YPFB olvida la petroquímica de Yacuiba y no licita estudios
Concluye hoy el mes de agosto y, salvo sorpresa, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estaría incumpliendo el primero de los plazos sobre los que se comprometió al reformular el calendario y cronograma de la construcción de la planta de propileno y polipropileno, cuya...



Concluye hoy el mes de agosto y, salvo sorpresa, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estaría incumpliendo el primero de los plazos sobre los que se comprometió al reformular el calendario y cronograma de la construcción de la planta de propileno y polipropileno, cuya construcción se comprometió en el Chaco ya en 2014 por medio del propio presidente Evo Morales, pero de la que hasta ahora, nada se sabe.
Hoy se clausura el primero Foro Internacional de Gas, Petroquímica y Combustibles Verdes organizado por Yacimientos, el Ministerio de Hidrocarburos y la Cámara de Hidrocarburos en Santa Cruz. La petroquímica se encontraba como objeto de debate, sin embargo, la atención se dedicó a la urea, cuyo proyecto ya se encuentra en fase de producción pero la escasez de mercados y los retrasos para evacuar el producto ha limitado la capacidad. Nadie entró a fondo en el asunto de la petroquímica de Yacuiba, cuyo proyecto está paralizado desde 2017 y para el que se habían asegurado que se licitarían estudios complementarios en el mes de agosto.
Una carrera de fondo
Morales anunció la construcción de la planta de propileno y polipropileno en Yacuiba en 2014, pero el proyecto se acompasó a la entrega definitiva de la Planta Separadora construida, precisamente, para separar la materia prima del flujo de gas exportado a Argentina.
Entre 2014 y 2015 se realizaron diferentes estudios para definir el proyecto y su alcance; todos ellos estuvieron a cargo de la italiana Tecnomont.
En 2015 se anunció que se destinarían recursos de la Reservas Internacional a través del Banco Central de Bolivia y ya para entonces se estimaban dos mil millones de dólares en esa construcción. En 2016 se lanzó la licitación a la que se presentaron las principales empresas del sector, desde la Kellog norteamericana hasta la Samsung koreana pasando por las empresas chinas, las filiales de Odebrecht y, como no, Técnicas Reunidas que se presentó en alianza con la propia Tecnimont.
En marzo de 2017 había un informe de adjudicación que entregaba este proyecto vital a estas dos últimas, Tecnimont y Técnicas Reunidas, pero para entonces ya había comenzado el escándalo por la compra de tres taladros a una empresa italiana y cuya intención de sobreprecio le acabó costando el cargo al presidente de YPFB Guillermo Achá y a otra docena de altos cargos de la estatal petrolera.
Sánchez, como se preveía, anuló la licitación, bajo sospecha desde el primer minuto. Sin embargo, el tiempo fue demorando sin que la licitación se volviera a elevar a pública. En enero de 2018 desapareció del presupuesto de YPFB y unas semanas después, ante la alarma generada en el Chaco, Sánchez explicó que había habido problemas con la verificación del estudio y la tecnología prevista, por lo que no lo licitaría hasta que se subsanara. El hecho de que Tecnimont fuera quien definiera la tecnología y otros aspectos del proyecto y se lo acabara adjudicando levantó evidentemente todo tipo de rumores.
Sánchez y el presidente de YPFB, Óscar Barriga, se fueron después hasta Yacuiba para dar explicaciones del proyecto, donde siguieron sin querer profundizar en el turbio papel de Tecnimont. En aquella fecha Sánchez y Barriga pusieron dos fechas, una para tener la petroquímica construida: finales de 2023, y otra para licitar los estudios complementarios que permitieran licitar la planta sin sobresaltos. Esa fecha era el mes de agosto.
Dudas y más dudas
El Ministerio presentó el miércoles el estudio de reservas, que fueron cifradas en 10,7 trillones de pies cúbicos, demostrando reposición de las reservas consumidas con la exportación a Brasil y Argentina y con el mercado interno, que consume entre 0,6 y 0,7 TCF al año e incrementando un 0,25 lo certificado en 2013. Sin embargo, las reservas probables y posibles se redujeron respecto a 2013, lo que en términos prácticos significa que con inversiones en explotación se han ido convirtiendo en reservas probadas, pero no se han incorporado nuevos campos con proyección.
Para los más críticos, el parón de la planta petroquímica es consecuencia de la escasa capacidad de incorporar reservas. Lo cierto es que las actuales alcanzan para 14 años y la planta, con 2.000 millones de dólares de inversión, no llegaría hasta 2024, es decir, cuando queden apenas ocho años de reservas.
Otros expertos, como el ex director de Exploración y Explotación de YPFB Edmundo Pérez y los expertos del CEDIB han pedido que se garantice una reserva estratégica para que los proyectos de industrialización no sean elefantes blancos.
YPFB dice que no está de brazos cruzados
YPFB aclaró el jueves que tras la nacionalización de los hidrocarburos, en mayo de 2006, la petrolera estatal no ha estado de brazos cruzados como piensa la oposición, al rechazar la interpretación política de los resultados de la certificación de gas.
“Bolivia en este periodo de nacionalización no se ha quedado de brazos cruzados, ha estado explorando, ha estado produciendo, ha estado reponiendo las reservas”, dijo el vicepresidente Nacional de Operaciones de YPFB, Gonzalo Saavedra.
