Hiperactividad: más que un problema de conducta, un trastorno que alerta
“Es muy activo”, “tiene demasiada energía”, “es inquieto”… son algunas de las atribuciones que los padres le hacen al comportamiento de sus hijos, sin embargo esto va más allá de una simple conducta, pues se trata de una patología llamada Trastorno por Déficit de Atención e...



“Es muy activo”, “tiene demasiada energía”, “es inquieto”… son algunas de las atribuciones que los padres le hacen al comportamiento de sus hijos, sin embargo esto va más allá de una simple conducta, pues se trata de una patología llamada Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y si no es detectada y tratada a tiempo puede acarrear consecuencias muy serias para el futuro del niño o niña.
Éste es un padecimiento que afecta a uno de cada 20-30 niños durante la etapa escolar, quienes manifiestan un exceso de actividad motora, distracción y un comportamiento compulsivo, según un tríptico de información del Instituto Nacional de Drogodependencias y Salud Mental (INTRAID) en Tarija.
Esta institución, atiende al mes un promedio de 30 casos de niños con el TDAH. Para ser más precisos, de 674 pacientes atendidos en septiembre, 37 fueron casos de niños con este trastorno.
Mariana Cardozo, quien trabajó durante muchos años como educadora de niños de diferentes edades, cuenta cómo algunos de ellos eran extremadamente ‘inquietos’. “Ni siquiera podían comer tranquilos, se levantaban de la mesa, se movían de un lado al otro, molestaban a sus compañeritos, gritaban, realmente era complicado atenderlos”, recuerda.
Ni la educadora ni sus padres se percataron de que los niños sufrían de un trastorno, y así como estos casos hay muchos otros que no son advertidos ni en el seno familiar ni en la escuela, razón por la cual estos niños crecen con esta patología, misma que no se atenúa con el pasar de los años, sino que se va transformando en otro tipo de padecimientos.
Doña Teresa nunca se imaginó que su hija podía tener algún tipo de trastorno. Ella cuenta que su niña, de tan sólo cuatro años nunca puede estar tranquila, está moviéndose todo el tiempo o intentando hacer alguna actividad.
“Mi niña realmente es demasiado activa, tiene energía hasta por los codos, trato de calmarle pero simplemente no entiende. No sé si eso es bueno o malo, pero sí sé que me agota”, relata.
Profesionales
Al respecto, la directora del Intraid, Raquel Caero, explica que el TDAH tiene una base biológica, es decir hay un desequilibrio en la sustancia del cerebro, específicamente la dopamina. En ese sentido, se puede hablar de causas hereditarias de padres a hijos, pero en algunas ocasiones no se tiene este factor y aparece de repente en la familia, razón por la cual se puede presumir otros factores incluso ambientales.
“El TDAH incluso se podría ir manifestando antes del nacimiento, por ejemplo en mamás recuerdan y dicen: ‘claro, este mi hijo se movía mucho más que los otros, era terrible’”.
Pero cuando se visibiliza más la sintomatología, es en la época escolar. Los profesores son los que advierten y dan la llamada de atención, porque en comparación al resto hay niños más hiperactivos.
“Un altísimo porcentaje de los casos que atendemos aquí es porque los profesores han insistido o inclusive han obligado a que los padres vengan a recibir una atención médica”, explica Caero.
Síntomas
El sitio web TDAH muestra tres tipos de síntomas que se manifiestan respecto a esta patología, tal es el caso de la impulsividad, la hiperactividad y la falta de atención.
En cuanto a la hiperactividad, indica que es probablemente es uno de los síntomas más fáciles de reconocer por su evidencia y por ser el más conocido por el público en general. En este marco, quien lo padece se caracteriza porque se mueve en momentos en los que no resulta adecuado; le cuesta permanecer quieto cuando es necesario; habla en exceso; hace ruidos constantemente, incluso en actividades tranquilas.
A su vez tiene dificultad para relajarse; cambia de actividad sin finalizar ninguna; y tiene falta de constancia. La hiperactividad puede manifestarse de forma distinta en las diferentes etapas de la vida, aunque la descripción de los síntomas sí que permanece igual para niños y adultos.
