“Hay que forjar unidad electoral suficiente pero coherente para gobernar”
Juan del Granado es algo más que un exalcalde de La Paz; su compromiso político y su papel en la lucha por la sentencia del dictador Luis García Mesa lo convirtió en un referente para la izquierda y con el paso de los años, se ha consolidado como referencia también en la lucha por las...



Juan del Granado es algo más que un exalcalde de La Paz; su compromiso político y su papel en la lucha por la sentencia del dictador Luis García Mesa lo convirtió en un referente para la izquierda y con el paso de los años, se ha consolidado como referencia también en la lucha por las libertades y la democracia. Apartado de la primera línea, su antigua alianza con Evo Morales le da perspectiva para analizar la deriva de un proceso que, según sus palabras, abandonó el contenido de izquierda hace ya bastantes años. En un momento de tensión electoral y nervios y sin espacios para la renovación del proyecto estatal por la izquierda, Juan del Granado recomienda a los líderes no solo buscar la victoria en las ánforas sino asegurar contenidos mínimos para un cambio institucional en el país, una especie de transición que a su criterio, podría conducir Carlos Mesa, sin que eso signifique que debe forjarse un frente único a como dé lugar. De esto y mucho más conversó con El País y este es el resultado.
El País (EP) Hoy está con nosotros Juan del Granado, ex alcalde de la Paz y un referente en la izquierda boliviana. Está divulgando su última edición del libro sobre la sentencia de García Mesa justo en un momento en el que se habla mucho de democracia en Bolivia. Dígame ¿Dictaduras eran las de antes?
Juan del Granado (JdG).- Es la segunda edición después de 25 años de una sentencia histórica para el país y que contiene claro el alegato, nos pareció que cabía una segunda edición porque la primera edición de cinco mil ejemplares se agotó en pocos meses. Es el juicio que tiene que ver con un hecho histórico pero no es necesariamente un libro de historia, es una relación de un hecho jurídico – político de gran actualidad en un momento en el que la Justicia está en tinieblas. La sentencia de hace 25 años fue de un momento luminoso de la historia judicial boliviana que ojala nos alumbre un poco en las tinieblas judiciales que vivimos hoy en día, pero además es un libro que contiene un documento que sentó un precedente en la democracia en contra de las dictaduras, en un momento en el que no hay dictadura, pero la calidad democrática puede estar en tela de juicio, por el autoritarismo, por el prorroguismo, por la situación difícil en que está viviendo el país en este momento. Ese es el sentido de la segunda edición que estamos divulgando por todo el país.
EP.- Usted fue aliado del Movimiento Al Socialismo ¿Cómo ve la deriva del presidente?
JdG.- El 17 de octubre de 2003, hace 15 años, se cerró un ciclo de manera cruenta, el de la democracia pactada y el neoliberalismo, que después de 20 años se cerró porque no le resolvió los problemas a la gente. Y después de una transición breve llegó al poder Evo Morales a través del voto popular. Y abrió otro ciclo, un momento de gran esperanza, de gran expectativa, de reformulación de las políticas estatales. Yo fui parte de esa esperanza con el Movimiento Sin Miedo, que fue el partido que yo dirigía, yo era alcalde de La Paz. Eramos parte de una visión que encarnaba Evo Morales en la perspectiva de la renovación y de un nuevo ciclo que sí resolviera los problemas de la gente.
Han pasado 13 años, y después de quince años de esos hechos cruentos que cerraron un ciclo, estamos cerrando otro, el del propio de Evo Morales, estoy con el convencimiento de que esta fase estatal que puede calificarse de populista, se ha agotado por muchas razones, por muchas decisiones. Y después de quince años toca otra vez cambiar el ciclo estales en Bolivia y esa renovación de los ciclos estatales no solo está enfrentado con un régimen que ha desvirtuado los contenidos iniciales, sino que se ha planteado el prorroguismo, la continuidad indefinida de un gobierno al margen de la propia Constitución. Estos son los hechos que dan cuenta de lo que estamos viviendo hoy día.
