Productores de uva señalan que trabajan al “borde de pérdidas”
Sobreoferta, viticultores venden cosecha sin margen de ganancia
Los cultivos de uva en el valle central registran una curva de crecimiento del 8 a 10% anual. En la actualidad hay más de 3.600 hectáreas en producción y se proyecta cosechar 23 mil toneladas



Los bajos precios de la uva y la falta de mercados preocupan a los viticultores del valle central de Tarija. El sector alerta que produce a pérdida, pues sin vendimia y la comercialización por debajo de los 75 bolivianos la caja de 23 y 25 kilos de uva de mesa, no se cubre la hoja de costo de la producción, situación que también pone en riesgo las fuentes de empleo directo e indirecto que generan en la región.
Este año los viticultores de Tarija proyectan una producción de más de 23 mil toneladas de vid. Si bien están en plena cosecha de uva, el mercado nacional está saturado y las bodegas hacen el esfuerzo de comprar parte de la producción.
José Sánchez, presidente del Complejo Productivo Cadena, Uvas, Vinos y Singanis, señala que tanto los costos de la producción como la plantación de viñedos para tener la variedad de uva de mesa y viníferas que demanda el mercado local y nacional son elevados.
En promedio se requiere 25 mil dólares para plantar una hectárea de viñedos, pero si el productor quiere aplicar el riego tecnificado y protección antigranizo supera los 30 mil dólares. “Esto porque los terrenos de cultivo en el valle central de Tarija no son planos, hay que adecuarlos, nivelarlos antes de plantar los viñedos”, afirma Sánchez. A tiempo de hacer notar que es el único que sector que combate de forma silenciosa la erosión.
Además, los viñedos requieren cuidados durante tres años, recién a partir del cuarto año entra en producción de forma paulatina y depende del manejo que haga cada viticultor para alargar la vida de la planta y la cantidad de producción. “Esta es una cadena muy compleja, desde la implantación que tiene sus costos y hasta la comercialización requiere una inversión”, comenta Sánchez.
Hoja de costo
Para producir una hectárea de uva de mesa en Tarija se requiere una inversión que supera los 80 mil bolivianos y para una hectárea de uva de vino en promedio 55 mil bolivianos al año, detalla Eider Quiroga pequeño productor de uva de la comunidad Ancón Chico Pampa la Villa Grande del municipio de Uriondo.
“El costo solo de producción en promedió por cada kilo de uva de mesa es de 3.5 bolivianos y la uva de vinificación 3 bolivianos”, agrega.
Por tanto, para cubrir la hoja de costo de la producción, Quiroga señala que la uva de mesa debería venderse como mínimo entre 85 a 90 bolivianos la caja de 23 kilos, “así no se gana ni pierde, pero ahora se vende entre 60 a 75 bolivianos la caja, estamos a pérdida, además las bodegas pagan por cuotas”.
Sánchez también afirma que los viticultores están produciendo “al borde de pérdida”, si bien la variedad de uva Italia es la que tiene mejor precio y se vende a 90 bolivianos la caja de 23 kilos actualmente, la moscatel que es la reina de las uvas de Tarija se comercializa entre 75 y 80 bolivianos la caja, mientras las variedades más finas que generalmente se destina para vinos y son las que compran las bodegas, el quintal se vende entre 160 y 180 bolivianos.
“Tenemos un parámetro, el momento que el costo baja a razón de 8 o 10 bolivianos la cuartilla, significa que estamos en la curva de pérdida. Cuando se sube desde 12 a 14 la cuartilla la utilidad es del 10 por ciento”, refiere Sánchez. Tras hacer notar que se trata de un cultivo anual, es decir se realiza una sola cosecha al año.
Inversión Para producir una hectárea de uva de mesa se requiere una inversión que supera los 80 mil bolivianos
Además, la cadena y hoja de costos suele variar y dependen de los insumos que usa cada productor, ya que hay insumos agroecológicos que se requieren para controlar las plagas que son de importación e incluso vienen desde Suiza.
Plagas y clima
Por otro lado, las lluvias y las plagas son factores con los que deben lidiar cada año los viticultores de Tarija, para lo cual se ven obligados a usar insumos químicos.
De acuerdo con Sánchez, el mantenimiento tanto de la planta y la fruta, cuando se tiene constantes lluvias, encarece el costo de producción ya sin el control de enfermedades entre ellas la: botrytis o podredumbre gris, mildiu y oídio, no se logra la calidad que se espera en el mercado.
“Todos esos detalles encarecen los costos y el clima es otro factor determinante para usar menos o más insumos agroecológicos, ese es un tema que tienen que tomar en cuenta los viticultores”, comenta.
Es así que solo para controlar adecuadamente la plaga botrytis se gasta 1.280 bolivianos para un kilo de producto agroecológico de etiqueta verde, lo cual alcanza para tres tachos de 300 litros de agua. “Nosotros mientras más nos acomodamos a ser más saludables y ecológicos en la producción, los costos se elevan (…)”, comenta.
Bodegas afectadas por el contrabando
Al presidente la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas (ANIV) Luis Pablo Granier le preocupa el contrabando y los bajos precios, sin mercado para los vinos y singanis el sector a traviesa una situación difícil ya que las bodegas todavía tienen sus almacenes llenos con productos de la gestión 2020, por tanto, no podrán comprar la misma cantidad de vid que en gestiones pasadas.
Si bien la Cadena productiva de Uva, Vino y Singanis mueve unos 150 millones de dólares anuales a nivel nacional, el 80 por ciento corresponde al departamento de Tarija, pero el ingreso de vino y bebidas alcohólicas de contrabando resta el mercado de los vinos tarijeños a nivel nacional.