Respecto al déficit de atención, los síntomas son quizá los más difíciles de percibir en edades infantiles. Quienes lo padecen se caracterizan por tener dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado; no prestan atención a los detalles; presentan dificultades para finalizar tareas; les cuesta escuchar; seguir órdenes e instrucciones; es desorganizado en sus tareas y actividades.
También suele perder u olvidar objetos; se distrae con facilidad; no concluye lo que empieza; evita las actividades que requieren un nivel de atención sostenido; cambia frecuentemente de conversación; presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos.
Inicio, según los profesionales en el área, el déficit de atención suele aparecer generalmente cuando se inicia la etapa escolar, debido a que se requiere una actividad cognitiva más compleja. Por lo general, persiste de forma significativa durante la adolescencia y la edad adulta.
Finalmente está la impulsividad, el síntoma menos frecuente de los tres síntomas nucleares del TDAH. La persona que padece impulsividad se caracteriza por ser impaciente; tener problemas para esperar su turno; no piensa antes de actuar; interrumpe constantemente a los demás; tiene respuestas prepotentes: espontáneas y dominantes. Pero además tiende a “toquetearlo” todo y suele tener conflictos con los adultos-
La impulsividad se refiere fundamentalmente a la dificultad para pensar las cosas antes de actuar. Esto supone un gran problema, ya que el paciente puede ponerse en peligro y vivir situaciones conflictivas principalmente en la edad adulta.
Consecuencias
La directora del Intraid, Raquel Caero, explica que este trastorno es grave porque el niño llega a ser como el ‘chivo expiatorio’ del curso, ya que es víctima de prejuicios, de castigos frecuentes, desprecio, estigmatización, etc.
“Es víctima de constantes llamadas de atención y esto definitivamente repercute en su comportamiento, no es que esté asociado a la dificultad de aprendizaje, sino que no puede concentrarse”, señala la directora.
Si no se hace un tratamiento adecuado los niños pueden tener problemas de afectividad, depresión, aislamiento o rebeldía.
“Cuando sobrepasan la etapa de la adolescencia o llegar a la adultez podemos seguir teniendo personas hiperactivas, no en la medida en que ‘están trepando paredes’, pero les sigue costando y sigue marcando su vida”, dice.
Si no se trata a tiempo el TDAH existe una alta probabilidad de que la persona tenga problemas de conducta, de límites y se vea expuesta a situaciones de riesgo como consumo de sustancias, conductas inclusive delincuenciales”, refiere.
El tratamiento
El tratamiento debe ser integral, es decir, en equipo. En primera instancia los padres y profesores deben aceptar la condición del niño. Deben aplicarse estrategias psicopedagógicas adecuadas para el mejor desenvolvimiento educacional.
La directora del Intraid explica que los padres deben hacer terapia cognitivo-conductual porque “si el padre cambia, el niño también lo hará”.
En cuanto a la psiquiatría se debe hacer estudios complementarios, y sino advierten un problema se acude a los fármacos.
El Intraid carece de infraestructura
Los años pasan y hasta la fecha la Gobernación de Tarija no prioriza la construcción de una nueva infraestructura hospitalaria para el Intraid.
A esta institución no sólo llegan personas de este departamento, sino también de los poblados cercanos de Potosí y parte de Chuquisaca.
Al respecto la directora del Intraid indica que de la Gobernación les informaron que al no contar con recursos económicos suficientes, no se prevé un proyecto de tal envergadura como lo es la construcción de un centro de salud mental para Tarija. No obstante, tampoco se proyecta la ampliación de la actual edificación.
“La infraestructura es la que nos merma en la calidez de atención a los pacientes. Estamos ahora en época de lluvias y en algunos de nuestros ambientes llueve más adentro que afuera. Eso realmente dificulta nuestro trabajo porque tenemos que sacar a los pacientes de ese ambiente, eso genera mucha incomodidad para el personal y para los pacientes”, expresa Caero.
En cuanto a los internados, la situación es más difícil de resolver, ya que tan sólo existen 32 camas, es así que cuando colapsa la demanda, deben dar de alta al paciente que esté mejor (aunque no recuperado del todo) y continuar con un tratamiento externo.
