Carlos Estrada, uno de los creadores del baile Caporal
Carlos Estrada Pacheco tiene 63 años y es uno de los nueve hermanos que ha creado la danza del Caporal, una danza que nació entre el año 1960 y 1970 en la ciudad de La Paz, y continúa vigente hasta la actualidad siendo uno de los bailes más populares, especialmente entre los jóvenes que lo...



Carlos Estrada Pacheco tiene 63 años y es uno de los nueve hermanos que ha creado la danza del Caporal, una danza que nació entre el año 1960 y 1970 en la ciudad de La Paz, y continúa vigente hasta la actualidad siendo uno de los bailes más populares, especialmente entre los jóvenes que lo eligen por su vultuosidad y sensualidad.
A su llegada a Tarija por una invitación del Ballet Sudamericano, don Carlos brindó una entrevista exclusiva a El País donde contó cómo nació todo este movimiento.
La forma coreográfica de esta danza está representada así en el campo gimnástico, una especie de acrobacia, realizando en el aire hermosas figuras de callejón frente a frente, avanzando y retrocediendo, llevando el cuerpo de acuerdo al paso ágil y saltado en forma conjunta. Tanto hombres y mujeres caminan con pequeñas flexiones con diversos movimientos, formando los denominados cuerpos, que son grupos que hacen los mismos movimientos cadenciosos que estallan por momentos.
Cuenta la historia que todo nació en el lapso de la década de los 60cuando los hermanos Eva, Víctor (+), Vicente, Jorge (+), Carlos, Remy, Lidia, Zenón y Moisés, hijos de don Víctor Estrada Mariaca (+) y doña Elena Pacheco Villegas (+), decidieron uno por uno seguir los pasos de sus progenitores, que a decir del entrevistado eran una pareja apasionada por el folclore boliviano que en vida lograron contagiar a cuanta persona llegaba a compartir con ellos.
[caption id="attachment_214663" align="aligncenter" width="696"] Una de las primeras fotografías de la vestimenta del Caporal[/caption]
Una época clave según cuenta Carlos fue el año 1971 cuando realizaron su primera presentación en la fiesta del Gran Poder de la ciudad de La Paz con la Fraternidad Urus que se fundó primero solamente con integrantes de la familia que profesaban una gran fe al Señor del Gran Poder. Antes de este tiempo, en cuanto a la danza se extrajeron pautas de la Saya Afroboliviana, donde había un personaje que era el capataz, quien a plan de chicote, hacía trabajar a los pobladores de color para sacar pronto la producción a los mercados paceños.
“Recuerdo que hubo en un coliseo una actuación de los descendientes africanos traídos a Bolivia en la época colonial, misma que fue gestionada por un tío, el empresario de espectáculos Alberto Pacheco quien se entrevistó con el `capo´ de los comunarios de Tocaña, para pedir su consentimiento. De ahí, viene el nombre de Caporal y también de la vestimenta original, debido a que este capo vestía un buzo, blusa y sombrero de ala ancha, además tenía un machete y dos cascabeles en las botas, con los que anunciaba su presencia”, explica Carlos.
Así empezaron a imaginar lo que sería la vestimenta de este personaje y a ensamblar los primeros pasos, que son una mezcla de todas las influencias que por ese tiempo recibían en las distintas actividades de las que participaban. La música era importante también para crear un personaje, y se fue forjando gracias a la banda Gran Pagador de Oruro, que participaba con ellos en las Entradas Folklóricas.
Para las primeras vestimentas según cuenta Carlos, las botas eran como las que usaron los soldados que fueron a la Guerra del Chaco, con un acabado más alto que las que se usan ahora, además de la tradicional faja, un sombrero parecido al chaqueño, una manta de vicuña y una careta emulando al negro.
