“Falta incentivo para fomentar la investigación en Bolivia”
Mario Briançon Bertram, bioquímico clínico y propietario de laboratorios Labioqui, detalló al El País las diferentes investigaciones que realizó en su carrera profesional, entre ellas el estudio sobre Chagas en Tarija en la década de 1972, el diagnóstico del Sida en 1984, el estudio sobre...



Mario Briançon Bertram, bioquímico clínico y propietario de laboratorios Labioqui, detalló al El País las diferentes investigaciones que realizó en su carrera profesional, entre ellas el estudio sobre Chagas en Tarija en la década de 1972, el diagnóstico del Sida en 1984, el estudio sobre la presencia de la enfermedad del Lime en comunidades de la provincia O’Connor y la Reserva de Tariquía en el año 2003, entre otros aportes científicos para tratar la alergia, el acné y onicomicosis.
Briançon refiere su labor como un aporte más para mejorar la salud de los tarijeños, es por ello que desde hace más de 50 años trabaja en el laboratorio que heredó a su padre y que cuida celosamente, al igual que cada uno de los equipos con los que se apasionó por la bioquímica e investigación.
En marzo del 2019, Labioqui cumplirá medio siglo de servicio a la población y destaca no solo por su innovación en los estudios clínicos, sino también por tener equipos y reactivos de punta, que permiten realizar análisis de primer nivel.
El País (EP): ¿Qué le motivó a seguir la carrera de bioquímico?
Mario Briançon (MB): Empecé a trabajar en un laboratorio desde que estaba en tercer curso de la facultad, pero mi interés fue desde los 13 años en el laboratorio que era de mi padre, que a su muerte lo alquilamos a Jorge Zamora, estaba en la ciudad de Sucre, allí empecé haciendo limpieza, es decir lavando tubos y haciendo hervir las jeringas de vidrio que se utilizaban en ese época, antes ese era el modus operandi, cosa que ahora ya no se hace.
A partir de 1969 en Tarija, comenzamos no solamente con la etapa de análisis clínicos en general, ofreciendo un menú de análisis de punta, de tal manera que hacíamos una cobertura de los requerimientos de los análisis clínicos del departamento, al mismo nivel de ciudades grandes como Buenos Aires o Santiago de Chile.
EP: Entre sus investigaciones usted realizó el primer estudio sobre Chagas en Tarija ¿Qué aspectos evidencian este trabajo?
MB: Al margen de la parte de análisis clínicos, comenzamos también la etapa del equipo investigativo. El año 1972, hicimos los estudios sobre la “Incidencia de Chagas” en nuestro medio y pusimos en evidencia que en Tarija se llegó a presentar un 65 por ciento de incidencia, porcentaje incluso mayor al que se presentó en Venezuela. Era realmente alarmante.
Tuve la oportunidad de hacer el entrenamiento en el Instituto de Investigación Mario Fataracharelly de Buenos Aires, que se encarga de la investigación y diagnóstico de la enfermedad de Chagas, y cuando volví a Tarija traje como 20 mil dosis para hacer la determinación de fijación del complemento la reacción de Machorread, que ya entró en desuso por ser engorroso y demoraba mucho en realizar. Pero, en ese entonces la ciudad de Tarija tenía 25 mil habitantes, podríamos haber hecho la cobertura de casi el 100 por cien de la población, sin embargo por razones estratégicas solamente cubrimos 2.500 determinaciones en los diferentes barrios de la ciudad.
Presenté ese trabajo al primer Simposio Internacional de la Enfermedad de Chagas que se realizó en nuestra ciudad, donde participaron personeros de la Organización Mundial de la Salud, quienes se llevaron toda la documentación que habíamos presentado nosotros en la que demostrábamos la altísima incidencia de Chagas que teníamos en el medio, tanto en el área urbana y área rural.
EP: ¿Qué otros hallazgos se tuvo en esa investigación?
MB: Se hizo paralelamente otros índices, como el índice de infestación Trypanosoma Triatominos, la infestación de los trasmisores de la enfermedad que son las vinchucas. Se hizo un estudio entomológico para ver el tipo de vectores que existía en el medio, como la Triatomina Infestans como se conoce a la vinchuca y tuvimos la sorpresa que había casas con altísimo índice de contaminación de vectores. Eso ocurría por la forma de vida que teníamos en Tarija en aquella época, con casas en las que necesariamente tenían un corralito con animales para el consumo. La crianza de aves, cerdos, ovejas, era motivo para que los trasmisores puedan reproducirse con facilidad.
