El 1.4% de los tarijeños confía en la Polícia
En el estudio realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) para la Gobernación del departamento de Tarija, se concluyó en la etapa de los resultados preliminares de las necesidades básicas que el 1.4 por ciento de la...



En el estudio realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) para la Gobernación del departamento de Tarija, se concluyó en la etapa de los resultados preliminares de las necesidades básicas que el 1.4 por ciento de la población del municipio de Tarija confía en la Policía nacional.
La cifra asombra a cualquiera. “La confianza en la respuesta de la policía ante hechos delictivos es baja (9 por ciento) y significativamente más baja en el municipio de Tarija que en los otros municipios (1.4 por ciento)”, explica el informe.
Por otro lado, en los resultados preliminares de la etapa de oportunidades se señaló que sólo el 1 por ciento de la población del municipio de Tarija cree que puede acceder a una justicia imparcial. De la misma manera, en otros municipios la percepción de la gente es más favorable. A nivel departamental el 8 por ciento.
Las causas son varias y todas ellas desgastaron la confianza en la institucionalidad de la Policía boliviana. Los casos de corrupción, la dependencia de la Policía ante los Gobiernos de turno, la complicidad, el silencio, la violencia de género dentro de la instancia son algunos puntos que marcaron desconfianza señalaron las juntas vecinales del departamento.
El presidente de la Federación departamental de Juntas vecinales (Fedjuve), Edwin Rosas, explicó que en las últimas gestiones la Policía se desacreditó por el sometimiento de los poderes políticos que no le permitieron cumplir el deber que le corresponde.
Corrupción
Varios vecinos que no quisieron decir sus nombres por protección indicaron que las “coimas” o sobornos son un hecho cotidiano en ciertas temporadas del año. Desde los encargados de tránsito hasta los funcionarios que reciben denuncias recibieron en más de una ocasión dinero para agilizar los trámites o para evadir la sanción policial. “Es normal que si uno no lleva casco o si estas con aliento alcohólico le pasas unos billetes. Fueron 500 bolivianos una vez con mis amigos”, dijo una de las fuentes.
“A mi chico el año pasado se lo llevaron en moto a la EPI del barrio x. Él le preguntó cuánto quería, pero el policía primero dijo no. Incorruptible el policía, pero al día siguiente cuando fue a recoger la moto el Oficial superior sugirió arreglar de otra manera y terminó pagando 500 bolivianos. Al final el policía no tuvo la culpa”, contó una de las entrevistadas.
Por otro lado, el acoso callejero por parte de los policías resta la confiabilidad de su protección ante un hecho de violencia de género. Los silbidos, frases agresivas que catalogan como “cumplidos” ofenden a las mujeres. “Hay numerosos casos de violencia de género dentro de la institución. Violaciones por parte de policías, golpes y acoso. Por otro lado, también existen casos en los que las investigaciones no siguieron el curso sin explicación como es el caso del periodista, Cristian Mariscal”, argumentó.
La Policía no quiere hablar al respecto
El diario el país realizó varias llamadas a policías de diferentes rangos, pero ninguno de ellos quiso hablar al respecto y menos que los citemos como una fuente con nombres y apellidos. El coronel Miguel Prieto, no contestó las llamadas y el subcomandante del Comando departamental de la Policía, Sadid Ávila, dijo que no tiene la potestad para responder y le corresponde a un superior.
Lo cierto es que, en varias oportunidades, cuando se cuestiona la acción policial se dice que se trata de unos cuantos policías que no realizan las labores según el reglamento de ética y como en toda institución hay buenos y malos funcionarios. El presidente de la Federación de Juntas vecinales de Tarija (Fedjuve), Edwin Rosas, indicó que la Policía en algunas situaciones tiene toda la voluntad de realizar investigaciones y de manera inmediata mostrar los resultados.
“Vemos que existe un compromiso y acercamientos entre la Policía y los ciudadanos, pero aun hay que trabajar en ello. Hay secretos también dentro de la Policía que hace que la población tenga una percepción de esta institución. Cuando la policía quiere en menos de tres, cuatro días resuelve casos como asesinatos. En el caso de Cristian Mariscal, el periodista desaparecido, hubo una dejadez y perdida de la documentación. Allí se perdió toda la credibilidad. Esa investigación está manchada”, manifestó Rosas.
