Pedido de heredar “privilegios” de excombatientes no logra respaldo
La Asociación de Hijos y Nietos de Excombatientes de la Guerra del Chaco impulsa un proyecto de ley mediante el cual pretenden que se les transfiera los derechos y beneficios que tenían sus progenitores por haber participado en esa contienda bélica; sin embargo, algunos descendientes...
La Asociación de Hijos y Nietos de Excombatientes de la Guerra del Chaco impulsa un proyecto de ley mediante el cual pretenden que se les transfiera los derechos y beneficios que tenían sus progenitores por haber participado en esa contienda bélica; sin embargo, algunos descendientes consultados no están de acuerdo y consideran el pedido como un exceso.
El fin de semana se celebró en Tarija una reunión nacional de las distintas federaciones departamentales con el propósito de presentar el proyecto que reivindica los derechos de los beneméritos para una transferencia a los hijos, informó el presidente de esa Asociación, José Fernández Salinas.
Argumentó que el proyecto “permitirá continuar con la historia de lo que fue la Guerra del Chaco, reivindicar la actuación de sus padres porque sostiene que en la actualidad se pierde el conocimiento de esa contienda, las nuevas generaciones no la conocen y no se debe olvidar que la situación económica del país depende de los hidrocarburos y que nuestros padres defendieron con el sacrificio personal de sus propias vidas”.
El proyecto de ley plantea tres puntos básicos; primero la rebaja que tenían los beneméritos en el pago de impuestos; segundo, la liberación de los servicios básicos y en tercer término la entrega de los bienes que tenían las organizaciones de los excombatientes.
“Como al momento quedan 13 beneméritos vivos en el país -explicó-, muchas instituciones oficiales a título que dependen del Estado se han apropiado de los bienes y les han dado diferentes usos. Nosotros pretendemos que esas propiedades se registren en el Servicio Nacional de Propiedades del Estado y se nos entregue su administración para estar destinadas a perpetuar la memoria de la Guerra del Chaco”, argumentó Fernández.
Opiniones
El planteamiento, para el coronel de Ejército en retiro, Julio Eduardo Rendón Rivas, -que aclaró ser nieto de un benemérito- le parece un exceso porque los que han tenido todos los beneficios y en ley fueron los que combatieron en esa contienda, pero que es un abuso que hijos, nietos y bisnietos quieran obtener los mismos beneficios.
También criticó que quieran atribuirse la custodia de los bienes porque deberían pasar a poder de las Fuerzas Armadas y “que sean las depositarias como institución natural de seguir conservando la historia de la Guerra del Chaco”.
Por su parte, Judith Cornejo, aseguró ser hija de un excombatiente, pero que jamás estuvo en alguna asociación y mucho menos pidiendo que se le dé algo por el sacrificio que hizo su padre. “Respeto mucho a todos los que fueron a ofrendar su vida o volvieron con secuelas –sostuvo- se debe rendir homenaje en el corazón, sin pedir nada y admirando la voluntad de nuestros mayores”.
A su turno, Oscar Aspiazu Sempértegui, expresó su desacuerdo con el proyecto, también aseguró ser descendiente de un benemérito que ni siquiera quiso recibir el beneficio que le otorgaron, recordó que le dijo: “hijito yo he ido a la guerra a defender mi país, no he ido para que me paguen”. “Yo tengo esa misma premisa, cómo los hijos de los excombatientes van a estar pidiendo esos beneficios si no hemos ido a la Guerra del Chaco, ni a ninguna otra”.
Walter Mogro de 66 años
No me parece una posición correcta, sentenció Walter Mogro, porque indicó que el beneficio debe ser para la persona que participó en esa contienda para defender la heredad nacional, pero el hijo, el nieto, etc. no tienen esos derechos. “Lo fundamental es trabajar para la gente que sí participó. Hay que darles calidad de vida aunque ya no quedan muchos, ellos sí merecen el respeto, la consideración y una vida digna, ¿pero el hijo qué?, no ha participado, por tanto no es hereditario”.
Yo creo que no corresponde, apuntó a su turno Antonio Calvimontes, aunque le pareció correcto que las esposas lo reciban, pero el resto deberían dejar esa intención y seguir delante. “Tenemos que valorar lo que han hecho los excombatientes en su momento, valorar a las esposas, creo que el Gobierno no las apoyó como debería hacerlo desde hace muchos años, pero los hijos no deberían recibir ninguna renta”.