La investigación de Chagas, fue motivo que se removiera el interés de algunos médicos de Estados Unidos que a través del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta me cursaron invitación para que pudiera demostrar la presencia de la alta incidencia de Chagas en Tarija y durante unos tres años hemos enviado muestras de tejidos, principalmente de intestinos de personas afectadas con la enfermedad para que hagan los estudios anatopatológicos en Miami, y la serología la hicimos aquí (Tarija).
Pero ahí viene la parte triste, en el momento en que yo estaba alistando maletas y organizando para ir vivir a EEUU para hacer la investigación, apareció la epidemia del Sida, entonces el CDC de Atlanta, dejó de lado toda investigación y me dejaron a mí en In situ, sin la posibilidad de ir allá. Sin embargo nos metimos a indagar sobre el Sida.
Posteriormente a ese trabajo, hicimos otro solamente para informar un poco sobre el tema. Se trata de la incidencia del paludismo en Tarija, muchos han hablado que en Tarija no había paludismo. Sin embargo, demostramos que si existía paludismo autóctono en la ciudad y el vector estaba de forma permanente en nuestro medio. Se decía que los vectores que trasmiten el paludismo no pueden vivir por encima de los 1.500 metros sobre el nivel del mar, pero eso no es cierto nosotros estamos cerca los 2.000 y si tenemos los vectores. Además nos llegaban los anofeles que estaban infectados a través de los camiones con productos del agro desde el Chaco y Bermejo, zonas altamente palúdicas.
EP: Entre sus investigaciones y aportes también escribió sobre el Sida ¿En qué consistía este estudio?
MB: En 1984, hemos sido los pioneros, por así decirlo, en el diagnóstico del Sida en Bolivia, a través de un curso que hicimos en Buenos Aires con profesionales japoneses, americanos y europeos, a instruir lo que era el Sida. Con motivo del curso, llegué a escribir el libro: “Clamydias, Virus y el Sida”, texto que entregué a la universidad Juan Misael Saracho como docente de la facultad de Odontología y Bioquímica en la cátedra de Microbiología. En el libro
se uniforman criterios a cerca de los primeros diagnósticos del Sida, pero lastimosamente como todo trabajo que se da a la universidad nunca fue publicado, duerme el sueño de los justos, seguramente en algún rincón recóndito de la biblioteca de Bioquímica o Medicina.
EP: ¿Qué resultado tenía esa investigación?
MB: La investigación consistía en un diagnóstico que para nosotros era muy novedoso porque recién se empezaba hacer ese diagnóstico sobre el Sida. Era de tipo informativo, como cuáles son los mecanismos de contagio, las medidas para evitar el contagio y qué se esperaba acerca de los tratamientos que se instauraron. Una parte de historia porque se ha hablado mucho del tema y las diferentes formas de poder contraer la enfermedad. Es un texto bastante ampuloso y extenso, justamente yo aproveché de que los profesores japoneses y europeos que estuvieron en el Simposio, entregaron la literatura completa de todos los estudios que ya se tenía sobre el tema. Uno de los cuestionamientos era la posibilidad de que el sida se contagie a través del beso, por ejemplo.
También se hizo conocer en ese texto las otras formas de diagnóstico del Sida, a través del diagnóstico test, aunque ahora ya se tiene la diferenciación de cuando una persona está infectada y cuando es cero convertida. Es decir una persona que ha sido expuesta al contagio de Sida, tiene que pasar un tiempo que no está muy bien definido que puede ser cuatro semanas o tres meses, seis meses o un año, y recién se vuelve cero convertible, y se vuelve positivo en el diagnostico serológico del Sida. Mientras tanto es un portador asintomático altamente peligroso y puede ser contagiante.
EP: En su última investigación se advierte sobre presencia de Lime en Tarija ¿Qué aspectos se desarrolló en este trabajo?
