Las particularidades del fenómeno de la migración campo-ciudad en Tarija
El fenómeno de la migración del campo a la ciudad es un fenómeno muy común que afecta a las áreas rurales de muchos lugares en el mundo y Tarija no es la excepción. Las causas son diversas, así como también los motivos que obligan a retornar a los jóvenes, lo que es común son las graves...



El fenómeno de la migración del campo a la ciudad es un fenómeno muy común que afecta a las áreas rurales de muchos lugares en el mundo y Tarija no es la excepción. Las causas son diversas, así como también los motivos que obligan a retornar a los jóvenes, lo que es común son las graves consecuencias que acarrea esta situación para las regiones que las sufren.
En nuestro departamento hay regiones que están siendo abandonadas sistemáticamente por los campesinos, sin embargo, hay otras en las que sus pobladores jóvenes se van por un tiempo a estudiar y luego retornan, llevando el progreso a sus regiones.
Según el Centro de Asesoramiento Para el Desarrollo (Cades) el vaciamiento poblacional en zonas rurales en Bolivia, es una realidad latente. La falta de oportunidades laborales, los riesgos agropecuarios y la falta de infraestructura para la producción y sistemas de comercialización los productos agrícolas, hacen de las zonas rurales alternativas no viables para miles de jóvenes que buscan oportunidades de mejorar su economía y acceder a otras formas de trabajo no agrícola.
El gasto público concentrado en los Municipios, aún no ha desarrollado políticas de incentivo a la producción, su tarea por ahora ha sido grandes inversiones en mejoramiento urbano de sus principales capitales de municipio y micro proyectos orientados a la mitigación de efectos e impactos de eventos adversos de origen climático, según el Cades.
Por ello los jóvenes campesinos realizan en muchos casos un viaje sin retorno, con el objetivo de lograr acomodarse en las ciudades capitales con mayor desarrollo, pero al mismo tiempo, se concentran en pequeñas urbanizaciones con limitados servicios básicos primarios, generando cinturones de pobreza que se constituyen también en problemáticos para los Municipios Urbanos.
Una verídica forma de comprobar que la migración campo ciudad no se detiene, es el crecimiento poblacional de las principales urbes que concentran actualmente al 67% de la población total de Bolivia.
El caso de Tarija
En el caso de Tarija, se han ido produciendo cambios en lo económico y también en lo político que en algunas regiones han detenido esa migración y han incentivado el retorno de los jóvenes al campo, pero en otras ha estimulado la migración a la ciudad.
En todas las comunidades rurales se puede encontrar panoramas similares en cuanto a los motivos que alejan a los jóvenes de sus pueblos natales, el principal es el estudio ya que muchos de los padres campesinos consideran que sus hijos deben instruirse para tener una vida mejor.
De ese modo, en algunos casos se van para continuar los estudios secundarios o directamente para ingresar a la universidad.“Uno quiere lo mejor para ellos y por eso los manda a estudiar pero luego ya nos quedamos solos, explica Luisa quien vive en El Saire”, una comunidad de la provincia Arce.
Lo mismo ocurre en comunidades como Paicho, Tomayapo y otras de la zona alta de Tarija en las que la migración es muy frecuente y al visitarlas se puede escuchar la queja de los mayores que ya no tienen ayuda para cosechar el durazno que se constituye en la principal fuente de ingresos de estas comunidades.
Sin embargo la realidad es diferente en comunidades como Calamuchita, debido a que, de acuerdo a la comunaria María, quien prefiere no dar a conocer su nombre, a esta comunidad los jóvenes regresan. “Aquí vuelven y no sé cómo ni de dónde pero traen pareja y se vuelven a vivir aquí”.
Doña María lo atribuye a que existen iniciativas de apoyo a la producción que les dan una oportunidad de trabajo o de mejorar sus posibilidades e ingresos en la producción de uva. En el Valle de la Concepción se observa un panorama similar al de Calamuchita en donde la migración hacia otros lugares se ha frenado y hoy los jóvenes que salen a estudiar regresan.
