al Dr. José Julián Pérez de Echalar e inicia preparativos para la guerra que iba a sobrevenir y en cuyo inicio se produce la Batalla de Suipacha.
La Gloriosa Batalla de Suipacha
Suipacha representa para Tarija y Chichas uno de los acontecimientos más trascendentales en su identidad e historia por significar que en su territorio ese 7 de Noviembre de 1810, se logró el “Primer Triunfo Armado Patriota” por la Independencia del Alto Perú, hoy Bolivia haber tenido repercusiones, honores en la Argentina y toda América. El proceso que siguió Suipacha es largo, del cual se trata de seleccionar aquellos hechos que en su curso están asociados a Tarija y Chichas.
Contexto Previo a la Batalla
La noticia de la caída del gobierno español en Buenos Aires reemplazado por una Junta de Gobierno Presidida por Cornelio Saavedra - oriundo de Potosí-, así como la organización de ejércitos protectores que marchaban a distintos lugares a objeto de motivar y apoyar movimientos armados independentistas, causó honda satisfacción en las Provincias del Virreinato de La Plata.
Tarija bajo la autoridad del distinguido Don Mariano Antonio de Echazú y el militar Pedro Antonio Flores, se prepara para la revolución y pone en estado de guerra a Milicias Provinciales de Caballería comandadas por José Antonio de Larrea. Es así que Tarija se constituye en un “Cuartel General Patriota” y asume la representación y liderato, unificando bajo su nombre a toda la “Provincia Chichas y Tarija”. El historiador tarijeño Edgar Ávila Echazú, destacando la figura de Mariano Antonio Echazú, describe este momento previo de la siguiente forma:
“Pero lo que interesa aquí es resaltar la actuación de Mariano Antonio de Echazú en el primer proceso autonomista. Después de expresar la voluntad mayoritaria de sus conciudadanos: defender las acciones políticas y militares del autonomismo rioplatense, desde junio de 1810, preparó con Pedro Antonio Flores como asesor militar , el destacamento de milicianos y chapacos - a los cuales con su propio dinero armó y dotó de caballería - , que irían a auxiliar a las tropas de Buenos Aires”. 6
Por su parte, la Intendencia de Salta que tenía jurisdicción sobre la Provincia, comienza a actuar sobre la región destacando partidas de milicias accionadas por el célebre montonero Martín Güemes que tiene la misión de resistir al enemigo realista, recoger información, así como coordinar y preparar el ambiente para el avance y arribo del ejército que venía desde Buenos Aires. Güemes en cumplimiento de su misión, en el mes de septiembre se hace presente en Tarija y Tupiza y hace conocer una Proclama de los comandantes de la expedición y los preparativos bélicos de la Junta y Salta. En este su cometido, Güemes consigue que el “Marques de Yavi y Tojo”, José Fernández Campero, de trayectoria meritoria como autoridad realista en Tarija y poseedor de fuerzas armadas propias en Yavi, colabore y decida por la causa libertaria.
Sobre la ocupación de Tupiza por Güemes en Septiembre de 1810, misión encomendada por el Jefe del Ejército Auxiliar, Antonio Gonzales Balcarce, se encuentra en la obra de Atilio Cornejo, el siguiente apunte:
“Llegado el Ejército expedicionario a las órdenes del Gral. Balcarce, se incorporó Güemes con su Partida de observación. Conocedor de sus méritos, confió a Güemes la misión de ocupar Tupiza, lo que verificó sin resistencia alguna, porque aquel pueblo patriota abrigaba los mismos sentimientos de independencia que sus demás hermanos”.7
La marcha hacia el Alto Perú del Ejército Auxiliar de Buenos Aires, tenía como estrategia militar por orden escrita de 17 de Agosto del Secretario de Guerra de la Junta, abogado Mariano Moreno, apoderarse de Tupiza, que en oportunidades era Cuartel General Realista y desde donde las fuerzas antipatriotas en esos momentos previos a Suipacha amenazaban a Jujuy, Salta y Tarija. Para repeler este avance, a su vez los jefes realistas proyectan también ocupar Tupiza a través de un movimiento poderoso ordenado en una carta de 11 de Agosto del Gobernador Intendente de Potosí, Francisco Paula Sanz, al Gobernador de Córdoba Juan Gutiérrez de la Concha. Este plan previsto de tomar Tupiza, es cumplido primero por la tropa realista del Coronel José de Córdova.