MB: Un estudio que podría decir que es el más sobresaliente que hemos hecho y ha sido motivo de un trabajo de aproximadamente cinco años de investigación y motivo de tesis para la titulación de mi hija Carola que trabaja en el laboratorio. Haciendo un esfuerzo netamente privado, pese a que hemos acudido a al Ministerio de Salud, la Universidad y a la Organización de la Salud, está ultima, si bien no nos rechazaron nos pidieron que lo hagamos después de cinco a seis años. Pero por un esfuerzo personal y parte del laboratorio, durante cinco años hemos viajado a zonas recónditas del departamento para recolectar tomas de muestras para hacer diagnóstico de la enfermedad de Lime, que en EEUU y Europa es una enfermedad que es considerada terrorífica.
Después del trabajo arduo que realizamos hemos encontrado la enfermedad de Lime, en la localidad de Chiquiaca, Salinas, todas la poblaciones que se encuentran por Tariquia, como ser Cambari, Pampa Grande, Motovi. Hemos recorrido toda la zona implorando a los comunarios para que nos permitan sacarles sangre para hacer el diagnóstico. También se hizo un estudio entomológico de los trasmisores que son las garrapatas. El estudio es un hecho muy significativo porque los entomólogos bolivianos, negaron la existencia del tipo de garrapata que es la Borrelia burgdorferi, que no existía en nuestro medio y que es el principal vector de la enfermedad de Lime. Nosotros hemos hecho todo el estudio entomológico y demostramos que los vectores que hay en la zona de estudio son los correctos y demostramos la existencia de la enfermedad de Lime.
Luego del estudio hemos pedido a la Organización Mundial de la Salud, si pudiera favorecernos para hacer una segunda etapa de la investigación, que consistía en hacer un estudio epidemiológico, ya que la primera etapa era ver si existe o no la enfermedad y sí existe, por la presencia de roedores y animales silvestres. Todo esto se hizo el año 2003.
Si bien sabemos que existe la enfermedad de Lime, aún no sabemos cuánto, eso es lo que nos falta ir a averiguar en las zonas donde se ha identificado.
Uno de los grandes problemas que tuvimos para el inicio de la investigación, era definir dónde tomamos las muestras, ya que en el departamento de Tarija hay garrapatas en todo el territorio. Pero para ubicar el centro de nuestra investigación pedimos el apoyo al personal de Prometa para que nos permita ingresar a la reserva nacional de Tariquia.
Esta investigación también se entregó a la Universidad Juan Misael Saracho, como un trabajo de tesis, pero no se publicó en Tarija ni en el país, se llegó a publicar en España y México e hicimos la denuncia ante el CDC de Atlanta, ellos tienen la relación de Lime en Tarija. Pero nuestro Ministerio de Salud y autoridades universitarias nada, a pesar de que la universidad recibió ese estudio como un obsequio porque no participó en nada.
Se ha hecho la denuncia a la autoridad sanitaria, y sólo encontramos un interés en la Sociedad de Pediatría de La Paz y publicó el trabajo, como también una revista española.
El Lime se la denomina actualmente como la nueva simuladora, porque la verdadera simuladora es la neurosifilis. Lime tiene una serie de síntomas y signos, que pueden hacer pensar en una neuralgia, artritis, dolores de cabeza, puede presentar problemas de medio eje, es una enfermedad que en otros lugares induce a terror.
EP: Labioqui también desarrolló productos para tratar las alergias ¿Por qué se dejó de producir?
MB: Hemos tenido la oportunidad de tener un Gabinete de Alergias, donde hacíamos las pruebas de sensibilidad a los alérgenos, tenemos 52 alérgenos y mandábamos a preparar las vacunas para desensibilizar algunas alergias, pero con el pasar del tiempo se ha hecho muy difícil conseguir los extractos de los alérgenos. Además aparecieron los profesionales alergólogos, pero durante casi 20 años, hemos tenidos este Gabinete de Alergia, ya que no solamente era hacer el diagnostico, sino que preparábamos una vacuna inespecífica, es decir genérica, para el tipo de alergia que sea.
El producto era la Hista-Gamma Labioqui, la preparábamos y durante muchos años la vendimos aquí, incluso hemos enviado a Cochabamba, y vendíamos a otros departamentos. Actualmente ya no preparamos por la dificultad de poder adquirir la materia prima, hemos producido hasta hace unos cinco años atrás.
Al margen de eso hacemos preparaciones pomadas para tratar el acné rosáceo con una loción y el tratamiento para la onicomicosis para eliminar los hongos en las uñas.
