A nivel nacional
El 45% de los jóvenes empresarios cerró su negocio por la pandemia en Bolivia
Para los jóvenes interesados en empezar su propio negocio, el 51% se mostró preocupado de no ser tomado en serio por la edad, aunque también consideraron su juventud como algo positivo
La pandemia ha afectado a miles de emprendimientos en Bolivia y todo el mundo, en Tarija muchos negocios se han tenido que cerrar debido a la falta de ingresos. Un dato lamentable que recoge un nuevo estudio internacional ejecutado por OnePoll revela que en Bolivia el 45% de los jóvenes que ya habían emprendido su negocio, tuvieron que cerrarlo por el impacto económico de la pandemia; sin embargo, el 80% dijo que el haber tenido que cerrar su negocio no impactó negativamente en su aspiración para emprender, pues “lo volverían a intentar”.
De acuerdo al estudio quienes piensan en abrir su propio negocio deberían hacerlo antes de la década de los 30. En la encuesta realizada a más de 25.000 encuestados (de 18 a 40 años) en 35 países se les preguntó cuál pensaban que sería la mejor edad para iniciar su propio negocio e identificaron que sería a partir de los 28 años.
Pero el deseo de emprender no significa que los encuestados se lanzan sin pensar: el encuestado promedio manifestó que consideraba que una persona debería tener, al menos, cinco años y medio de experiencia antes de iniciar su propio negocio.
Para los encuestados interesados en empezar su propio negocio, el 51% se mostró preocupado de no ser tomado en serio por la edad, aunque también consideraron su juventud como algo positivo; de hecho, la mitad de los aspirantes expresó que la edad los ayudaría en sus probabilidades de éxito. Cuando se les preguntó por qué, 6 de 10 (61%) dijeron que son mejores para adaptarse a las nuevas tecnologías que las otras generaciones y el 43% manifestó que era más probable que tuviesen ideas creativas e innovadoras.
La encuesta también demostró que el 29% de quienes deseaban iniciar su propio negocio manifestaron tener “menos miedo al fracaso” que otras generaciones.
El 74% de los encuestados sueña con ser un emprendedor, mientras que el 16% de ellos manifestó que ya tenía su propio negocio. En Bolivia, el 31% de encuestados manifestó que estaría interesado en emprender negocios relacionados con la tecnología, seguido por el 28% que se vio interesado por emprender en actividades relacionadas a negocios en general.
De quienes expresaron estar interesados en el emprendedurismo, se observó que el factor de motivación número uno fue "ser mi propio/a jefe/a" (48%), seguido por la posibilidad de seguir su pasión (44%) y del deseo de tener más flexibilidad en el trabajo (32%).
Otro encuentro relevante en la encuesta fue que el 26% de jóvenes buscaba complementar su ingreso por la reducción de la jornada laboral que se dio, para muchos, como consecuencia de la pandemia actual.
Por su parte, para quienes tuvieron anteriormente un empleo, y que ahora estaban interesados en emprender, el 60% manifestó que una de las razones era que estaban cansados de que sus jefes directos les dijeran "no" a las propuestas que realizaban. Consideraban que en las funciones anteriores no habían tenido la oportunidad de que sus ideas sean tomadas en cuenta.
Los principales desafíos que enfrentaron los emprendedores incluyeron ganar lo suficiente como para compensar los costos de vida (35%), adaptarse a la pandemia (35%) y vender/conseguir clientes (35%). En Bolivia, además, los encuestados citaron como una barrera el alto costo inicial que se requiere para abrir un negocio (41%).
Testimonios de crisis
La paralización de la economía boliviana debido a los confinamientos por la emergencia del coronavirus ha ocasionado el cierre de empresas y la pérdida de empleos, obligando a muchos a buscar nuevas formas de sobrevivencia.
Este es el caso de Juan Carlos Mejía, quien después de perder su trabajo y cerrar un negocio de diseño de interiores que tenía junto a su esposa, intenta reactivarse con la venta de productos de bioseguridad.
“Tengo un crédito bancario y hay cosas por pagar. Ahora ha sido un cambio muy fuerte lo que ha pasado en mi familia, hemos tenido que buscar una manera de subsistir porque el trabajo no es eterno”, relató.
Mejía está concentrando todo su esfuerzo de venta por internet y a través de las redes sociales, ya que, por las restricciones de la cuarentena y el pico alto de contagios en el país, es la opción más recomendada.
“Como no podemos vender en la calle ni nada, todo lo hacemos desde la casa. Estamos a la espera de que el cliente web pueda recibir de nuestro producto”, dijo.