En enero de 2017 el director de Obras Públicas de la Gobernación, Raúl Guzmán, dijo que el proyecto estaba inscrito dentro del Plan Operativo Anual (POA) 2017, por lo que se esperaba que a mediados esa gestión se inicie el proceso de contratación de la empresa ejecutora, sin embargo hasta la fecha no se consolidó nada de aquello.
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Éste es un padecimiento que afecta a uno de cada 20-30 niños durante la etapa escolar, quienes manifiestan un exceso de actividad motora, distracción y un comportamiento compulsivo, según un tríptico de información del Instituto Nacional de Drogodependencias y Salud Mental (INTRAID) en Tarija.
Esta institución, atiende al mes un promedio de 30 casos de niños con el TDAH. Para ser más precisos, de 674 pacientes atendidos en septiembre, 37 fueron casos de niños con este trastorno.
Mariana Cardozo, quien trabajó durante muchos años como educadora de niños de diferentes edades, cuenta cómo algunos de ellos eran extremadamente ‘inquietos’. “Ni siquiera podían comer tranquilos, se levantaban de la mesa, se movían de un lado al otro, molestaban a sus compañeritos, gritaban, realmente era complicado atenderlos”, recuerda.
Ni la educadora ni sus padres se percataron de que los niños sufrían de un trastorno, y así como estos casos hay muchos otros que no son advertidos ni en el seno familiar ni en la escuela, razón por la cual estos niños crecen con esta patología, misma que no se atenúa con el pasar de los años, sino que se va transformando en otro tipo de padecimientos.
Doña Teresa nunca se imaginó que su hija podía tener algún tipo de trastorno. Ella cuenta que su niña, de tan sólo cuatro años nunca puede estar tranquila, está moviéndose todo el tiempo o intentando hacer alguna actividad.
“Mi niña realmente es demasiado activa, tiene energía hasta por los codos, trato de calmarle pero simplemente no entiende. No sé si eso es bueno o malo, pero sí sé que me agota”, relata.
Profesionales
Al respecto, la directora del Intraid, Raquel Caero, explica que el TDAH tiene una base biológica, es decir hay un desequilibrio en la sustancia del cerebro, específicamente la dopamina. En ese sentido, se puede hablar de causas hereditarias de padres a hijos, pero en algunas ocasiones no se tiene este factor y aparece de repente en la familia, razón por la cual se puede presumir otros factores incluso ambientales.
“El TDAH incluso se podría ir manifestando antes del nacimiento, por ejemplo en mamás recuerdan y dicen: ‘claro, este mi hijo se movía mucho más que los otros, era terrible’”.
Pero cuando se visibiliza más la sintomatología, es en la época escolar. Los profesores son los que advierten y dan la llamada de atención, porque en comparación al resto hay niños más hiperactivos.
“Un altísimo porcentaje de los casos que atendemos aquí es porque los profesores han insistido o inclusive han obligado a que los padres vengan a recibir una atención médica”, explica Caero.
Síntomas
El sitio web TDAH muestra tres tipos de síntomas que se manifiestan respecto a esta patología, tal es el caso de la impulsividad, la hiperactividad y la falta de atención.
En cuanto a la hiperactividad, indica que es probablemente es uno de los síntomas más fáciles de reconocer por su evidencia y por ser el más conocido por el público en general. En este marco, quien lo padece se caracteriza porque se mueve en momentos en los que no resulta adecuado; le cuesta permanecer quieto cuando es necesario; habla en exceso; hace ruidos constantemente, incluso en actividades tranquilas.
A su vez tiene dificultad para relajarse; cambia de actividad sin finalizar ninguna; y tiene falta de constancia. La hiperactividad puede manifestarse de forma distinta en las diferentes etapas de la vida, aunque la descripción de los síntomas sí que permanece igual para niños y adultos.
Respecto al déficit de atención, los síntomas son quizá los más difíciles de percibir en edades infantiles. Quienes lo padecen se caracterizan por tener dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado; no prestan atención a los detalles; presentan dificultades para finalizar tareas; les cuesta escuchar; seguir órdenes e instrucciones; es desorganizado en sus tareas y actividades.