El Ejército Auxiliar venía dirigido por el abogado Juan José Castelli en calidad de Representante Político de la Junta, acompañado del militar Antonio Gonzales Balcarce como Jefe de Vanguardia, el doctor Bernardo Monteagudo como Auditor de Guerra y quien conocía y había preparado el ambiente regional en visita anterior. Es Yavi, hoy Jujuy y por entonces Chichas, en la hacienda del colaborador Marques José Fernández Campero, donde se prepara y planifica el ingreso a territorio Chicheño dominado en esos momentos por los realistas. En el avance hacia el Norte y por conveniencia militar, Castelli y Monteagudo, se quedan en Yavi, mientras que Balcarce en busca del enemigo continúa el recorrido a la cabeza del Ejército Auxiliar.
Ante la cercanía del ejército y el ambiente contrario local, los realistas deciden abandonar su cuartel de Tupiza el 9 de Octubre por sentirse inseguros y dirigirse a Cotagaita en espera de refuerzos. Este abandono no fue sólo por la proximidad de Balcarce, sino que en Tupiza había gente comprometida con la revolución como es el caso nombrado del Juez Pedro José Agrelo y Don Manuel Alberti que se declararon revolucionarios y apoyan las acciones patriotas. Esta situación causó inquietud y preocupación entre las tropas españolas, al extremo que muchos de sus efectivos ante la intranquilidad local y la proximidad de un enfrentamiento, anunciaron su deseo de no pasar de Tupiza y algunos desertaron y se pasaron a las tropas auxiliares.
En este marco, un acontecimiento importante en el avance del Ejército Auxiliar se produce entre La Quiaca hoy Villazón y Tupiza denominado el “Encuentro de Mojo” el 10 de Octubre de 1810. En la localidad de Mojo, se unifica la lucha patriota al concentrarse e integrarse el contingente llegado de Buenos Aires encabezado por Antonio Gonzales Balcarce; las tropas leales adicionadas de Salta, Jujuy, Humahuaca, bajo la jefatura de Martín Güemes; y el numeroso destacamento de más de 600 hombres voluntarios lugareños organizado en Tarija dirigidos por el comandante José Antonio Larrea y el Alcalde José Mariano Echazú. De los 600 combatientes regionales, sólo son escogidos por Balcarce la mitad por estar mejor dotados. Esta unión de fuerzas patriotas y su avance conjunto, sería determinante para lo que ocurriría después en los combates de Cotagaita y Suipacha.
El investigador Arturo Luís Torino, da cuenta de un documento dirigido por José Antonio Larrea a la Junta de Buenos Aires en Enero de 1811, informando sobre el aporte de Tarija en Suipacha y del momento solemne de Mojo que dice:
“Condujimos las tropas en consorcio de dicho alcalde hasta Moxo, en número de seiscientos cincuenta, y tantos hombres, dispuestos a sacrificar sus vidas por la patria”…”En este estado llegó el señor general don Antonio Balcarce a quien tuvimos el honor de presentarle unos soldados nada despreciables, y capaces de las mayores empresas, encontrándose en estas distancias, los primeros frutos de patriotismo. El señor general viéndose con tanta tropa, adicta y a sus órdenes mandó que retirándose los demás se formasen tres compañías de a cien hombres, los que se armaron con doscientos diez fusiles corrientes, propios de la sala de armas de Tarija, y de algunos vecinos; para poder pasar dicho señor a Tupiza, pidió que los tarijeños destinados a volverse a su tierra, diesen sus cabalgaduras al trozo que venía a su mando, lo que ejecutaron con el mayor contento, teniendo que cargar ellos mismos sus monturas”. 8
Importante Contribución Patriota Indígena
En el progreso de lo que significó Suipacha, es de destacar la participación prestada por los grupos llamados “Bizarros Patriotas Campesinos”, quienes por igual que los mestizos y criollos contribuyeron a la resistencia y victoria contra el ejército español. Se fueron enrolando a la causa especialmente desde Salta, Jujuy, Humahuaca, Yavi, Tarija, Cinti y Chichas, hasta constituirse en principal fuerza de apoyo en la movilización y avance del Ejército Auxiliar.