EP.- El presidente Morales habló en San Lorenzo y dio por cumplida la agenda de Octubre. Existe la sensación de que se han ido perdiendo banderas por el camino más que superándolas ¿Qué banderas son las que ha ido perdiendo el MAS que cree son importantes de recuperar?
JdG.- Mira la agenda de octubre tenía dos columnas expresadas en consignas que daban cuenta de la necesidad de los cambios profundos en el país. El primero era el de la recuperación de los recursos naturales con motivo del gas, que devino luego en la llamada nacionalización. El otro punto era la Asamblea Constituyente, la necesidad de reformular toda la estructura institucional del país ante una nueva realidad, que era necesario construirla.
Es muy difícil decir que se ha cumplido pero no se puede desconocer que ese fue el impulso exitoso del proceso. Al cabo de trece años hablar de la recuperación de los recursos nacionales es exagerar los alcances de una política estatista que no ha abarcado a todas las esferas del país. La minería del país está en un 80% en manos privadas, entre la gran empresa privada minera y los cooperativistas, que no son estatales; los recursos agropecuarios están basados en la inversión de privados, y el rol del Estado se ha ampliado y consolidado en los hidrocarburos y algunas otras áreas pero desde una visión estatista no productiva de los hidrocarburos.
La Asamblea constituyente produjo una Constitución Política del Estado con sus luces y sus sombras, pero está lejos de cumplirse la Constitución. Además la Constitución culminó un largo proceso de deliberación ciudadana, que una vez aprobada cortó ese proceso de deliberación, más aún desde una visión hegemonista, autoritaria, contraria a la disidencia, contraria por tanto a la deliberación. Hoy día el desafío es precisamente que se cumpla la Constitución, fíjate tú la contradicción, una Constitución que se la aprobó en una Asamblea Constituyente primero y ratificada por un referéndum popular con el 61% hoy está siendo desconocida por sus promotores, en un componente esencial que es la alternancia en los cargos, la renovación de los cargos estatales, la no reelección indefinida.
EP.- ¿Qué papel juega exactamente en Sol.bo? ¿Cómo está su relación con Luis Revilla?
JdG.- Yo no soy militante de ninguna organización política. Con Lucho muy bien, es parte o fue parte de esa construcción institucional y política que llevamos desde el año 2000 en La Paz y en buena parte del país, en lo político estaba signada en el Movimiento Sin Miedo que ganó la alcaldía de La Paz y otras en el país. En ese sentido Lucho es la continuidad de esa institucionalidad que construimos y sin duda la renovación también de ella. En ese sentido yo soy muy próximo a Lucho, pero mi rol ya no es de dirigente, de militante, de candidato. Es un rol de acompañamiento, de apoyo, es una relación muy fluida, muy positiva con el alcalde de La Paz.
EP.- Escuchamos a Revilla hablar de una alternativa por la izquierda al Movimiento Al Socialismo, usted lo intento en 2014 y le fue mal. ¿Hay realmente espacio?
JdG.- No es fácil en este momento plantear al país una visión renovada desde la izquierda, como es imposible plantear al país una renovación desde los sectores conservadores, por las complejidades de este proceso, que arrancó con mucha fuerza desde la izquierda, pero hace bastante tiempo dejó atrás los contenidos de cambio, de transformación, de ética, de política, productiva de lo que debió ser la izquierda, pero de ninguna manera podemos retornar al pasado a la visión conservadora, de los sectores reaccionarios, los neoliberales.
Lo que tenemos que ser parte es de una articulación democrática que nos permita derrotar el prorroguismo del populismo autoritario que encarna Evo Morales - no podemos quedarnos como estamos - pero que al mismo tiempo nos impida retornar a las viejas posiciones conservadoras. Esto podrá catalogarse de izquierda o de derecha, difícil, es más bien una visión democrática que está viendo la posibilidad de una renovación estatal más integral, con todos los contenidos de los principios básicos.
EP.- ¿Cree en esto de una alianza única de oposición, de una única alternativa?
JdG.- No, una opción alternativa, que tenemos que construirla, tiene la tarea de forjar una unidad suficiente para derrotar electoralmente al MAS, pero al mismo tiempo tiene la misión de formar la unidad coherente para una gestión gubernamental inmediatamente posterior. Se ganan elecciones pero no necesariamente con esa victoria se pueden garantizar la consistencia de un Gobierno para la consecución del objetivo público.