EP: Por su aporte e investigaciones recibió varios reconocimientos y distinciones
MB: Hemos recibido algunas premiaciones por las actividades que tuvimos y a consecuencia del trabajo que hacemos en el laboratorio. El 27 de julio de 1972, como consecuencia de la investigación de Chagas, me nombraron miembro activo de la Academia de Ciencia de Nueva York, desde entonces sigo siendo activo. Esto no solo es un honor para mí, sino para el país, pero contrariamente la Sociedad Científica de Bolivia, cuando presenté mi título de la Academia de Ciencia de Nueva York, no me dieron acceso a la Academia de Ciencia de Bolivia y solamente fui miembro del Comité Científico de Investigación Biológica. En 1999 durante tres años he seguido recibimos el premio Águila C & D de México, participé en el Congreso Latinoamericano de Inmunología, también nos dieron un reconocimiento por un Estudio de Inmunoparasitología con el profesor del Instituto Pasteur de Francia. Otro reconocimiento que recibí fue el Premio Andalucía Tarijeña, también como Fundador de la Sociedad Boliviana de Bioquímica en Bolivia. Además de los 30 años de docencia en la UAJMS en la cátedra de Microbiología.
Laboratorios Labioqui, 50 años de servicio
Labioqui fue fundado en 1942 por el médico Luis Adán Briançon, quien volviendo de una alta especialidad en Francia, emplazó uno de los laboratorios más importantes de Bolivia, haciendo de este centro una institución bacteriológica. En 1969, Labioqui se reorganizó en Tarija, a cargo de Mario Briançon, hijo de Luis Adán, quien modernizó Labioqui con equipamiento nuevo y nuevas técnicas de investigación, siendo un referente no solamente en Bolivia, sino en Sudamérica.
“Hemos tenido pacientes que han venido de muchas partes a hacer uso de nuestros servicios”, revela Briançon. Al indicar que actualmente trabajan en Labioqui cuatro profesionales y una persona de apoyo en la parte de limpieza. Dos bioquímicos y dos técnicos de laboratorio.
“Al margen de las cosas de laboratorio, siempre hemos estado en la vanguardia de todos los adelantos y avances en la parte de diagnóstico (…)”, afirma Briançon.
Actualmente no están abocados a la investigación, solamente se ocupan de la parte médica, es así que realizan en promedio unas 250 pruebas al mes.
Sin embargo, Briançon, recordó que en su momento se interesaron por investigar a cerca de toxoplasmosis, pero los primeros resultados de las indagaciones quedaron en desuso porque ahora todas las mujeres embarazadas se hacen ese estudio, además se generalizó y entró en la rutina.
Otro tema fue la parasitosis en Tarija, “un trabajo inmenso que incluso estaba relacionado con las precipitaciones fluviales y variaciones de temperaturas durante 10 años, cuando estábamos viendo la realidad del estudio, el Ministerio de Salud, entró con una desparasitación a toda la gente, y se rompieron todos los parámetros que teníamos establecidos”, comentó. Lo mismo sucedió con el estudio sobre las hormonas tiroideas, si bien fueron los primeros en introducir aquello, un programa nacional desbarató la investigación.
“El tarijeño llama el `coto´ a este tema. La idea era ver si había una motivación para que Tarija tenga un alto índice de personas con coto, y se sabe que eso venia del hipertiroidismo de la falta de yodo en el agua, pero en el estudio se advierte que esto se debe fundamentalmente a que hay un problema por el Chagas. Hay un lisidema chagastica que es el que produce el hipertiroidismo”, explicó el especialista. Agrega que otra investigación truncada fue el diagnóstico del dengue, aunque actualmente las cosas han mejorado de tal forma que la medicina está al alcance de casi todos para acceder a ese tipo de diagnósticos.
Museo
Como evidencia de la vasta experiencia, el laboratorio Labioqui cuenta con un pequeño museo que se armó con los primeros equipos que se usaron para realizar los estudios y análisis clínicos. “Estamos hablando de 50 años atrás”, comenta Briançon, mientras muestra un microscopio en miniatura, un regalo que recibió de su padre, cuando tenía 13 años. En el lugar, también se puede apreciar algunos tubos de ensayo, un microscopio, placas y otros equipos clínicos que cuida celosamente en una vitrina en el interior de sus ambientes.
