Díaz: La migración campesina supera el 40% en Tarija
Los efectos del cambio climático que repercuten en los cultivos y la falta de mercados para los productos agrícolas generaron la migración de centenares de familias campesinas hacia centros urbanos del departamento e interior del país. Situación que se refleja en la reducción de estudiantes...



Los efectos del cambio climático que repercuten en los cultivos y la falta de mercados para los productos agrícolas generaron la migración de centenares de familias campesinas hacia centros urbanos del departamento e interior del país. Situación que se refleja en la reducción de estudiantes en las comunidades de la zona alta y el abandono de terrenos en otros municipios rurales de Tarija.
El ex dirigente de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), Elvio Díaz, manifestó su preocupación al respecto e instó a las autoridades de turno a unificar esfuerzos para promover políticas públicas que permitan mejorar la calidad de vida en el área rural a objeto de frenar la migración de las nuevas generaciones.
Según Díaz la migración de familias campesinas se incrementó en los últimos diez años en los municipios de El Puente, Yunchará, Padcaya, el área rural de San Lorenzo y Cercado. Se estima que en estos lugares la migración oscila entre el 40 y 50 por ciento y su efecto se revela en las decenas de viviendas abandonadas y en la baja producción de algunos rubros, entre ellos la papa, haba, arveja, ajo, cebolla y la cría de camélidos.
El País (EP): ¿Qué factores generan la migración de las familias campesinas de Tarija?
Elvio Díaz (ED): Estamos preocupados por este tema de la migración de familias del campo a la ciudad. El factor que identificamos y es lo más preocupante, se debe al cambio climático. La agricultura en el campo ya no es la misma de hace 20 años atrás. Si no llueve, graniza, sino hay heladas o la sequía acaba con los cultivos. Por otro lado, hay que reconocer que lo que nos está faltando es encarar políticas hacia el área productiva.
Si bien en los últimos años se ha tenido una importante ampliación del área cultivable a riego con los programas “Mi Agua” del Gobierno, perforaron pozos e hicimos atajados; sin embargo, no se ha abordado el tema de la comercialización.
De qué sirve tener buena producción de papa, haba, ajo u cualquier otro producto, si el precio en los mercados locales está por los suelos, no cubre la hoja de costo. ¿Qué hace una familia que ha invertido en producir, si el precio que vende no cubre el gasto? Sobre lo llovido, mojado para las familias campesinas.
Todo esto hace que la gente migre y opte por trabajar de albañil, el comercio informal o taxista. Por tanto, también se dificultan los problemas de la ciudad por esa falta de empleo que genera la migración campo-ciudad, sin dejar de lado los otros problemas que implican que la gente deje su casa en el campo y busque mejores días en la ciudad.
EP: ¿Cuáles son los municipios más afectados?
ED: Tenemos zonas del municipio de Yunchará y El Puente, hay zonas como Iscayachi que fueron afectadas. La migración también hizo que disminuya el número de alumnos en las escuelas, como es el caso de la comunidad de El Puesto, San Antonio, Quebrada Grande, Pueblo Nuevo, antes tenían arriba de 100 estudiantes, ahora no pasan de los 50. Es grave la disminución de la población misma en el área rural.
Aunque muchas veces no se da importancia al tema, esto preocupa y creo que tiene que haber apoyo de nuestras autoridades ejecutivas, políticas no solo el ámbito de la agricultura de construir riego o asesoramiento técnico, sino en la comercialización. eso vemos que está faltando.
El tema de la afectación de la agricultura por el cambio climático no solo se da en el departamento, podemos decir que es a nivel nacional. Por eso, no escapan de la migración los municipios de Padcaya, El Valle, la zona alta de San Lorenzo y el área rural de Cercado.
En casos, si bien tenemos una buena producción, pero si no coadyuvamos en la comercialización, eso afecta a la gente que produce. También es importante pensar de qué forma la población puede consumir la producción local. Hay muchos productos que ingresan de contrabando por ejemplo de Chile, Argentina y Perú, eso afecta de gran manera a la economía de las familias tarijeñas, creo que en esto también faltan políticas para concientizar a la población para que consumamos lo nuestro.
