Crónica política de la jornada
De los dos años del presidente Arce al agrio festejo del MAS
El presidente eludió referirse al conflicto del Censo y emitió un informe cargado de cifras al estilo Evo. El expresidente volvió a exigir que se resuelvan los conflictos y habló de “manchas de traición”
Con seguridad, el presidente Luis Arce llegó al hemiciclo de la Asamblea Legislativa Plurinacional con el asunto del Censo en la cabeza, tanto en el plano interno como en el externo, pero no lo mencionó ni una vez, ninguna referencia a la mesa técnica que trabaja en Trinidad y que puede evacuar su decisión en cualquier momento – tal vez después del cierre de esta edición de papel – una vez expuesto el trabajo de las comisiones y levantada la delegación cruceña. Arce tenía otro plan entre las manos y tiene que ver con su necesidad de reafirmarse como presidente en medio de una tormenta que no para de arreciar.
Muy de mañana había recibido vía twitter una suerte de felicitación de su antecesor, Evo Morales, envuelta junto a un carmelo envenenado: “Como MAS-IPSP al cumplirse 2 años del mandato democrático de nuestro gobierno dirigido por los hermanos #LuchoYDavid reiteramos nuestro pedido para que anuncie una fecha definitiva del censo y permita que el pueblo vuelva a trabajar. No decidir es prestarse al juego de la derecha” en un hilo en el que le acaba llamando traidor: “Pedimos a nuestros hermanos #LuchoYDavid responder a la esperanza que hemos depositado en ellos como MAS-IPSP al nombrarlos candidatos (…) El pueblo tiene memoria. La traición es la mancha en el nombre de los traidores. Buscar la división del MAS-IPSP y perseguir a su dirigencia nacional es someterse a los planes de la derecha”.
Morales reaccionaba así a los pedidos de clemencia del día anterior que muchos actores imparciales – entre ellos uno muy explícito del intelectual bolivariano de referencia, Atilio Borón, – le habían hecho llegar para rebajar el tono, elevado a la máxima potencia luego de que la bancada del MAS eligiera a Jerjes Mercado como presidente de Diputados contra el criterio de la corriente “evista”. Las acusaciones de traición y la agresividad en medio de la coyuntura de confrontación con la institucionalidad cruceña han dejado estupefacto a propios y extraños e incluso a los jefes de la oposición, que se quedan sin su argumento de ligar la conducta de uno con los deseos del otro.
La resistencia de Arce
El discurso de Arce en la sesión inaugural del periodo de sesiones tampoco pasará a la historia de la oralidad política boliviana, dos horas y media desmigajando datos intrascendentes sin acabar de explicar lo que se pretende en mitad de una coyuntura internacional atroz y con el Tesoro General de la Nación haciendo cuentas. Hasta Rodríguez Veltzé salió de la comodidad de su sofá para pedir acabar con estos enlatados y sustituirlos por debates de verdad. Hasta los gritos de la barra ministerial afincada en la tribuna de invitados con mandato de animar perdió fuerza al final. Hasta el productor de Bolivia TV tuvo tiempo de afinar el filtrado de audios para aprovechar a su favor el griterío permanente que emanaba desde las bancadas en una nueva sesión vergonzosa.
Con todo, si alguien quiere ver detalles, los hubo. Arce se mostró como un presidente con aguante capaz de sostener su discurso entre el griterío; recuperó elementos del primer año, donde las acusaciones a Áñez y a su gobierno eran permanentes y, sobre todo, demostró que puede manejar los datos para hacerse un traje a medida que sustente su relato de salvador de la economía, del país, del MAS o de lo que sea.
El otro detalle tiene que ver con la actualización del concepto pueblo que maneja Luis Arce como base electoral en cada uno de sus discursos, un concepto que ya estaba en la terminología del MAS de Evo Morales, pero que en su escenificación siempre aludía a campesinos e indígenas, mientras que en el de Arce parece integrar mejor a la clase media y urbana. Cuestiones de detalle que no son menores si es que la pelea se enquista y el MAS acaba rompiendo.
El MAS vivió una celebración triste que no se enmascara detrás de la impúdica performance del ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, megáfono en mano dando saltitos al frente de una columna de funcionarios a la que llama “guerreros azules”. Pase lo que pase en Trinidad se sabe que insistir en el 2024 recrudecerá el conflicto y aceptar el 2023 ahondará en la imagen de gobierno débil que ya no solo aprovechan los rivales sino un sector grande dentro del partido que también parece apostar por el acortamiento de mandato. Se vienen más curvas.
Oposición cree que Arce vive en el país de las maravillas
Si algo se podía saber antes de que Arce pronunciara una sola palabra en el hemiciclo de la Asamblea Plurinacional es que a la oposición no le iba a gustar. Como el presidente optó por dar un discurso “a lo Morales”, con centenares de cifras, Carlos Mesa y sus afines recuperaron la crítica de que describe “un país de fantasía” sin entrar demasiado en detalles, pues es difícil apoyar un paro cívico nacional y considerar que el país está al límite de su resiliencia contra cualquier crisis. Comunidad Ciudadana busca su espacio en este problema, pero por el momento, no lo tiene fácil.
Por su parte, las bancadas cruceñas afearon que no se refiriera al censo ni al conflicto político en Santa Cruz.