“Antes la gente se iba mucho-cuenta María Terrazas-, ahora no, vuelven porque la uva da mucha plata. Ahora hasta los changuitos que son bachilleres se dedican a la producción”. Doña María tiene cinco hijos, los dos varones se fueron a vivir, uno en Suecia y otro en Chuquisaca. Sus tres hijas se quedaron en Tarija, una trabaja en la Gobernación de Tarija, otra en la Subgobernación de la provincia y otra tiene un restaurante en el El Valle de la Concepción.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población en términos relativos se encuentra en un menor proceso de urbanización, es decir que se frenó el proceso de migración campo ciudad.
Pero si se analiza por separado la realidad de las comunidades varía mucho el comportamiento migratorio de los jóvenes.“La modernidad nos está ganando-considera Jaime Gumiel- director del Instituto de Investigación y Capacitación Campesina (IICCA) quien en su experiencia en las áreas rurales ha podido observar diversas situaciones- La ciudad es más atractiva, todos queremos comodidad, tener las nuevas tecnologías, televisión, cable, asfalto y eso se está ahondando desde las propias políticas del gobierno que llevan a que muchos aspiren hoy a ser auto-Bolivia tiene 330 gobiernos locales; de ellos, 236 municipios tienen una población menor a 20.000 habitantes y están sometidos a presión migratoria por ausencia de servicios públicos integrales en el territorio, y por falta de opciones de desarrollo productivo sostenible.
Esto muestra la preocupante y precaria situación que se vive en Bolivia, ya que una disminución en la población campesina implica una disminución de la producción agrícola, por lo tanto, la necesidad de importar productos agrícolas para abastecer la demanda creciente de la población, con precios incluso más elevados.Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor crecimiento relativo se concentra en la provincia Cercado, con el 33,83 por ciento, que representa 51.918 habitantes; y en menor proporción en la provincia Aniceto Arce, con un 1,17 por ciento, que alcanzó solamente a 616 habitantes.
La tasa de crecimiento poblacional a nivel de las seis provincias del departamento refleja que Cercado tiene el 2,60 por ciento y la provincial Gran Chaco con 2,12 por ciento y la menor tasa corresponde a la provincia Aniceto Arce, en 0,10 por ciento.
Entre otros datos, destaca que la población departamental ocupa su tiempo en diversas actividades laborales, como trabajo agrícola, pecuario, forestal, avicultura y pesca, que constituyen un 21,75 por ciento. Los trabajadores de servicios y vendedores representan un 20,02 por ciento. Entre tanto, trabajadores de la construcción, industria manufacturera y otros oficios, representando el 17,33 por ciento.
Ante este panorama se evidencia la necesidad de crear políticas públicas y proyectos que fortalezcan la actividad del agro, que creen condiciones de vida plena para los campesinos, para frenar la migración e impulsar el retorno de la gente al campo.
Esto sucede porque en Tarija, debido a la falta de agua para riego se produce una sola cosecha por ello, el resto del año muchos migran a la Argentina. En ese sentido Gumiel considera que se debería mejorar el tema del agua para riego, de semillas mejorar el suelo y el transporte, para que la producción campesino familiar se vuelva rentable y las familias prefieran quedarse a producir su tierra en lugar de ir a trabajar a Argentina.
La migración en la zona alta
Una de las zonas más afectadas por la migración es la zona alta del departamento de Tarija, diferentes autoridades departamentales y municipales manifestaron su preocupación ante la situación de deserción escolar y migración. El subgobernador de Yunchará, Eleodoro Jurado, ya había advertido a comienzos del 2018 del decrecimiento poblacional en la zona, que podría culminar incluso en la desaparición jurisdiccional del municipio de Yunchará.
Según los datos de la Revista Tarija 200, en base al Censo 2012, en la gestión 2014, Yunchará tenía 5.727 habitantes y según sus proyecciones, en la gestión 2018, Yunchará tiene 5.651. Es decir una taza de decrecimiento del 1.33 por ciento.
