Las fiestas de fin de año traen consigo el masivo uso de los fuegos artificiales
La pirotecnia y la angustia que provocan en niños con autismo
Lo que para algunos es diversión, para otros es llanto, ansiedad, taquicardia y hasta autolesiones. Los niños con autismo presentan una hipersensibilidad en los sentidos, sobre todo en el auditivo
Las fiestas de fin de año representan para muchos un tiempo de celebración, paz y alegría, caracterizada por la decoración con luces, adornos y el uso excesivo de los fuegos artificiales. Pero, para algunas familias, esto representa momentos de crisis.
Las personas con autismo pueden vivir el momento más tormentoso cuando llegan estas fechas, y por ende el entorno que las acompañan, debido a que los fuegos artificiales afectan severamente su sistema auditivo.
Un documento realizado por Rocío López Moretti del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Argentina, indica que el Trastorno del Espectro Autista (TEA), más conocido como autismo, “tiene entre sus síntomas la hipersensibilidad en sus sentidos y sobre todo la auditiva. Las personas que presentan dicho trastorno son muy sensibles a los estímulos externos: sonidos, imágenes, olores, y por lo tanto la pirotecnia los afecta directamente”.
En el portal web de la organización KIDSHEALT, indica que el tímpano es una parte muy importante del oído. El sonido viaja a través del canal auditivo hasta llegar a él. Es una membrana delgada de piel estirada, como si fuera un tambor, que vibra cuando es golpeada por el sonido. Estas vibraciones mueven los pequeños huesos ubicados en el oído medio y éstos envían vibraciones al oído interno.
La presidente de la Asociación Asperger de Jujuy (Argentina), Patricia Sandoval, comenta que los niños con autismo, al escuchar el sonido de los fuegos artificiales, presentan una fuerte alteración en el tímpano, lo que les llega a provocar hasta dolor, causando una total desesperación que puede llegar a ser incontrolable, lo que conduciría, en este caso, a autolesionarse.
Sandoval comentó a que en Jujuy se aprobó una ley de “Pirotecnia Cero” que beneficia a las personas que sufren de esta afección, además, en 2019 se inició la campaña de “Arbolitos azules” que consiste en colocar cualquier objeto, por ejemplo, un listón de color azul, para identificar que existen personas con autismo, ya que es el color representativo de esta patología.
“Hay muchas familias que pasan encerrados en los baños con sus hijos, llorando y sufriendo porque no es grato ver la desesperación incontrolable por la que están atravesando, no es justo para ellos pasar una Navidad de esta manera, es algo que se puede evitar con el simple hecho de ponerse en el lugar ajeno”, indicó.
Luis González, papá de un niño de 6 años con autismo, contó su experiencia. "Cuando llega fin de año buscamos proteger a nuestro hijo con tapones en los oídos, cerramos puertas y ventanas, porque cada estruendo implica un daño, un sufrimiento para él”.
En Tarija, un grupo de padres con niños con autismo que se organizan para realizar charlas, talleres sobre esa condición, pidió a la sociedad un poco de empatía.
“Lo que a muchos les agrada, para otros puede parecer toda una tortura”, dijo Miriam, mamá de un menor son síndrome de Asperger, quien con el tiempo aprendió a conocer aquellos sonidos que ocasionan daño a su pequeño.
“Que estas fiestas nos inunde el compromiso de la tolerancia y la empatía, evitemos que otros pasen un mal momento, por eso, comenzar desde casa es un gran aporte para las personas que sufren de autismo”, recomendó.
Los animales también sufren por la pirotecnia
Además de las afecciones que puede causar a los niños con autismo, es importante destacar que los animales, que son seres que no tienen el razonamiento necesario para comprender esta situación, sobre todo los perros, también sufren con el festejo de otros.
El sistema auditivo de los perros es de 20 Hz hasta 65 KHz, teniendo más sensibilidad en las frecuencias entre 500 Hz y 16 KHz), cuentan con 17 músculos para mover las orejas, mientras que las personas sólo tienen nueve.