Revuelta militar desató demanda de dólares y fuga de ahorristas
Señalan que la inestabilidad política afectará la imagen de Bolivia en el orden internacional y en consecuencia se dificultará acceder a créditos, ya que estos tendrán intereses elevados
El intento de golpe de Estado suscitado el pasado 26 de junio ha empeorado los síntomas de la economía boliviana, que no atraviesa un buen momento. El analista económico, Roberto Castillo, estima que esta situación de inestabilidad ha hecho que los ciudadanos retiren del sistema financiero alrededor de 200 millones de bolivianos, dinero que duda que vaya a retornar a los bancos, a esto se suma el aumento en la demanda de la divisa americana, que en el mercado informal llegó a cotizar por 9,8 bolivianos en estos días.
Otro de los elementos que observa Castillo, es que desde el miércoles la población ha corrido a los surtidores para poder abastecerse de carburantes, que pese a estar subvencionado, ha ocasionado que se disparen los precios de productos de alta frecuencia, que son los que se utilizan a diario para el consumo familiar.
“Los efectos que se nos vienen en las próximas semanas provocarán la fuga de inversionistas, que la gente no quiera venir a invertir en Bolivia por la inseguridad jurídica que está existiendo aquí. Además, que los préstamos que lleguen a futuro a Bolivia van a tener mayor tasa de interés, porque el riesgo del país está aumentando, por lo que ninguna organización va a querer prestar a Bolivia dinero, porque el riesgo es latente de un golpe de Estado”, afirmó.
Frente a este escenario, Castillo mencionó que el Gobierno debe dar seguridad jurídica a las personas y empresas que están en Bolivia. Recordó que en este último tiempo, más de mil empresas han fugado al Paraguay por las mejores condiciones y perspectivas de inversión.
“Entonces, nosotros estamos tratando de subir la popularidad de unas autoridad y futuros candidatos, pero no estamos midiendo las consecuencias que vamos a tener en la economía. Esto va a afectar directamente a la gente, al haber menos inversión va a haber menos trabajo, menos producción y menos nivel de empleo”, indicó.
Por su parte, el diputado por Comunidad Ciudadana (CC), José Luis Porcel, coincidió con el economista al afirmar que esta situación de inestabilidad ha ocasionado una corrida de ahorros y una sobredemanda de productos que de cierto modo está tranquilizándose.
Porcel manifestó que en el contexto internacional, Bloomberg adelantó que esto no va a tener mucha repercusión por el hecho de tener una economía reducida, pero que va a poner en alerta a organismos internacionales e inversionistas, que empezarán a tener recelo en apostar por Bolivia.
Asimismo, Porcel expresó su preocupación por el hecho que el país vuelve a tener los mismos síntomas que ha tenido en la hiperinflación de 1982-1985. Hay escasez de dólares, la balanza comercial es negativa, el déficit comercial es crónico, y el Gobierno empezó a emitir más dinero, un 18,8% con relación al 2022, cuando la economía apenas creció un 3,1%.