La buena producción favorece a las amas de casa en la ciudad, pero también afecta a la familia campesina que produce. No queremos llegar como Venezuela, a ser un país consumista y no producir casi nada. Aún en Tarija se produce, pero falta políticas del órgano ejecutivo departamental, municipal y por ende nacional, en apuntar que el productor pueda comercializar sus productos en precios que cubra la hoja de costo y así se motive a seguir produciendo.
Que los jóvenes y las nuevas generaciones se animen a producir. Si bien muchos jóvenes del campo ingresan a la universidad, pero imagínese que caiga la producción. Vemos que están quedando muy pocos productores y esto continúa pasando con la migración.
EP: ¿Qué porcentaje de familias campesinas han migrado en los últimos años?
ED: Esto de la migración se ha notado más desde hace unos 10 años atrás, y el porcentaje está entre el 40 a 50 por ciento. Esto lo veo de manera clara del municipio que vengo (El Puente), y lo mismo advierto en otros municipios como Padcaya, San Lorenzo y el propio Cercado. Hace unos días visitamos la Subcentral de Junacas y Alto España en Cercado, donde se ve claramente que gran parte de viviendas y terrenos que antes eran cultivables y se sembraba maíz, papa, arveja y otras hortalizas, ahora se ven abandonados. Mucha gente antes se iba a la Argentina, pero como allá las condiciones no son buenas, ahora se vienen a las ciudades del país.
Hemos podido advertir que el destino de las familias que migran del campo, primero es la ciudad de Tarija, y en los últimos años también vemos que se van a la ciudad de Santa Cruz, donde se dedican al comercio por ser una de las ciudades más grandes del país y que tiene un mejor movimiento económico. Son pocos los que optan por Cochabamba o La Paz.
EP: ¿Qué falta para fortalecer el agro?
ED: No hubo un acompañamiento desde los municipios, en la gran parte de los más de 300 municipios en el país y la política que ha llevado en los últimos años el Gobierno Nacional. Los municipios siguen manejándose con las leyes antiguas como la de Participación Popular; por ejemplo el alcalde se ocupa de hacer la escuelita, el cerramiento y un sinfín de cosas y se están olvidando la parte fundamental que es apoyar a la producción y a la agricultura de las familias.
No han hecho una reestructuración de los gobiernos municipales, si bien hay unidades y secretarías que se ocupan de algunas cosas, siguen manejándose a lo antiguo, estoy hablando del año 1993. El presidente Evo Morales si bien optó por cambiar el país, en los municipios las leyes antiguas no han hecho el acompañamiento. La mayor parte de los municipios de Bolivia y en Tarija son rurales.
De qué sirve que haya escuelas bien hechas, buena infraestructura en las zonas rurales pero se están quedando vacías sin alumnos, hay coliseos por ejemplo que están vacíos nadie juega y eso preocupa. Entonces en vez de invertir en eso, es mejor invertir en la agricultura que es fundamental para la producción o la industrialización y que la gente de la ciudad consuman nuestros productos. Por ejemplo, los municipios de la ciudad pueden hacer convenios con los municipios rurales para proveer el desayuno o almuerzo escolar.
Creo que está faltando que en el futuro se pueda cambiar esa lógica de administrar el municipio e invertir los recursos bien, para que las familias puedan habitar en el campo y cubran sus necesidades básicas.
En la ciudad por ejemplo no hay las condiciones para que se puedan comercializar los productos agrícolas del productor al consumidor, una muestra clara en Tarija es el mercado Campesino, porque ahora es de los intermediarios.
¿Cómo regular eso?, ¿cómo hacemos ese acompañamiento? Muchas veces la gente del campo viene, entrega su carga de papa, ahora está a 20 ó 25 bolivianos la arroba, pero a veces el que gana más es el intermediario.
En ese aspecto falta crear una política que regule eso para que el ama de casa y el productor del campo sean beneficiados, si bien el intermediario tiene derecho a ganar, muchas veces abusan. Un ejemplo, una vez compre una papa collareja la media cuartilla a siete bolivianos, cuando en la comunidad productora no tiene ese precio.
Entonces ¿cómo regular eso y acompañar desde el municipio de Cercado? porque los intermediarios hacen lo que quieren y la gente le culpa al productor del alto costo, cuando en realidad no es así.
EP: A diferencia del resto del país en Tarija las familias campesinas reciben recursos económicos a través del Prosol para fomentar el agro ¿Qué falló en este programa?
