El alimento del 98% de las llamas proviene de las praderas nativas
Estiaje y poco forraje afligen a los productores de llamas en Tarija
Más de 850 familias dependen de la crianza de camélidos, sector que por la pandemia dejó de comercializar la carne de llama y sus derivados, lo que ocasionó la caída de ingresos económicos
Sin forraje ni recursos económicos para adquirir vacunas y vitaminas, y así reforzar las defensas de los animales, la Asociación de Productores de Camélidos de la Zona Alta –Yunchará y El Puente – se declaró en emergencia, pues la temporada de estiaje se aproxima y se teme la mortandad de llamas por falta de agua y alimento.
La población de camélidos en Tarija supera las 17 mil cabezas y es el sustento de 850 familias, sin embargo, por la pandemia del coronavirus el sector dejó de comercializar la carne de llama y sus derivados, situación que ocasionó la caída de ingresos económicos de los ganaderos que no pudieron comprar semillas para sembrar, por tanto, no hay forraje suplementario.
Alberto Cortez Mariscal, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Camélidos (Anapca), alertó que desde de septiembre hasta noviembre la zona alta de Tarija sufre la falta de agua y por consiguiente el forraje natural para alimentar a las llamas es escaso. “El 98 a 100% del alimento de las llamas es de las praderas nativas, es decir que dependen del campo nativo de pastoreo, conocido como canapas”, explica.
Por ello se solicitó al Gobierno Departamental ayuda para conseguir forraje y alimento para las llamas, además de semillas y vitaminas, que es lo más urgente para afrontar el estiaje, pero aún no se tiene respuesta. “Resulta que la plata que el productor tenía como ahorro para comprar forraje: cebada o alfa de la zona de Río San Juan del Oro, lo dispusieron para comprar alimentos por la pandemia del coronavirus, ya que se cortó el flujo de comercialización de carne y sus derivados”.
Cortez advierte que, en caso de no concretarse apoyo de los diferentes niveles de Gobierno, se teme la mortandad de llamas, tanto adultas como de crías. “En diciembre inicia la parición, pero si no se tiene forraje suficiente para alimentar a las llamas se corre el riesgo de tener animales de bajo peso y con mayor riesgo de mortandad”, comenta.
Preocupado por la situación de los ganaderos, agregó que desde Anapca también se gestiona ante el Gobierno nacional un programa de apoyo para todo el sector de camélidos de Bolivia, a través del cual se busca canalizar apoyo basado en tres pilares fundamentales: recursos para la compra de forrajes, vitaminas y minerales, y para la cosecha de agua.
Es así que la próxima semana habrá una reunión con la Confederación de Productores del Occidente y la Cámara Agropecuaria de Cochabamba para recibir la respuesta del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
Cortez también da cuenta que la crianza de llamas en la zona alta de Tarija en los últimos años se redujo por dos efectos: la falta de forraje para encarar la etapa de sequía obliga a las familias a vender la mayor cantidad de llamas, incluso a bajo precio; por otro lado, la elevada demanda de productores de Potosí para comprar llamas de Tarija por su alta calidad genética “se las llevan por camionadas”, comenta.
Exclusión Tarija no es parte del Programa Nacional de Fortalecimiento Integral de la Cadena de Valor de Camélidos
“Quisiéramos que el Gobierno Departamental le dé una mirada al sector camélidos, estamos olvidados de alguna manera. Si bien hubo apoyo fue mínimo, se ha presentado algunas propuestas, pero por falta de recursos nos indican que no se pueden atender por el momento. Así nos tienen, esperamos que a través del Sedag puedan nuevamente dar apoyo a este sector”.
Proyecto de ley
Cortez recordó que hace cinco meses el asambleísta Basilio Ramos presentó a la Asamblea Legislativa Departamental (ALDT) un proyecto de ley para fomentar la crianza de camélidos. La propuesta contempla apoyo para el mejoramiento genético y los derivados de la carne de llama, darle valor agregado a la fibra textil y otros, pero todavía no fue aprobado.
Consultado sobre el tema, Ramos indicó que el proyecto de ley ya fue aprobado en la Comisión de Desarrollo Productivo y de Hacienda, ahora se espera que se “agende” para su análisis en el pleno de la ALDT. “Es un proyecto de ley amplio, y busca reactivar la producción de llamas que ya se tiene en la zona alta y ahora lo que se busca es trabajar en los derivados para cubrir la demanda de carne, charque, lana y embutidos, entre otros”, detalló.
Mientras, Cortez enfatizó en la importancia de contar con una ley departamental para apoyar a los productores, ya que Tarija no es parte del Programa Nacional de Fortalecimiento Integral de la Cadena de Valor de Camélidos en el Altiplano Boliviano (Pro-Camélidos).
Si bien se pidió que se integre a Tarija, inicialmente cuando se hizo el proyecto Pro- Camélidos, los consultores no consideraron la petición.
Incluyen charque de llama en la Canasta
Luego de varias gestiones, los productores camélidos este año surtirán las canastas alimentarias del municipio de Yunchará, El Puente y San Lorenzo. Es así que ya se tiene un acuerdo para proveer 4 mil unidades de charque de llama de 100 gramos para Yunchará, para El Puente 8.500 unidades y en San Lorenzo se entregará 3 mil unidades de mortadela.
Si bien, esta iniciativa permitirá generar ingresos económicos a los ganaderos, para Alberto Cortez, aún falta mercado. Recordó que antes de la pandemia se comercializaba en la ciudad de Tarija la carne de entre 12 y 15 llamas por semana. Aunque ahora se intenta normalizar la venta los fines de semana.