Adiós a Justino Martínez, el “Guardián de la música tarijeña”
A él acudían infinidad de músicos de Tarija y del interior del país, pues en su pequeño estudio de grabación llegó a coleccionar más de 500 álbumes del ayer y del hoy de la música chapaca. Por tal motivo recibió el merecido sobrenombre del “Guardián de la música tarijeña”. Se...



A él acudían infinidad de músicos de Tarija y del interior del país, pues en su pequeño estudio de grabación llegó a coleccionar más de 500 álbumes del ayer y del hoy de la música chapaca. Por tal motivo recibió el merecido sobrenombre del “Guardián de la música tarijeña”. Se trata de Justino Martínez Gonzales.
Además de su colección apoyó a grandes músicos y aportó de gran manera a la Escuela de Música Pastor Achá. Este notable tarijeño falleció el miércoles a las tres de la madrugada a causa de un derrame cerebral.
Hoy su vacío se siente en lo más profundo. Tarija llora su partida y acompañará hoy su entierro en el Cementerio General, tras la misa de cuerpo presente que se efectuará a las 15.00 en la iglesia San Roque.
Para quien no tuvo el gusto de conocerlo, recordamos un poco de su vida. Justino nació en Tarija el 16 de abril de 1945. Su madre Federica Martínez cantaba coplas y su padre Luciano Gonzáles tocaba el charango y la guitarra. De ahí que el gusto por la música se fue adentrando en el alma de Justino.
El futuro “Guardián de la música tarijeña”, pasó sus primeros años en el barrio San Roque, específicamente vivía entre las calles Corrado y Campero. Estudió hasta sexto de primaria en el colegio Narciso Campero, siendo sus profesoras Ada Aguirre, Rina Castellón y algunos de sus compañeros Cimar Mena, Mario Yebara y Hugo Ávila.
Según cuentan sus amistades- a sus quince años- en el año 1960, le despertó un encanto y gran inquietud por la música tarijeña. Estos sentimientos –además de la influencia de sus padres- estaban cimentados en la amistad que poseía con Lucho Aldana, Hugo Monzón -con quien compartió la misma casa-, Hugo Vásquez y Alberto Matienzo.
El coleccionista de discos
Aunque más tarde será un maestro en sastrería, su pasión de coleccionista musical comenzó en el año 1963, por esa época asistía a la Serenata de los barrios de Radio Los Andes y comenzó a coleccionar música grabada por autores tarijeños, comprando de Foto Rodríguez el Primer disco de los Cantores del Valle con temas de Nilo Soruco Arancibia.
De esta manera, su pasión desbordó y comenzó a recopilar gran cantidad de música tarijeña de diversos cantores.
Tal fue la riqueza de su colección que las personas acudían a él para que les proporcione las melodías tarijeñas de hace más de 50 años, pero además de eso, si se trataba de músicos jóvenes, buscaban su guía musical.
Cuentan que en su pequeño y modesto estudio casero- además de su colección- realizó un calendario folclórico con las tonadas tradicionales e instrumentos musicales que se usan desde año nuevo hasta Navidad en las diferentes festividades que se celebran.
El proyecto recibió el apoyo del maestro y folclorista Vicente Sapo Mealla Hoyos y finalmente fue publicado el 22 de octubre de 1994. Más tarde junto al profesor Nilo Soruco Arancibia efectuó otro calendario para la Escuela de Música Pastor Achá Martínez.
Pero luego se vino una tercera versión. Con Vicente Mealla y la colaboración del hermano Ernesto Mealla realizaron el tercer trabajo denominado Calendario Chapaco Volumen I.
Sus mejores momentos de felicidad los pasó junto a Nilo Soruco Arancibia, Cecilio “Sapito” Mealla, Los Montoneros de Méndez, Los Trovadores Chapacos, Los embajadores del Guadalquivir y Los Sapitos Cantores.
Reconocimientos
Más aún, su ardua labor y entrega a la cultura tarijeña no era ignorada, así recibió la admiración y amistad de muchos músicos, pero también el reconocimiento de su tierra chapaca.
Así entre los primeros galardones fue reconocido por el Centro Cultural Moto Méndez. En 2009 fue destacado por el Concejo Municipal a raíz de su labor desinteresada de apoyo a la Escuela de Música Pastor Achá y por su labor de preservar discos compactos del ayer y del hoy de la música tarijeña.
Su gran tesoro
Justino ha logrado más de 500 álbumes de los músicos como Esther Marisol, Las Voces del Valle, Los Embajadores del Guadalquivir, Los Arrieros, Los Montoneros de Méndez, Los Sapos Cantores, Las hermanas Candia, Los de Sama, entre muchísmos otros.
Detalles sobre el personaje
Su oficio
En 1961 entra al oficio de sastre con el maestro Silverio Vizcarra y el 1962 cumple con su servicio militar en Villa Montes.