ED: Faltó los espacios de comercialización. Se han comprado tractores, camiones, segadores para cortar forraje con el Prosol, y si bien se ha avanzado y se logró reducir en parte la hoja de costo de la producción. Considero que la “pata manca” del Prosol es la falta de mercado para la comercialización de los productos del agro.
Hubo caso en que han recibido el Prosol, 2.000 a 3.000 bolivianos, han producido bien, pero cuando tocó comercializar no se acompañó y no se recuperó lo que han invertido en la siembra de la papa, ajo, u otro producto.
Si bien, desde las dirigencia campesina se ha planteado eso, generalmente queda en buenas intenciones. Considero que está fallando que desde el Gobierno Nacional, departamental y municipal, se pueda aunar esfuerzos y ver cómo coadyuvamos en la comercialización. Al margen del mal manejo que hubo del Prosol, eso sería estimo un 20 a 30 por ciento en casos de malversación o mal utilizados, pero a la gran parte de los campesinos le faltó mercados.
Por citar un ejemplo, en el caso de la zona alta, específicamente la producción de ajo, en este año se ha tenido bastante ajo. Gracias a los programas de riego se han hecho atajados, pozos, sistemas de riego, porque para producir ajo se requiere bastante agua. Se tiene que regar día por medio, pero vemos que el Gobierno se ha olvidado cómo se va comercializar el ajo.
Resulta que de 800 bolivianos el quintal, este año ha bajado primero a 200, luego a 180, incluso se llegó a vender en 150 bolivianos. Se ha hecho guía de movimiento, se han reunido con la Aduana Nacional y el Viceministro de Lucha Contra el Contrabando, pero no se han logrado cumplir con los objetivos, de frenar el contrabando y no hay avances a nivel nacional, para saber cuánto es nuestro consumo interno y cómo regulamos eso para que no afecte a la ama de casa. También es importante saber cómo cubrir la demanda local para evitar la importación. Una cosa muy distinta a los grandes empresarios en Santa Cruz o a los viticultores locales es el pequeño productor en Tarija.
EP: Usted promueve una ley para el fortalecimiento de la producción en la zona alta a objeto de frenar la migración ¿En qué consiste este proyecto de ley?
ED: Está en tratamiento una ley de fortalecimiento a la producción de ajo y cebolla en los municipios de El Puente y Yunchará, en el departamento de Tarija y los municipios vecinos como Incahuasi, Las Carreras, Culpina y los Cintis en Chuquisaca, esto para acompañar la comercialización del producto.
Creo que esa debería ser la propuesta de aquí en adelante, para apoyar al productor en la comercialización del producto para que cubra su hoja de costo. Eso va a hacer que las familias campesinas empiecen a mejorar su economía, y que nuestra gente que se ha venido a la ciudad vuelva al campo a cultivar.
Por ejemplo, si el Gobierno puede garantizar para el próximo año una buena comercialización del ajo, aunque no sea a 500 bolivianos el quintal, muchos estarían dispuestos a volver a producir y trabajar la tierra con esa motivación.
Veo que en los últimos años, se le da al campesino un canal de riego o para hacer una presa, un atajado y listo se olvidan de lo fundamental, si le dimos agua, riego para que produzca ahora le ayudemos a comercializar. La gente del campo vivimos de la comercialización de los productos, frutícolas, agrícolas y ganadería caprino, ovino y vacunos como es el caso de Yunchará, El Puente, Padcaya, la provincia Cercado y San Lorenzo, no hablo de los grandes ganaderos.
EP: ¿Cómo afrontan los campesinos esa nueva forma de vida en la ciudad?
ED: Para muchos por no decir casi todos es empezar de cero. Por ejemplo, en las ciudades nadie te alcanza ni un vaso de agua, viven en alquiler o son víctimas de estafa de los anticréticos, a veces la gente del campo no tiene esa cultura o desconocen los requisitos para conseguir una vivienda digna o segura. Además, es difícil acostumbrarse a la cultura de la ciudad. Los riesgos de la inseguridad, el nuevo costo de vida, en el campo si se siembra la tierra se tiene alimento diario. Por eso es necesario crear políticas para que la gente no migre más a la ciudad.
EP: ¿Qué otros aspectos son afectados por la migración de las familias campesinas?
ED: La migración es una cadena, porque no solo implica que haya muy pocos agricultores en el campo, sino también que nuestras tradiciones se vayan perdiendo. Por ejemplo recuerdo que en la fiesta de San Antonio (13 de junio) en cada comunidad había la festividad de ese Santo Patrono, al igual que la fiesta de San Juan, San Santiago y así el calendario cultural y religioso era todo el año.