Entre las funciones que cumplieron inspirados en los nobles ideales de libertad, es que se convirtieron en verdaderos “guerreros” en provecho de las fuerzas patriotas organizadas en cada territorio; espontáneamente fueron “productivos” al ceder artículos de sus propios campos y chacras para el sostén y alimento de las tropas; por conocer el terreno se constituyeron en “fuerza táctica” de empleo estratégico para guiar recorridos, trasladar armamento y particularmente fueron escogidos como “bomberos o espías” a objeto de informar confidencialmente la posición, movimiento, armamento y número de hombres del enemigo, así como proporcionar información falsa sobre el estado de las fuerzas patriotas a los realistas.
Sobre el tema, en la Biblioteca de Mayo hay un informe amplio de 10 de Noviembre de 1810, donde Castelli relata el desarrollo de Suipacha después de lo ocurrido en la retirada de Cotagaita. Hace apreciaciones sobre lo que significó la contribución campesina de las comarcas vecinas a las operaciones del ejército y en párrafos seleccionados dice:
“En el momento despachó el mayor general Balcarce a un jovencito natural que le había servido de espía, que viniese a Tupiza, en donde estaban los enemigos, y divulgase, que nuestras tropas estaban disgustadas; que era extremo la falta de municiones…Estas noticias llegaron al conocimiento del general Córdova”.
“Los naturales porción nobilísima de este Estado respiran y ven el fin de su abatimiento en el principio de su libertad: están perfectamente impuestos de la causa, y bendicen al nuevo gobierno. Concurren sin escasez, con cuanto tienen, y sirven personalmente sin interés, y a porfía”…”Sin que nadie les mandase, los indios de todos los pueblos con sus caciques y alcaldes han salido a encontrarme y acompañarme”. 9
En consecuencia, se reconoce que la clase indígena sería la fracción social que con su fuerza humana enrolada en el ejército, conocimiento del terreno donde trabajaba y circulaba, transportando bienes de servicio bélico, proveyendo alimentos de sus tierras, y muchas veces aprovechada como bomberos o espías arriesgando su seguridad y vida, fueron también los indígenas llamados “nativos agregados” quienes sostuvieron la lucha en las batallas de Cotagaita y la extraordinaria de Suipacha.
Bibliografía
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Torino, Arturo Luis, A la Búsqueda de los Verdaderos Vencedores de Suipacha, Edic. Trabajo Policopiado de Investigación, Salta, 2004, p. 22.
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Sola, Guillermo, El Gran Bastión de la Patria, Edic. Maktub, Salta, 2005, p. 80.
1 Edgar Murillo Huarachi, es Ex Presidente y Miembro de la Sociedad Geográfica e Histórica de los Chichas.
2 Cañete Dominguez, Pedro Vicente, Guía de la Provincia de Potosí 1787, Vol. 1, Potosí, Edit. Potosí Casa de la Moneda, 1952, p. 47.
3 Saiquita, Normando Julio, Yavi, Apuntes Históricos, Yavi, Jujuy, Argentina, Edic. AEANA, 2008, p. 75.
4 Pizarro, Luis, Incorporación de Tarija a Bolivia, Folleto Policopiado de Investigación, Sucre, 1941, p. 2.
5 Grenni, Luis, Jujuy en la Gesta por la Independencia, Edic. Centro de Estudios e Investigaciones Huacalera, Jujuy, 2008, p.44.
6 Avila Echazú, Edgar, Historia de Tarija I, Edic. H. Cámara de Diputados, La Paz, 1992, p. 222.
7 Cornejo, Atilio, Historia de Güemes, 3ª Edic. Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, Salta 1983, p. 73.
8 Torino, Arturo Luis, A la Búsqueda de los Verdaderos Vencedores de Suipacha, Edic. Trabajo Policopiado de Investigación, Salta, 2004, p. 22.
9 Biblioteca de Mayo, “Expedición Auxiliadora al Alto Perú”, T. XIV, Buenos Aires, 1963, p. 100 a 103.