Crónicas de noviembre
De la pluriactividad al diálogo “sin querer” tras 4 días de paro
El Gobierno trata de mostrarse activo al margen de las polémicas del paro. La oposición mide fuerzas internas también y surgen roces entre departamentos por la contribución a la movilización



Ayer jugaba la verde. Hace dos años Evo Morales dejaba el país envuelto en una bandera mexicana. Ayer la tensión se mascaba en cada rincón de la política – y la normalidad en el resto de la sociedad – porque nadie parece dispuesto a dar certidumbres. Por partes.
La estrategia del Gobierno no está clara. La de la oposición tampoco. Y la cereza en la torta la puso la Iglesia ofreciéndose de mediadora, con todo lo que ha llovido. La cuestión es que se acerca el fin de semana y todo el mundo tiene más confianza en esos dos días de asueto que en cualquier negociación.
Por un lado, el presidente Luis Arce multiplicó la actividad de gestión: bono Juancito Pinto, vacunación infantil anticovid, etc., sin dejar de advertir a cada oportunidad aquello de que los cívicos tienen intenciones “golpistas” y quieren tumbar al Gobierno. En paralelo y matizando el desencuentro de ayer, el ministro de Economía Marcelo Montenegro, aunque ninguneando la convocatoria del presidente de Diputados Freddy Mamani, convocó al diálogo “a todos los gremiales de Bolivia” para tratar los alcances de la 1386.
Es verdad que hay otros muchos sectores movilizados y algunos que han ofrecido diálogo, como el alcalde de Tarija y presidente de la AMB, Johnny Torres, pero de momento esta es la oferta intermediada por Montenegro, aunque nadie olvida que el vicepresidente David Choquehuanca ha convocado a sus leales a marchar el lunes para “defender el proceso” y demás.
Divididos
El propio Luis Arce señaló el miércoles que el problema no es la Ley y los estrategas y analistas coinciden en que una nueva concesión, bajando la 1386, dejaría al Gobierno inmerso en un mar de debilidad que le impediría en el futuro tomar ninguna otra decisión. Ni siquiera está pudiendo completar el cambio de gabinete.
Mientras, en Santa Cruz Luis Fernando Camacho se vio obligado a corregir las tarascadas de su sucesor al frente del Comité Cívico, Rómulo Calvo, para decir que “nadie ha pedido la renuncia del Presidente”, aunque es evidente que en la calle se espera algo más que tratar las comas de la Ley de Control de Ganancias.
En la lucha interna por liderar la oposición, Camacho ha vuelto a sacar ventaja respecto a Comunidad Ciudadana, que multiplica su actividad comunicacional tanto en estos casos que se acaba disolviendo el alcance, mientras que a Camacho le basta con salir a la calle. Dos formas de hacer política y una pregunta ¿quién está detrás de la campaña que “acusa” a La Paz (fortín de Mesa) de no movilizarse?
Qué dialogar
A priori, la convocatoria para el sábado en Cochabamba fracasará, o no será lo suficientemente representativa de los movilizados, ya que “la familia gremial” está fuertemente dividida y es tan amplia y diversa como el conjunto de la sociedad boliviana, o sea, es una convocatoria a diálogo como “sin querer” que señalan algunos aliados.
Por debajo se trabaja más en una mesa de diálogo más amplia que integre a los municipios como ente mediador – Johnny Torres al frente de la AMB ha puesto cartas sobre la mesa – para que se enfrenten temas más amplios.
En el tintero está la reforma constitucional por la Justicia y en Santa Cruz sigue fuerte el reclamo por el tema de tierras. Hay problemas en Salud, en Educación y un Pacto Fiscal sin cerrar. También es verdad que todos conocen a Luis Arce y su escaso talante conciliador en estas circunstancias.
Hoy se cierra una semana de movilizaciones donde la pelota no acaba de decantar hacia ningún tejado. Lo normal es que el lunes todos vuelvan a la cancha. Pero en Bolivia nada puede darse por seguro, ni por descartado. Así que, continuará…
Nuevos y viejos Ministros de Arce
El 8 de noviembre, fecha de la efeméride de la posesión de Luis Arce, se va alargando en el tiempo y de momento no hay un cambio en el gabinete de Ministros tal como exigieron las matrices y el Pacto de Unidad. Obviamente la cúpula del Gobierno advierte que no es el momento, mientras que estrategas de algunos sectores señalan que la incertidumbre se está utilizando para mantener la movilización popular ante el “acoso” de la derecha. En cualquier caso, no hay paz y armonía dentro del MAS en estas circunstancias.