Todo eso ahora se está perdiendo, vemos que poco a poco están despareciendo, ya no hay ni los juegos de antaño como el gallo enterrado, las cuarteadas o tocar los instrumentos como la quena, la camacheña o cantar las tonadas de cada festividad. Cuando la gente se viene a la ciudad deja de practicar esas actividades, aquí es diferente y ya no se tienen esas particularidades que tenemos en el campo.
En resumen, la migración del campo afecta la producción agrícola, la perdida de nuestra cultura y tradiciones del área rural. Creo que aún estamos a tiempo de poder frenar esto entre todos porque corremos el riesgo que dentro de unos 20 años la situación sea más preocupante, porque cada vez hay menos agricultores y no queremos llegar a eso.
FRASES
“La agricultura en el campo ya no es lo mismo de hace 20 años atrás. Si no llueve, graniza, sino hay heladas o la sequía acaba con los cultivos. Por otro lado, hay que reconocer que nos está faltando es encarar políticas hacia el área productiva”
“La migración también hizo que disminuya el número de alumnos en las escuelas, como es el caso de la comunidad de San Antonio, Quebrada Grande, Pueblo Nuevo, antes tenían arriba de 100 estudiantes, ahora no pasan de los 50”
“Está en tratamiento una ley de fortalecimiento a la producción de ajo y cebolla en los municipios de El Puente y Yunchará, en Tarija y los municipios vecinos como Incahuasi, Las Carreras, Culpina y los Cintis en Chuquisaca (…)”
EL PERFIL
Nombre
Elvio Díaz Cruz
Lugar y fecha nacimiento
Comunidad: El Puesto, 10 de enero 1982
Actividad
Ex dirigente de la FSUCCT
Diputado suplente Supranacional
Gran parte de su vida se dedicó a la actividad agrícola y a la zafra en Bermejo donde trabajó por más de 10 años, desde 1994 hasta el 2007. Inició como dirigente en el campamento de zafreros, donde comenzó a dar sus primeros pasos. Recibió capacitación para catequesis en la pastoral juvenil de su comunidad El Puente y durante cinco años se formó en radio Aclo Tarija como reportero popular. Después asumió como secretario general de su comunidad, luego fue dirigente de la Central Campesina de Iscayachi y el 2015 fue elegido como diputado supranacional suplemente con el MAS.
El ex dirigente de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), Elvio Díaz, manifestó su preocupación al respecto e instó a las autoridades de turno a unificar esfuerzos para promover políticas públicas que permitan mejorar la calidad de vida en el área rural a objeto de frenar la migración de las nuevas generaciones.
Según Díaz la migración de familias campesinas se incrementó en los últimos diez años en los municipios de El Puente, Yunchará, Padcaya, el área rural de San Lorenzo y Cercado. Se estima que en estos lugares la migración oscila entre el 40 y 50 por ciento y su efecto se revela en las decenas de viviendas abandonadas y en la baja producción de algunos rubros, entre ellos la papa, haba, arveja, ajo, cebolla y la cría de camélidos.
El País (EP): ¿Qué factores generan la migración de las familias campesinas de Tarija?
Elvio Díaz (ED): Estamos preocupados por este tema de la migración de familias del campo a la ciudad. El factor que identificamos y es lo más preocupante, se debe al cambio climático. La agricultura en el campo ya no es la misma de hace 20 años atrás. Si no llueve, graniza, sino hay heladas o la sequía acaba con los cultivos. Por otro lado, hay que reconocer que lo que nos está faltando es encarar políticas hacia el área productiva.
Si bien en los últimos años se ha tenido una importante ampliación del área cultivable a riego con los programas “Mi Agua” del Gobierno, perforaron pozos e hicimos atajados; sin embargo, no se ha abordado el tema de la comercialización.
De qué sirve tener buena producción de papa, haba, ajo u cualquier otro producto, si el precio en los mercados locales está por los suelos, no cubre la hoja de costo. ¿Qué hace una familia que ha invertido en producir, si el precio que vende no cubre el gasto? Sobre lo llovido, mojado para las familias campesinas.
