Crónica política de la jornada
Rumbo al 7M: Quién gana y quién pierde si se aplaza la votación
Si el TSE decide postergar las elecciones, los partidos que no hacen gestión perderán pie, pero los que hacen correrán el riesgo del fracaso en sus acciones. El plazo de diferimiento es clave para las estrategias



La crónica política se va convirtiendo de a poco en la crónica sanitaria, pues a medida que se acerca la fecha electoral más crecen los nuevos contagios y ya pocos creen en que la fecha del 7 de marzo se mantenga en pie luego de que se cumplan dos hitos elementales del calendario electoral: la sustitución de candidatos “renunciados” el 21 de enero y la oficialización del padrón electoral el 24 de enero.
La cuestión es a quién va a perjudicar más y a quién va a perjudicar menos y qué factores se van a convertir en fundamentales en los próximos días, o meses. Y es que una de las claves es saber cuánto tiempo se pretende aplazar la convocatoria electoral.
En todo el mundo occidental se están registrando picos catastróficos resultado de las fiestas navideñas y la exposición al virus en reuniones más concurrentes. Por lo que sabemos del virus y sus días de incubación, en Tarija todavía se están reportando casos vinculados a los festejos familiares, después vendrán los del círculo social ampliado que no ha cesado de ser visitado en estos días veraniegos, y nada hace indicar que lo se dejará de hacer hasta Carnaval, así que al menos en Tarija es muy probable que el virus siga extendiéndose hasta bien entrado el mes de marzo y se mantenga unas cuantas semanas en cuotas altas – sobre 100 positivos diarios con 2 o 4 decesos – antes de experimentar cualquier desescalada.
Con estos datos estimados por los expertos, los estrategas políticos tratan de calcular a quién le perjudicaría más y a quién menos el cada vez más probable aplazamiento.
Más exposición, más voto
La teoría simple y la experiencia acumulada en el último año dice que los Gobiernos que gobiernan durante la pandemia han tenido que pagar una factura alta. Ni los líderes de los países occidentales: Ángela Merkel, Pedro Sánchez o Boris Johnson siguen al frente de la crisis muy tocados; ni en Estados Unidos, donde la gestión de la crisis, entre otras cosas, apartó a Donald Trump; ni en los países de Asia, donde hasta el presidente coreano, el país que más rápido exportó la táctica de “test-test-test” para frenar en seco la pandemia, se salvó de la crítica por no haber cortado los vuelos comerciales con China a tiempo.
El mejor ejemplo a nivel mundial, sin embargo, es el de Jeanine Áñez, a quién le explotó la pandemia cuando ya había lanzado una débil candidatura presidencial y que aplicó las primeras medidas – cuarentena suicida – pensando sobre todo en el voto. Sus posteriores levantadas de manos responsabilizando a las Gobernaciones y Alcaldías, más “lo de los respiradores” y la desconfianza absoluta le hizo declinar sus aspiraciones.
En esas, el Gobierno de Arce es sólido para tomar medidas, pero sus aspirantes a las gobernaciones lo ven de otra manera. Lo ideal para el Movimiento Al Socialismo (MAS) es ir a elecciones con al menos un millón de vacunas inyectadas en los brazos de otros tantos bolivianos, algo que necesariamente pasará después de aplacar esta segunda ola que se atisba contundente, pero difícilmente el Tribunal Supremo Electoral aceptará un diferimiento de seis meses y el MAS tendrá dificultades para defenderlo cuando el año pasado presionaba por fijar una fecha electoral lo antes posible. Si la pandemia se controla pronto, será buen punto para Álvaro Ruíz y sus intenciones de prometer una mejor cooperación con el Gobierno Nacional. Si no se controla, se llevará todo por delante.
El Gobernador Adrián Oliva puede ser el más afectado por el aplazamiento electoral. En la primera ola la Gobernación sentó un poso de buena gestión por el manejo de pruebas rápidas, la baja tasa de letalidad y la implementación de camas UTI, que son datos, además de haber generado bonos propios, canastas alimentarias y otras respuestas que, si bien pueden parecer insuficientes, en otros departamentos son inexistentes. El desempeño del Gobierno de Jeanine Áñez también ayudó. La segunda ola, sin embargo, le pilla con las arcas del tesoro vacías y poco margen de acción en una Tarija entregada desenfrenadamente al verano. Mientras el foco esté sobre Arce, puede buscar contrapeso, pero para ello necesitaría una elección rápida.
Por otro lado, tanto Unidos como el resto de partidos perderá protagonismo en un asunto vital y su participación será periférica, dicen los estudiosos, lo que les dejará fuera de plano en muchos momentos.
elDATO
Suspensión
Diferentes candidatos y partidos han pedido al TSE que se manifieste sobre la fecha electoral