También suele perder u olvidar objetos; se distrae con facilidad; no concluye lo que empieza; evita las actividades que requieren un nivel de atención sostenido; cambia frecuentemente de conversación; presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos.
Inicio, según los profesionales en el área, el déficit de atención suele aparecer generalmente cuando se inicia la etapa escolar, debido a que se requiere una actividad cognitiva más compleja. Por lo general, persiste de forma significativa durante la adolescencia y la edad adulta.
Finalmente está la impulsividad, el síntoma menos frecuente de los tres síntomas nucleares del TDAH. La persona que padece impulsividad se caracteriza por ser impaciente; tener problemas para esperar su turno; no piensa antes de actuar; interrumpe constantemente a los demás; tiene respuestas prepotentes: espontáneas y dominantes. Pero además tiende a “toquetearlo” todo y suele tener conflictos con los adultos-
La impulsividad se refiere fundamentalmente a la dificultad para pensar las cosas antes de actuar. Esto supone un gran problema, ya que el paciente puede ponerse en peligro y vivir situaciones conflictivas principalmente en la edad adulta.
Consecuencias
La directora del Intraid, Raquel Caero, explica que este trastorno es grave porque el niño llega a ser como el ‘chivo expiatorio’ del curso, ya que es víctima de prejuicios, de castigos frecuentes, desprecio, estigmatización, etc.
“Es víctima de constantes llamadas de atención y esto definitivamente repercute en su comportamiento, no es que esté asociado a la dificultad de aprendizaje, sino que no puede concentrarse”, señala la directora.
Si no se hace un tratamiento adecuado los niños pueden tener problemas de afectividad, depresión, aislamiento o rebeldía.
“Cuando sobrepasan la etapa de la adolescencia o llegar a la adultez podemos seguir teniendo personas hiperactivas, no en la medida en que ‘están trepando paredes’, pero les sigue costando y sigue marcando su vida”, dice.
Si no se trata a tiempo el TDAH existe una alta probabilidad de que la persona tenga problemas de conducta, de límites y se vea expuesta a situaciones de riesgo como consumo de sustancias, conductas inclusive delincuenciales”, refiere.
El tratamiento
El tratamiento debe ser integral, es decir, en equipo. En primera instancia los padres y profesores deben aceptar la condición del niño. Deben aplicarse estrategias psicopedagógicas adecuadas para el mejor desenvolvimiento educacional.
La directora del Intraid explica que los padres deben hacer terapia cognitivo-conductual porque “si el padre cambia, el niño también lo hará”.
En cuanto a la psiquiatría se debe hacer estudios complementarios, y sino advierten un problema se acude a los fármacos.
El Intraid carece de infraestructura
Los años pasan y hasta la fecha la Gobernación de Tarija no prioriza la construcción de una nueva infraestructura hospitalaria para el Intraid.
A esta institución no sólo llegan personas de este departamento, sino también de los poblados cercanos de Potosí y parte de Chuquisaca.
Al respecto la directora del Intraid indica que de la Gobernación les informaron que al no contar con recursos económicos suficientes, no se prevé un proyecto de tal envergadura como lo es la construcción de un centro de salud mental para Tarija. No obstante, tampoco se proyecta la ampliación de la actual edificación.
“La infraestructura es la que nos merma en la calidez de atención a los pacientes. Estamos ahora en época de lluvias y en algunos de nuestros ambientes llueve más adentro que afuera. Eso realmente dificulta nuestro trabajo porque tenemos que sacar a los pacientes de ese ambiente, eso genera mucha incomodidad para el personal y para los pacientes”, expresa Caero.
En cuanto a los internados, la situación es más difícil de resolver, ya que tan sólo existen 32 camas, es así que cuando colapsa la demanda, deben dar de alta al paciente que esté mejor (aunque no recuperado del todo) y continuar con un tratamiento externo.
En enero de 2017 el director de Obras Públicas de la Gobernación, Raúl Guzmán, dijo que el proyecto estaba inscrito dentro del Plan Operativo Anual (POA) 2017, por lo que se esperaba que a mediados esa gestión se inicie el proceso de contratación de la empresa ejecutora, sin embargo hasta la fecha no se consolidó nada de aquello.
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