Todo esto hace que la gente migre y opte por trabajar de albañil, el comercio informal o taxista. Por tanto, también se dificultan los problemas de la ciudad por esa falta de empleo que genera la migración campo-ciudad, sin dejar de lado los otros problemas que implican que la gente deje su casa en el campo y busque mejores días en la ciudad.
EP: ¿Cuáles son los municipios más afectados?
ED: Tenemos zonas del municipio de Yunchará y El Puente, hay zonas como Iscayachi que fueron afectadas. La migración también hizo que disminuya el número de alumnos en las escuelas, como es el caso de la comunidad de El Puesto, San Antonio, Quebrada Grande, Pueblo Nuevo, antes tenían arriba de 100 estudiantes, ahora no pasan de los 50. Es grave la disminución de la población misma en el área rural.
Aunque muchas veces no se da importancia al tema, esto preocupa y creo que tiene que haber apoyo de nuestras autoridades ejecutivas, políticas no solo el ámbito de la agricultura de construir riego o asesoramiento técnico, sino en la comercialización. eso vemos que está faltando.
El tema de la afectación de la agricultura por el cambio climático no solo se da en el departamento, podemos decir que es a nivel nacional. Por eso, no escapan de la migración los municipios de Padcaya, El Valle, la zona alta de San Lorenzo y el área rural de Cercado.
En casos, si bien tenemos una buena producción, pero si no coadyuvamos en la comercialización, eso afecta a la gente que produce. También es importante pensar de qué forma la población puede consumir la producción local. Hay muchos productos que ingresan de contrabando por ejemplo de Chile, Argentina y Perú, eso afecta de gran manera a la economía de las familias tarijeñas, creo que en esto también faltan políticas para concientizar a la población para que consumamos lo nuestro.
La buena producción favorece a las amas de casa en la ciudad, pero también afecta a la familia campesina que produce. No queremos llegar como Venezuela, a ser un país consumista y no producir casi nada. Aún en Tarija se produce, pero falta políticas del órgano ejecutivo departamental, municipal y por ende nacional, en apuntar que el productor pueda comercializar sus productos en precios que cubra la hoja de costo y así se motive a seguir produciendo.
Que los jóvenes y las nuevas generaciones se animen a producir. Si bien muchos jóvenes del campo ingresan a la universidad, pero imagínese que caiga la producción. Vemos que están quedando muy pocos productores y esto continúa pasando con la migración.
EP: ¿Qué porcentaje de familias campesinas han migrado en los últimos años?
ED: Esto de la migración se ha notado más desde hace unos 10 años atrás, y el porcentaje está entre el 40 a 50 por ciento. Esto lo veo de manera clara del municipio que vengo (El Puente), y lo mismo advierto en otros municipios como Padcaya, San Lorenzo y el propio Cercado. Hace unos días visitamos la Subcentral de Junacas y Alto España en Cercado, donde se ve claramente que gran parte de viviendas y terrenos que antes eran cultivables y se sembraba maíz, papa, arveja y otras hortalizas, ahora se ven abandonados. Mucha gente antes se iba a la Argentina, pero como allá las condiciones no son buenas, ahora se vienen a las ciudades del país.
Hemos podido advertir que el destino de las familias que migran del campo, primero es la ciudad de Tarija, y en los últimos años también vemos que se van a la ciudad de Santa Cruz, donde se dedican al comercio por ser una de las ciudades más grandes del país y que tiene un mejor movimiento económico. Son pocos los que optan por Cochabamba o La Paz.
EP: ¿Qué falta para fortalecer el agro?
ED: No hubo un acompañamiento desde los municipios, en la gran parte de los más de 300 municipios en el país y la política que ha llevado en los últimos años el Gobierno Nacional. Los municipios siguen manejándose con las leyes antiguas como la de Participación Popular; por ejemplo el alcalde se ocupa de hacer la escuelita, el cerramiento y un sinfín de cosas y se están olvidando la parte fundamental que es apoyar a la producción y a la agricultura de las familias.
No han hecho una reestructuración de los gobiernos municipales, si bien hay unidades y secretarías que se ocupan de algunas cosas, siguen manejándose a lo antiguo, estoy hablando del año 1993. El presidente Evo Morales si bien optó por cambiar el país, en los municipios las leyes antiguas no han hecho el acompañamiento. La mayor parte de los municipios de Bolivia y en Tarija son rurales.
