Analista advierte que posturas radicales frenan solución al paro
En medio de un conflicto nacional que se desató tras darse a conocer indicios de un posible fraude electoral, dudas que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no ha sabido despejar correctamente, el analista político, Iván Arias Durán, planteó un punto medio entre las partes en conflicto y una...
En medio de un conflicto nacional que se desató tras darse a conocer indicios de un posible fraude electoral, dudas que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no ha sabido despejar correctamente, el analista político, Iván Arias Durán, planteó un punto medio entre las partes en conflicto y una auditoría diferente a la que está realizando la Organización de Estados Americanos (OEA).
Ambos bandos mantienen firmes sus posiciones. Por un lado, el bando opositor sostiene su denuncia de fraude electoral en las elecciones nacionales del 20 de octubre, aunque no ha presentado pruebas oficiales sobre ello. Y por el otro, el Gobierno nacional afirma que los procesos electorales se manejaron de una manera transparente y se abrió la posibilidad de realizar una auditoría e incluso respetar los resultados de la misma. Aunque el TSE ya fue enfático al indicar que no es posible anular la elección del 20 de octubre.
“La oposición fue cambiando las demandas. Básicamente al principio pedían que se respete el voto de la población, por la democracia, en segundo lugar, se pidió una segunda vuelta. Después se abrió la posibilidad de ir a una auditoría para después pasarse a la anulación de las elecciones y los grupos más radicales no quieren ni segunda vuelta ni anulación de las elecciones, sino que se vaya Evo Morales”, expresó.
Entre el día de las elecciones, el cómputo de votos y la paralización del conteo rápido, las manifestaciones en distintos puntos del país, las marchas, los cabildos y el paro indefinido de los comités cívicos, y otras organizaciones, han ido en incremento.
Según Arias, existen dos caminos que pueden resolver esta problemática. Acuerdo entre partes o confrontación. “Muchos sectores del MAS están apostando por la confrontación”, expresó. El ministro de la Presidencia y mano derecha de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, advirtió que Bolivia se convertirá en un campo de batalla y la comparó con Vietnam. “Lo que estamos viendo es la ruta del golpe que se está desencadenando de manera intensa y a distintas velocidades en todo el territorio nacional”, dijo en una entrevista.
Arias explicó que este tipo de discurso forma parte de un lenguaje de odio. “Este señor sediento de odio y de venganza está buscando su Vietnam. Quiere hacer de Bolivia un lugar de luto y de duelo, pero por otro lado no está solo, porque para pelear necesitas dos”, dijo.
El análisis sobre la oposición también demarca radicalismos extremos. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, respondió al Gobierno nacional y exigió que renuncie Evo Morales al cargo de Presidente, por no respetar la voluntad del pueblo en diferentes oportunidades y por el cerco de sus militantes al municipio de Montero que derivó en la muerte de dos personas. Caso contrario se extremarían las medidas.
Ante esos discursos, Arias considera que las dos posiciones extremas son desfavorables para los bolivianos. “Debemos encontrar un punto medio. Lo que necesitamos los bolivianos es sentarnos y analizar cómo podemos hacer una auditoría en los marcos que permitan tener cierta confianza”.
La comunidad internacional que forma parte de la OEA y la Unión Europea (UE) advirtió la necesidad de realizar una auditoría porque los resultados presentaron irregularidades. Incluso se dijo que uno de los principales problemas es la débil credibilidad del TSE.
“El problema es que la OEA en Bolivia no es una buena palabra, no es un sinónimo de confianza, pero varios países están respaldando a la OEA y a la UE. A esos países hay que mostrar que la auditoría que está realizando el Gobierno no es la más adecuada y los acuerdos pactados no son los adecuados porque no tomaron en cuenta a las partes ciudadanas”, indicó.
Desconfianza sobre la auditoria de la OEA
El 30 de octubre, en medio de un rechazo generalizado y desconfianza de sectores políticos y de la sociedad civil, el equipo técnico de la Organización de Estados Americanos (OEA) inició la auditoría a los comicios generales del pasado 20 de octubre.
