El ganado vuelve a tener problemas por falta de agua
Agua racionada por años: el desafío de vivir en San Antonio - Tarija
Una comunaria de San Antonio relata que aproximadamente desde hace ocho años viven con el agua racionada; siete, quince o más días algunas familias del lugar deben esperar porque el líquido elemento fluya de sus grifos
Elena es una mujer oriunda de los pueblos indígenas del chaco tarijeño, acostumbrada de pequeña a pescar y sumergirse de cuerpo entero en el renombrado río Pilcomayo, hoy se enfrenta a una realidad distinta, pues desde hace ocho años aproximadamente intenta sobrevivir a un racionamiento de agua “eterno” en su comunidad llamada San Antonio.
“Quizá si estuviésemos en una guerra sería válido no tener acceso a este servicio básico, ustedes no saben lo que es no tener agua suficiente en esta época, con más de 36 grados”, es lo que relata desde su propia experiencia, que al parecer es mejor que la de otras personas.
La “pila” de su casa (grifo) se encuentra ubicada en el centro de su patio y es precisamente de allí desde donde una vez a la semana empieza a caer lentamente algunos litros de agua, pues la presión sería baja y apenas lograría llenar unos turriles que le permitan sobrevivir siete días a ella, su esposo e hijo.
Otros vecinos de San Antonio sufren más la situación, pues de 10 o 15 días aquel líquido elemento llegaría hasta sus cañerías que un día prometieron “romperse de agua”, más hoy parecen ser acabadas por la resequedad del sol chaqueño.
Servicios Alrededor del 80 % de la población rural del chaco boliviano no tiene acceso al agua potable ni a otros servicios básicos.
El racionamiento concuerda con la llegada de las petroleras a la zona, pero la explicación de cómo el agua se fue perdiendo no. Las dudas crecen, pues entre lo que Elena junto a otros vecinos pudieron averiguar es precisamente que para hacer trabajos de exploración y perforación de suelos para encontrar hidrocarburos se necesitaría un gran volumen de agua, ese que “supuestamente no tienen” y que los obliga a vivir año redondo sin acceso.
Una situación parecida es la que viven comunarios más adentro, en Urubichá, allí ni siquiera llegó el alcantarillado y tendrían que pagar prácticamente por tener algo de agua. Eso al menos, es lo que hacen los parientes de Elena, quienes primero deben ir hasta la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), realizar el pago de 80 o 120 bolivianos y posterior a ello dirigirse a las oficinas de la Alcaldía de Villa Montes, donde se debe solicitar que se les preste una cisterna para que ésta traslade el agua al lugar de destino.
Justamente Erminia Arias, representante del pueblo guaraní y que se hizo presente en la Cumbre Para la Reconstrucción Económica y Productiva desarrollada en Tarija el pasado 21 y 22 de agosto, indicó que a los principales problemas que se enfrentan desde hace años es el inacceso al agua, las sequías y el poder ser titulares de una vivienda.
Según el proyecto CABAS en cooperación con la BGR (Bundesanstalt für Geowissenschaften und Rohtsoffe) de Alemania, alrededor del 80 % de la población rural del chaco boliviano no tiene acceso al agua potable, la mayoría de las comunidades rurales no tienen sistema de alcantarillado, los desechos domésticos son evacuados mediante cámaras sépticas, noria y pozos ciegos.
En el área rural, el abastecimiento de agua potable es más restringido. La mayor parte de las comunidades se proveen de agua de vertientes, norias, aljibes y quebradas, en otros casos de los atajados los cuales son llenados en la temporada de lluvias, con alto riesgo de contaminación.
Durante la pandemia, donde el agua aún era más necesaria para evitar los contagios de Covid-19, la racionalización del agua fue aún más estricta. Elena sostiene que mientras la dotación de agua dependa de algunos “dirigentes” y de “petroleras” cientos de personas en el Chaco no podrán acceder al recurso tan preciado y que por derecho les pertenece.
Comunarios del Chaco anuncian marcha de protesta
La directiva actual de la comunidad de San Antonio indicó que la próxima semana se llevará a cabo una marcha de protesta en contra del Gobierno Autónomo Regional del Gran Chaco, pues es el ente que debería escuchar sus demandas de acceso a agua, que por años no fueron escuchadas.
“Nos estamos activando para exigir a las autoridades que intervengan en la necesidad de todo un pueblo, hay personas de la tercera edad, niños, animales. Se está atentando contra la vida de todos” indica Elena, quien funge como vocal de esta comunidad.