De qué sirve que haya escuelas bien hechas, buena infraestructura en las zonas rurales pero se están quedando vacías sin alumnos, hay coliseos por ejemplo que están vacíos nadie juega y eso preocupa. Entonces en vez de invertir en eso, es mejor invertir en la agricultura que es fundamental para la producción o la industrialización y que la gente de la ciudad consuman nuestros productos. Por ejemplo, los municipios de la ciudad pueden hacer convenios con los municipios rurales para proveer el desayuno o almuerzo escolar.
Creo que está faltando que en el futuro se pueda cambiar esa lógica de administrar el municipio e invertir los recursos bien, para que las familias puedan habitar en el campo y cubran sus necesidades básicas.
En la ciudad por ejemplo no hay las condiciones para que se puedan comercializar los productos agrícolas del productor al consumidor, una muestra clara en Tarija es el mercado Campesino, porque ahora es de los intermediarios.
¿Cómo regular eso?, ¿cómo hacemos ese acompañamiento? Muchas veces la gente del campo viene, entrega su carga de papa, ahora está a 20 ó 25 bolivianos la arroba, pero a veces el que gana más es el intermediario.
En ese aspecto falta crear una política que regule eso para que el ama de casa y el productor del campo sean beneficiados, si bien el intermediario tiene derecho a ganar, muchas veces abusan. Un ejemplo, una vez compre una papa collareja la media cuartilla a siete bolivianos, cuando en la comunidad productora no tiene ese precio.
Entonces ¿cómo regular eso y acompañar desde el municipio de Cercado? porque los intermediarios hacen lo que quieren y la gente le culpa al productor del alto costo, cuando en realidad no es así.
EP: A diferencia del resto del país en Tarija las familias campesinas reciben recursos económicos a través del Prosol para fomentar el agro ¿Qué falló en este programa?
ED: Faltó los espacios de comercialización. Se han comprado tractores, camiones, segadores para cortar forraje con el Prosol, y si bien se ha avanzado y se logró reducir en parte la hoja de costo de la producción. Considero que la “pata manca” del Prosol es la falta de mercado para la comercialización de los productos del agro.
Hubo caso en que han recibido el Prosol, 2.000 a 3.000 bolivianos, han producido bien, pero cuando tocó comercializar no se acompañó y no se recuperó lo que han invertido en la siembra de la papa, ajo, u otro producto.
Si bien, desde las dirigencia campesina se ha planteado eso, generalmente queda en buenas intenciones. Considero que está fallando que desde el Gobierno Nacional, departamental y municipal, se pueda aunar esfuerzos y ver cómo coadyuvamos en la comercialización. Al margen del mal manejo que hubo del Prosol, eso sería estimo un 20 a 30 por ciento en casos de malversación o mal utilizados, pero a la gran parte de los campesinos le faltó mercados.
Por citar un ejemplo, en el caso de la zona alta, específicamente la producción de ajo, en este año se ha tenido bastante ajo. Gracias a los programas de riego se han hecho atajados, pozos, sistemas de riego, porque para producir ajo se requiere bastante agua. Se tiene que regar día por medio, pero vemos que el Gobierno se ha olvidado cómo se va comercializar el ajo.
Resulta que de 800 bolivianos el quintal, este año ha bajado primero a 200, luego a 180, incluso se llegó a vender en 150 bolivianos. Se ha hecho guía de movimiento, se han reunido con la Aduana Nacional y el Viceministro de Lucha Contra el Contrabando, pero no se han logrado cumplir con los objetivos, de frenar el contrabando y no hay avances a nivel nacional, para saber cuánto es nuestro consumo interno y cómo regulamos eso para que no afecte a la ama de casa. También es importante saber cómo cubrir la demanda local para evitar la importación. Una cosa muy distinta a los grandes empresarios en Santa Cruz o a los viticultores locales es el pequeño productor en Tarija.
EP: Usted promueve una ley para el fortalecimiento de la producción en la zona alta a objeto de frenar la migración ¿En qué consiste este proyecto de ley?
ED: Está en tratamiento una ley de fortalecimiento a la producción de ajo y cebolla en los municipios de El Puente y Yunchará, en el departamento de Tarija y los municipios vecinos como Incahuasi, Las Carreras, Culpina y los Cintis en Chuquisaca, esto para acompañar la comercialización del producto.
