El inefable “Carlitos”
Hay personas que si no hubieran existido habría habido que “inventarlas”. Eso ha ocurrido con “nuestro” - y digo “nuestro” porque siempre lo hemos considerado propiedad de todos- “Carlitos”. Me refiero desde luego a Carlos Avila Claure, Profesor, docente de innúmeras...



Hay personas que si no hubieran existido habría habido que “inventarlas”. Eso ha ocurrido con “nuestro” - y digo “nuestro” porque siempre lo hemos considerado propiedad de todos- “Carlitos”. Me refiero desde luego a Carlos Avila Claure, Profesor, docente de innúmeras generaciones, literato, poeta y publicista pero, sobre todo, amigo, leal, sincero, de una generosidad sin límites y sin tapujos. Es realmente una gran pena que personas como él tengan también, como todos, que dejar este mundo…
El término “inefable” (del latin ineffabilis: indecible, que no se puede explicar con palabras) le viene en ese sentido como anillo al dedo. ¿Cómo describirlo en su integridad sin reconocer nuestra incapacidad de abarcar el conjunto?.
Sería muy largo enumerar todos los trabajos y emprendimientos que tuvo “Carlitos”, todos muy exitosos desde luego, en cada campo particular, tanto como docente, Profesor de generaciones, Concejal Municipal, poeta o literato. Sin embargo, lo más descollante de su carrera, lo “trascendente” de su paso por este mundo fue, sin lugar a dudas, como fundador y Director del suplemento de su invención en el periódico local “El País”, el ampliamente conocido “CANTARO”, que vio la luz hace aproximadamente 20 años atrás y que estaba a punto de alcanzar el número 500, satisfacción que no pudo disfrutar por su lamentable fallecimiento.
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Cántaro fue sin lugar a dudas un emprendimiento de titanes no solamente por las dificultades materiales que una publicación de ese tipo implicaba, superadas por el apoyo y cooperación de tarijeños de buena voluntad como el propietario del periódico, Jimmy Borda Campero y, sobre todo, de su Director, el querido amigo Gastón Vaca Guzmán, que fueron el soporte indispensable para semejante tarea, sino también por el profundo trasfondo científico-cultural que debía acompañar tal emprendimiento, suplido por el permanente incentivo del padre Lorenzo Calzavarini, que comprendía la magnitud de tal emprendimiento y su verdadera significación y valor. Es una pena y una infausta coincidencia que todos ellos hubieran ya dejado este mundo…
“Cántaro” vino a ser, en Tarija, la continuación del “Suplemento Literario” del diario Presencia que tanto tiempo sustentó el padre Quiróz a nivel nacional, receptor de todas las inquietudes literarias, poéticas o prosisticas, así como de historia o de investigación y, en último término, científica, que atesoraba y difundía los conocimientos, antiguos o modernos, que fueron siendo analizados de forma secuencial y con excelente orientación durante tanto tiempo.
Es por ello que “Cántaro” llegó a ser una publicación reconocida y muy prestigiada en medios científico-literarios tanto nacionales como extranjeros. Don Isidro Quezada, un genealogista argentino que publicó frecuentemente artículos en ese medio, lo consideraba uno de los mejores a nivel latinoamericano y su suscripción digital era mantenida por muchos otros medios.
Algo que indudablemente marcó época en esta publicación y que es necesario resaltar fue su grado de apertura, es decir, que cualquiera, sin miramientos de color o tinte político, podía tener libre acceso a sus columnas sin discriminación de ninguna clase.
Ha sido realmente una pena que “Carlitos” no hubiera llegado a ver coronado el anhelo de alcanzar el número 500 de su publicación pero es en realidad como si lo hubiera logrado porque su espíritu y su presencia se encuentran en el aire y en quienes van a seguir con ese emprendimiento, sobre todo su hijo, Ricardo, quien le colaboró estrechamente en la publicación de los últimos números. Le deseamos el mejor de los éxitos esperando pueda continuar con la eximia labor de su padre.
Lamentamos, muy sinceramente tan funesta pérdida. La Sociedad de Etnografía e Historia de Tarija (SOETHIS) se adhiere al dolor que embarga a su familia y a todos quienes nos hemos sentido afectados por su partida.
El término “inefable” (del latin ineffabilis: indecible, que no se puede explicar con palabras) le viene en ese sentido como anillo al dedo. ¿Cómo describirlo en su integridad sin reconocer nuestra incapacidad de abarcar el conjunto?.
Sería muy largo enumerar todos los trabajos y emprendimientos que tuvo “Carlitos”, todos muy exitosos desde luego, en cada campo particular, tanto como docente, Profesor de generaciones, Concejal Municipal, poeta o literato. Sin embargo, lo más descollante de su carrera, lo “trascendente” de su paso por este mundo fue, sin lugar a dudas, como fundador y Director del suplemento de su invención en el periódico local “El País”, el ampliamente conocido “CANTARO”, que vio la luz hace aproximadamente 20 años atrás y que estaba a punto de alcanzar el número 500, satisfacción que no pudo disfrutar por su lamentable fallecimiento.
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Cántaro fue sin lugar a dudas un emprendimiento de titanes no solamente por las dificultades materiales que una publicación de ese tipo implicaba, superadas por el apoyo y cooperación de tarijeños de buena voluntad como el propietario del periódico, Jimmy Borda Campero y, sobre todo, de su Director, el querido amigo Gastón Vaca Guzmán, que fueron el soporte indispensable para semejante tarea, sino también por el profundo trasfondo científico-cultural que debía acompañar tal emprendimiento, suplido por el permanente incentivo del padre Lorenzo Calzavarini, que comprendía la magnitud de tal emprendimiento y su verdadera significación y valor. Es una pena y una infausta coincidencia que todos ellos hubieran ya dejado este mundo…
“Cántaro” vino a ser, en Tarija, la continuación del “Suplemento Literario” del diario Presencia que tanto tiempo sustentó el padre Quiróz a nivel nacional, receptor de todas las inquietudes literarias, poéticas o prosisticas, así como de historia o de investigación y, en último término, científica, que atesoraba y difundía los conocimientos, antiguos o modernos, que fueron siendo analizados de forma secuencial y con excelente orientación durante tanto tiempo.
Es por ello que “Cántaro” llegó a ser una publicación reconocida y muy prestigiada en medios científico-literarios tanto nacionales como extranjeros. Don Isidro Quezada, un genealogista argentino que publicó frecuentemente artículos en ese medio, lo consideraba uno de los mejores a nivel latinoamericano y su suscripción digital era mantenida por muchos otros medios.
Algo que indudablemente marcó época en esta publicación y que es necesario resaltar fue su grado de apertura, es decir, que cualquiera, sin miramientos de color o tinte político, podía tener libre acceso a sus columnas sin discriminación de ninguna clase.
Ha sido realmente una pena que “Carlitos” no hubiera llegado a ver coronado el anhelo de alcanzar el número 500 de su publicación pero es en realidad como si lo hubiera logrado porque su espíritu y su presencia se encuentran en el aire y en quienes van a seguir con ese emprendimiento, sobre todo su hijo, Ricardo, quien le colaboró estrechamente en la publicación de los últimos números. Le deseamos el mejor de los éxitos esperando pueda continuar con la eximia labor de su padre.
Lamentamos, muy sinceramente tan funesta pérdida. La Sociedad de Etnografía e Historia de Tarija (SOETHIS) se adhiere al dolor que embarga a su familia y a todos quienes nos hemos sentido afectados por su partida.