La unidad no es solo para la pugna electoral, es fundamental para la gestión estatal y no vamos a volver al tiempo de las megacoaliciones, o como se dice en nuestro medio, las juntuchas que se reúnen para tener victorias electorales, cuotearse el poder y finalmente fracasar en la gestión que necesita contenidos, objetivos de mediano y largo plazo y no se van a obtener en estas unidades policromáticas tan amplias.
EP.- ¿Cree que hay tiempo para forjar esa unidad coherente?
JdG.- La forja de alternativas no obedece a calendarios electorales. Son la culminación de un proceso de acumulación previa, creo que eso se ha producido en el país, no necesariamente a la cabeza de una formación política que haya liderado ese proceso y haya fijado los contenidos de esa acumulación, pero el propio vaciamiento de la formulación estatal del MAS ha generado los elementos básicos para una visión distinta que en este momento se puede resumir en una visión integral de renovación. Necesitamos renovación ética, frente a la sostenida y expansiva presencia de la corrupción; necesitamos una renovación de la visión productiva frente a la visión estatista extractivista que no ha podido diversificar la economía. Necesitamos una vigorosa renovación democrática para el restablecimiento pleno de las libertades frente al autoritarismo. Necesitamos una visión de renovación institucional para rstablecer la vigencia de la Constitución, la independencia de poderes, del cambio radical de la administración de la Justicia; necesitamos una renovación de la visión indígena originarias para efectivamente lograr niveles verdaderos de inclusión. No es parte de una formulación que se esté debatiendo en una unidad electoral de la oposición, es parte de un proceso de acumulación que debe formularse ahora de una manera programática y que tiene ojalá que rematar en una propuesta electoral.
EP.- ¿Qué pasos concretos recomendaría a la oposición?
JdG.- Los liderazgos, respetables todos, tienen posibilidades diferentes. Está perfilándose nuestro expresidente Carlos Mesa, como liderazgo con mayores posibilidades de articular esta unidad diversa, compleja, no indiscriminada, suficiente para ganar esta pugna electoral tan difícil y yo creo que también suficiente para tener la coherencia necesaria para encarar una propuesta gubernamental. Van a haber posiblemente otros candidatos, Samuel Doria Medina, Víctor Hugo Cárdenas es otra posibilidad, se lo están planteando, la democracia supone la diversidad eso, yo nunca he sido partidario del uniquismo sabiendo que necesitamos forjar las unidades mayores en su alcance territorial, social, ciudadanos, políticos, pero con los únicos límites de no afectar la coherencia de lo que después va a ser una gestión electoral si es que la victoria nos es otorgada
EP.- ¿Me está diciendo que Carlos Mesa es la alternativa que necesita el país?
JdG.- Yo creo que es la persona que puede articular estas visiones de renovación, estas visiones que pueden expresar un momento de relanzamiento de las energías del país producidas por el agotamiento del ciclo estatal que encabeza Evo Morales.
EP.- Desde la proximidad con Luis Revilla, ¿qué es lo que le está recomendando?
JdG.- Ser parte de esta articulación, de una propuesta de renovación, generar las condiciones para una victoria electoral, la fuerza de Lucho y Sol.bo es evidente en el occidente, la trascendencia de su mensaje creo es importante en el resto del país y creo que es esencial una articulación como la que se está planteando.
EP.- ¿Cree que falta una propuesta para la articulación autonomista a un proyecto estatal alternativo a Evo Morales?
JdG.- No sé si se trata de una articulación autonomista, pero hay un elemento esencial en la articulación electoral victoriosa que son las regiones, un componente esencial son las plataformas ciudadanas, ante la emergencia que se ha generado por la insuficiente representación de los partidos, pero es evidente que se necesita una articulación con lo popular, con lo indígena, con lo sindical, es una articulación ciudadana. Yo creo que Sol.bo, Lucho, y otras fuerzas pueden contribuir a ese tipo de articulaciones.
EP.- Normalmente empezamos estas entrevistas con el resumen de la vida política. En su trayectoria ¿Qué es lo que más destacaría?
