Productores piden fortalecer laboratorios de vitivinicultura
Europa se abre a vinos bolivianos y vitivinicultores aún ven tropiezos
El Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (INLASA), el Centro Vitivinícola Tarija (Cevita) y el Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro), fueron habilitados para otorgar la Certificación que permita la exportación de vino a Europa
Tras la habilitación de los laboratorios bolivianos para certificar la exportación de productos vitivinícolas a Europa, los empresarios estiman que tardarán entre tres a cinco años como mínimo para comercializar en ese continente, esto porque según estiman recién vendrá la parte más difícil, que es conseguir clientes que confíen en los vinos que se producen en Bolivia.
Según el Viceministerio de Comercio Exterior e Integración, el Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (INLASA), el Centro Vitivinícola Tarija (Cevita) y el Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro) fueron incorporados a la lista N°6 de la Comisión Europea de Organismos competentes para otorgar la Certificación de Conformidad de productos vitivinícolas, que permita la exportación de vino a Europa.
Para Benjamín Blanco, Viceministro de Comercio Exterior e Integración, la incorporación de esos laboratorios como competentes para emitir la certificación constituye una oportunidad para las bodegas productoras de vinos y singanis locales, pues podrán comercializar sus productos en el mercado europeo.
Según el empresario, lo más difícil es encontrar los clientes que confíen en los productos bolivianos
Recordó que el mayor consumo de vino en el mundo se encuentra precisamente en ese continente. A la fecha hay bodegas bolivianas que recibieron expresiones de interés por parte de importadores de España y Alemania.
Al respecto, el Vicepresidente de la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas (ANIV), Luis Pablo Granier, indicó que la habilitación de los laboratorios para la exportación es un paso más que se logró entre los empresarios y el Gobierno Nacional, sin embargo puntualizó que lo más fuerte para concretar la venta en países del viejo continente recién empezará y para ello necesitarán apoyo del Estado.
Según el empresario, lo más difícil es encontrar los clientes que confíen en los productos bolivianos. Para ello, dijo que es necesario asistir a ferias y mercados estratégicos de ese continente, enviar muestras y toda actividad que signifique la promoción de los vinos y singanis que se producen en territorio nacional.
“El tema de la exportación es tremendamente complejo y de largo plazo. Uno tiene que participar en ferias durante muchos años, dar confianza a los clientes. Eso es lo que está faltando. La habilitación es una buena señal, pero solo es un papel en la parte administrativa, ahora hay que conseguir los clientes – comentó Granier –. Siendo positivos, por lo menos tardará unos tres o cinco años para exportar. No es un trabajo sencillo, hay que dar mucha confianza al comprador de afuera, generar reuniones, mandar muestras”, detalló.
Entretanto, José Sánchez, gerente de la Cadena de Uvas, Vinos y Singanis, indicó que la habilitación es una buena oportunidad para el sector, pero dijo que también es un gran reto y debe llamar la atención a las autoridades en el sentido de que inviertan los recursos económicos necesarios en el fortalecimiento de los laboratorios y se tenga al personal capacitado, dejando así de lado los cargos políticos en esas áreas. “Solo así habrá un avance verdadero y la exportación puede hacerse realidad”, dijo.
El productor también recordó por ejemplo que hace años el sector estuvo interesado en ingresar a la Organización Internacional de Vino y la Viña (OIV), pero a la fecha la Cancillería aún no pudo concretar aquello, pese a que Bolivia es signataria de esa organización.
Promoción
Empresarios piden el Gobierno nacional, departamental y municipal, ayudar a promocionar los vinos bolivianos.
Contrabando disminuye la venta de vinos nacionales
Luis Pablo Granier, vicepresidente de la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas (ANIV), indicó que el contrabando no deja a su sector volver a las ventas que antes tenían, pues desde el año 2019 el mercado ha caído en un 30 por ciento. Afirma que como empresarios tienen productos en bodegas y, por lo tanto, también reducen la compra de uva, lo que afectará a toda la cadena en cuanto a ventas y movimiento económico.