Mery y Judith vencieron el cáncer después de 3 años de intensa lucha
En Tarija, 23 niños tienen cáncer, el 80% con leucemia. El Hospital Regional San Juan de Dios, único en ofrecer quimioterapia, enfrenta graves desafíos por la falta de recursos y medicamentos
Mery Melania Benitez, de 12 años, de la comunidad Cochas en San Lorenzo, y Judith Díaz Salazar, de 5 años, de la comunidad Curqui en la zona alta de Tarija, vencieron el cáncer después de tres años de una incansable lucha contra la leucemia. Ambas niñas fueron diagnosticadas con leucemia linfoblástica aguda tipo B, una de las formas más agresivas de esta enfermedad.
A Judith le detectaron el cáncer cuando apenas tenía un año y medio. Su padre relató cómo, en un principio, fueron derivados a La Paz para el tratamiento, pero gracias a la intervención del doctor Omar Abraham Almazán Leyton, oncólogo que las acompañó durante todo el proceso, lograron recibir la quimioterapia en Tarija, evitando los largos y costosos viajes.
En una emotiva ceremonia, Mery y Judith tocaron la campana de la victoria, un símbolo que marca el final de sus tratamientos y el comienzo de una nueva etapa: la de vivir libres de cáncer.
Ambas familias, con lágrimas de emoción y gratitud, expresaron su felicidad por haber llegado a este momento, agradeciendo especialmente al doctor Omar y a las licenciadas que las apoyaron día y noche. También extendieron su agradecimiento a la Fundación Luz Esperanza, que brindó un apoyo fundamental durante los momentos más difíciles.
Ambas familias, de escasos recursos, enfrentaron muchas dificultades a lo largo de este proceso. No solo fue la lucha contra la enfermedad lo que marcó estos años, sino también el desafío económico que conlleva un tratamiento tan costoso.
"Fue un camino lleno de altas y bajas, donde a veces faltaban los medicamentos, pero nunca nos faltó la fe", expresó el padre de Judith. Gracias al apoyo de la Fundación Luz Esperanza, amigos y vecinos, lograron conseguir los recursos necesarios para continuar con los tratamientos.
La Fundación Luz Esperanza, que comenzó sus actividades en febrero de 2015, ha visto pasar muchas situaciones difíciles, incluyendo la pérdida de vidas, pero también alegrías, como en este caso. "El cáncer infantil sí se puede curar", afirmó Carola Solares, miembro del directorio de la Fundación, y el testimonio de estas dos niñas es una prueba de ello.
La curación no supera el 40%
El doctor Omar Almazán Leyton, quien lideró el tratamiento de Mery y Judith, destacó que, aunque en Bolivia la tasa de curación del cáncer infantil es inferior al 40%, en comparación con otros países donde la tasa alcanza el 96%, el caso de estas niñas es un ejemplo de que, con un equipo médico comprometido, enfermeras dedicadas y el apoyo de organizaciones como la Fundación Luz Esperanza, es posible obtener resultados positivos.
“A veces faltan insumos básicos como jeringas o sueños, pero siempre hay manos amigas dispuestas a ayudar”, agregó.
El departamento de Tarija cuenta actualmente con 23 niños diagnosticados con cáncer, de los cuales el 80% padece leucemia y el resto presentan tumores renales, de hueso y del ojo (retinoblastomas), menos frecuentes pero igualmente importantes. El Hospital San Juan de Dios es el único centro público en Tarija que realiza quimioterapia, y enfrenta numerosos desafíos debido a la falta de recursos hospitalarios y medicamentos.
El doctor Almazán subrayó que las causas del cáncer infantil pueden estar relacionadas con diversos factores de riesgo, como la contaminación del agua, del aire y los suelos. El cáncer no discrimina, afecta tanto a los más pobres como a los más adinerados.
El oncólogo hizo hincapié en la necesidad de mejorar el sistema hospitalario en Bolivia, donde recién se está implementando una ley para garantizar el acceso a tratamientos como la quimioterapia.
Hubo más de 6.000 casos de leucemia en el mundo
En 2023, 6.074 personas fueron diagnosticadas con leucemia, una enfermedad causada por mutaciones en el ADN de las células sanguíneas, que pueden ser agudas o crónicas. Factores como exposición a radiación, fumar y antecedentes familiares aumentan el riesgo. La leucemia aguda progresa rápidamente y requiere tratamiento inmediato, mientras que la crónica avanza lentamente, pudiendo no mostrar síntomas al inicio.