Briançon afirma que “se ha ido cosechando experiencia es todos estos años” por eso su slogan es: “La experiencia no tiene sustituto”. Enfatiza que el laboratorio Labioqui se actualiza constantemente, no solamente en innovación de equipos y reactivos para dar el mejor servicio a la población, sino también el recurso humano está realizando actualizaciones a través de cursos, conferencias y la docencia universitaria.
El Apunte
Nombre
Mario Briançon Bertram
Profesión
Bioquímico Clínico
Actividad
Gerente Labioqui- Laboratorio de Análisis Clínicos
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Briançon refiere su labor como un aporte más para mejorar la salud de los tarijeños, es por ello que desde hace más de 50 años trabaja en el laboratorio que heredó a su padre y que cuida celosamente, al igual que cada uno de los equipos con los que se apasionó por la bioquímica e investigación.
En marzo del 2019, Labioqui cumplirá medio siglo de servicio a la población y destaca no solo por su innovación en los estudios clínicos, sino también por tener equipos y reactivos de punta, que permiten realizar análisis de primer nivel.
El País (EP): ¿Qué le motivó a seguir la carrera de bioquímico?
Mario Briançon (MB): Empecé a trabajar en un laboratorio desde que estaba en tercer curso de la facultad, pero mi interés fue desde los 13 años en el laboratorio que era de mi padre, que a su muerte lo alquilamos a Jorge Zamora, estaba en la ciudad de Sucre, allí empecé haciendo limpieza, es decir lavando tubos y haciendo hervir las jeringas de vidrio que se utilizaban en ese época, antes ese era el modus operandi, cosa que ahora ya no se hace.
A partir de 1969 en Tarija, comenzamos no solamente con la etapa de análisis clínicos en general, ofreciendo un menú de análisis de punta, de tal manera que hacíamos una cobertura de los requerimientos de los análisis clínicos del departamento, al mismo nivel de ciudades grandes como Buenos Aires o Santiago de Chile.
EP: Entre sus investigaciones usted realizó el primer estudio sobre Chagas en Tarija ¿Qué aspectos evidencian este trabajo?
MB: Al margen de la parte de análisis clínicos, comenzamos también la etapa del equipo investigativo. El año 1972, hicimos los estudios sobre la “Incidencia de Chagas” en nuestro medio y pusimos en evidencia que en Tarija se llegó a presentar un 65 por ciento de incidencia, porcentaje incluso mayor al que se presentó en Venezuela. Era realmente alarmante.
Tuve la oportunidad de hacer el entrenamiento en el Instituto de Investigación Mario Fataracharelly de Buenos Aires, que se encarga de la investigación y diagnóstico de la enfermedad de Chagas, y cuando volví a Tarija traje como 20 mil dosis para hacer la determinación de fijación del complemento la reacción de Machorread, que ya entró en desuso por ser engorroso y demoraba mucho en realizar. Pero, en ese entonces la ciudad de Tarija tenía 25 mil habitantes, podríamos haber hecho la cobertura de casi el 100 por cien de la población, sin embargo por razones estratégicas solamente cubrimos 2.500 determinaciones en los diferentes barrios de la ciudad.
Presenté ese trabajo al primer Simposio Internacional de la Enfermedad de Chagas que se realizó en nuestra ciudad, donde participaron personeros de la Organización Mundial de la Salud, quienes se llevaron toda la documentación que habíamos presentado nosotros en la que demostrábamos la altísima incidencia de Chagas que teníamos en el medio, tanto en el área urbana y área rural.
EP: ¿Qué otros hallazgos se tuvo en esa investigación?
MB: Se hizo paralelamente otros índices, como el índice de infestación Trypanosoma Triatominos, la infestación de los trasmisores de la enfermedad que son las vinchucas. Se hizo un estudio entomológico para ver el tipo de vectores que existía en el medio, como la Triatomina Infestans como se conoce a la vinchuca y tuvimos la sorpresa que había casas con altísimo índice de contaminación de vectores. Eso ocurría por la forma de vida que teníamos en Tarija en aquella época, con casas en las que necesariamente tenían un corralito con animales para el consumo. La crianza de aves, cerdos, ovejas, era motivo para que los trasmisores puedan reproducirse con facilidad.
La investigación de Chagas, fue motivo que se removiera el interés de algunos médicos de Estados Unidos que a través del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta me cursaron invitación para que pudiera demostrar la presencia de la alta incidencia de Chagas en Tarija y durante unos tres años hemos enviado muestras de tejidos, principalmente de intestinos de personas afectadas con la enfermedad para que hagan los estudios anatopatológicos en Miami, y la serología la hicimos aquí (Tarija).
