Alistan censo vitivinícola que ayude a crecer a este sector

El Centro vitivinícola Tarija (Cevita), dependiente de la Gobernación del departamento, ultima detalles para llevar adelante un censo que ayude a determinar la cantidad de hectáreas productivas, las variedades de uvas que se cultivan y las dificultades con las que ha tropezado este sector productivo, para a partir de ello elaborar políticas de desarrollo. Se estima que el levantamiento de datos arranque en junio y todo el proceso en sí dure unos cinco meses.

El secretario de Desarrollo Productivo, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Gobernación de Tarija, Efraín Rivera, en pasados días sostuvo una reunión técnica con los técnicos que tendrán a su cargo este catastro.

“Esta propuesta de catastro vitivinícola es importante porque nos ayudará a genera políticas públicas de desarrollo rural, específicamente para este sector productivo”, recalcó.

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Mediante este catastro se actualizará el número de hectáreas que hay en el departamento de Tarija destinadas a la producción de uva, qué variedades se tiene, de mesa o viníferas. También se identificarán fuentes de agua, si son por gravedad o sistemas de agua con tecnología, se verá los sistemas de conducción de los cultivos y todo lo que conlleva la parte agrícola de la vida.

“También se trabajará en los términos de referencia de la parte enológica, la capacidad industrial instalada en el departamento de Tarija, la capacidad artesanal en producción, tanto de vinos como de singanis, y otros subproductos que se pudiesen tener fruto del cultivo de la vid”, detalló el secretario, a tiempo de destacar que este levantamiento de datos también servirá para elaborar una propuesta enoturística.

Para realizar este catastro, la Gobernación de Tarija está contratando a un consultor externo que tiene experiencia, un ingeniero agrónomo preparado en Estados Unidos y que tiene conocimiento de este rubro productivo.

“Usaremos tecnología de punta, como los drones, que nos ayudarán a hacer este trabajo. Este catastro vitivinícola ha sido demandado por todo este sector agrícola y enológico del departamento de Tarija, y previamente lo vamos a socializar con los productores como con los industriales”, recalcó

Rivera hizo énfasis en la importancia del levantamiento de los datos mencionados, pues permitirá planificar el crecimiento del sector, tanto para la producción de uva de mesa como la destinada a las bodegas.

“Con esto, ellas podrán proyectar su producción en base a la producción que se tiene, podremos ver cuántos terrenos se pueden habilitar en base a la disposición de las fuentes de agua. Y de esa forma planificaremos un crecimiento armónico, en base a los mercados, que también se vayan identificando”, indicó.

Víctor García, el consultor que tendrá a su cargo el censo, detalló que ahora se avanza en la fase preparatoria del levantamiento de datos.

“La idea es utilizar la información catastral de las vid, para que el Cevita pueda tener un sistema de información capaz de generar nuevas políticas para el sector”, explicó.

García consideró que este proceso no llevará más de cinco meses, porque se trata de usar la información existente, perfeccionarla y en base a ello montar un sistema de información sobre el cultivo de la vid en el departamento.

Según datos de Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), el departamento de Tarija unas 2.138,73 hectáreas de viñedos.

Productores
Se estima que alrededor de 3.500 familias se dedican a la producción de uva, entre pequeños, medianos y grandes, solo en el valle central

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Viticultores contabilizan las pérdidas por el clima

 Eventos adversos causados por el cambio climático y el contrabando de uva, han obligado a productores a cambiar de rubro y dedicarse a otro tipo de cultivos agrícolas. Cuestionan el poco apoyo que reciben de las autoridades.

Así lo indicó el vocero de la Asociación Nacional de Productores Vitivinícolas (Anavit) y miembro del Comité de Competitividad Cadena Uva Vinos y Singanis, José Luis Sánchez, quien aseguró que los desastres naturales provocaron una pérdida del 50% de la producción, lo que se traduce en una pérdida económica de 109 millones de bolivianos.