Un problema estructural

El microtráfico en los colegios está aumentando a pasos agigantados, muchos culpan a la falta de control policial, más aún esto revela una falla más profunda que eso. Las familias, las escuelas y el mismo sistema educativo están fallando. El Plan Mochila a diario descubre estudiantes en...

EDITORIAL
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El microtráfico en los colegios está aumentando a pasos agigantados, muchos culpan a la falta de control policial, más aún esto revela una falla más profunda que eso. Las familias, las escuelas y el mismo sistema educativo están fallando.

El Plan Mochila a diario descubre estudiantes en posesión de sustancias controladas. “Hemos llegado a 11 unidades con el plan ‘Mochila Segura’, de las 11 hemos encontrado que en siete unidades hay estos problemas”, afirmó la directora de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía de Tarija, Susana Pantoja.

Entre lo encontrado están bolsitas de marihuana y pipas. Pero este problema no sólo se da en la ciudad sino también en comunidades weenhayeks como Capirendita. Así lo reveló una investigación de El País.

Pero ¿cuál es el problema? Para muchos psicólogos la médula está en un núcleo tan básico para el ser humano como es la familia. El crecimiento, desarrollo y constitución de una persona dentro de un núcleo familiar resulta uno de los fenómenos más complejos de la vida.

Cada factor del ambiente familiar (relación entre los padres como pareja y con los hijos, creencias, estilos y formas de educar, conflictos, ambiente) puede interactuar de múltiples maneras, lo cual resulta en la formación de un estilo particular de interpretar la realidad, definir quiénes somos y cómo nos relacionamos con los demás.

El apoyo familiar, asimismo, es importante en la cruzada contra el tráfico a pequeña escala de sustancias tóxicas. Algunos psicólogos señalan que los jóvenes con una pobre influencia familiar presentan un incremento en el consumo de sustancias.

Más aún, los maestros en las escuelas también cumplen un rol de complementar los valores de los estudiantes, prevenirlos sobre factores nocivos y orientarlos. Pero más allá de los actores que pueden incidir en mejorar también está la falta de un plan policial, un plan centrado no sólo en la incautación de la droga sino también en la prevención y control sobre el comercio de estas sustancias.

Sin duda este problema lleva a otro de igual o mayor gravedad. El narcotráfico alimenta las manifestaciones de violencia porque de él se nutren todas las estructuras de delincuencia del país.

Entonces ¿Podemos imaginar las dimensiones de este problema? Éste es un gran conflicto que crece ante la sombra de acciones que no llevan a terminar con el problema desde su raíz.

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