Creo que esa debería ser la propuesta de aquí en adelante, para apoyar al productor en la comercialización del producto para que cubra su hoja de costo. Eso va a hacer que las familias campesinas empiecen a mejorar su economía, y que nuestra gente que se ha venido a la ciudad vuelva al campo a cultivar.
Por ejemplo, si el Gobierno puede garantizar para el próximo año una buena comercialización del ajo, aunque no sea a 500 bolivianos el quintal, muchos estarían dispuestos a volver a producir y trabajar la tierra con esa motivación.
Veo que en los últimos años, se le da al campesino un canal de riego o para hacer una presa, un atajado y listo se olvidan de lo fundamental, si le dimos agua, riego para que produzca ahora le ayudemos a comercializar. La gente del campo vivimos de la comercialización de los productos, frutícolas, agrícolas y ganadería caprino, ovino y vacunos como es el caso de Yunchará, El Puente, Padcaya, la provincia Cercado y San Lorenzo, no hablo de los grandes ganaderos.
EP: ¿Cómo afrontan los campesinos esa nueva forma de vida en la ciudad?
ED: Para muchos por no decir casi todos es empezar de cero. Por ejemplo, en las ciudades nadie te alcanza ni un vaso de agua, viven en alquiler o son víctimas de estafa de los anticréticos, a veces la gente del campo no tiene esa cultura o desconocen los requisitos para conseguir una vivienda digna o segura. Además, es difícil acostumbrarse a la cultura de la ciudad. Los riesgos de la inseguridad, el nuevo costo de vida, en el campo si se siembra la tierra se tiene alimento diario. Por eso es necesario crear políticas para que la gente no migre más a la ciudad.
EP: ¿Qué otros aspectos son afectados por la migración de las familias campesinas?
ED: La migración es una cadena, porque no solo implica que haya muy pocos agricultores en el campo, sino también que nuestras tradiciones se vayan perdiendo. Por ejemplo recuerdo que en la fiesta de San Antonio (13 de junio) en cada comunidad había la festividad de ese Santo Patrono, al igual que la fiesta de San Juan, San Santiago y así el calendario cultural y religioso era todo el año.
Todo eso ahora se está perdiendo, vemos que poco a poco están despareciendo, ya no hay ni los juegos de antaño como el gallo enterrado, las cuarteadas o tocar los instrumentos como la quena, la camacheña o cantar las tonadas de cada festividad. Cuando la gente se viene a la ciudad deja de practicar esas actividades, aquí es diferente y ya no se tienen esas particularidades que tenemos en el campo.
En resumen, la migración del campo afecta la producción agrícola, la perdida de nuestra cultura y tradiciones del área rural. Creo que aún estamos a tiempo de poder frenar esto entre todos porque corremos el riesgo que dentro de unos 20 años la situación sea más preocupante, porque cada vez hay menos agricultores y no queremos llegar a eso.
FRASES
“La agricultura en el campo ya no es lo mismo de hace 20 años atrás. Si no llueve, graniza, sino hay heladas o la sequía acaba con los cultivos. Por otro lado, hay que reconocer que nos está faltando es encarar políticas hacia el área productiva”
“La migración también hizo que disminuya el número de alumnos en las escuelas, como es el caso de la comunidad de San Antonio, Quebrada Grande, Pueblo Nuevo, antes tenían arriba de 100 estudiantes, ahora no pasan de los 50”
“Está en tratamiento una ley de fortalecimiento a la producción de ajo y cebolla en los municipios de El Puente y Yunchará, en Tarija y los municipios vecinos como Incahuasi, Las Carreras, Culpina y los Cintis en Chuquisaca (…)”
EL PERFIL
Nombre
Elvio Díaz Cruz
Lugar y fecha nacimiento
Comunidad: El Puesto, 10 de enero 1982
Actividad
Ex dirigente de la FSUCCT
Diputado suplente Supranacional
Gran parte de su vida se dedicó a la actividad agrícola y a la zafra en Bermejo donde trabajó por más de 10 años, desde 1994 hasta el 2007. Inició como dirigente en el campamento de zafreros, donde comenzó a dar sus primeros pasos. Recibió capacitación para catequesis en la pastoral juvenil de su comunidad El Puente y durante cinco años se formó en radio Aclo Tarija como reportero popular. Después asumió como secretario general de su comunidad, luego fue dirigente de la Central Campesina de Iscayachi y el 2015 fue elegido como diputado supranacional suplemente con el MAS.