La COD recibió más de 100 denuncias de despidos injustificados durante la cuarentena
Tarija: Empresarios en crisis y obreros impagos
“Todo aquel que trabaja en negro, que no paga, es el que triunfa y los que somos legalmente establecidos estamos cada vez más hundidos, perdidos en el mar impositivo”, cuestionó Marcelo Romero
La recesión económica generada por la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19) afectó tanto a empresarios como trabajadores de la ciudad de Tarija, donde a la fecha se registra aproximadamente un 80% de empresas que no ha podido pagar salarios del mes de noviembre y tampoco ha podido cumplir con el aguinaldo de Navidad, de acuerdo a un reporte brindado a El País por el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Tarija, Marcelo Romero.
El dirigente de la Central Obrera Departamental de Tarija (COD), Roberto León, informó que recibieron varias denuncias de trabajadores que no estarían recibiendo el pago mensual de salarios, pero sí han recibido el aguinaldo establecido por norma nacional.
“Lo que sí se les ha cancelado es el tema del aguinaldo, pero no así el sueldo de cada mes. En algunos casos hasta tres meses se les adeuda a los trabajadores”, dijo León a El País.
De acuerdo a un instructivo emitido por el Ministerio de Trabajo, las entidades públicas y privadas debieron realizar el pago del aguinaldo hasta el lunes 21 de diciembre, bajo sanción de pago doble en caso de incumplimiento, además de elevarse la multa por Infracción a la Ley Social, en los casos que corresponda.
Al respecto, el recién posesionado jefe regional del Ministerio de Trabajo, Richard Pilco, explicó que el dato oficial respecto a empresas que incumplieron con el pago del aguinaldo se publicará en la página de esa cartera de Estado en el mes de enero de 2021. Sin embargo, para poder brindar un reporte preliminar esperan la “venia” de la ministra Verónica Navía Tejada.
Para el representante de los Empresarios en Tarija, la situación debe llevar a reflexionar a las autoridades de Gobierno sobre las leyes y normas que se emiten en Bolivia en cuanto al tema impositivo económico y así poder generar un negocio “sostenible” y evitar tratar de “hundir” al empresario.
“Todo aquel que trabaja en negro, que no paga, que oculta, que contrabandea, es el que triunfa y nosotros los privados que somos los legalmente establecidos a nivel nacional, en todos los rubros, estamos cada vez más hundidos, perdidos en el mar impositivo, el mar de cobros que tenemos que realizar. Es muy preocupante”, cuestionó Romero.
El último caso denunciado en Tarija involucra a la Universidad Juan Misael Saracho (UAJMS), donde el plantel docente y administrativo estaría con más de dos meses de salario adeudado. “En la Universidad les han pagado el aguinaldo y se les ha dicho que los sueldos van a pagar recién el 18 de enero de 2021. Están casi tres meses con solo el aguinaldo”, comentó el dirigente de la COD.
Hay despidos y salarios adeudados
Roberto León comunicó que, desde el inicio de la cuarentena a la fecha, la COD ha registrado más de 100 denuncias de trabajadores que fueron despedidos injustificadamente, que se les debe varios meses de sueldo, que registraron cambios en sus funciones o que se les obligó a jubilarse.
De acuerdo al representante de los trabajadores en Tarija, el hecho de que una empresa adeude varios meses de salario a su empleador, es una forma de “obligarlos” a que se alejen o renuncien a sus fuentes laborales. “Son formas que usan las empresas para deshacerse del personal, por el tema de legalidad son desde todo punto de vista, malintencionadas”, dijo.
Al respecto, El País pudo contactarse con un extrabajador del área de construcción, que hace un mes tuvo que retirarse del rubro debido a la “carga” que llegó a significar el trabajo para su persona, luego que los empleadores comenzaron a delegarle tareas que no le correspondían. Más aún, cuando le adeudaban más de cinco meses de sueldo.
El entrevistado, quien prefirió mantenerse en el anonimato, indicó que cuando inició la cuarentena, si bien el trabajo disminuyó, sus jefes determinaron asignarle tareas que no estaban dentro de su rol de funciones. Y mientras iban pasando los meses los salarios se iban retrasando.
"Me decían que no tenían recursos por efecto de la pandemia, hasta que llegó el cuarto mes y me dijeron que si deseaba las puertas estaban abiertas. Prácticamente me obligaron a renunciar", dijo.