El 70 por ciento de las víctimas de feminicidios pidieron ayuda con anterioridad
En Tarija no se puso en marcha el Observatorio de violencia de género
Para hablar sobre datos de violencia de género se debe tomar en cuenta que la cifra que presentan las instituciones que velan por los derechos humanos y la seguridad en este caso específico de mujeres, no es la cifra real
La normativa planteada por la vicepresidenta de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija (ALDT), Amanda Calisaya, sobre la creación de un Observatorio departamental para realizar seguimiento a las denuncias planteadas por víctimas o familiares no se puso en marcha.
La activista y representante del colectivo Ivaginarias y de la Articulación Nacional de Sororidad Boliviana en Tarija, Daniela Rodríguez, indicó que esta propuesta es necesaria en el departamento para realizar un seguimiento minucioso de los casos. El caso de Silvia puso en alerta a la ciudadanía en diciembre del 2019. Su ex pareja la mató a balazos delante de su hijo de 10 años después de que ella, su familia y los vecinos del barrio Abaroa pusieran denuncias en contra del feminicida. La Policía departamental en su momento no supo que decir.
“Lamentablemente la realidad de muchas mujeres es que han vivido el confinamiento con su agresor. Tenemos conocimiento del proyecto de Ley que presentó la asambleísta Calisaya para un Observatorio de Violencia que contemplaba, además de la prevención contra la violencia, tener un registro de mujeres que ya denunciaron y sufrieron violencia. Este dato sirve porque el 70 por ciento de los feminicidios se dan después que las mujeres han denunciado en reiteradas ocasiones. No se toman cartas en el asunto, solo queda registrado como un antecedente”, explicó.
Para hablar sobre datos de violencia de género se debe tomar en cuenta que la cifra que presentan las instituciones que velan por los derechos humanos y la seguridad de los individuos de un Estado, en este caso específico de mujeres, no es la cifra real. Se dice que por cada mujer que se anima a plantear una denuncia hay nueve que no lo hacen y según los datos de la Policía Boliviana, solo el 50 por ciento de denuncias que se plantean llegan a tener una sentencia por diferentes motivos.
Creación La propuesta de ley para la creación de un observatorio de casos de violencia de género lleva dos años de espera
Hasta junio, la Fiscalía General del Estado informó que durante los dos primeros meses de la cuarentena se registraron 2.935 denuncias de violencia de género en Bolivia de las cuales solo 74 pertenecen a Tarija.
La excesiva burocracia y falta de capacitación en la atención a víctimas de violencia de género por parte de los funcionarios públicos tienen un peso considerable en el abandono del seguimiento de casos. Durante la pandemia esta situación se agravó. En 2018, un año significativo para la visibilizarían de la ausencia de eficacia en las políticas públicas contra los feminicidios, violencia y machismo, en el departamento de Tarija se registraron 12 casos de feminicidio mientras que en el 2019 se registraron siete y en lo que va del 2020, dos.
Calisaya explicó que se debe dar cumplimiento a la creación del Observatorio de la Lucha Contra la Violencia a la Mujer y su puesta en funcionamiento a nivel departamental, pero que se priorizaron otras medidas debido a la emergencia sanitaria que acontece en el país. Lamentó que tras una espera de casi dos años la ley aún no sea puesta en marcha y que la seguridad de las mujeres que se encuentran inmersas en un sistema patriarcal, hasta ahora no sea una prioridad para los gobernantes. Lo cierto es que tampoco se ha presionado desde el legislativo.
El Botón de Pánico no sirve ni ayuda a las víctimas
La directora de Coordinación y Articulación Social del Gobierno Municipal de Tarija, Patricia Paputsakis, explicó que el Botón de Pánico no ayuda a las víctimas de violencia de género porque se trata de una aplicación que tiene varios requerimientos previos. El primero es contar con saldo suficiente y el segundo es realizar un registro personal en las oficinas de la Policía, lo que no tiene sentido práctico a la hora de una emergencia.