La inflación interanual llega al 0,77%
Los precios caen dos décimas en Bolivia, advierten impacto de contrabando
Mientras en el resto del mundo los precios suben por el impacto de la pandemia en la destrucción del aparato productivo, en Bolivia caen. Advierten con un alza en los precios de los alimentos



Mientras el mundo entero experimenta un contexto alcista de precios, en Bolivia el Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes de septiembre volvió a caer dos décimas (-0,20%) y se sitúa en un pírrico 0,77% a 12 meses, unos datos que ponen de manifiesto un mal común en Bolivia: el contrabando sigue campando a sus anchas, lo que no solo frena los precios sino que reduce la productividad de los emprendedores bolivianos.
Los expertos señalan que el indicador de la inflación da muestra del dinamismo de una economía al relacionar no solo oferta y demanda y disponibilidad monetaria, sino también el impacto en la creación de empleo.
En el caso de Bolivia ha habido ciertos movimientos en el sector financiero para recoger efectivo en previsión de la puesta en marcha de las devoluciones de recursos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que en teoría le restarían liquidez al sistema bancario, ya que es – junto al Tesoro General de la Nación – donde se invierte la mayor parte de esos recursos.
En cualquier caso, las críticas a la metodología de cálculo del IPC, que pondera más productos acabados normalmente importados legal o ilegalmente más que servicios propiamente brindados por bolivianos, concluyen que el contrabando es crucial para mantener los precios bajos, lo que afecta a la producción nacional.
La caída de precios en septiembre rompe la racha de tres meses seguidos de incrementos: 0,01 en junio, 0,15 en julio y 0,52 en agosto y apunta a cerrar el año por debajo del 1 por ciento, una cifra que difícilmente se traduzca en creación de empleo.
Un contexto al alza
En general, el mundo está viviendo un periodo alcista de precios después de la pandemia del Covid 19, una situación que se atribuye tanto al incremento de las deudas como de la masa monetaria disponible por la cantidad de dinero imprimido para hacer frente a la pandemia, pero también a la destrucción del aparato productivo, pues la Covid-19 ha provocado el cierre de innumerables empresas.
El ejemplo más evidente es el que se está relacionando con la escasez de microchips en el mundo, que ya ha provocado el parón de la industria automotriz y se prevé que impacte también en bienes de consumo medianos. También se ha detectado un fuerte incremento de las tasas de transporte marítimo luego de que en 2020 muchas empresas suspendieran actividades por falta de demanda.
“Se están produciendo cuellos de botella en la producción de ciertos bienes intermedios clave y algunas materias primas. La teoría nos dice que deberían desaparecer una vez las economías se reajusten tras el shock pandémico - señala el Banco Mundial en su último informe, en el que también dice que - Se anticipa que la inflación mundial, que ha aumentado junto con la recuperación económica, seguirá subiendo durante el resto del año; sin embargo, se espera que se mantendrá dentro del nivel deseado en la mayoría de los países”.
Además, advierte de un problema añadido: El aumento en los precios de los alimentos y la aceleración de la inflación agregada también pueden sumarse a los problemas relacionados con la inseguridad alimentaria en los países de ingreso bajo.
El contrabando reina en los mercados
El contrabando sigue penetrando libre por las fronteras tarijeñas y del resto del país, tal como se evidencia en los mercados nacionales y particularmente de Tarija, cargados de productos argentinos que no tienen distribuidor autorizado en Bolivia y sin embargo, circulan sin control. La Aduana Nacional, dirigida por Karina Serrudo, insiste en que sus operativos son efectivos y normalmente distribuye noticias positivas que no se corresponden con lo que se ve en los mercados.