A pesar de los intentos por construir obras y fomentar proyectos que fortalezcan la calidad de vida de los pobladores, los resultados para que los habitantes, o al menos el nuevo oleaje de generaciones, decida quedarse no son positivos.
Similar situación se vive el Municipio de El Puente aunque su situación no es tan preocupante como la de Yunchará.
Las cifras
En este momento, un 75% de la población boliviana vive en el área urbana y un 25% en el área rural, y, la proyección señala que el año 2032, en dos censos más, la población urbana será del 90%. La mayor o menor migración en las comunidades depende en gran medida de factores relacionados a los incentivos en la producción.Una forma de migración es la que se da por periodos o a veces de manera definitiva hacia la Argentina, a donde permanentemente están yendo niños y jóvenes para trabajar en la fincas en la producción agrícola.
La migración deja escuelas abandonadas y satura otras A mediados de este año, la Dirección Departamental de Educación (DDE) reportó que esta gestión las unidades educativas de la ciudad de Tarija incrementaron el cupo de estudiantes en 17 por ciento a comparación de la gestión 2018.
El aumento se debe a la masiva migración de familias y jóvenes de los municipios rurales a la capital del departamento, según hizo conocer el subdirector de Educación Regular de la Dirección Departamental de Educación de Tarija, Roberto Jaramillo, quien manifestó que la migración de familias enteras de diferentes comunidades rurales provocó el cierre de varias escuelas en las provincias y el traslado de profesores a otros distritos.
Ante esa situación, Jaramillo planteó a las autoridades de las instituciones públicas de los 11 municipios, Gobernación y Gobierno nacional, trabajar en políticas educativas, productivas y agropecuarias en las provincias para evitar la migración y el cierre de escuelas y colegios de secundaria.
El presidente de la Juntas Escolares del Departamento de Tarija, Florindo Castro, indicó que ya se hizo la representación ante el Ministerio de Educación para que pueda intervenir en la migración de estudiantes, con la finalidad de evitar el cierre de escuelas en los municipios de Yunchará, El Puente, Padcaya, Entre Ríos y la zona rural de Cercado.
Mientras, la dirigencia campesina asegura que no existen las condiciones básicas y eagropcuarias en los municipios rurales para sobrevivir debido al cambio climático, por lo que mucha gente decidió salir de sus comunidades para mejorar sus condiciones de vida y garantizar la continuidad de la educación de sus hijos.
En nuestro departamento hay regiones que están siendo abandonadas sistemáticamente por los campesinos, sin embargo, hay otras en las que sus pobladores jóvenes se van por un tiempo a estudiar y luego retornan, llevando el progreso a sus regiones.
Según el Centro de Asesoramiento Para el Desarrollo (Cades) el vaciamiento poblacional en zonas rurales en Bolivia, es una realidad latente. La falta de oportunidades laborales, los riesgos agropecuarios y la falta de infraestructura para la producción y sistemas de comercialización los productos agrícolas, hacen de las zonas rurales alternativas no viables para miles de jóvenes que buscan oportunidades de mejorar su economía y acceder a otras formas de trabajo no agrícola.
El gasto público concentrado en los Municipios, aún no ha desarrollado políticas de incentivo a la producción, su tarea por ahora ha sido grandes inversiones en mejoramiento urbano de sus principales capitales de municipio y micro proyectos orientados a la mitigación de efectos e impactos de eventos adversos de origen climático, según el Cades.
Por ello los jóvenes campesinos realizan en muchos casos un viaje sin retorno, con el objetivo de lograr acomodarse en las ciudades capitales con mayor desarrollo, pero al mismo tiempo, se concentran en pequeñas urbanizaciones con limitados servicios básicos primarios, generando cinturones de pobreza que se constituyen también en problemáticos para los Municipios Urbanos.
Una verídica forma de comprobar que la migración campo ciudad no se detiene, es el crecimiento poblacional de las principales urbes que concentran actualmente al 67% de la población total de Bolivia.