JdG.- Yo he tenido dos momentos trascedentes en mi vida pública, política, una de ellas es el juicio de responsabilidades de García Meza, fue una acción no partidaria pero sin duda fue una acción política de gran trascendencia. Fueron diez años en los que dejé la militancia porque no podía estar a nombre de un partido sentado en el Tribunal Supremo enjuiciando al dictador. Yo estaba representando a las víctimas de la dictadura, a la COB, al sistema universitario, pero creo que mi aporte en esa larga trayectoria jurídica fue significativo para lograr esta sentencia esencial para la vida democrática en el país. El otro momento, mucho más político, pero dominantemente significativo fue mi gestión al frente de la Alcaldía de La Paz durante diez años. Yo recibí una alcaldía quebrada, cuoteada, asaltada por los partidos tradicionales, en consecuencia una ciudad abandonada a su suerte y los primeros dos, tres años estuvieron destinados al saneamiento, también ético y moral, había que acabar con la corrupción. Destinamos los esfuerzos primeros en establecer las reglas del juego, allí cada uno hacía lo que quería, y sobre todo había que lograr el saneamiento financiero. Lo logramos, los primeros dos tres años y con eso acabamos la primera gestión, recibimos un respaldo ciudadano y en la segunda gestión ya empezamos con una credibilidad restablecida, iniciamos la tarea de la transformación de la ciudad, los grandes proyectos, la equidad urbana, los barrios de verdad, los grandes proyectos de educación, de salud, de seguridad ciudadana, de protección del medio ambiente, en fin, este ha sido otro momento.
EP.- Le pido dos pronósticos; uno sobre lo que pasará en las primarias, si habrá un solo frente de oposición o habrá varios
JdG.- Yo creo que habrá varios, pero no descarto la posibilidad de que ante la consolidación de una alternativa como la que podría encabezar Carlos Mesa, los otros candidatos desistan de presentarse, pero es probable que ellos persistan en una visión distinta a la que se puede consolidar de renovación y eso podría aparejar dificultades numéricas en el momento del conteo de los votos.
EP.- El segundo sería ¿qué cree que va a pasar en octubre de 2019?
JdG.- Es probable que si tenemos más de dos candidatos, vamos a suponer que va a persistir la violación de la Constitución y va a persistir la candidatura de Evo Morales frente a lo que dice la Constitución vamos a tenerla esa por un lado, y la otra candidatura fuerte y vigorosa que la puede encabezar Carlos Mesa, y si hubiera otras candidaturas menores en la vereda de la oposición democrática es posible que vayamos a una segunda vuelta, y en una segunda vuelta creo que puede definirse claramente el futuro del país en función de la renovación.
El País (EP) Hoy está con nosotros Juan del Granado, ex alcalde de la Paz y un referente en la izquierda boliviana. Está divulgando su última edición del libro sobre la sentencia de García Mesa justo en un momento en el que se habla mucho de democracia en Bolivia. Dígame ¿Dictaduras eran las de antes?
Juan del Granado (JdG).- Es la segunda edición después de 25 años de una sentencia histórica para el país y que contiene claro el alegato, nos pareció que cabía una segunda edición porque la primera edición de cinco mil ejemplares se agotó en pocos meses. Es el juicio que tiene que ver con un hecho histórico pero no es necesariamente un libro de historia, es una relación de un hecho jurídico – político de gran actualidad en un momento en el que la Justicia está en tinieblas. La sentencia de hace 25 años fue de un momento luminoso de la historia judicial boliviana que ojala nos alumbre un poco en las tinieblas judiciales que vivimos hoy en día, pero además es un libro que contiene un documento que sentó un precedente en la democracia en contra de las dictaduras, en un momento en el que no hay dictadura, pero la calidad democrática puede estar en tela de juicio, por el autoritarismo, por el prorroguismo, por la situación difícil en que está viviendo el país en este momento. Ese es el sentido de la segunda edición que estamos divulgando por todo el país.
EP.- Usted fue aliado del Movimiento Al Socialismo ¿Cómo ve la deriva del presidente?
