La falta de empleo dejó pocas oportunidades y opciones
Emprendedores vieron en la comida la oportunidad de sobrellevar la crisis
Hay profesionales que vieron en la venta de comida rápida una salida a la recesión económica asentada en el departamento de Tarija desde hace un par de años, y ahondada con la pandemia del Covid-19
El negocio de la comida ha crecido de forma abrumadora en el departamento de Tarija. Y es que para muchos ha resultado una opción de negocio fácil, que no requiere de demasiada inversión, es rentable y seguro, principalmente entre las personas que se han quedado sin trabajo o que carecen de una alternativa laboral mejor.
Entre las opciones está la preparación de comida rápida, embutidos, helados, comida gourmet, snacks, repostería y todo lo que tenga que ver con deleitar el paladar de la población. Los emprendimientos han tenido buenos resultados.
Un caso de reinvención es el de Soraya Miranda, una tarijeña que trabajaba, junto a su familia, en el sector turístico, un rubro que tanto en Tarija como en el resto del mundo ha resultado fuertemente golpeado tras la llegada de la pandemia del coronavirus.
Sin turistas y con los viajes paralizados, la familia de Soraya se vio afectada económicamente, razón por la cual inició un negocio de elaboración de sándwich de chorizos chuquisaqueños, butifarras y enrollados, que aprendió de sus padres.
Conocía todo sobre la elaboración de esos productos cárnicos, por lo que decidió iniciar su venta en los bancos, encontrando en este negocio una forma de subsistencia para ella y su familia. Hace poco se inscribió en los Centros de Autoempleo y Producción (CAP) del Gobierno Municipal de Tarija, donde está recibiendo capacitación para poder industrializar estos productos.
“Ahora, con la pandemia y todo lo que ha pasado, nos hemos ido quedando sin trabajo, entonces, he decidido emprender nuevamente en este negocio y tratar de industrializar un poquito”, mencionó. De momento, su producto no tiene marca, sin embargo, tiene previsto ponerle de nombre “Don Víctor”, en honor a su padre, de quien aprehendió a elaborar dulces, licores, embutidos y otros.
Otro ejemplo de reinvención y de ingreso al rubro alimenticio es el de Vilma Alarcón, propietaria de Fiambres y Embutidos Matilde, un emprendimiento que no tiene más de un año desde su lanzamiento.
Vilma, de profesión Contadora, junto a su esposo, de profesión Abogado, ya tenían en mente emprender en algo. La idea inicial era montar un criadero de chanchos, sin embargo, esto se vio un tanto complicado y debido a que su esposo tenía mayor inclinación hacia la comida es que deciden iniciar con el negocio de embutidos.
El emprendimiento de Vilma salió al mercado con la oferta de 15 productos y a la fecha ya cuenta con al menos 19 productos diferentes. Entre esos están los chorizos ahumados, chorizo español, chorizo parrillero, salame, jamón ahumado, queso de chancho, enrollado, salchichón, pepperoni, tocino, costilla ahumada, paleta ahumada, huesos para perros, salchicha Viena y otros. Todos los productos son hechos en Tarija.
Una de las razones de emprender fue la necesidad de tener un negocio propio, además, que su esposo se había quedado sin trabajo tras el cierre de su oficina.
Otro caso es el de Adrián, de profesión ingeniero ambiental, quien perdió su trabajo en la Gobernación. Y luego de ser rechazado en varias empresas, decidió abrir su puesto de hamburguesas en el barrio Juan XXIII. Cuenta que le va bien, aunque admite que su margen de ganancia no le da para pensar en ahorrar, pero al menos puede sostener el gasto diario de su familia, con el apoyo de su esposa, que sí tiene empleo, pero un salario mínimo.
El desempleo provocó la migración de profesionales
La Federación de Empresarios Privados de Tarija (FEPT) reportó una fuga masiva de recursos humanos de las empresas privadas y públicas en la región a otras regiones del país a consecuencia del desempleo, la crisis económica y la falta de movimiento económico en el departamento desde hace más de siete años.
Marcelo Romero, presidente de la FEPT, explicó que entre el 2015 hasta el 2021 más de un 80% del capital humano abandonó sus fuentes laborales en Tarija para migrar a otras regiones con mejores oportunidades y condiciones de trabajo.