Argentina aún debe $us 250 millones por el gas a Bolivia
Argentina debe 250 millones de dólares por la venta de gas de los últimos dos meses. Pese a que la situación se viene arrastrando desde comienzos de año, el ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez lo enmarcó dentro de la normalidad. “Esperemos que puedan honrar la deuda que...



Argentina debe 250 millones de dólares por la venta de gas de los últimos dos meses. Pese a que la situación se viene arrastrando desde comienzos de año, el ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez lo enmarcó dentro de la normalidad.
“Esperemos que puedan honrar la deuda que tienen con Bolivia. Eran tres meses, ahora son dos y deben ser alrededor de unos 250 millones de dólares”, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa.
El asunto ha tomado especial importancia, puesto que en Argentina hay una relevante crisis del peso, que se ha hundido respecto al dólar en el vecino país, especialmente desde que se anunció el rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) de hasta 50.000 millones de dólares, que sin embargo no sirvió para frenar la fuga de capitales.
Retrasos
Sánchez recordó que existen penalidades por el incumplimiento del contrato de compra venta de gas suscrito con Argentina, y que el dinero que paga ese país cubre los “márgenes de las empresas que operan en Bolivia”, por lo que la deuda “está retrasando un poco las inversiones” en el sector.
Desde que se reanudó la venta de gas con Argentina en 2007 no se registraron problemas en cuanto al cumplimiento de los contratos, ni respecto al suministro ni respecto a los pagos, si bien se modificaron algunas cláusulas que beneficiaban a Bolivia, como el incremento de volúmenes a pesar de no haber culminado la planta separadora de líquidos del Gran Chaco, que además debía financiar la empresa argentina Enarsa.
En la buena relación contribuyó, evidentemente, la sintonía ideológica del Gobierno de Evo Morales y el del matrimonio Kirchner, sin embargo cambió radicalmente con la llegada de Mauricio Macri al poder en 2015. En el invierno de 2016, un problema técnico en el megacampo Margarita dificultó cumplir con las entregas nominadas durante tres días y, atendiendo a las cláusulas contractuales, el nuevo gobierno de la Argentina no dudó en imponer la multa correspondiente que se elevó a dos millones de dólares, una cifra “insignificante” para los volúmenes que se manejan en el sector, pero que sin embargo tuvo un importante valor simbólico, ya que genera un precedente de desconfianza.
El ministro Sánchez, que por el momento descarta tomar acciones por las demoras, manifestó que el contrato de exportación de gas a Argentina termina en 2026 y hasta ese entonces deben entregarse alrededor de 3,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural.
Agregó que el Gobierno boliviano pidió a Integración Energética Argentina S.A. (IEASA), ex Enarsa, “que pueda ponerse a tono” para saldar lo adeudado. “Seguramente en estos próximos días vamos a reunirnos con el equipo argentino”, mencionó.
Entregas
Mientras esto pasa, en fechas recientes Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la petrolera estatal argentina YPF firmaron un convenio para evaluar el potencial hidrocarburífero en el área Sauce Mayu, ubicada en el departamento de Chuquisaca.
Sauce Mayu es un área de alta importancia para la industria hidrocarburífera boliviana, dada la potencialidad de recursos prospectivos estimados por YPFB en 2,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural y 39,6 millones de barriles de condensado.
“Esperemos que puedan honrar la deuda que tienen con Bolivia. Eran tres meses, ahora son dos y deben ser alrededor de unos 250 millones de dólares”, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa.
El asunto ha tomado especial importancia, puesto que en Argentina hay una relevante crisis del peso, que se ha hundido respecto al dólar en el vecino país, especialmente desde que se anunció el rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) de hasta 50.000 millones de dólares, que sin embargo no sirvió para frenar la fuga de capitales.
Retrasos
Sánchez recordó que existen penalidades por el incumplimiento del contrato de compra venta de gas suscrito con Argentina, y que el dinero que paga ese país cubre los “márgenes de las empresas que operan en Bolivia”, por lo que la deuda “está retrasando un poco las inversiones” en el sector.
Desde que se reanudó la venta de gas con Argentina en 2007 no se registraron problemas en cuanto al cumplimiento de los contratos, ni respecto al suministro ni respecto a los pagos, si bien se modificaron algunas cláusulas que beneficiaban a Bolivia, como el incremento de volúmenes a pesar de no haber culminado la planta separadora de líquidos del Gran Chaco, que además debía financiar la empresa argentina Enarsa.
En la buena relación contribuyó, evidentemente, la sintonía ideológica del Gobierno de Evo Morales y el del matrimonio Kirchner, sin embargo cambió radicalmente con la llegada de Mauricio Macri al poder en 2015. En el invierno de 2016, un problema técnico en el megacampo Margarita dificultó cumplir con las entregas nominadas durante tres días y, atendiendo a las cláusulas contractuales, el nuevo gobierno de la Argentina no dudó en imponer la multa correspondiente que se elevó a dos millones de dólares, una cifra “insignificante” para los volúmenes que se manejan en el sector, pero que sin embargo tuvo un importante valor simbólico, ya que genera un precedente de desconfianza.
El ministro Sánchez, que por el momento descarta tomar acciones por las demoras, manifestó que el contrato de exportación de gas a Argentina termina en 2026 y hasta ese entonces deben entregarse alrededor de 3,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural.
Agregó que el Gobierno boliviano pidió a Integración Energética Argentina S.A. (IEASA), ex Enarsa, “que pueda ponerse a tono” para saldar lo adeudado. “Seguramente en estos próximos días vamos a reunirnos con el equipo argentino”, mencionó.
Entregas
Mientras esto pasa, en fechas recientes Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la petrolera estatal argentina YPF firmaron un convenio para evaluar el potencial hidrocarburífero en el área Sauce Mayu, ubicada en el departamento de Chuquisaca.
Sauce Mayu es un área de alta importancia para la industria hidrocarburífera boliviana, dada la potencialidad de recursos prospectivos estimados por YPFB en 2,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural y 39,6 millones de barriles de condensado.