El Instituto Nacional de Estadísticas actualizó sus datos
INE: Los índices de pobreza en Tarija no bajan desde el 2016
Un aspecto que llama la atención, es que Tarija es la única región del país que tiene un aumento en los índices de pobreza entre el 2016 y 2021. Los demás departamentos han mostrado una reducción
Desde el 2016, la economía en el departamento de Tarija ha arrojado datos negativos, y eso lo sienten las familias. Y lo ratifican las cifras.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas, actualizados al 2021, los índices de pobreza y pobreza extrema en el departamento de Tarija, desde el 2016, no han bajado, más al contrario, han aumentado. Casualmente, esos datos se dan a partir de la caída de los precios internacionales del petróleo, lo que ha provocado un bajón en la renta petrolera para la región.
Lo que también ratifica la dependencia de la economía tarijeña sobre las regalías hidrocarburíferas, opinó el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
Datos del INE
De acuerdo a los datos del INE 2016-2021, la incidencia de pobreza en Tarija ha ido en aumento. El 2016, por ejemplo, era de 34,3%, eso implicaba que la población pobre era de 187.513. El 2017 la incidencia subió a 40,3% (224.318 población pobre). El 2018 bajó a 31, 6% (179.339 población pobre). El 2019, el índice de pobreza subió a 37,8% (217.602 población pobre). El 2020, cuando inició la pandemia del Covid-19, era de 42,0% (246.139 población pobre). Y, finalmente, al 2021, la incidencia de pobreza bajó a 36,6% (217.584 población pobre).
Pero, de 2016 a 2021, la incidencia de pobreza subió de 34,3% a 36,5%, es decir, que hay 30.071 personas más, en situación de pobreza.
Un aspecto que llama la atención, es que Tarija es la única región del país que tiene un aumento en los índices de pobreza entre el 2016 y 2021. Chuquisaca, por ejemplo, bajó de 60,7% a 53,3%, La Paz de 43,3% a 39,6%, Cochabamba de 48,1% a 37%, Oruro de 44,8% a 35,2%. El índice de pobreza en Potosí bajó de 68,2% al 57,28%, Santa Cruz de 30,2% a 25.0%, Beni de 41,9% a 30,0%, y finalmente Pando de 46,7% a 42,4%.
Pobreza extrema
La incidencia de pobreza extrema también ha ido en aumento. El 2016 era de 10,8% (58.798 población en pobreza extrema), el 2017 era de 15,8% (87.789 población en pobreza extrema), el 2018 bajó a 8,0% (45.230 población en pobreza extrema), el 2019 era de 12,4% (71.603), el 2020 subió a 17,1% (100.108 población en pobreza extrema), y el 2021 era de 12,0% (71.652 población en pobreza extrema). De 2016 a 2021 la incidencia de pobreza extrema aumentó de 10,8% a 12,0%, es decir que en el departamento hay 12.854 personas más, en pobreza extrema.
En los demás departamentos, la situación es como el dato de pobreza, todos han reducido la incidencia, menos Tarija.
Consecuencias del rentismo
“Esto, en parte, es resultado de un modelo económico rentista, extractivista, una matriz productiva primaria, donde el mercado interno es muy pequeño, pues apenas llegamos a los 600.000 habitantes, donde el sector económico no se ha diversificado y donde el sector público ha crecido más sobre el sector privado”, es el análisis que hace el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, quien, recalcó, esa situación ha impedido que la población tenga un empleo digno y estable.
Para Romero, los datos de INE también muestran el fracaso de las autoridades nacionales y departamentales, en cuanto a la administración y gestión pública, sobre el manejo de los recursos.
“De Tarija ha salido más de 50 mil millones de dólares de venta de gas natural a Brasil y Argentina, Bolivia ha recibido 41 mil millones de renta petrolera, de ese monto, Tarija ha recibido 5.435 millones de dólares, una cantidad muy importante. Sin embargo, si bien se han creado programas sociales muy oportunos, como las canastas alimentarias, no han aportado en la generación de empleo, en mejorar la industria”, lamentó.
Romero recordó que, en términos económicos, se considera pobre a aquellas personas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas, que es alimentación, vivienda y vestido, porque son parte de una economía informal, una población que tiene trabajo, pero no empleo. Que viven en condiciones precarias y que difícilmente tienen acceso a salud, educación y servicios básicos.
Pero, enfatizó, no todo se mide por la cantidad de recursos que tiene un ciudadano.
“Si mejoras el índice de desarrollo humano, mejorarás los índices de pobreza. Eso pasa por mejorar el empleo, la educación y el acceso a la salud, incluso se miden los términos de la equidad de género, que también es importante”, explicó.
Sin embargo, el economista advirtió que, en lo político, esos aspectos “no venden”.
“Para los políticos es más rentable hacer carreteras, puentes u otro tipo de proyectos. O sea, es más fácil hacer un hospital que invertir en capacitar al personal y crear más ítems”.
Para Romero, la incidencia de pobreza no se reduce con dar más pan, si no con generar empleo estable, y para ello, recalcó, se deben dar condiciones de educación y apoyar el crecimiento del sector privado.
Gobierno destaca la reducción de la pobreza
El Gobierno de Luis Arce Catacora ha destacado la reducción de la incidencia de pobreza y pobreza extrema en el país. De 2016 a 2021, a nivel general, ha mostrado avances positivos.
El 2016, por ejemplo, la incidencia de pobreza en el país era de 43,0% (4.745.289 población pobre), el 2017 era de 42,2% (4.735.019 población pobre), el 2018 era de 39,9% (4.534.566), el 2019 era de 37,2% (4.282.674 población pobre). Mientras que el 2020, cuando inició la pandemia del Covid-19, la incidencia de la población pobre subió a 39,0% (4.581.969), y el 2021 bajó a 36,4% (4.331.273 población pobre).
De 2016 a 2021 la incidencia de población pobre bajó de 43,0% a 36,4%. Para el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, esos datos son resultados del Modelo Económico Social Comunitario Productivo.