Perito: Primer informe permitía proceder en el caso Mariscal
No es la primera vez que alguien habla de manos negras en la investigación de la desaparición del periodista Cristian Mariscal. El perito informático, sobre quien se depositó gran parte de las esperanzas para esclarecer el caso, concedió anoche una entrevista exclusiva con Boquerón.



En la misma, Carlos Facundo Olascoaga explica no sólo el trabajo detallado que venía realizando, y que se vio interrumpido el pasado viernes 25 de octubre con un allanamiento “injustificado” ordenado por “un fiscal en suplencia legal, de Chuquisaca, por un caso de sustancias controladas del que teóricamente era perito”, sino también parte de los avances del trabajo, además de señalar que con el primer informe pericial, de 7 puntos, que luego fue ampliado a 34 “ya había evidencia para proceder”.Olascoaga rompió su silencio para desmentir dos situaciones: La primera, el hecho de que se le hubieran cancelado sus honorarios por el trabajo realizado. “En Tarija se me canceló los hoteles, se me pagó la comida pero no mis honorarios” y la segunda, el hecho de que no se estuviera avanzando en la investigación puesto que cifró el avance del informe “prácticamente en un 90 por ciento”.
El trabajo del perito se vio interrumpido el viernes 25 de octubre por segunda vez, ya que en el mes de junio cuando trabajaba intensamente desde Tarija fue convocado de urgencia a Sucre. “Quien realmente en suplencia legal del Fiscal General me convocó a Sucre fue Roberto Ramírez, Fiscal Departamental de Chuquisaca” señaló luego de reiterar su compromiso con el caso.
Allanamiento
Olascoaga recuerda que el allanamiento del viernes no tuvo nada que ver con el caso Mariscal “Tampoco corresponde allanar siendo que a mí no se me ha notificado de nada, están los papeles, no se me ha notificado, no se me ha exigido, no se me ha conminado ningún tipo de caso, entonces, todos nos preguntamos porqué se firmó esa orden de allanamiento” pero considera que el mismo puede perjudicar al caso. “Ustedes saben lo que es una orden de allanamiento. No se entra a una casa y se entra a una sola pieza y se va directo al material de trabajo de una persona, si estás buscando algo más. Se revisa toda la casa, allanaron la casa de mi propio suegro. Los chips, memorias, discos duros, celulares, y mis máquinas personales de trabajo”.
Al respecto de la investigación pericial, Olascoaga señaló que la misma estaría ya en un 90 por ciento de avance a falta de unos pocos datos para cerrar el informe. También advierte de que se ha roto la cadena de custodia: “Ahora mismo no sé ni donde están”, pero señala que cualquier manipulación o alteración del contenido puede ser detectado. “No soy un genio, soy un profesional y puedo saber hasta qué archivos han abierto”.
Olascoaga agradeció además la colaboración del Fiscal Departamental de Tarija, Gilbert Muñoz durante la estancia en Tarija y rechazó haber recibido amenazas o presiones por este caso. “No, para nada, ningún tipo de amenazas, ni presión… simplemente y lógicamente, por parte del Fiscal Departamental de Tarija, quería tener el material en sus manos para proceder – pero aclara - Siendo que en el primer informe ya había suficiente material para poder proceder, siendo que en el primer informe ya había suficiente evidencia, porque yo ya había adelantado parte de la segunda pericia en la primera”.
Detalles de forma
El perito informático evitó dar a conocer detalles del contenido “porque esto es ciencia, y es exacta, con todos los datos” y señaló que en el material secuestrado durante el allanamiento “había videos que podían resolver un montón de puntos de mis análisis para llegar a varias aclaraciones en el caso Mariscal” y también trabajos del periodista. “Estamos hablando de un periodista investigador, ¿verdad? Bueno, pues hay trabajos realizados por Osvaldo Mariscal”.Olascoaga, quien aseguró que continuará con el caso (pese a que anteriormente habló de renunciar) señaló que recuperar los mensajes de texto que se intercambiaron los imputados esa noche si es posible también señaló que entrar en las cuentas de Facebook es procedimiento habitual en su trabajo, hecho que explicaría la activación de la cuenta del periodista a los pocos días que empezó a trabajar en el rastreo “hasta que no está todo al 100 por ciento no se puede informar” reiteró.
Nueve meses y medio sin Cristian Mariscal
La tarde del 18 de enero de 2014 Cristian le dio el último beso a su mamá. Luego alistó sus cosas y se fue a trabajar. Aquella noche la pasó como de costumbre animando la Discoteca Vértigo, donde trabajaba habitualmente. Nadie percibió nada extraño en su comportamiento. Una cámara de seguridad a la salida captó sus últimas imágenes. Desde entonces se lo tragó la tierra.
En el cuaderno de investigaciones la historia la cuentan los vivos y los presentes. Su ex concubina Gabriela Torres Arauz fue la última persona que lo vio con vida. Según su relato, Cristian entró por el garaje porque contaba con una llave propia y seguía guardando su Suzuki Samurai azul aunque apenas unas semanas antes habían cesado la convivencia. Cristian forcejeó sin mucho escándalo la puerta y pidió permiso para entrar. Gabriela dijo primero que tras una discusión acompañó al borracho “que apenas se paraba” a la calle y se fue en su auto. Luego se matizó lo de la discusión y unido a las declaraciones de los presentes en la casa quedó como una nebulosa.
La policía lo ha buscado por todos los lagos, bosques y embalses del departamento, de San Jacinto a Rosillas. La búsqueda por aire se frustró por falta de presupuesto. Migraciones certificó que no salió por las fronteras. Un accidentado allanamiento en casa de Torres Arauz con luminol en mano encontró sangre, pero las pruebas se arruinaron. Cristian no apareció, su auto tampoco.
Gabriela Torres fue a prisión por la imputación fiscal y un supuesto riesgo de fuga, salió unas semanas después mientras su abogado defensor, Rafael Gómez, clamaba venganza y culpaba a los compañeros de trabajo de Mariscal de ocultamiento. En agosto se cumplieron los seis meses de investigación sin ningún resultado, pero pocos días la Fiscalía imputó al “bromista” que mandó un mensaje a los pocos días de la desaparición al señor Jaime Mariscal para poder ampliar la investigación otros seis meses.Faltan dos meses y medio para que se cumpla el nuevo plazo y el caso se almacene, quizá, en lo alto de un armario. Hace mes y medio que llegó el Fiscal General Ramiro Guerrero a pedir resultados, que no hubo. El trabajo del perito informático que podía ofrecer reveladoras informaciones fue oportunamente interrumpido al 90 por ciento de su avance por un fiscal en suplencia legal.