Este 29 de junio se conmemora al Patrono de los yacuibeños
San Pedro, la fe que une a los habitantes de Yacuiba
A partir del 2005, muchas cosas cambiaron o se añadieron a la festividad religiosa, como la realización de concursos de ballets y de música previos al día de celebración, asimismo, las “mateadas”



La festividad de San Pedro se celebra el 29 de junio de cada año. La primera precaria Parroquia, construida en la esquina sur de la Plaza “6 de Agosto”, hoy del estudiante, fue levantada por el padre Rafael Paoli, esta construcción de adobes y techo de paja fue destruida por el terremoto acaecido el año 1898.
La iglesia San Pedro, inicialmente llamada Parroquia, fue inaugurada el 12 de abril de 1942, el encargado de la misma fue el padre Raymundo Monfelli con residencia en Tartagal, pero el primer Párroco permanente fue el cura Brucia Ferri, sacerdote de la orden Franciscana. Pero deberían pasar tres años para que se colocara la piedra fundamental el 29 de junio de 1945, ocasión en la que estuvo presente el Monseñor Ramón María Font, Primer Obispo de Tarija. Dos años después, el Obispo Juan Nicolai hizo la consagración del Altar mayor el 28 de junio de 1947. El cura permanente de la Iglesia era el padre Celso Testa de la orden franciscana. Tradicionalmente se contaba que las campanas de la iglesia habían sido donadas por Juan Ridder y traídas desde Alemania.
San Pedro fue instituido como Patrono de la ciudad de Yacuiba, para el efecto se preparaban las vísperas la noche del 23 de junio. Los pobladores con anticipación se aprovisionaban de leños, chacras y ramas, los acondicionaban en la calle a manera de paraguas, los troncos unidos en la parte superior formaban luminarias frente a sus puertas, mientras los vecinos se reunían para conversar y beber ponches de vino.
Contrariamente ocurría en el frontis de la Iglesia San Pedro, allí se instalaban dos o tres luminarias con tablones de madera. Antes aún, eran en mayor número las luminarias, es decir, cuando el sector lateral derecho de la iglesia mantenía descampado sus predios interiores hasta la “Cancha del cura”, en esa época, las luminarias iban desde la calle Santa Cruz hacia adentro. Casi siempre se acostumbró iniciar las fogatas a partir de las 18:30 y se prolongaba hasta la media noche; en la velada se servían ponches de canela y de vino, asimismo, pasteles y buñuelos. Los ponches son de vino hervido con agua o te de canela con alcohol, se sirve caliente, luego fueron apareciendo la leche de tigre, leche natural con alcohol, entre más caliente las porciones, más sabrosa era la bebida en esas noches de frio.
La misa se celebraba a las 19:30 y la otra a media noche. A los alrededores de la iglesia y una pequeña parte de esa cuadra se la adornaba con lámparas de papel crepé de colores, alumbradas con velas. Ese era el alumbrado del sector, puesto que la luz eléctrica tardó en llegar a Yacuiba y, en las décadas de 1950 y 1960, la energía eléctrica era restringida. Los pobladores por norma y costumbre debían portar linternas para andar por esas calles llenas de baches, troncos y piedras, calles de tierra y amplios arenales; sin embargo, los pies conocían cada paso a dar, como si tuviesen radar. Las vísperas de aquella época eran moderadas y no se conoció escándalos por borracheras o amanecidas.
Al siguiente día, el 24 de junio en la mañana, al promediar las 06.00 horas se iniciaba la primera misa, luego se tenía la misa de 10:00 horas, seguida de la procesión con el santo Patrono San Pedro que tenía como ruta la calle Santa Cruz, daba vuelta por la Calle Sucre para retornar por la calle Comercio hasta la calle Juan XXIII, de tal manera luego de un ritual, el Santo Patrono San Pedro ingresaba a la Iglesia. Posteriormente se extendió hasta la calle Cochabamba.
La romería o procesión, consistía en sus inicios en una caballada, sus jinetes a lo criollo acompañaban al santo por detrás de los fieles, pero no prosperó la costumbre debido a que eran menospreciados; el silencio y las miradas de indiferencia los anularon, por aquella época lo propio sufría la danza y la música chaqueña. Posteriormente, surgieron los autos cubiertos con pullos andinos, sobre los cuales se sujetaban alhajas de plata, consistentes en azucareras, cucharas, cucharones, vasijas, jarras y otros abalorios. Cada vehículo correspondía a un dueño y a cada cual más adornado, a medida que fueron pasando los años, se fue incrementando el número de automóviles con tales características que acompañaban al Santo.
Este crecimiento se debió al arribo de nuevos comerciantes minoristas y mayoristas en ropas y otros enseres que llegaban a Yacuiba y se instalaban en los alrededores del otrora nuevo Mercado Central, entre estos comerciantes se encontraban los joyeros y casas comerciales que empezaban a extenderse como negocio formal en Yacuiba. El descanso del Santo Patrono, antes de partir en romería se instalaba en la vereda de la otrora Sección Industrial del Colegio “Pdte. Germán Busch”, luego convertidas en oficinas de tránsito; oficinas de la Alcaldía y luego biblioteca Municipal. A su retorno, tenía otro descanso en las afueras del templo, desde allí despedía a los fieles.
Con la construcción del paseo peatonal en la Plaza Principal, la Calle Cochabamba quedó en desuso para la romería de San Pedro. A partir del 2005, muchas cosas cambiaron o se añadieron, como la realización de concursos de ballets y de música previos a la festividad; asimismo, las “mateadas”, se colocan mesas y sillas en el frontis de la Iglesia, la Agrupación de Damas Chaqueñas provee de agua caliente y fría; pasteles; sopaipillas; empanadas de queso; queso y otros manjares chaqueños, mientras se degusta de los mates y de las tertulias, hay grupos de danzas y conjuntos musicales que amenizan la mañana, el escenario es la calle Santa Cruz.
Son célebres las serenatas a San pedro, donde la concurrencia de fieles, curiosos y amantes de la música se dan cita en número impresionante de espectadores. La Gran Serenata consiste en darle a la noche previa a la festividad un matiz de fuegos artificiales; se venden bebidas calientes y frías, y una variedad de comidas. Se tiene la actuación de consagrados conjuntos y ballets de la región, no obstante, también participan noveles solistas y grupos de música y canto.
Durante la etapa más crítica de la pandemia del Covid-19, se realizaron concursos y misas de manera virtual, pero la festividad del Santo Patrono San Pedro nunca estuvo ausente de la fe y sentimiento del pueblo de Yacuiba.