Sin trabajadora social ni psicólogo en el penal de Morros Blancos
Pandemia y cambio de autoridades inquieta a los centros de reclusión
Durante el 2020 hubo tres directores del Régimen Penitenciario en Tarija, reclusos y colaboradores sociales del penal de Morros Blancos indican que es un “perjuicio que se trate de cargos de designación política”



Durante más de una semana el Régimen Penitenciario en Tarija estuvo sin director, tras el retiro de William Narváez recién esta semana se definió que su sucesor será Edgar Pinto, en tanto, aún no se contrató personal para el área social que contempla una trabajadora social y psicólogo para el penal de Morros Blancos.
La segunda semana de diciembre, Narváez recibió su memorándum para su alejamiento del puesto, días antes también se despidió al personal que había contratado la exautoridad, dejando a los internos en desamparo.
Ahora se conoce que el nuevo director departamental de Régimen Penitenciario es Edgar Pinto. En contacto con El País la nueva autoridad confirmó su designación, aunque señaló que la próxima semana tendrá recién un informe sobre el estado de la entidad y luego se dirigirá a la prensa.
Estado del penal
El padre Miguel Sotelo es el sacerdote del penal de Morros Blancos y también visita el resto de las cárceles del departamento de Tarija. Es él quien realiza diferentes campañas a lo largo del año para favorecer a los privados de libertad y en esta oportunidad expresó lo preocupante de la situación con respecto a la falta de personal que atienda las necesidades sociales del recinto.
Sotelo lamenta que estos cargos de designación directa dependan del ámbito político, la Dirección Nacional de Régimen Penitenciario depende del Ministerio de Gobierno.
“Es preocupante porque cambia la política y cambia todo. Los internos están preocupados porque no saben qué es lo que va a pasar y a veces se va de mal a peor con personal de seguridad que tiene denuncias de corrupción”, señaló.
El párroco pide a las autoridades que se incorpore lo antes posible al personal de trabajo social y psicología, pues es necesario que los privados de libertad reciban terapia de manera permanente si se pretende que puedan rehabilitarse.
Antecedentes
Entre diciembre de 2019 y fines del 2020 cuatro personas han ocupado el cargo de director departamental de Régimen Penitenciario en Tarija, los cambios iniciaron tras las elecciones anuladas del 20 de octubre de 2019.
A inicios de febrero del 2014 fue posesionado en el cargo Ariel Miranda Suárez, quien permaneció a la cabeza de esta unidad durante casi seis años, se apartó luego de las convulsiones sociales que sucedieron a los conflictos electorales. Aunque previamente Miranda fue denunciado por presuntos hechos de corrupción y maltrato a los internos.
Posteriormente, en el gobierno de Jeanine Áñez el cargo recayó en Mariela Figueroa, quien tuvo que enfrentar la coyuntura de la pandemia de la Covid-19.
Aunque la exautoridad públicamente declaraba sobre las acciones que se tomaban para prevenir una ola de contagios en el penal, como la suspensión de las visitas o la gestión de las pruebas para los reos, los mismos internos denunciaron hechos irregulares en su gestión.
Poco antes de su salida, surgió la denuncia de pernoctes de mujeres dentro de Morros Blancos. Otra de las denuncias se trataba de la falta de personal de salud, trabajo social y psicólogo.
Tras su salida, asumió como nuevo director William Narváez a inicios del mes de septiembre. Si bien se contrató al personal de apoyo, pero permaneció poco más de tres meses. A principios de diciembre los funcionarios ya recibieron el memorándum de desvinculación, tras asumir la presidencia, Luis Arce Catacora.
Defensoría del Pueblo inspeccionó el penal
La Defensoría del Pueblo de Tarija emitió un pronunciamiento luego de realizar una inspección al penal de Morros Blancos en pasados días. Asimismo, hizo un requerimiento de informe al Régimen Penitenciario para conocer cuáles son los factores que más afectan a este sector de la población, ya que durante durante el año 2020 se registraron tres casos de suicidio, por lo cual conminó la pronta contratación de profesionales para el área social para asistir a los internos.