Sin embargo, existe desconfianza sobre el alcance de ese proceso, sobre todo porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya descartó la anulación de los comicios generales, sea cual sea el resultado de la auditoría.
Ambos bandos mantienen firmes sus posiciones. Por un lado, el bando opositor sostiene su denuncia de fraude electoral en las elecciones nacionales del 20 de octubre, aunque no ha presentado pruebas oficiales sobre ello. Y por el otro, el Gobierno nacional afirma que los procesos electorales se manejaron de una manera transparente y se abrió la posibilidad de realizar una auditoría e incluso respetar los resultados de la misma. Aunque el TSE ya fue enfático al indicar que no es posible anular la elección del 20 de octubre.
“La oposición fue cambiando las demandas. Básicamente al principio pedían que se respete el voto de la población, por la democracia, en segundo lugar, se pidió una segunda vuelta. Después se abrió la posibilidad de ir a una auditoría para después pasarse a la anulación de las elecciones y los grupos más radicales no quieren ni segunda vuelta ni anulación de las elecciones, sino que se vaya Evo Morales”, expresó.
Entre el día de las elecciones, el cómputo de votos y la paralización del conteo rápido, las manifestaciones en distintos puntos del país, las marchas, los cabildos y el paro indefinido de los comités cívicos, y otras organizaciones, han ido en incremento.
Según Arias, existen dos caminos que pueden resolver esta problemática. Acuerdo entre partes o confrontación. “Muchos sectores del MAS están apostando por la confrontación”, expresó. El ministro de la Presidencia y mano derecha de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, advirtió que Bolivia se convertirá en un campo de batalla y la comparó con Vietnam. “Lo que estamos viendo es la ruta del golpe que se está desencadenando de manera intensa y a distintas velocidades en todo el territorio nacional”, dijo en una entrevista.
Arias explicó que este tipo de discurso forma parte de un lenguaje de odio. “Este señor sediento de odio y de venganza está buscando su Vietnam. Quiere hacer de Bolivia un lugar de luto y de duelo, pero por otro lado no está solo, porque para pelear necesitas dos”, dijo.
El análisis sobre la oposición también demarca radicalismos extremos. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, respondió al Gobierno nacional y exigió que renuncie Evo Morales al cargo de Presidente, por no respetar la voluntad del pueblo en diferentes oportunidades y por el cerco de sus militantes al municipio de Montero que derivó en la muerte de dos personas. Caso contrario se extremarían las medidas.
Ante esos discursos, Arias considera que las dos posiciones extremas son desfavorables para los bolivianos. “Debemos encontrar un punto medio. Lo que necesitamos los bolivianos es sentarnos y analizar cómo podemos hacer una auditoría en los marcos que permitan tener cierta confianza”.
La comunidad internacional que forma parte de la OEA y la Unión Europea (UE) advirtió la necesidad de realizar una auditoría porque los resultados presentaron irregularidades. Incluso se dijo que uno de los principales problemas es la débil credibilidad del TSE.
“El problema es que la OEA en Bolivia no es una buena palabra, no es un sinónimo de confianza, pero varios países están respaldando a la OEA y a la UE. A esos países hay que mostrar que la auditoría que está realizando el Gobierno no es la más adecuada y los acuerdos pactados no son los adecuados porque no tomaron en cuenta a las partes ciudadanas”, indicó.
Desconfianza sobre la auditoria de la OEA
El 30 de octubre, en medio de un rechazo generalizado y desconfianza de sectores políticos y de la sociedad civil, el equipo técnico de la Organización de Estados Americanos (OEA) inició la auditoría a los comicios generales del pasado 20 de octubre.
Sin embargo, existe desconfianza sobre el alcance de ese proceso, sobre todo porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya descartó la anulación de los comicios generales, sea cual sea el resultado de la auditoría.