JdG.- El 17 de octubre de 2003, hace 15 años, se cerró un ciclo de manera cruenta, el de la democracia pactada y el neoliberalismo, que después de 20 años se cerró porque no le resolvió los problemas a la gente. Y después de una transición breve llegó al poder Evo Morales a través del voto popular. Y abrió otro ciclo, un momento de gran esperanza, de gran expectativa, de reformulación de las políticas estatales. Yo fui parte de esa esperanza con el Movimiento Sin Miedo, que fue el partido que yo dirigía, yo era alcalde de La Paz. Eramos parte de una visión que encarnaba Evo Morales en la perspectiva de la renovación y de un nuevo ciclo que sí resolviera los problemas de la gente.
Han pasado 13 años, y después de quince años de esos hechos cruentos que cerraron un ciclo, estamos cerrando otro, el del propio de Evo Morales, estoy con el convencimiento de que esta fase estatal que puede calificarse de populista, se ha agotado por muchas razones, por muchas decisiones. Y después de quince años toca otra vez cambiar el ciclo estales en Bolivia y esa renovación de los ciclos estatales no solo está enfrentado con un régimen que ha desvirtuado los contenidos iniciales, sino que se ha planteado el prorroguismo, la continuidad indefinida de un gobierno al margen de la propia Constitución. Estos son los hechos que dan cuenta de lo que estamos viviendo hoy día.
EP.- El presidente Morales habló en San Lorenzo y dio por cumplida la agenda de Octubre. Existe la sensación de que se han ido perdiendo banderas por el camino más que superándolas ¿Qué banderas son las que ha ido perdiendo el MAS que cree son importantes de recuperar?
JdG.- Mira la agenda de octubre tenía dos columnas expresadas en consignas que daban cuenta de la necesidad de los cambios profundos en el país. El primero era el de la recuperación de los recursos naturales con motivo del gas, que devino luego en la llamada nacionalización. El otro punto era la Asamblea Constituyente, la necesidad de reformular toda la estructura institucional del país ante una nueva realidad, que era necesario construirla.
Es muy difícil decir que se ha cumplido pero no se puede desconocer que ese fue el impulso exitoso del proceso. Al cabo de trece años hablar de la recuperación de los recursos nacionales es exagerar los alcances de una política estatista que no ha abarcado a todas las esferas del país. La minería del país está en un 80% en manos privadas, entre la gran empresa privada minera y los cooperativistas, que no son estatales; los recursos agropecuarios están basados en la inversión de privados, y el rol del Estado se ha ampliado y consolidado en los hidrocarburos y algunas otras áreas pero desde una visión estatista no productiva de los hidrocarburos.
La Asamblea constituyente produjo una Constitución Política del Estado con sus luces y sus sombras, pero está lejos de cumplirse la Constitución. Además la Constitución culminó un largo proceso de deliberación ciudadana, que una vez aprobada cortó ese proceso de deliberación, más aún desde una visión hegemonista, autoritaria, contraria a la disidencia, contraria por tanto a la deliberación. Hoy día el desafío es precisamente que se cumpla la Constitución, fíjate tú la contradicción, una Constitución que se la aprobó en una Asamblea Constituyente primero y ratificada por un referéndum popular con el 61% hoy está siendo desconocida por sus promotores, en un componente esencial que es la alternancia en los cargos, la renovación de los cargos estatales, la no reelección indefinida.
EP.- ¿Qué papel juega exactamente en Sol.bo? ¿Cómo está su relación con Luis Revilla?
JdG.- Yo no soy militante de ninguna organización política. Con Lucho muy bien, es parte o fue parte de esa construcción institucional y política que llevamos desde el año 2000 en La Paz y en buena parte del país, en lo político estaba signada en el Movimiento Sin Miedo que ganó la alcaldía de La Paz y otras en el país. En ese sentido Lucho es la continuidad de esa institucionalidad que construimos y sin duda la renovación también de ella. En ese sentido yo soy muy próximo a Lucho, pero mi rol ya no es de dirigente, de militante, de candidato. Es un rol de acompañamiento, de apoyo, es una relación muy fluida, muy positiva con el alcalde de La Paz.
