Evolución de la pandemia en el departamento
Tarija reduce sus decesos por Covid-19 a menos de uno al día
Mientras que en septiembre se promediaron 3,7 decesos al día por Covid, en noviembre se promedió uno al día y en lo que va de diciembre se han registrado dos. Piden publicar datos del Sereci



Mientras en Europa tiemblan las piernas, Estados Unidos registra récord de hospitalizaciones, Perú y Brasil registran su enésima nueva ola de contagios y Argentina no logra poner el freno, en Bolivia los datos siguen siendo peregrinos – por la escasez de pruebas -, sin embargo, los hospitales y cementerios no registran colapsos como los sufridos en los meses de junio y julio.
Falta mucha ciencia por hacer y el nuevo Ministro de Salud apenas ha dado pistas públicas más allá de anunciar la compra de la vacuna dentro de los programas de Naciones Unidas. Eso sí, se ha cambiado la forma de calcular el índice de alerta, de forma que sirva como advertencia y no como castigo, que fue como se concibió.
Queda pendiente que se publique la estadística de decesos anotados en el Registro Civil, un número que es mucho más confiable que el de los muertos con Covid diagnosticados por el sistema de salud. Hasta agosto había 20.000 muertos más que en el promedio del mismo tiempo en los últimos cinco años, pero solo 5.000 se atribuían a la pandemia. En todos los países hay “exceso de muertos”, pero pocos lo guardan con tanto celo como Bolivia.
La evolución de la curva en Tarija
Tarija sigue siendo el tercer departamento más afectado por la pandemia a nivel nacional, solo por detrás de La Paz y Santa Cruz, lo cual se atribuye al buen trabajo de detección y aislamiento impulsado desde las instituciones públicas. La letalidad sigue siendo la más baja del país.
Decesos En septiembre los decesos promediaban 3,7 al día, mientras que en noviembre bajó a uno por día
En Tarija, los meses críticos fueron julio, agosto, y sobre todo, septiembre. Según los datos del Sedes, en el mes de junio se detectaron 20,6 casos diarios y 0,4 decesos, pero en julio subió a 105,7 casos diarios y 2,3 decesos y en agosto llegó a 135,6 casos detectados diarios y 2,38 decesos. El mes más crítico fue septiembre, lo que contrastaba con el resto del país, que dejó de hacer pruebas y reportar decesos. En Tarija se llegó a identificar un promedio de 196 casos diarios y 3,7 fallecidos.
Con octubre llegó la instrucción de no contabilizar los casos detectados con pruebas rápidas pese a los buenos resultados que había ofrecido – cabe recordar que hoy por hoy en Europa se utilizan las pruebas de antígenos masivamente precisamente por su rapidez -. La caída fue inmediata y se promediaron 70,4 detecciones y 2,1 decesos en los 31 días del mes.
En noviembre llegó la caída definitiva, pues apenas se han promediado 14,6 detecciones diarias y 1 deceso al día, lo que ha sumado 30 en ese mes.
Los expertos señalan que son los decesos los que en realidad marcan la evolución de la pandemia y su control. En ese sentido, la primera muerte en Tarija se produjo en mayo, mes en el que se registraron 3. En el mes de junio fueron 12. En julio se llegó a 74. En agosto fueron 111, misma cifra que se repitió en septiembre. En octubre se bajó a 67 y en noviembre a 30. En lo que va de diciembre se han registrado dos deceso.
La tasa de letalidad en Tarija es del 2,4 por ciento, mientras que la del país supera el 6%. La tasa de incidencia de la enfermedad, sin embargo, es de 2,8 por millón de habitantes. En cualquier caso, la virulencia mostrada por el virus en países vecinos invita a no bajar la guardia mientras se espera que el Sereci publique los datos de decesos registrados para estimar el impacto real de la pandemia.
Tarija, el tercer departamento más afectado
Tarija es el tercer departamento más afectado por la pandemia del Covid-19 en cuanto al total de casos detectados, que llegan a 16.712 positivos con los 18 confirmados en la jornada de ayer sábado.
Además, se registra un total de 410 decesos y 13.894 pacientes recuperados.
Las autoridades recuerdan que la alerta por la pandemia no ha terminado y piden hacer un máximo esfuerzo por respetar las normas de bioseguridad y la distancia social.