Una guerra que cobró la vida de 60.000 bolivianos
La guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 14 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los tres años de duración, Bolivia movilizó 250.000 soldados y Paraguay 120.000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos), gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades tanto físicas como psicológicas, la característica hostil del teatro de operaciones, la falta de agua y mala alimentación produjeron el mayor porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados sobrevivientes, a muchos de por vida.
El fin de semana se celebró en Tarija una reunión nacional de las distintas federaciones departamentales con el propósito de presentar el proyecto que reivindica los derechos de los beneméritos para una transferencia a los hijos, informó el presidente de esa Asociación, José Fernández Salinas.
Argumentó que el proyecto “permitirá continuar con la historia de lo que fue la Guerra del Chaco, reivindicar la actuación de sus padres porque sostiene que en la actualidad se pierde el conocimiento de esa contienda, las nuevas generaciones no la conocen y no se debe olvidar que la situación económica del país depende de los hidrocarburos y que nuestros padres defendieron con el sacrificio personal de sus propias vidas”.
El proyecto de ley plantea tres puntos básicos; primero la rebaja que tenían los beneméritos en el pago de impuestos; segundo, la liberación de los servicios básicos y en tercer término la entrega de los bienes que tenían las organizaciones de los excombatientes.
“Como al momento quedan 13 beneméritos vivos en el país -explicó-, muchas instituciones oficiales a título que dependen del Estado se han apropiado de los bienes y les han dado diferentes usos. Nosotros pretendemos que esas propiedades se registren en el Servicio Nacional de Propiedades del Estado y se nos entregue su administración para estar destinadas a perpetuar la memoria de la Guerra del Chaco”, argumentó Fernández.
Opiniones
El planteamiento, para el coronel de Ejército en retiro, Julio Eduardo Rendón Rivas, -que aclaró ser nieto de un benemérito- le parece un exceso porque los que han tenido todos los beneficios y en ley fueron los que combatieron en esa contienda, pero que es un abuso que hijos, nietos y bisnietos quieran obtener los mismos beneficios.
También criticó que quieran atribuirse la custodia de los bienes porque deberían pasar a poder de las Fuerzas Armadas y “que sean las depositarias como institución natural de seguir conservando la historia de la Guerra del Chaco”.
Por su parte, Judith Cornejo, aseguró ser hija de un excombatiente, pero que jamás estuvo en alguna asociación y mucho menos pidiendo que se le dé algo por el sacrificio que hizo su padre. “Respeto mucho a todos los que fueron a ofrendar su vida o volvieron con secuelas –sostuvo- se debe rendir homenaje en el corazón, sin pedir nada y admirando la voluntad de nuestros mayores”.
A su turno, Oscar Aspiazu Sempértegui, expresó su desacuerdo con el proyecto, también aseguró ser descendiente de un benemérito que ni siquiera quiso recibir el beneficio que le otorgaron, recordó que le dijo: “hijito yo he ido a la guerra a defender mi país, no he ido para que me paguen”. “Yo tengo esa misma premisa, cómo los hijos de los excombatientes van a estar pidiendo esos beneficios si no hemos ido a la Guerra del Chaco, ni a ninguna otra”.
Walter Mogro de 66 años
No me parece una posición correcta, sentenció Walter Mogro, porque indicó que el beneficio debe ser para la persona que participó en esa contienda para defender la heredad nacional, pero el hijo, el nieto, etc. no tienen esos derechos. “Lo fundamental es trabajar para la gente que sí participó. Hay que darles calidad de vida aunque ya no quedan muchos, ellos sí merecen el respeto, la consideración y una vida digna, ¿pero el hijo qué?, no ha participado, por tanto no es hereditario”.
Yo creo que no corresponde, apuntó a su turno Antonio Calvimontes, aunque le pareció correcto que las esposas lo reciban, pero el resto deberían dejar esa intención y seguir delante. “Tenemos que valorar lo que han hecho los excombatientes en su momento, valorar a las esposas, creo que el Gobierno no las apoyó como debería hacerlo desde hace muchos años, pero los hijos no deberían recibir ninguna renta”.
Una guerra que cobró la vida de 60.000 bolivianos
La guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 14 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los tres años de duración, Bolivia movilizó 250.000 soldados y Paraguay 120.000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos), gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades tanto físicas como psicológicas, la característica hostil del teatro de operaciones, la falta de agua y mala alimentación produjeron el mayor porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados sobrevivientes, a muchos de por vida.