En 2019, Bolivia importó 52.489 toneladas de plaguicidas
Campesinos: Las plagas obligan a usar agroquímicos en cultivos
En Bolivia se tiene registrados 2.068 productos químicos que son de uso agrícola, entre pesticidas, herbicidas y fungicidas, de los cuales 34 corresponden a la categoría toxicológica 1b
Para hacer frente a las plagas, como el pulmón verde o “áfidos” y el oídio conocido en la región como “polvillo blanco”, que afecta los cultivos de arveja, manzanilla, tomate, haba, papa, morron, perejil y la vid, entre otros productos agrícolas, los campesinos del valle central de Tarija se ven obligados a usar productos agroquímicos y abonos foliares para sacar adelante su producción.
Si bien, la mayoría de los productores recurren a insumos químicos avalados por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y no son tóxicos para la salud, como ser el abono foliar, urea y abonos orgánicos, Tarija no está exenta del contrabando y la venta ilegal de agroquímicos, situación que preocupa al sector campesino, pues usarlos sin control pone el riesgo la salud de la población.
Según datos del Senasag, en Bolivia se tiene registrados 2.068 productos químicos que son de uso agrícolas, entre pesticidas, herbicidas y fungicidas, de los cuales 34 corresponden a la categoría toxicológica 1b, es decir son tóxicos para la salud. En Tarija 73 casas comercializadores tiene el aval de la institución.
Oswaldo Fernández, ejecutivo de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), señala que las plagas obligan a usar agroquímicos en los cultivos, aunque no en gran cantidad y son productos no tóxicos. “Ha cambiado mucho, años antes no sabíamos curar las plantas y sabía dar la haba, papa, la arveja, ahora sí o sí tenemos que curar”, comenta.
Contrabando El Senasag coordina con la asociación de comercializadores la venta de agroquímicos para frenar el contrabando
Como productor, señala que cultiva haba, papa, cebolla, zanahoria, manzanilla, oca, arveja y verduras, pero siempre usa abono orgánico como ser de oveja o vaca, otros campesinos usan abono hecho de residuos de haba, los cuales dispersan en los terrenos de cultivo.
“Los químicos, algunos le echan de acuerdo al bolsillo, esto a veces para tener mejor rendimiento en la producción, si bien el abono orgánico ayuda, siempre se requiere usar abono urea o foliar que ayuda en la producción”, agrega. Al indicar que también se usa insecticidas como el foliar y redonil que se comercializa en las agroquímicas, aunque por el elevado costo pocos acceden.
“Aquí en el valle central para la uva y tomate, morrón, perejil se usa los algunos químicos, pero todos son autorizados, muchos remedios se preparan aquí (Tarija) son orgánicos, tienen un costo entre 80 a 100 bolivianos”, comenta.
Agrega que gracias a los cursos de capacitación y talleres realizados por el Instituto de Investigación y Capacitación Campesina (IICCA) y el Servicio Departamental Agropecuario (Sedag) sobre remedios orgánicos, algunos campesinos ya preparan los productos incluso para venderlos.
Controles de Senasag
Por su parte, Never Mejía, técnico de Vigilancia y Monitoreo de Sanidad Vegetal del Senasag, refirió que por normativa hacen controles rutinarios a todas las agroquímicas del departamento de Tarija. La institución tiene un cronograma, es así que los operativos son de sorpresa y al mes visitan entre 40 a 50 tiendas.
“En su mayoría las agroquímicas están cumpliendo con la normativa, pero siempre hay temas como algunos productos que tienen fecha de vencimiento bastante corta, otros ya vencidos y productos que ingresan de forma ilegal”.
Insta a los productores a denunciar y tomar conciencia, ya que, si bien hay productos con precio más bajo, no tienen la certificación sanitaria, no están avalados por el Senasag y no se sabe si esos productos están cumpliendo su función o no.
Bolivia incrementó importación de plaguicidas
De acuerdo con el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), las importaciones de plaguicidas se incrementaron en 491% desde el 2007 al 2016, pasando de 6.594 toneladas en el 2007 a 39.000 toneladas el 2016, por un valor acumulado de 1.652 millones de dólares americanos.
Mientras, la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO), reporta que el uso de plaguicidas en Bolivia se duplicó entre 2005 y 2018, pasando de 7.146 toneladas a 14.758 toneladas, respectivamente.