“YPFB es una empresa operativa, una empresa técnica. Los datos que tiene que manejar no están en función a una opinión política, sino a una opinión técnica de una empresa independiente internacional”, remarcó el ejecutivo de la petrolera estatal.
Según esa fuente, YPFB registró aproximadamente 232 descubrimientos de reservorios de gas en los últimos años.
Hoy se clausura el primero Foro Internacional de Gas, Petroquímica y Combustibles Verdes organizado por Yacimientos, el Ministerio de Hidrocarburos y la Cámara de Hidrocarburos en Santa Cruz. La petroquímica se encontraba como objeto de debate, sin embargo, la atención se dedicó a la urea, cuyo proyecto ya se encuentra en fase de producción pero la escasez de mercados y los retrasos para evacuar el producto ha limitado la capacidad. Nadie entró a fondo en el asunto de la petroquímica de Yacuiba, cuyo proyecto está paralizado desde 2017 y para el que se habían asegurado que se licitarían estudios complementarios en el mes de agosto.
Una carrera de fondo
Morales anunció la construcción de la planta de propileno y polipropileno en Yacuiba en 2014, pero el proyecto se acompasó a la entrega definitiva de la Planta Separadora construida, precisamente, para separar la materia prima del flujo de gas exportado a Argentina.
Entre 2014 y 2015 se realizaron diferentes estudios para definir el proyecto y su alcance; todos ellos estuvieron a cargo de la italiana Tecnomont.
En 2015 se anunció que se destinarían recursos de la Reservas Internacional a través del Banco Central de Bolivia y ya para entonces se estimaban dos mil millones de dólares en esa construcción. En 2016 se lanzó la licitación a la que se presentaron las principales empresas del sector, desde la Kellog norteamericana hasta la Samsung koreana pasando por las empresas chinas, las filiales de Odebrecht y, como no, Técnicas Reunidas que se presentó en alianza con la propia Tecnimont.
En marzo de 2017 había un informe de adjudicación que entregaba este proyecto vital a estas dos últimas, Tecnimont y Técnicas Reunidas, pero para entonces ya había comenzado el escándalo por la compra de tres taladros a una empresa italiana y cuya intención de sobreprecio le acabó costando el cargo al presidente de YPFB Guillermo Achá y a otra docena de altos cargos de la estatal petrolera.
Sánchez, como se preveía, anuló la licitación, bajo sospecha desde el primer minuto. Sin embargo, el tiempo fue demorando sin que la licitación se volviera a elevar a pública. En enero de 2018 desapareció del presupuesto de YPFB y unas semanas después, ante la alarma generada en el Chaco, Sánchez explicó que había habido problemas con la verificación del estudio y la tecnología prevista, por lo que no lo licitaría hasta que se subsanara. El hecho de que Tecnimont fuera quien definiera la tecnología y otros aspectos del proyecto y se lo acabara adjudicando levantó evidentemente todo tipo de rumores.
Sánchez y el presidente de YPFB, Óscar Barriga, se fueron después hasta Yacuiba para dar explicaciones del proyecto, donde siguieron sin querer profundizar en el turbio papel de Tecnimont. En aquella fecha Sánchez y Barriga pusieron dos fechas, una para tener la petroquímica construida: finales de 2023, y otra para licitar los estudios complementarios que permitieran licitar la planta sin sobresaltos. Esa fecha era el mes de agosto.
Dudas y más dudas
El Ministerio presentó el miércoles el estudio de reservas, que fueron cifradas en 10,7 trillones de pies cúbicos, demostrando reposición de las reservas consumidas con la exportación a Brasil y Argentina y con el mercado interno, que consume entre 0,6 y 0,7 TCF al año e incrementando un 0,25 lo certificado en 2013. Sin embargo, las reservas probables y posibles se redujeron respecto a 2013, lo que en términos prácticos significa que con inversiones en explotación se han ido convirtiendo en reservas probadas, pero no se han incorporado nuevos campos con proyección.
Para los más críticos, el parón de la planta petroquímica es consecuencia de la escasa capacidad de incorporar reservas. Lo cierto es que las actuales alcanzan para 14 años y la planta, con 2.000 millones de dólares de inversión, no llegaría hasta 2024, es decir, cuando queden apenas ocho años de reservas.
Otros expertos, como el ex director de Exploración y Explotación de YPFB Edmundo Pérez y los expertos del CEDIB han pedido que se garantice una reserva estratégica para que los proyectos de industrialización no sean elefantes blancos.
YPFB dice que no está de brazos cruzados
YPFB aclaró el jueves que tras la nacionalización de los hidrocarburos, en mayo de 2006, la petrolera estatal no ha estado de brazos cruzados como piensa la oposición, al rechazar la interpretación política de los resultados de la certificación de gas.
“Bolivia en este periodo de nacionalización no se ha quedado de brazos cruzados, ha estado explorando, ha estado produciendo, ha estado reponiendo las reservas”, dijo el vicepresidente Nacional de Operaciones de YPFB, Gonzalo Saavedra.
“YPFB es una empresa operativa, una empresa técnica. Los datos que tiene que manejar no están en función a una opinión política, sino a una opinión técnica de una empresa independiente internacional”, remarcó el ejecutivo de la petrolera estatal.
Según esa fuente, YPFB registró aproximadamente 232 descubrimientos de reservorios de gas en los últimos años.