La cifra asombra a cualquiera. “La confianza en la respuesta de la policía ante hechos delictivos es baja (9 por ciento) y significativamente más baja en el municipio de Tarija que en los otros municipios (1.4 por ciento)”, explica el informe.
Por otro lado, en los resultados preliminares de la etapa de oportunidades se señaló que sólo el 1 por ciento de la población del municipio de Tarija cree que puede acceder a una justicia imparcial. De la misma manera, en otros municipios la percepción de la gente es más favorable. A nivel departamental el 8 por ciento.
Las causas son varias y todas ellas desgastaron la confianza en la institucionalidad de la Policía boliviana. Los casos de corrupción, la dependencia de la Policía ante los Gobiernos de turno, la complicidad, el silencio, la violencia de género dentro de la instancia son algunos puntos que marcaron desconfianza señalaron las juntas vecinales del departamento.
El presidente de la Federación departamental de Juntas vecinales (Fedjuve), Edwin Rosas, explicó que en las últimas gestiones la Policía se desacreditó por el sometimiento de los poderes políticos que no le permitieron cumplir el deber que le corresponde.
Corrupción
Varios vecinos que no quisieron decir sus nombres por protección indicaron que las “coimas” o sobornos son un hecho cotidiano en ciertas temporadas del año. Desde los encargados de tránsito hasta los funcionarios que reciben denuncias recibieron en más de una ocasión dinero para agilizar los trámites o para evadir la sanción policial. “Es normal que si uno no lleva casco o si estas con aliento alcohólico le pasas unos billetes. Fueron 500 bolivianos una vez con mis amigos”, dijo una de las fuentes.
“A mi chico el año pasado se lo llevaron en moto a la EPI del barrio x. Él le preguntó cuánto quería, pero el policía primero dijo no. Incorruptible el policía, pero al día siguiente cuando fue a recoger la moto el Oficial superior sugirió arreglar de otra manera y terminó pagando 500 bolivianos. Al final el policía no tuvo la culpa”, contó una de las entrevistadas.
Por otro lado, el acoso callejero por parte de los policías resta la confiabilidad de su protección ante un hecho de violencia de género. Los silbidos, frases agresivas que catalogan como “cumplidos” ofenden a las mujeres. “Hay numerosos casos de violencia de género dentro de la institución. Violaciones por parte de policías, golpes y acoso. Por otro lado, también existen casos en los que las investigaciones no siguieron el curso sin explicación como es el caso del periodista, Cristian Mariscal”, argumentó.
La Policía no quiere hablar al respecto
El diario el país realizó varias llamadas a policías de diferentes rangos, pero ninguno de ellos quiso hablar al respecto y menos que los citemos como una fuente con nombres y apellidos. El coronel Miguel Prieto, no contestó las llamadas y el subcomandante del Comando departamental de la Policía, Sadid Ávila, dijo que no tiene la potestad para responder y le corresponde a un superior.
Lo cierto es que, en varias oportunidades, cuando se cuestiona la acción policial se dice que se trata de unos cuantos policías que no realizan las labores según el reglamento de ética y como en toda institución hay buenos y malos funcionarios. El presidente de la Federación de Juntas vecinales de Tarija (Fedjuve), Edwin Rosas, indicó que la Policía en algunas situaciones tiene toda la voluntad de realizar investigaciones y de manera inmediata mostrar los resultados.
“Vemos que existe un compromiso y acercamientos entre la Policía y los ciudadanos, pero aun hay que trabajar en ello. Hay secretos también dentro de la Policía que hace que la población tenga una percepción de esta institución. Cuando la policía quiere en menos de tres, cuatro días resuelve casos como asesinatos. En el caso de Cristian Mariscal, el periodista desaparecido, hubo una dejadez y perdida de la documentación. Allí se perdió toda la credibilidad. Esa investigación está manchada”, manifestó Rosas.