EP.- Escuchamos a Revilla hablar de una alternativa por la izquierda al Movimiento Al Socialismo, usted lo intento en 2014 y le fue mal. ¿Hay realmente espacio?
JdG.- No es fácil en este momento plantear al país una visión renovada desde la izquierda, como es imposible plantear al país una renovación desde los sectores conservadores, por las complejidades de este proceso, que arrancó con mucha fuerza desde la izquierda, pero hace bastante tiempo dejó atrás los contenidos de cambio, de transformación, de ética, de política, productiva de lo que debió ser la izquierda, pero de ninguna manera podemos retornar al pasado a la visión conservadora, de los sectores reaccionarios, los neoliberales.
Lo que tenemos que ser parte es de una articulación democrática que nos permita derrotar el prorroguismo del populismo autoritario que encarna Evo Morales - no podemos quedarnos como estamos - pero que al mismo tiempo nos impida retornar a las viejas posiciones conservadoras. Esto podrá catalogarse de izquierda o de derecha, difícil, es más bien una visión democrática que está viendo la posibilidad de una renovación estatal más integral, con todos los contenidos de los principios básicos.
EP.- ¿Cree en esto de una alianza única de oposición, de una única alternativa?
JdG.- No, una opción alternativa, que tenemos que construirla, tiene la tarea de forjar una unidad suficiente para derrotar electoralmente al MAS, pero al mismo tiempo tiene la misión de formar la unidad coherente para una gestión gubernamental inmediatamente posterior. Se ganan elecciones pero no necesariamente con esa victoria se pueden garantizar la consistencia de un Gobierno para la consecución del objetivo público.
La unidad no es solo para la pugna electoral, es fundamental para la gestión estatal y no vamos a volver al tiempo de las megacoaliciones, o como se dice en nuestro medio, las juntuchas que se reúnen para tener victorias electorales, cuotearse el poder y finalmente fracasar en la gestión que necesita contenidos, objetivos de mediano y largo plazo y no se van a obtener en estas unidades policromáticas tan amplias.
EP.- ¿Cree que hay tiempo para forjar esa unidad coherente?
JdG.- La forja de alternativas no obedece a calendarios electorales. Son la culminación de un proceso de acumulación previa, creo que eso se ha producido en el país, no necesariamente a la cabeza de una formación política que haya liderado ese proceso y haya fijado los contenidos de esa acumulación, pero el propio vaciamiento de la formulación estatal del MAS ha generado los elementos básicos para una visión distinta que en este momento se puede resumir en una visión integral de renovación. Necesitamos renovación ética, frente a la sostenida y expansiva presencia de la corrupción; necesitamos una renovación de la visión productiva frente a la visión estatista extractivista que no ha podido diversificar la economía. Necesitamos una vigorosa renovación democrática para el restablecimiento pleno de las libertades frente al autoritarismo. Necesitamos una visión de renovación institucional para rstablecer la vigencia de la Constitución, la independencia de poderes, del cambio radical de la administración de la Justicia; necesitamos una renovación de la visión indígena originarias para efectivamente lograr niveles verdaderos de inclusión. No es parte de una formulación que se esté debatiendo en una unidad electoral de la oposición, es parte de un proceso de acumulación que debe formularse ahora de una manera programática y que tiene ojalá que rematar en una propuesta electoral.
EP.- ¿Qué pasos concretos recomendaría a la oposición?
JdG.- Los liderazgos, respetables todos, tienen posibilidades diferentes. Está perfilándose nuestro expresidente Carlos Mesa, como liderazgo con mayores posibilidades de articular esta unidad diversa, compleja, no indiscriminada, suficiente para ganar esta pugna electoral tan difícil y yo creo que también suficiente para tener la coherencia necesaria para encarar una propuesta gubernamental. Van a haber posiblemente otros candidatos, Samuel Doria Medina, Víctor Hugo Cárdenas es otra posibilidad, se lo están planteando, la democracia supone la diversidad eso, yo nunca he sido partidario del uniquismo sabiendo que necesitamos forjar las unidades mayores en su alcance territorial, social, ciudadanos, políticos, pero con los únicos límites de no afectar la coherencia de lo que después va a ser una gestión electoral si es que la victoria nos es otorgada
EP.- ¿Me está diciendo que Carlos Mesa es la alternativa que necesita el país?