Pero ahí viene la parte triste, en el momento en que yo estaba alistando maletas y organizando para ir vivir a EEUU para hacer la investigación, apareció la epidemia del Sida, entonces el CDC de Atlanta, dejó de lado toda investigación y me dejaron a mí en In situ, sin la posibilidad de ir allá. Sin embargo nos metimos a indagar sobre el Sida.
Posteriormente a ese trabajo, hicimos otro solamente para informar un poco sobre el tema. Se trata de la incidencia del paludismo en Tarija, muchos han hablado que en Tarija no había paludismo. Sin embargo, demostramos que si existía paludismo autóctono en la ciudad y el vector estaba de forma permanente en nuestro medio. Se decía que los vectores que trasmiten el paludismo no pueden vivir por encima de los 1.500 metros sobre el nivel del mar, pero eso no es cierto nosotros estamos cerca los 2.000 y si tenemos los vectores. Además nos llegaban los anofeles que estaban infectados a través de los camiones con productos del agro desde el Chaco y Bermejo, zonas altamente palúdicas.
EP: Entre sus investigaciones y aportes también escribió sobre el Sida ¿En qué consistía este estudio?
MB: En 1984, hemos sido los pioneros, por así decirlo, en el diagnóstico del Sida en Bolivia, a través de un curso que hicimos en Buenos Aires con profesionales japoneses, americanos y europeos, a instruir lo que era el Sida. Con motivo del curso, llegué a escribir el libro: “Clamydias, Virus y el Sida”, texto que entregué a la universidad Juan Misael Saracho como docente de la facultad de Odontología y Bioquímica en la cátedra de Microbiología. En el libro
se uniforman criterios a cerca de los primeros diagnósticos del Sida, pero lastimosamente como todo trabajo que se da a la universidad nunca fue publicado, duerme el sueño de los justos, seguramente en algún rincón recóndito de la biblioteca de Bioquímica o Medicina.
EP: ¿Qué resultado tenía esa investigación?
MB: La investigación consistía en un diagnóstico que para nosotros era muy novedoso porque recién se empezaba hacer ese diagnóstico sobre el Sida. Era de tipo informativo, como cuáles son los mecanismos de contagio, las medidas para evitar el contagio y qué se esperaba acerca de los tratamientos que se instauraron. Una parte de historia porque se ha hablado mucho del tema y las diferentes formas de poder contraer la enfermedad. Es un texto bastante ampuloso y extenso, justamente yo aproveché de que los profesores japoneses y europeos que estuvieron en el Simposio, entregaron la literatura completa de todos los estudios que ya se tenía sobre el tema. Uno de los cuestionamientos era la posibilidad de que el sida se contagie a través del beso, por ejemplo.
También se hizo conocer en ese texto las otras formas de diagnóstico del Sida, a través del diagnóstico test, aunque ahora ya se tiene la diferenciación de cuando una persona está infectada y cuando es cero convertida. Es decir una persona que ha sido expuesta al contagio de Sida, tiene que pasar un tiempo que no está muy bien definido que puede ser cuatro semanas o tres meses, seis meses o un año, y recién se vuelve cero convertible, y se vuelve positivo en el diagnostico serológico del Sida. Mientras tanto es un portador asintomático altamente peligroso y puede ser contagiante.
EP: En su última investigación se advierte sobre presencia de Lime en Tarija ¿Qué aspectos se desarrolló en este trabajo?
MB: Un estudio que podría decir que es el más sobresaliente que hemos hecho y ha sido motivo de un trabajo de aproximadamente cinco años de investigación y motivo de tesis para la titulación de mi hija Carola que trabaja en el laboratorio. Haciendo un esfuerzo netamente privado, pese a que hemos acudido a al Ministerio de Salud, la Universidad y a la Organización de la Salud, está ultima, si bien no nos rechazaron nos pidieron que lo hagamos después de cinco a seis años. Pero por un esfuerzo personal y parte del laboratorio, durante cinco años hemos viajado a zonas recónditas del departamento para recolectar tomas de muestras para hacer diagnóstico de la enfermedad de Lime, que en EEUU y Europa es una enfermedad que es considerada terrorífica.