Colaborador
Contribuyó en la formación musical de los Sapos Cantores (hijos de Cecilio Mealla), al brindarles su casa y equipo de grabación.
Reconocimientos
Su ardua labor y entrega a la cultura tarijeña no era ignorada, así recibió la admiración y amistad de muchos músicos, pero también el reconocimiento de su tierra chapaca.
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Además de su colección apoyó a grandes músicos y aportó de gran manera a la Escuela de Música Pastor Achá. Este notable tarijeño falleció el miércoles a las tres de la madrugada a causa de un derrame cerebral.
Hoy su vacío se siente en lo más profundo. Tarija llora su partida y acompañará hoy su entierro en el Cementerio General, tras la misa de cuerpo presente que se efectuará a las 15.00 en la iglesia San Roque.
Para quien no tuvo el gusto de conocerlo, recordamos un poco de su vida. Justino nació en Tarija el 16 de abril de 1945. Su madre Federica Martínez cantaba coplas y su padre Luciano Gonzáles tocaba el charango y la guitarra. De ahí que el gusto por la música se fue adentrando en el alma de Justino.
El futuro “Guardián de la música tarijeña”, pasó sus primeros años en el barrio San Roque, específicamente vivía entre las calles Corrado y Campero. Estudió hasta sexto de primaria en el colegio Narciso Campero, siendo sus profesoras Ada Aguirre, Rina Castellón y algunos de sus compañeros Cimar Mena, Mario Yebara y Hugo Ávila.
Según cuentan sus amistades- a sus quince años- en el año 1960, le despertó un encanto y gran inquietud por la música tarijeña. Estos sentimientos –además de la influencia de sus padres- estaban cimentados en la amistad que poseía con Lucho Aldana, Hugo Monzón -con quien compartió la misma casa-, Hugo Vásquez y Alberto Matienzo.
El coleccionista de discos
Aunque más tarde será un maestro en sastrería, su pasión de coleccionista musical comenzó en el año 1963, por esa época asistía a la Serenata de los barrios de Radio Los Andes y comenzó a coleccionar música grabada por autores tarijeños, comprando de Foto Rodríguez el Primer disco de los Cantores del Valle con temas de Nilo Soruco Arancibia.
De esta manera, su pasión desbordó y comenzó a recopilar gran cantidad de música tarijeña de diversos cantores.
Tal fue la riqueza de su colección que las personas acudían a él para que les proporcione las melodías tarijeñas de hace más de 50 años, pero además de eso, si se trataba de músicos jóvenes, buscaban su guía musical.
Cuentan que en su pequeño y modesto estudio casero- además de su colección- realizó un calendario folclórico con las tonadas tradicionales e instrumentos musicales que se usan desde año nuevo hasta Navidad en las diferentes festividades que se celebran.
El proyecto recibió el apoyo del maestro y folclorista Vicente Sapo Mealla Hoyos y finalmente fue publicado el 22 de octubre de 1994. Más tarde junto al profesor Nilo Soruco Arancibia efectuó otro calendario para la Escuela de Música Pastor Achá Martínez.
Pero luego se vino una tercera versión. Con Vicente Mealla y la colaboración del hermano Ernesto Mealla realizaron el tercer trabajo denominado Calendario Chapaco Volumen I.
Sus mejores momentos de felicidad los pasó junto a Nilo Soruco Arancibia, Cecilio “Sapito” Mealla, Los Montoneros de Méndez, Los Trovadores Chapacos, Los embajadores del Guadalquivir y Los Sapitos Cantores.
Reconocimientos
Más aún, su ardua labor y entrega a la cultura tarijeña no era ignorada, así recibió la admiración y amistad de muchos músicos, pero también el reconocimiento de su tierra chapaca.
Así entre los primeros galardones fue reconocido por el Centro Cultural Moto Méndez. En 2009 fue destacado por el Concejo Municipal a raíz de su labor desinteresada de apoyo a la Escuela de Música Pastor Achá y por su labor de preservar discos compactos del ayer y del hoy de la música tarijeña.
Su gran tesoro
Justino ha logrado más de 500 álbumes de los músicos como Esther Marisol, Las Voces del Valle, Los Embajadores del Guadalquivir, Los Arrieros, Los Montoneros de Méndez, Los Sapos Cantores, Las hermanas Candia, Los de Sama, entre muchísmos otros.
Detalles sobre el personaje
Su oficio
En 1961 entra al oficio de sastre con el maestro Silverio Vizcarra y el 1962 cumple con su servicio militar en Villa Montes.
Colaborador
Contribuyó en la formación musical de los Sapos Cantores (hijos de Cecilio Mealla), al brindarles su casa y equipo de grabación.
Reconocimientos
Su ardua labor y entrega a la cultura tarijeña no era ignorada, así recibió la admiración y amistad de muchos músicos, pero también el reconocimiento de su tierra chapaca.
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