“La inquietud de nosotros era de jóvenes; no sabíamos cómo iba a salir pero teníamos idea de cómo lo teníamos que hacer. Los recursos no daban como para hacer trajes como los que hay ahora, por lo que los primeros trajes fueron hechos por nosotros mismos con telas básicas, jugando con los colores rojo y blanco. Cada uno elaboraba su propia ropa, no se tenían bordados, pero eso sí, no podía faltar el chicote en la mano.
En familia nos juntamos primero, ese tiempo la gente no quería nada de bailar o tocar, ha costado por eso incursionar con este baile por que en ese tiempo la entrada del Gran Poder era sinónimo de borrachera, de gente baja, donde participaban cargadores, canillitas y bordadores incluso”, recuerda Carlos.
Ya para el año 1973, los hermanos no eran los únicos en la Fraternidad, sino ahora ocupaban el lugar de guías estando siempre delante de los demás bailarines. En este tiempo contagiaron su gusto por este baile y los pasos fueron ganando popularidad, por lo que más gente se les sumó. Así empezaron a ganar el premio mayor, que por ese entonces era un trofeo que tenía en su parte superior un topo del oro más puro de Bolivia.
[caption id="attachment_214651" align="aligncenter" width="683"] La directora del Ballet Sudamericano, Gabriela Díaz, junto a Carlos Estrada[/caption]
En el año 1975 empezaron a surgir subagrupaciones, a partir de la salida de bailarines que crearon sus propias fraternidades con la misma danza, algunas de ellas aún vigentes en la actualidad. Pero a medida que unos se iban, nuevas personas llegaban, incluso se integraron fraternidades del interior de Bolivia, movidos por la llamativa vestimenta y la alegría que irradiaban los bailarines, por lo que continuaron sumando trofeos en cinco oportunidades más.
Así al transcurrir los años la danza Caporal pasó a ser parte de las muestras culturales bolivianas, y los hermanos Estrada Pacheco lograron en vida recibir el reconocimiento de su creación, con homenajes del Ministerio de Culturas que nombró al baile impulsado por ellos, Patrimonio Cultural de Bolivia. Pese a ello, Carlos asegura que él se siente como una persona común, que junto a sus hermanos ha aportado con un estilo que denomina “neo folklore”, ya que no es de data antigua, algo que a lo mejor es lo que atrae a tantos jóvenes en todo el país e incluso en el mundo.
“No teníamos en mente que tanto iba a ampliarse la danza, pero ya está implantada a nivel mundial, lo único que queremos es que se reconozca su origen, pues muchos bailan sin conocimiento de la historia que estoy contando, solamente porque el movimiento les da alegría. Esto nació en la zona Chijini que ahora le llaman zona del Gran Poder. Agradezco al ballet Sudamericano dirigido por Domingo y Gabrielita que me invitaron a Tarija para profundizar en esta danza como maestros; todos deben buscar el conocimiento desde la raíz más, si es un baile boliviano”, manifestó el entrevistado.
Él actualmente funge como jurado calificador en los distintos certámenes y competencias de la danza Caporal que se practica en todo el mundo, una de ellas ganada por el Ballet Sudamericano de Tarija. Su más reciente actividad fue participar en la consolidación de la danza dentro del libro de Récord Guinnes, que se gesta desde la Casa del Folklore de Argentina y la Organización Boliviana de Defensa del Floklore (OBDEFO). El presente reportaje, va dedicado a Jorge Estrada Pacheco, fallecido en mayo del presente año.
Apuntes sobre el tema
Una anécdota
Cuenta Carlos que en el año 1994 llegó a ser presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de La Paz. Para ese entonces explica que el largo de la pollera que usaban las mujeres “había subido demasiado”, pero al querer reglamentar este atuendo recibió duras críticas que por poco lo alejan de su cargo.
Preservar orígenes
En muchos lugares según su creador, la danza del Caporal está siendo distorsionada, más para tener un carácter de show. En este punto Carlos encomienda que debería buscarse que el baile sea nuevamente originario, al menos en su significado y en la devoción que debe sentir quien lo ejecute ante el Señor del Gran Poder.