Después del trabajo arduo que realizamos hemos encontrado la enfermedad de Lime, en la localidad de Chiquiaca, Salinas, todas la poblaciones que se encuentran por Tariquia, como ser Cambari, Pampa Grande, Motovi. Hemos recorrido toda la zona implorando a los comunarios para que nos permitan sacarles sangre para hacer el diagnóstico. También se hizo un estudio entomológico de los trasmisores que son las garrapatas. El estudio es un hecho muy significativo porque los entomólogos bolivianos, negaron la existencia del tipo de garrapata que es la Borrelia burgdorferi, que no existía en nuestro medio y que es el principal vector de la enfermedad de Lime. Nosotros hemos hecho todo el estudio entomológico y demostramos que los vectores que hay en la zona de estudio son los correctos y demostramos la existencia de la enfermedad de Lime.
Luego del estudio hemos pedido a la Organización Mundial de la Salud, si pudiera favorecernos para hacer una segunda etapa de la investigación, que consistía en hacer un estudio epidemiológico, ya que la primera etapa era ver si existe o no la enfermedad y sí existe, por la presencia de roedores y animales silvestres. Todo esto se hizo el año 2003.
Si bien sabemos que existe la enfermedad de Lime, aún no sabemos cuánto, eso es lo que nos falta ir a averiguar en las zonas donde se ha identificado.
Uno de los grandes problemas que tuvimos para el inicio de la investigación, era definir dónde tomamos las muestras, ya que en el departamento de Tarija hay garrapatas en todo el territorio. Pero para ubicar el centro de nuestra investigación pedimos el apoyo al personal de Prometa para que nos permita ingresar a la reserva nacional de Tariquia.
Esta investigación también se entregó a la Universidad Juan Misael Saracho, como un trabajo de tesis, pero no se publicó en Tarija ni en el país, se llegó a publicar en España y México e hicimos la denuncia ante el CDC de Atlanta, ellos tienen la relación de Lime en Tarija. Pero nuestro Ministerio de Salud y autoridades universitarias nada, a pesar de que la universidad recibió ese estudio como un obsequio porque no participó en nada.
Se ha hecho la denuncia a la autoridad sanitaria, y sólo encontramos un interés en la Sociedad de Pediatría de La Paz y publicó el trabajo, como también una revista española.
El Lime se la denomina actualmente como la nueva simuladora, porque la verdadera simuladora es la neurosifilis. Lime tiene una serie de síntomas y signos, que pueden hacer pensar en una neuralgia, artritis, dolores de cabeza, puede presentar problemas de medio eje, es una enfermedad que en otros lugares induce a terror.
EP: Labioqui también desarrolló productos para tratar las alergias ¿Por qué se dejó de producir?
MB: Hemos tenido la oportunidad de tener un Gabinete de Alergias, donde hacíamos las pruebas de sensibilidad a los alérgenos, tenemos 52 alérgenos y mandábamos a preparar las vacunas para desensibilizar algunas alergias, pero con el pasar del tiempo se ha hecho muy difícil conseguir los extractos de los alérgenos. Además aparecieron los profesionales alergólogos, pero durante casi 20 años, hemos tenidos este Gabinete de Alergia, ya que no solamente era hacer el diagnostico, sino que preparábamos una vacuna inespecífica, es decir genérica, para el tipo de alergia que sea.
El producto era la Hista-Gamma Labioqui, la preparábamos y durante muchos años la vendimos aquí, incluso hemos enviado a Cochabamba, y vendíamos a otros departamentos. Actualmente ya no preparamos por la dificultad de poder adquirir la materia prima, hemos producido hasta hace unos cinco años atrás.
Al margen de eso hacemos preparaciones pomadas para tratar el acné rosáceo con una loción y el tratamiento para la onicomicosis para eliminar los hongos en las uñas.