El caso de Tarija
En el caso de Tarija, se han ido produciendo cambios en lo económico y también en lo político que en algunas regiones han detenido esa migración y han incentivado el retorno de los jóvenes al campo, pero en otras ha estimulado la migración a la ciudad.
En todas las comunidades rurales se puede encontrar panoramas similares en cuanto a los motivos que alejan a los jóvenes de sus pueblos natales, el principal es el estudio ya que muchos de los padres campesinos consideran que sus hijos deben instruirse para tener una vida mejor.
De ese modo, en algunos casos se van para continuar los estudios secundarios o directamente para ingresar a la universidad.“Uno quiere lo mejor para ellos y por eso los manda a estudiar pero luego ya nos quedamos solos, explica Luisa quien vive en El Saire”, una comunidad de la provincia Arce.
Lo mismo ocurre en comunidades como Paicho, Tomayapo y otras de la zona alta de Tarija en las que la migración es muy frecuente y al visitarlas se puede escuchar la queja de los mayores que ya no tienen ayuda para cosechar el durazno que se constituye en la principal fuente de ingresos de estas comunidades.
Sin embargo la realidad es diferente en comunidades como Calamuchita, debido a que, de acuerdo a la comunaria María, quien prefiere no dar a conocer su nombre, a esta comunidad los jóvenes regresan. “Aquí vuelven y no sé cómo ni de dónde pero traen pareja y se vuelven a vivir aquí”.
Doña María lo atribuye a que existen iniciativas de apoyo a la producción que les dan una oportunidad de trabajo o de mejorar sus posibilidades e ingresos en la producción de uva. En el Valle de la Concepción se observa un panorama similar al de Calamuchita en donde la migración hacia otros lugares se ha frenado y hoy los jóvenes que salen a estudiar regresan.
“Antes la gente se iba mucho-cuenta María Terrazas-, ahora no, vuelven porque la uva da mucha plata. Ahora hasta los changuitos que son bachilleres se dedican a la producción”. Doña María tiene cinco hijos, los dos varones se fueron a vivir, uno en Suecia y otro en Chuquisaca. Sus tres hijas se quedaron en Tarija, una trabaja en la Gobernación de Tarija, otra en la Subgobernación de la provincia y otra tiene un restaurante en el El Valle de la Concepción.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población en términos relativos se encuentra en un menor proceso de urbanización, es decir que se frenó el proceso de migración campo ciudad.
Pero si se analiza por separado la realidad de las comunidades varía mucho el comportamiento migratorio de los jóvenes.“La modernidad nos está ganando-considera Jaime Gumiel- director del Instituto de Investigación y Capacitación Campesina (IICCA) quien en su experiencia en las áreas rurales ha podido observar diversas situaciones- La ciudad es más atractiva, todos queremos comodidad, tener las nuevas tecnologías, televisión, cable, asfalto y eso se está ahondando desde las propias políticas del gobierno que llevan a que muchos aspiren hoy a ser auto-Bolivia tiene 330 gobiernos locales; de ellos, 236 municipios tienen una población menor a 20.000 habitantes y están sometidos a presión migratoria por ausencia de servicios públicos integrales en el territorio, y por falta de opciones de desarrollo productivo sostenible.
Esto muestra la preocupante y precaria situación que se vive en Bolivia, ya que una disminución en la población campesina implica una disminución de la producción agrícola, por lo tanto, la necesidad de importar productos agrícolas para abastecer la demanda creciente de la población, con precios incluso más elevados.Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor crecimiento relativo se concentra en la provincia Cercado, con el 33,83 por ciento, que representa 51.918 habitantes; y en menor proporción en la provincia Aniceto Arce, con un 1,17 por ciento, que alcanzó solamente a 616 habitantes.
La tasa de crecimiento poblacional a nivel de las seis provincias del departamento refleja que Cercado tiene el 2,60 por ciento y la provincial Gran Chaco con 2,12 por ciento y la menor tasa corresponde a la provincia Aniceto Arce, en 0,10 por ciento.
