Venta de lácteos disminuye un 35% por causa de contrabando
El contrabando de productos lácteos que ingresa a la ciudad de Tarija proveniente de Argentina ocasionó la desplome de un 35 por ciento en la venta de productos locales. El sector se encuentra alerta y convocó a las autoridades para analizar el tema, anunció Leonardo Barrón Llanos,...
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El contrabando de productos lácteos que ingresa a la ciudad de Tarija proveniente de Argentina ocasionó la desplome de un 35 por ciento en la venta de productos locales. El sector se encuentra alerta y convocó a las autoridades para analizar el tema, anunció Leonardo Barrón Llanos, presidente de la Federación Departamental de Productores de Leche de Tarija.
Según datos del censo lechero realizado por el Servicio Departamental Agropecuario (Sedag), se conoce que 866 familias del valle central de Tarija, se dedican a la crianza de vacas lecheras y a la venta del producto. Estas familias producen alrededor de 50.000 litros de leche por día. La producción nacional se encuentra en 60 litros per cápita.
El movimiento económico de los productores lecheros de Tarija es de 29 millones de bolivianos en el fluyo directo por la venta de leche y productos derivados. Sin embargo, la problemática del contrabando persiste. Después de la caída del peso argentino y la crisis económica que golpea al país vecino, el ingreso de productos de contrabando a Bolivia colapsó el mercado local, sobre todo en productos lácteos.
“El contrabando de productos lácteos está mermando el consumo interno y afectando la economía de la región. Cada día vemos como ingresa leche, quesos, yogurt y otros derivados. Esto afecta a la industria porque se trata de recursos que no se reinvierten dentro del departamento”, explicó Barrón.
Cualquier ciudadano y autoridad, puede percatar la existencia de esos productos en los supermercados, tiendas de barrio, puestos ambulantes, ferias y demás flujos de compra y venta, que la población los prefiere. El precio, la variedad y la costumbre de preferir un producto extranjero hace que los habitantes sigan comprándolos, pero no se toma en cuenta el riesgo que significa para los empresarios y productoras de leche.
El trabajo conjunto entre instituciones será un factor importante, afirmó Barrón. “La Aduana y otro tipo de controles departamentales y municipales deberán involucrarse para crear barreras de control en las fronteras para no permitir el ingreso de productos de contrabando y garantizar la venta a los productores locales que invierten recursos y esfuerzos, además de posibilitar la generación de fuentes laborales”.
Mientras, desde el Beni, en el día de la Leche que se celebra cada 26 de octubre, los productores elaboraron un queso gigante de 466 kilos para el cual se utilizaron 4.300 litros de leche. El secretario departamental del Beni de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Ignacio Franco, celebró en coordinación con otras instituciones y productores pecuarios este aniversario e instó a consumir la producción nacional.
Según datos del censo lechero realizado por el Servicio Departamental Agropecuario (Sedag), se conoce que 866 familias del valle central de Tarija, se dedican a la crianza de vacas lecheras y a la venta del producto. Estas familias producen alrededor de 50.000 litros de leche por día. La producción nacional se encuentra en 60 litros per cápita.
El movimiento económico de los productores lecheros de Tarija es de 29 millones de bolivianos en el fluyo directo por la venta de leche y productos derivados. Sin embargo, la problemática del contrabando persiste. Después de la caída del peso argentino y la crisis económica que golpea al país vecino, el ingreso de productos de contrabando a Bolivia colapsó el mercado local, sobre todo en productos lácteos.
“El contrabando de productos lácteos está mermando el consumo interno y afectando la economía de la región. Cada día vemos como ingresa leche, quesos, yogurt y otros derivados. Esto afecta a la industria porque se trata de recursos que no se reinvierten dentro del departamento”, explicó Barrón.
Cualquier ciudadano y autoridad, puede percatar la existencia de esos productos en los supermercados, tiendas de barrio, puestos ambulantes, ferias y demás flujos de compra y venta, que la población los prefiere. El precio, la variedad y la costumbre de preferir un producto extranjero hace que los habitantes sigan comprándolos, pero no se toma en cuenta el riesgo que significa para los empresarios y productoras de leche.
El trabajo conjunto entre instituciones será un factor importante, afirmó Barrón. “La Aduana y otro tipo de controles departamentales y municipales deberán involucrarse para crear barreras de control en las fronteras para no permitir el ingreso de productos de contrabando y garantizar la venta a los productores locales que invierten recursos y esfuerzos, además de posibilitar la generación de fuentes laborales”.
Mientras, desde el Beni, en el día de la Leche que se celebra cada 26 de octubre, los productores elaboraron un queso gigante de 466 kilos para el cual se utilizaron 4.300 litros de leche. El secretario departamental del Beni de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Ignacio Franco, celebró en coordinación con otras instituciones y productores pecuarios este aniversario e instó a consumir la producción nacional.