EP: Por su aporte e investigaciones recibió varios reconocimientos y distinciones
MB: Hemos recibido algunas premiaciones por las actividades que tuvimos y a consecuencia del trabajo que hacemos en el laboratorio. El 27 de julio de 1972, como consecuencia de la investigación de Chagas, me nombraron miembro activo de la Academia de Ciencia de Nueva York, desde entonces sigo siendo activo. Esto no solo es un honor para mí, sino para el país, pero contrariamente la Sociedad Científica de Bolivia, cuando presenté mi título de la Academia de Ciencia de Nueva York, no me dieron acceso a la Academia de Ciencia de Bolivia y solamente fui miembro del Comité Científico de Investigación Biológica. En 1999 durante tres años he seguido recibimos el premio Águila C & D de México, participé en el Congreso Latinoamericano de Inmunología, también nos dieron un reconocimiento por un Estudio de Inmunoparasitología con el profesor del Instituto Pasteur de Francia. Otro reconocimiento que recibí fue el Premio Andalucía Tarijeña, también como Fundador de la Sociedad Boliviana de Bioquímica en Bolivia. Además de los 30 años de docencia en la UAJMS en la cátedra de Microbiología.
Laboratorios Labioqui, 50 años de servicio
Labioqui fue fundado en 1942 por el médico Luis Adán Briançon, quien volviendo de una alta especialidad en Francia, emplazó uno de los laboratorios más importantes de Bolivia, haciendo de este centro una institución bacteriológica. En 1969, Labioqui se reorganizó en Tarija, a cargo de Mario Briançon, hijo de Luis Adán, quien modernizó Labioqui con equipamiento nuevo y nuevas técnicas de investigación, siendo un referente no solamente en Bolivia, sino en Sudamérica.
“Hemos tenido pacientes que han venido de muchas partes a hacer uso de nuestros servicios”, revela Briançon. Al indicar que actualmente trabajan en Labioqui cuatro profesionales y una persona de apoyo en la parte de limpieza. Dos bioquímicos y dos técnicos de laboratorio.
“Al margen de las cosas de laboratorio, siempre hemos estado en la vanguardia de todos los adelantos y avances en la parte de diagnóstico (…)”, afirma Briançon.
Actualmente no están abocados a la investigación, solamente se ocupan de la parte médica, es así que realizan en promedio unas 250 pruebas al mes.
Sin embargo, Briançon, recordó que en su momento se interesaron por investigar a cerca de toxoplasmosis, pero los primeros resultados de las indagaciones quedaron en desuso porque ahora todas las mujeres embarazadas se hacen ese estudio, además se generalizó y entró en la rutina.
Otro tema fue la parasitosis en Tarija, “un trabajo inmenso que incluso estaba relacionado con las precipitaciones fluviales y variaciones de temperaturas durante 10 años, cuando estábamos viendo la realidad del estudio, el Ministerio de Salud, entró con una desparasitación a toda la gente, y se rompieron todos los parámetros que teníamos establecidos”, comentó. Lo mismo sucedió con el estudio sobre las hormonas tiroideas, si bien fueron los primeros en introducir aquello, un programa nacional desbarató la investigación.
“El tarijeño llama el `coto´ a este tema. La idea era ver si había una motivación para que Tarija tenga un alto índice de personas con coto, y se sabe que eso venia del hipertiroidismo de la falta de yodo en el agua, pero en el estudio se advierte que esto se debe fundamentalmente a que hay un problema por el Chagas. Hay un lisidema chagastica que es el que produce el hipertiroidismo”, explicó el especialista. Agrega que otra investigación truncada fue el diagnóstico del dengue, aunque actualmente las cosas han mejorado de tal forma que la medicina está al alcance de casi todos para acceder a ese tipo de diagnósticos.
Museo
Como evidencia de la vasta experiencia, el laboratorio Labioqui cuenta con un pequeño museo que se armó con los primeros equipos que se usaron para realizar los estudios y análisis clínicos. “Estamos hablando de 50 años atrás”, comenta Briançon, mientras muestra un microscopio en miniatura, un regalo que recibió de su padre, cuando tenía 13 años. En el lugar, también se puede apreciar algunos tubos de ensayo, un microscopio, placas y otros equipos clínicos que cuida celosamente en una vitrina en el interior de sus ambientes.
Briançon afirma que “se ha ido cosechando experiencia es todos estos años” por eso su slogan es: “La experiencia no tiene sustituto”. Enfatiza que el laboratorio Labioqui se actualiza constantemente, no solamente en innovación de equipos y reactivos para dar el mejor servicio a la población, sino también el recurso humano está realizando actualizaciones a través de cursos, conferencias y la docencia universitaria.
El Apunte
Nombre
Mario Briançon Bertram
Profesión
Bioquímico Clínico
Actividad
Gerente Labioqui- Laboratorio de Análisis Clínicos
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