Entre otros datos, destaca que la población departamental ocupa su tiempo en diversas actividades laborales, como trabajo agrícola, pecuario, forestal, avicultura y pesca, que constituyen un 21,75 por ciento. Los trabajadores de servicios y vendedores representan un 20,02 por ciento. Entre tanto, trabajadores de la construcción, industria manufacturera y otros oficios, representando el 17,33 por ciento.
Ante este panorama se evidencia la necesidad de crear políticas públicas y proyectos que fortalezcan la actividad del agro, que creen condiciones de vida plena para los campesinos, para frenar la migración e impulsar el retorno de la gente al campo.
Esto sucede porque en Tarija, debido a la falta de agua para riego se produce una sola cosecha por ello, el resto del año muchos migran a la Argentina. En ese sentido Gumiel considera que se debería mejorar el tema del agua para riego, de semillas mejorar el suelo y el transporte, para que la producción campesino familiar se vuelva rentable y las familias prefieran quedarse a producir su tierra en lugar de ir a trabajar a Argentina.
La migración en la zona alta
Una de las zonas más afectadas por la migración es la zona alta del departamento de Tarija, diferentes autoridades departamentales y municipales manifestaron su preocupación ante la situación de deserción escolar y migración. El subgobernador de Yunchará, Eleodoro Jurado, ya había advertido a comienzos del 2018 del decrecimiento poblacional en la zona, que podría culminar incluso en la desaparición jurisdiccional del municipio de Yunchará.
Según los datos de la Revista Tarija 200, en base al Censo 2012, en la gestión 2014, Yunchará tenía 5.727 habitantes y según sus proyecciones, en la gestión 2018, Yunchará tiene 5.651. Es decir una taza de decrecimiento del 1.33 por ciento.
A pesar de los intentos por construir obras y fomentar proyectos que fortalezcan la calidad de vida de los pobladores, los resultados para que los habitantes, o al menos el nuevo oleaje de generaciones, decida quedarse no son positivos.
Similar situación se vive el Municipio de El Puente aunque su situación no es tan preocupante como la de Yunchará.
Las cifras
En este momento, un 75% de la población boliviana vive en el área urbana y un 25% en el área rural, y, la proyección señala que el año 2032, en dos censos más, la población urbana será del 90%. La mayor o menor migración en las comunidades depende en gran medida de factores relacionados a los incentivos en la producción.Una forma de migración es la que se da por periodos o a veces de manera definitiva hacia la Argentina, a donde permanentemente están yendo niños y jóvenes para trabajar en la fincas en la producción agrícola.
La migración deja escuelas abandonadas y satura otras A mediados de este año, la Dirección Departamental de Educación (DDE) reportó que esta gestión las unidades educativas de la ciudad de Tarija incrementaron el cupo de estudiantes en 17 por ciento a comparación de la gestión 2018.
El aumento se debe a la masiva migración de familias y jóvenes de los municipios rurales a la capital del departamento, según hizo conocer el subdirector de Educación Regular de la Dirección Departamental de Educación de Tarija, Roberto Jaramillo, quien manifestó que la migración de familias enteras de diferentes comunidades rurales provocó el cierre de varias escuelas en las provincias y el traslado de profesores a otros distritos.
Ante esa situación, Jaramillo planteó a las autoridades de las instituciones públicas de los 11 municipios, Gobernación y Gobierno nacional, trabajar en políticas educativas, productivas y agropecuarias en las provincias para evitar la migración y el cierre de escuelas y colegios de secundaria.
El presidente de la Juntas Escolares del Departamento de Tarija, Florindo Castro, indicó que ya se hizo la representación ante el Ministerio de Educación para que pueda intervenir en la migración de estudiantes, con la finalidad de evitar el cierre de escuelas en los municipios de Yunchará, El Puente, Padcaya, Entre Ríos y la zona rural de Cercado.
Mientras, la dirigencia campesina asegura que no existen las condiciones básicas y eagropcuarias en los municipios rurales para sobrevivir debido al cambio climático, por lo que mucha gente decidió salir de sus comunidades para mejorar sus condiciones de vida y garantizar la continuidad de la educación de sus hijos.