JdG.- Yo creo que es la persona que puede articular estas visiones de renovación, estas visiones que pueden expresar un momento de relanzamiento de las energías del país producidas por el agotamiento del ciclo estatal que encabeza Evo Morales.
EP.- Desde la proximidad con Luis Revilla, ¿qué es lo que le está recomendando?
JdG.- Ser parte de esta articulación, de una propuesta de renovación, generar las condiciones para una victoria electoral, la fuerza de Lucho y Sol.bo es evidente en el occidente, la trascendencia de su mensaje creo es importante en el resto del país y creo que es esencial una articulación como la que se está planteando.
EP.- ¿Cree que falta una propuesta para la articulación autonomista a un proyecto estatal alternativo a Evo Morales?
JdG.- No sé si se trata de una articulación autonomista, pero hay un elemento esencial en la articulación electoral victoriosa que son las regiones, un componente esencial son las plataformas ciudadanas, ante la emergencia que se ha generado por la insuficiente representación de los partidos, pero es evidente que se necesita una articulación con lo popular, con lo indígena, con lo sindical, es una articulación ciudadana. Yo creo que Sol.bo, Lucho, y otras fuerzas pueden contribuir a ese tipo de articulaciones.
EP.- Normalmente empezamos estas entrevistas con el resumen de la vida política. En su trayectoria ¿Qué es lo que más destacaría?
JdG.- Yo he tenido dos momentos trascedentes en mi vida pública, política, una de ellas es el juicio de responsabilidades de García Meza, fue una acción no partidaria pero sin duda fue una acción política de gran trascendencia. Fueron diez años en los que dejé la militancia porque no podía estar a nombre de un partido sentado en el Tribunal Supremo enjuiciando al dictador. Yo estaba representando a las víctimas de la dictadura, a la COB, al sistema universitario, pero creo que mi aporte en esa larga trayectoria jurídica fue significativo para lograr esta sentencia esencial para la vida democrática en el país. El otro momento, mucho más político, pero dominantemente significativo fue mi gestión al frente de la Alcaldía de La Paz durante diez años. Yo recibí una alcaldía quebrada, cuoteada, asaltada por los partidos tradicionales, en consecuencia una ciudad abandonada a su suerte y los primeros dos, tres años estuvieron destinados al saneamiento, también ético y moral, había que acabar con la corrupción. Destinamos los esfuerzos primeros en establecer las reglas del juego, allí cada uno hacía lo que quería, y sobre todo había que lograr el saneamiento financiero. Lo logramos, los primeros dos tres años y con eso acabamos la primera gestión, recibimos un respaldo ciudadano y en la segunda gestión ya empezamos con una credibilidad restablecida, iniciamos la tarea de la transformación de la ciudad, los grandes proyectos, la equidad urbana, los barrios de verdad, los grandes proyectos de educación, de salud, de seguridad ciudadana, de protección del medio ambiente, en fin, este ha sido otro momento.
EP.- Le pido dos pronósticos; uno sobre lo que pasará en las primarias, si habrá un solo frente de oposición o habrá varios
JdG.- Yo creo que habrá varios, pero no descarto la posibilidad de que ante la consolidación de una alternativa como la que podría encabezar Carlos Mesa, los otros candidatos desistan de presentarse, pero es probable que ellos persistan en una visión distinta a la que se puede consolidar de renovación y eso podría aparejar dificultades numéricas en el momento del conteo de los votos.
EP.- El segundo sería ¿qué cree que va a pasar en octubre de 2019?
JdG.- Es probable que si tenemos más de dos candidatos, vamos a suponer que va a persistir la violación de la Constitución y va a persistir la candidatura de Evo Morales frente a lo que dice la Constitución vamos a tenerla esa por un lado, y la otra candidatura fuerte y vigorosa que la puede encabezar Carlos Mesa, y si hubiera otras candidaturas menores en la vereda de la oposición democrática es posible que vayamos a una segunda vuelta, y en una segunda vuelta creo que puede definirse claramente el futuro del país en función de la renovación.