100% Boliviano
La danza del Caporal es la genuina expresión de la transformación social que ha evolucionado a pasos gigantescos contagiosos por su ritmo, por su expresión cultural y la demostración de la belleza en la vestimenta. Sin embargo, en la actualidad se disputa su autoría con Perú: “Nunca vamos a ser egoístas, pero el Caporal es 100% boliviano”, asegura Carlos.
A su llegada a Tarija por una invitación del Ballet Sudamericano, don Carlos brindó una entrevista exclusiva a El País donde contó cómo nació todo este movimiento.
La forma coreográfica de esta danza está representada así en el campo gimnástico, una especie de acrobacia, realizando en el aire hermosas figuras de callejón frente a frente, avanzando y retrocediendo, llevando el cuerpo de acuerdo al paso ágil y saltado en forma conjunta. Tanto hombres y mujeres caminan con pequeñas flexiones con diversos movimientos, formando los denominados cuerpos, que son grupos que hacen los mismos movimientos cadenciosos que estallan por momentos.
Cuenta la historia que todo nació en el lapso de la década de los 60cuando los hermanos Eva, Víctor (+), Vicente, Jorge (+), Carlos, Remy, Lidia, Zenón y Moisés, hijos de don Víctor Estrada Mariaca (+) y doña Elena Pacheco Villegas (+), decidieron uno por uno seguir los pasos de sus progenitores, que a decir del entrevistado eran una pareja apasionada por el folclore boliviano que en vida lograron contagiar a cuanta persona llegaba a compartir con ellos.
[caption id="attachment_214663" align="aligncenter" width="696"] Una de las primeras fotografías de la vestimenta del Caporal[/caption]
Una época clave según cuenta Carlos fue el año 1971 cuando realizaron su primera presentación en la fiesta del Gran Poder de la ciudad de La Paz con la Fraternidad Urus que se fundó primero solamente con integrantes de la familia que profesaban una gran fe al Señor del Gran Poder. Antes de este tiempo, en cuanto a la danza se extrajeron pautas de la Saya Afroboliviana, donde había un personaje que era el capataz, quien a plan de chicote, hacía trabajar a los pobladores de color para sacar pronto la producción a los mercados paceños.
“Recuerdo que hubo en un coliseo una actuación de los descendientes africanos traídos a Bolivia en la época colonial, misma que fue gestionada por un tío, el empresario de espectáculos Alberto Pacheco quien se entrevistó con el `capo´ de los comunarios de Tocaña, para pedir su consentimiento. De ahí, viene el nombre de Caporal y también de la vestimenta original, debido a que este capo vestía un buzo, blusa y sombrero de ala ancha, además tenía un machete y dos cascabeles en las botas, con los que anunciaba su presencia”, explica Carlos.
Así empezaron a imaginar lo que sería la vestimenta de este personaje y a ensamblar los primeros pasos, que son una mezcla de todas las influencias que por ese tiempo recibían en las distintas actividades de las que participaban. La música era importante también para crear un personaje, y se fue forjando gracias a la banda Gran Pagador de Oruro, que participaba con ellos en las Entradas Folklóricas.
Para las primeras vestimentas según cuenta Carlos, las botas eran como las que usaron los soldados que fueron a la Guerra del Chaco, con un acabado más alto que las que se usan ahora, además de la tradicional faja, un sombrero parecido al chaqueño, una manta de vicuña y una careta emulando al negro.
“La inquietud de nosotros era de jóvenes; no sabíamos cómo iba a salir pero teníamos idea de cómo lo teníamos que hacer. Los recursos no daban como para hacer trajes como los que hay ahora, por lo que los primeros trajes fueron hechos por nosotros mismos con telas básicas, jugando con los colores rojo y blanco. Cada uno elaboraba su propia ropa, no se tenían bordados, pero eso sí, no podía faltar el chicote en la mano.
