Todo sobre la próstata
Posiblemente, la próstata no haya estado entre tus focos de interés. Pero su función es muy importante dentro de los órganos sexuales masculinos. La próstata es una glándula situada debajo de la vejiga. Rodea la uretra y se coloca por delante del recto. Tiene una zona central y otra...



Posiblemente, la próstata no haya estado entre tus focos de interés. Pero su función es muy importante dentro de los órganos sexuales masculinos. La próstata es una glándula situada debajo de la vejiga. Rodea la uretra y se coloca por delante del recto. Tiene una zona central y otra periférica. En hombres jóvenes tiene el tamaño de una nuez, pero con el paso de los años va aumentando de dimensiones.
A tomar en cuenta
Es la encargada, ni más ni menos, que de generar los fluidos que dan lugar al semen. Por tanto, su función es crucial para la reproducción. Cuando el hombre tiene frecuentemente infecciones de orina o alteraciones a la hora de miccionar, debe consultar con un urólogo. Especialmente si va al baño muchas veces, tiene urgencia miccional, las ganas de orinar lo despiertan varias ocasiones de noche, la orina es lenta, débil o intermitente.
Los expertos recomiendan llevar una alimentación adecuada para cuidar la próstata. Así, se aconseja evitar una dieta con excesivas grasas de origen animal y optar por alimentos ricos en fibra y por frutas y verdura. La hiperplasia benigna de próstata es la enfermedad más frecuente de la próstata. Afecta a la mitad de los hombres a partir de los 50 años. Es una alteración benigna que consiste en un crecimiento desmesurado de la próstata, lo que provoca la compresión de la uretra, con las consiguientes dificultades para orinar.
La prostatitis es una inflamación de la próstata. Se reconoce por tres síntomas: dolor por delante del recto, molestias en la parte baja de la espalda y dolor en el escroto (la zona que envuelve los testículos). Si aparece, se debe consultar con el médico. El cáncer de próstata es el tumor más común entre los hombres a partir de los 50 años. Las dos pruebas que los urólogos utilizan para detectar un tumor prostático son la palpación de la próstata a través del recto y una analítica de sangre para buscar el antígeno PSA.
Los urólogos aconsejan que, a partir de los 50 años, todos los hombres se sometan a una revisión anual que permita detectar a tiempo posibles alteraciones. Si en la familia hay antecedentes de cáncer de próstata, estos chequeos deben hacerse a partir de los 45 años.