En familia nos juntamos primero, ese tiempo la gente no quería nada de bailar o tocar, ha costado por eso incursionar con este baile por que en ese tiempo la entrada del Gran Poder era sinónimo de borrachera, de gente baja, donde participaban cargadores, canillitas y bordadores incluso”, recuerda Carlos.
Ya para el año 1973, los hermanos no eran los únicos en la Fraternidad, sino ahora ocupaban el lugar de guías estando siempre delante de los demás bailarines. En este tiempo contagiaron su gusto por este baile y los pasos fueron ganando popularidad, por lo que más gente se les sumó. Así empezaron a ganar el premio mayor, que por ese entonces era un trofeo que tenía en su parte superior un topo del oro más puro de Bolivia.
[caption id="attachment_214651" align="aligncenter" width="683"] La directora del Ballet Sudamericano, Gabriela Díaz, junto a Carlos Estrada[/caption]
En el año 1975 empezaron a surgir subagrupaciones, a partir de la salida de bailarines que crearon sus propias fraternidades con la misma danza, algunas de ellas aún vigentes en la actualidad. Pero a medida que unos se iban, nuevas personas llegaban, incluso se integraron fraternidades del interior de Bolivia, movidos por la llamativa vestimenta y la alegría que irradiaban los bailarines, por lo que continuaron sumando trofeos en cinco oportunidades más.
Así al transcurrir los años la danza Caporal pasó a ser parte de las muestras culturales bolivianas, y los hermanos Estrada Pacheco lograron en vida recibir el reconocimiento de su creación, con homenajes del Ministerio de Culturas que nombró al baile impulsado por ellos, Patrimonio Cultural de Bolivia. Pese a ello, Carlos asegura que él se siente como una persona común, que junto a sus hermanos ha aportado con un estilo que denomina “neo folklore”, ya que no es de data antigua, algo que a lo mejor es lo que atrae a tantos jóvenes en todo el país e incluso en el mundo.
“No teníamos en mente que tanto iba a ampliarse la danza, pero ya está implantada a nivel mundial, lo único que queremos es que se reconozca su origen, pues muchos bailan sin conocimiento de la historia que estoy contando, solamente porque el movimiento les da alegría. Esto nació en la zona Chijini que ahora le llaman zona del Gran Poder. Agradezco al ballet Sudamericano dirigido por Domingo y Gabrielita que me invitaron a Tarija para profundizar en esta danza como maestros; todos deben buscar el conocimiento desde la raíz más, si es un baile boliviano”, manifestó el entrevistado.
Él actualmente funge como jurado calificador en los distintos certámenes y competencias de la danza Caporal que se practica en todo el mundo, una de ellas ganada por el Ballet Sudamericano de Tarija. Su más reciente actividad fue participar en la consolidación de la danza dentro del libro de Récord Guinnes, que se gesta desde la Casa del Folklore de Argentina y la Organización Boliviana de Defensa del Floklore (OBDEFO). El presente reportaje, va dedicado a Jorge Estrada Pacheco, fallecido en mayo del presente año.
Apuntes sobre el tema
Una anécdota
Cuenta Carlos que en el año 1994 llegó a ser presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de La Paz. Para ese entonces explica que el largo de la pollera que usaban las mujeres “había subido demasiado”, pero al querer reglamentar este atuendo recibió duras críticas que por poco lo alejan de su cargo.
Preservar orígenes
En muchos lugares según su creador, la danza del Caporal está siendo distorsionada, más para tener un carácter de show. En este punto Carlos encomienda que debería buscarse que el baile sea nuevamente originario, al menos en su significado y en la devoción que debe sentir quien lo ejecute ante el Señor del Gran Poder.
100% Boliviano
La danza del Caporal es la genuina expresión de la transformación social que ha evolucionado a pasos gigantescos contagiosos por su ritmo, por su expresión cultural y la demostración de la belleza en la vestimenta. Sin embargo, en la actualidad se disputa su autoría con Perú: “Nunca vamos a ser egoístas, pero el Caporal es 100% boliviano”, asegura Carlos.